Aunque gran parte de nuestra historia de los primeros usos del cáñamo se ha perdido, encontramos ecos de vez en cuando – en antiguos textos médicos, excavaciones arqueológicas, o incluso en una canción o poema popular que ha sobrevivido al paso del tiempo intactos. Aquí, echamos un vistazo a ¡algunos de los ejemplos mejor conservados de la historia!
En muchos casos, estos poemas y canciones son una prueba de lo importante que era el cáñamo para nuestros antepasados. Pero incluso más que eso, nos proporcionan una visión directa de su uso a lo largo de la historia y de las actitudes sociales, y religiosas, hacia el cáñamo, ¡lo que puede ayudarnos a tener una mucho mejor idea del pasado! Echemos un vistazo a algunos ejemplos.
«El Sueño de una Noche de Verano» (1595) – de William Shakespeare

William Shakespeare, el gran dramaturgo inglés de la era isabelina, hizo varias referencias al cáñamo en sus obras. Curiosamente, la mayoría de las referencias que hace tienen connotaciones un tanto negativas. En Sueño de una Noche de Verano:
“What hempen homespuns have we swaggering here,
So near the cradle of the fairy queen?”
Aquí, «hempen homespuns» se refiere a la gente ruda, campesina, que no estaba capacitada para estar en presencia de la reina. Luego, en Enrique V, hace hincapié en la asociación del cáñamo con la soga del verdugo:
“Let gallows gape for dog, let man go free,
And let not hemp his windpipe suffocate.”
En Henry IV, Pt 2, se vuelve a hacer esta conexión cuando Doña Rauda se refiere a Falstaff como una «semilla de cáñamo» – en jerga isabelina, al parecer significaba ¡que una persona estaba destinada a la horca! De hecho, otro dicho contemporáneo era «el cáñamo está creciendo para ti» – que significaba que la persona a quién se le decía corría el riesgo de morir ahorcada si seguía con su comportamiento.

Curiosamente, también se dispone de evidencias arqueológicas que sugieren que el propio Shakespeare fumaba cannabis (aunque se cuestiona su exactitud). En 2001, se encontraron varias pipas que contenían antiguos vestigios de compuestos quemados en la propiedad de Shakespeare en Stratford-Upon-Avon. Las pruebas demostraron que sin duda había restos de cocaína y nicotina, pero la evidencia de restos de cannabinoides estaba menos clara.
Si el Bardo era aficionado al cannabis, desde luego fue mucho más discreto que el siguiente poeta de la lista…
«El Elogio a la Semilla del Cáñamo» (1620) – de John Taylor
Este poeta inglés del siglo XVII fue un contemporáneo y posiblemente un amigo cercano de William Shakespeare, y este poema particular destaca por contener una de las primeras menciones publicadas conocidas de la muerte de Shakespeare. Incluso entra en detalles sobre cómo poetas como Shakespeare literalmente dependían del cáñamo para ejercer su arte, ya que era la principal fuente de fibra para el papel por aquel entonces.
Aquí tienes la sección donde habla de Shakespeare:
“In Paper, many a Poet now survives
Or else their lines had perish’d with their lives.
…
Spencer, and Shakespeare did in Art excell,
Sir Edward Dyer, Greene, Nash, Daniel,
…
Forgetfulnesse their workes would over run,
But that in Paper they immortally
Doe live in spight of Death, and cannot dye.”
De hecho, este poema épico expresa un amor por la planta de cáñamo tan descarado y apasionado que rivaliza con cualquier activismo moderno en pasión y relevancia. Definitivamente está muy lejos de la reticencia de Shakespeare – pero, aun así, sigue siendo ambiguo con respecto a si el cannabis se usaba tanto para la recreación como para la industria. El poeta señala que el cáñamo puede proporcionar «placer»; pero también que:
“Apothecaries were not worth a pin,
If Hempseed did not bring their commings in;
…
Ellixers, simples, compounds, distillations,
Gums in abundance, brought from foraigne nations.”
Aquí, Taylor se refiere a que los barcos construidos a partir de cáñamo permitieron el comercio y la importación de productos exóticos del extranjero, como medicinas. Uno podría pensar que si las tinturas de cannabis, el hachís, etcétera ya se estaban importando como parte de esta vasta farmacopea, al poeta le hizo gracia la ironía y ¡lo dejó claro de una manera obvia!
«The Hemp – A Virginia Legend» (1916) – de Stephen Vincent Benét
Este poema de comienzos del siglo XX se presenta como un relato de una leyenda popular, pero podría ser completamente producto de la imaginación del autor. Según el poema, un pirata («Capitán Hawke») viola y mata a la hija de un poderoso terrateniente («Sir Henry»), quien se embarca en un plan largo y elaborado para vengarse. El poema gira en torno al tema central repetido por el pirata – «el cáñamo que me ahorcará no se ha cultivado» – a medida que avanza en su campaña de violación y pillaje.

