Hachís para principiantes: tipos y elaboración

Bloques hash de diferentes tamaños en una superficie.

La evolución de la producción del hachís a lo largo de los milenios ha sido espectacular. De la producción a mano a la extracción por dióxido de carbono completamente comercializada, el hachís ha emprendido una travesía de dimensiones mundiales. No ha cambiado mucho la forma en que se consume, pero la producción sí ha experimentado grandes transformaciones.

El hachís se compone de tricomas extraídos del cannabis, los cuales contienen el compuesto psicoactivo THC y más de un centenar de cannabinoides, como el CBD, el CBN y el CBG. Hay muchas formas de hacer hachís, y algunas de las técnicas han sido desarrolladas a lo largo de los siglos por la labor de las poblaciones que lo cultivan, como las del valle del Rif de Marruecos.

Secar el hashish en un tazón con un tenedor.

1. Hachís tamizado en seco

El método de extracción de hachís más generalizado es quizá la técnica del tamizado en seco, que consiste en sacudir o restregar las plantas de hachís plenamente maduras, cosechadas y secadas, sobre una malla fina para recoger la resina cristalina en polvo que se desprende de la planta. El tamaño de la malla determina la calidad del hachís resultante; si es menor, el hachís será de buena calidad y si es mayor, el hachís será de menor calidad, ya que la mezcla contendrá más materia vegetal.

Con este método, también incidirán en el resultado la amplitud y la intensidad del movimiento de agitación. Para conseguir el mejor hachís por medio del tamizado en seco, como son las variedades Doble Cero, King Hassan y Ketama Gold, se agitan plantas de buena calidad en una malla fina durante apenas uno o dos minutos; de este modo se recogen solo los tricomas más maduros y desarrollados. Agitar durante más tiempo es otro de los factores que dan como resultado un hachís de peor calidad, con más materia vegetal.

Cuencos Hashish frotados a mano sobre una superficie blanca

2. Hachís hecho a mano

A la técnica de tamizado en seco, le sigue en importancia la de la elaboración por frotado manual, muy extendida en India, Nepal, Afganistán, Paquistán y algunos países menos conocidos por su producción de hachís, como Bután o Mianmar. Popularizado por su exportación a todo el globo, el hachís hecho a mano es casi tan común a escala mundial como el de tamizado en seco.

Con este método, la resina se capta de la planta viva, sin cosechar. El productor extiende los brazos –tal cual– y recorre la plantación de cannabis maduro para que la resina pegajosa se le adhiera a la piel y se pueda acumular posteriormente en unas bolas que se dejarán reposar para que «curen». En el caso del charas (hachís de India hecho a mano), la fase de cura puede durar años.

La calidad del hachís hecho a mano puede verse afectada por la calidad de la propia planta y por el cuidado que se dedique a impedir la introducción de materia vegetal. Es muy importante igualmente el tiempo de curado del hachís, cualquiera que sea la técnica, no solo con la del hachís frotado a mano, aunque en este caso el curado reviste una importancia especial, ya que las plantas recién cosechadas contienen una gran cantidad de humedad que se tendrá que eliminar.

Extracto de cannabis en un pequeño frasco de vidrio.

3. Extractos de cannabis «puro»

Con el perfeccionamiento de las técnicas modernas de extracción de la resina, el producto ha adquirido una calidad y una potencia excepcionales. En la actualidad, conforme se va consolidando la industria del cannabis terapéutico en EE. UU. y en otros países, hay razones para afirmar que el hachís de calidad medicinal que generan algunos de los productores autorizados y sometidos a las normativas está hoy día entre los productos mejor conseguidos.

Los extractos de gran calidad se elaboran a menudo por medio de un solvente como el alcohol o el gas butano, o sencillamente con agua helada. La teoría que sustenta todas estas técnicas prescribe que los cristales se deben separar para dar lugar al hachís. Ahora bien, con los métodos de tamizado en seco o de elaboración manual, no se conseguirá nunca el nivel de pureza que se obtiene con la extracción por medios mecánicos o químicos, de resultados más precisos.

La extracción al agua o con solventes no acuosos hace que los cristales queden aislados del resto de la materia vegetal y que se suspendan para después ser filtrados a través de una malla fina y secados. Seguidamente, se deja que se curen durante semanas para que se evaporen todas las trazas del solvente.

Burbuja hash primer plano

4. Hachís extraído al agua o por burbujas

Cuando se emplea el método de extracción al agua, produciendo lo que a veces se conoce como «hachís por burbujas», se introducen en un cubo o receptáculo similar una serie de bolsas conformadas por tejidos mallados de micrajes progresivamente menores, una dentro de otra. Se introduce la materia vegetal seca o húmeda en otra bolsa, de mayor micraje que las demás (normalmente, de 220 µm o superior).

A continuación, la bolsa que contiene el cannabis se coloca en un recipiente o lavadora especialmente adaptada (los famosos modelos de Mila Pollinator®, Ice-o-lator® o Bubbleator®) que se llena de agua helada. El agua se agita, lo que congela y endurece los cristales y hace que se desprendan y queden suspendidos. La mezcla se vierte seguidamente en el recipiente, que se ha revestido previamente con las bolsas y, al ir pasando por mallas cada vez más finas, las partículas mayores y los residuos de la planta quedan atrapados.