Lo que sigue es una larga descripción de la siembra, cultivo y recogida de una cosecha «vudú» de cáñamo en una plantación de Virginia. Un fragmento notable:
“And where the furrows rent the ground,
He sowed the seed of hemp around.
And the blacks shrink back and are sore afraid
At the furrows five that rib the glade,
And the voodoo work of the master’s spade.”
Nuestro «héroe» (que es, no nos olvidemos, probablemente un propietario de esclavos) finalmente se enfrenta al pirata y lo mata con una cuerda de cáñamo que había preparado expresamente. El poema concluye:
“But down by the marsh where the fever breeds,
Only the water chuckles and pleads;
For the hemp clings fast to a dead man’s throat,
And blind Fate gathers back her seeds.”
Como vemos, todo este poema se relaciona muy estrechamente con la idea isabelina de que «el cáñamo está creciendo para ti» – y más allá de la simple asociación con la soga del verdugo, aquí la conexión entre el cáñamo y la muerte parece abstracta, oculta y algo de otro mundo.
«Canción del Huérfano» – Tradicional, Ucrania
“…And
what is that to me, if I am still young, if
I am still an orphan?
As the soaking hemp rots in the water, so lives
an orphan in this world.”
Esta canción lastimera de Ucrania de principios del siglo XX, recogida por el gran compositor húngaro Béla Bartók, compara la vida de un huérfano con el cáñamo que se pudre lentamente en una charca estancada. Esto puede parecer sombrío, pero el resultado final del proceso produce una fibra fina y fuerte, así que tal vez el mensaje contenido aquí sea más positivo de lo que parece en un principio.