Con este método se obtiene hachís de diferentes calidades, la mayor de las cuales corresponde normalmente a la malla de menor micraje (25-45 µm). En el otro extremo (90-220 µm), se genera hachís de menor calidad y con más materia vegetal.

Extracción solvente de cannabis en un frasco pequeño.

5. Extracción por solventes no acuosos

En esta técnica, se emplea alcohol o gas butano para separar los cristales del resto de la materia vegetal. Sigue siendo necesario el uso de una malla, aunque esta vez, contrariamente a lo que sucede con el agua, basta con una sola y el producto generado no se divide en diferentes grados de calidad, sino que es homogéneo.

Dado que el THC y los otros cannabinoides son solubles en alcohol y otros solventes, la resina se disuelve en el medio y se puede separar posteriormente. Si se emplea el butano, vendrá bien un dispositivo como HoneyBee para elaborar cantidades pequeñas; si la cantidad es mayor, en cambio, se recomienda hacer uso de equipos personalizados.

HoneyBee consta de un cilindro de plástico con un orificio pequeño en un extremo por el que se inserta una boquilla de bombona de gas, y una serie de orificios también pequeños en el otro. Cuando se fuerza la introducción del gas presurizado en el cilindro, el gas se expande y expele la resina disuelta por los orificios hasta que esta queda recogida en un receptáculo.

En el caso del alcohol, el método de lavado rápido con isopropanol, utilizado habitualmente por los productores de cannabis terapéutico en Estados Unidos, se ha ido convirtiendo en el más popular. El cannabis se mezcla con isopropanol puro durante un lapso de tiempo muy breve; se recomienda un máximo de 30 segundos, para garantizar que la calidad sea elevada. Seguidamente, la mezcla se filtra por una malla y se deja secar.

Con los continuos avances de la tecnología, la industria ha desarrollado solventes más sostenibles y seguros para utilizar en la extracción. Un ejemplo de ellos es el método de extracción por CO2. En este método, se bombea dióxido de carbono congelado a través de la materia prima vegetal para extraer los cannabinoides y otros componentes. Este ha pasado a ser el método de extracción preferido por muchos productores, ya que el producto final no conserva residuos del solvente.

Un pequeño trozo de cera de cannabis en una cuchara de metal.

6. La colofonia

El método de la colofonia constituye una innovación relativamente reciente en el mundo del hachís. Se trata de un método sencillísimo que emplea calor para derretir la resina sobre un material absorbente. Cuando esta se solidifica, rezuma del material absorbente y queda situada encima de él.

Una forma casera de hacerlo consiste en recurrir a una plancha para el cabello y una hoja de pergamino, que envolverá, doblada por la mitad, un cogollo de cannabis seco. Con la plancha se aprietan el pergamino y el cogollo hasta que la resina fundida impregna el pergamino. A continuación, se extrae el cogollo (no se olvide de apagar la plancha) y, pasados unos minutos, se apreciará sobre el pergamino una sustancia con apariencia de cera que se puede eliminar con un movimiento de raspado.

Es este un ejemplo magnífico de extracción de cannabis sin solvente: seguro, apto para el uso casero y sumamente eficiente y eficaz. Incluso los productores comerciales de Estados Unidos lo están utilizando para crear colofonia en cantidades industriales.

¿Cuál es el mejor tipo de hachís?

Hay razones para concluir que el hachís extraído con solventes no acuosos es la variedad más pura y concentrada que hay disponible hoy día y que, con el perfeccionamiento de los métodos, el problema inicial de las trazas de solventes se ha eliminado en buena medida. No obstante, cabe señalar que trabajar con compuestos volátiles e inflamables puede ser peligroso, por lo que solamente se debe recurrir a la extracción casera con solventes no acuosos si se cuenta con los conocimientos y la experiencia pertinentes para afrontar los riesgos.

La extracción al agua también puede plantear retos pero no entraña ninguno de los riesgos citados en el párrafo anterior. El producto obtenido es comparable al hachís en estado más puro que se extrae con los solventes no acuosos, pero es posible quedar defraudado por la menor calidad del producto. Muchos amantes del hachís prefieren la extracción al agua a la extracción con solventes no acuosos por considerarla más «limpia», al no haber tenido la sustancia contacto alguno con solventes potencialmente peligrosos.

En cambio, los que prefieren conseguir el aroma antes que la concentración, frecuentemente dejan de lado los extractos frente al hachís de tamizado en seco o manual. Aunque los extractos son puros y están concentrados, muchas veces no tienen tanto aroma, porque los terpenos que contiene la materia vegetal se eliminan con el lavado. Cuanto mayor sea la cantidad de materia vegetal que se conserve con los métodos de tamizado en seco o de extracción manual, mejor se preservará el aroma de la planta originaria.

¿Sigue sintiendo curiosidad? Disfrute de este vídeo, que contiene momentos muy interesantes sobre la elaboración del hachís en Marruecos, sobre el contrabando transfronterizo que practicaba Howard Marks y más cosas interesantes. ¡No se lo pierda!

  • Disclaimer:
    Las leyes y regulaciones referentes al consumo del cannabis difieren de un país a otro. Por lo tanto, Sensi Seeds recomienda encarecidamente que revise las leyes y regulaciones locales. No se debe actuar en contra de la ley.

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