Curiosamente, las campesinas ucranianas tradicionalmente hacían un hechizo de amor en el que «hacían como que sembraban semillas de cáñamo y pronosticaban quién de todas ellas iba a casarse». Este hechizo es muy parecido al descrito en Halloween de Robert Burns. La versión ucraniana no se interpretaba en Halloween, sino el 30 de noviembre – el día de San Andrés, ¡que además resulta que es el santo patrón de Escocia!
La expansión de los rituales y el folklore compartidos en Europa a lo largo de la historia es intrigante – echa un vistazo al excelente trabajo de R.C. Clarke, Cannabis: Evolution and Ethnobotany para más conocer más detalles sobre las tradiciones relacionadas con el cáñamo.
«Halloween» (1785) – de Robert Burns
Robert Burns, el poeta nacional de Escocia, ha sido inmortalizado para siempre en la historia popular por sus contribuciones de fama mundial como «Auld Lang Syne». Sin embargo, si echamos un vistazo a uno de sus poemas más oscuros, obtenemos sorprendentes detalles de la época sobre cómo se usaba el cáñamo.
En el poema «Halloween» (1785), Burns describe con mucha gracia los hechizos, los rituales y los juegos populares en los que participaba un grupo de jóvenes campesinos rurales en la Escocia del siglo XVIII una noche de Halloween. Sorprendentemente, la semilla de cáñamo ocupa un lugar prominente en un hechizo de amor tradicional que detalla:
“Hemp-seed I saw thee,
An’ her that is to be my lass
Come after me, an’ draw thee
As fast this night.”
“Hemp-seed, I sow you,
And she that is to be my woman,
Follow me, and reap the hemp,
As fast as I sow.”
Por desgracia, el joven escéptico que intenta el ritual es seguido por casualidad por un cerdo local de la aldea. En su estado sugestionable y de embriaguez, confunde al cerdo con una anciana local, y cree que sus esfuerzos han tenido un resultado un tanto diferente al esperado. He aquí una excelente interpretación del poema en un acto de celebración de Halloween en Escocia.
«A Lament on the Evanescence of Life» (660–733) – de Yamanoue no Okura, Japón
Japón es un país con una larga historia de uso del cáñamo, y una rica tradición poética. La poesía japonesa puede ser sumamente metafórica, y la interpretación del significado pretendido es objeto de un valorado debate intelectual. He aquí una sección del poema antes mencionado, que como su nombre indica, es una reflexión melancólica sobre la brevedad de la vida y la inminencia de la vejez y la muerte:
“who, as fine young men will do…
placed on red horses
saddles fashioned of striped hemp,
climbed onto their steeds,
and rode gaily here and there?”

En otro poema, que se cree que fue escrito algunos años después, Lamento del pobre (Diálogo), el poeta se lamenta: «Pero tengo frío de todos modos. Me echo encima la ropa de cama de cáñamo grueso«. Un sentido de suave desesperación existencial impregna estos y muchos otros poemas japoneses en los que se menciona el cáñamo. En el siglo XIII, el poeta Fujiwara no Tekei escribía:
“When we parted
dewdrops fell down on my sleeves
of pure white hemp–
your coldness harsh as the hue
of the piercing autumn wind”
Una vez más, encontramos asociaciones con la tristeza, la pérdida, el cambio fundamental – la alegría y el calor del verano hechos pedazos por el frío penetrante del otoño, y el amor sustituido por la soledad. El cáñamo, como planta anual que moría y nacía de nuevo cada año, seguramente ha ayudado a muchos pensadores a lo largo de los milenios en sus reflexiones sobre la vida y la muerte, la generosidad y la privación, el amor y la pérdida. El tiempo de la cosecha, con su generosidad y alegría obvias, es también el precursor de la fría muerte del invierno.
Otra asociación que aparece repetidamente en la tradición japonesa es la que se hace entre el cáñamo y la «pureza», a menudo enfatizando el color blanquecino de las telas sin teñir.
También en el siglo XIII, el líder militar H?j? Yasutoki escribió las intrigantes líneas: «En este mundo no quedan huellas de cáñamo; solamente las artemisas (mugworts) crecen como quieren». Aquí, «mugworts» se refiere a los intrigantes poco fiables, mientras que «cáñamo» se refiere a los individuos honestos, moralmente «puros». Por supuesto, como la historia es tan cíclica, estas palabras podrían describir de forma muy correcta nuestra situación actual.
A partir de estos diferentes ejemplos, podemos suponer que el cáñamo ha significado muchas cosas para muchas personas a lo largo de los siglos que han transcurrido desde que nos encontramos con la planta por primera vez – y que, aunque sus múltiples usos pudieran haber sido tradicionalmente de mucha utilidad, su importancia iba mucho más allá de lo prosaico. Hoy en día, a medida que se destruyen diferentes culturas y tradiciones de todo el mundo una a una, es de fundamental importancia conservar los registros y documentos escritos del pasado en tantas formas como sea posible.
¡Si conoces alguna canción o algún poema tradicional dedicado al cáñamo de tu país, cuéntanoslo en los comentarios!
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