Cannabis en Marruecos – Leyes, Uso y Historia

La bandera Marrocon y un campo de las plantas de cannabis.

Es ilegal consumir, comprar o vender cannabis en Marruecos. También es ilegal cultivarlo pero, pese a ello, el país es el primer exportador mundial. La mayor parte crece en las montañas del Rif, aunque es muy frecuente encontrar gente fumándolo en pipa en todas partes. Hay políticos que luchan por la legalización de su consumo.

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    • Productos de CBD
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Legislación del cannabis en Marruecos

¿Se puede poseer o consumir cannabis en Marruecos?

Es ilegal consumir o poseer cannabis en Marruecos. El país es firmante de las Convenciones de las Naciones Unidas sobre Estupefacientes y de la Ley de Sustancias Psicotrópicas (1961, 1971 y 1988) y su legislación se refiere a las drogas como «sustancias venenosas».

Marruecos adoptó una postura contraria al cannabis bajo el protectorado francés (aunque el cultivo se toleraba en las zonas españolas del país). Incluso después de declarar la independencia, en 1954, mantuvo la mayor parte de la legislación antidroga, que permaneció inalterada hasta que en 1962 entró en vigor el Código Penal marroquí, que consagra varios principios fundamentales:

  • Todo aquel sorprendido consumiendo cannabis puede ser enviado a un centro de tratamiento
  • Es posible que se confisquen sus bienes
  • Pueden imponérsele penas por posesión de drogas

El Código Penal establece penas para los delitos relacionados con las drogas de hasta 30 años de prisión y multas de hasta 60.000 €. Quienes sean sorprendidos consumiendo drogas pueden enfrentarse a penas de hasta 10 años de cárcel, aunque esta condena no se impone con mucha frecuencia.

Aunque el consumo de cannabis es ilegal en el país, generalmente las autoridades lo toleran. De hecho, el hachís está profundamente entroncado en la tradición de Marruecos, razón por la que muchas voces del país piden la legalización.

Parece ser que el gobierno marroquí está aceptando la idea. Desde 2011, el Parlamento ha estado estudiando la posible legalización del cannabis con fines industriales y medicinales. En 2014, un partido político presentó un proyecto de ley para la legalización, proyecto que no prosperó, y el movimiento recibió otro revés con la dimisión de Ilyas El Omari, destacado defensor de la despenalización del cannabis.

¿Se puede vender cannabis en Marruecos?

Pese al carácter ilegal, es frecuente presenciar la compraventa de cannabis en todo el país, especialmente en ciudades como Marraquech, Fez y Casablanca y en la región productora del Rif, cuya capital es Chefchauoen.

En los cafés, es usual que los hombres del lugar compren hachís y se lo fumen con una pipa de agua que recibe el nombre de hookah. Las hookahs también se venden en los mercados, aunque puede que se coloquen discretamente en la parte trasera del puesto o tienda.

Un tubo shisha

¿Se puede cultivar cannabis en Marruecos?

La ley marroquí prohíbe el cultivo de cannabis y las personas sorprendidas cultivándolo pueden enfrentarse a una multa y a una pena de cárcel. A pesar de ello, existen numerosas plantaciones por todo el país, especialmente en la región montañosa del Rif. Según Bloomberg, la industria del cannabis da trabajo a 800.000 personas en todo Marruecos y es el sustento de entre 90.000 y 140.000 familias. Se estima también que el cannabis cultivado genera diez mil millones de dólares al año.

Ante estas cifras, no es de extrañar que algunos agricultores piensen que las autoridades del país quieren legalizar el cannabis para poder beneficiarse del mercado.

Plantas de cannabis que crecen en el lado de una montaña.

¿Es el CBD legal en Marruecos?

A ojos de la ley marroquí, el CBD no se diferencia del cannabis, por lo que, técnicamente, es ilegal, aun teniendo niveles muy bajos de THC, la sustancia que provoca el estado de euforia.

Aceite de CBD que gotea de una pipeta

¿Se pueden enviar semillas de cannabis a Marruecos?

Toda forma de cultivo de cannabis es ilegal en Marruecos y, en consecuencia, la ley prohíbe la compraventa de semillas de cannabis, cosa que incluye los envíos al país o desde el país.

Cannabis medicinal en Marruecos

El gobierno de Marruecos ha mostrado en el pasado interés por la legalización del cannabis con fines terapéuticos, hecho que parece atender más a los beneficios económicos que a los sanitarios. En 2013, el parlamento estudió la regulación del cannabis terapéutico y en 2014 la oposición presentó un proyecto de ley para legalizarlo por completo.

El ex primer ministro Abdelilah Benkirane (Partido Islamista de la Justicia y el Desarrollo) también consideró despenalizar toda la industria del hachís. Según Milouda Hazib, líder del Partido de la Autenticidad y la Modernidad: «No pretendemos legalizar la producción de drogas, sino conocer los posibles usos medicinales e industriales de esta planta y crear una economía alternativa en la región».

Cáñamo industrial en Marruecos

Actualmente, es ilegal cultivar cáñamo en Marruecos, aunque el gobierno ha debatido en varias ocasiones la posibilidad de legalizar el cultivo de cannabis únicamente con fines terapéuticos e industriales. Esto iría en consonancia con la evolución de la situación a nivel internacional, ya que son muchos los países que obtienen pingües ganancias del sector del cáñamo.

Marruecos está en condiciones de hacer del cáñamo una industria próspera. Como principal proveedor de hachís del mundo, cuenta con una dilatada experiencia en la producción de cannabis de alta calidad y en grandes cantidades. En 2013, el Parlamento marroquí analizó el potencial económico de la legalización del cultivo del cannabis con fines industriales. Hasta la presente fecha, no se ha tomado ninguna decisión.

El cannabis y los partidos políticos

Muchos de los políticos de Marruecos son favorables a la legalización del cannabis, pero a menudo se topan con la oposición de otros partidos.

El PAM, un grupo parlamentario mayoritario, ha apoyado claramente la legalización y cuenta con el respaldo de otros partidos importantes, como USFP e Istiqlal. Sin embargo, el partido islamista conservador PJD, que suele contar con la mayoría parlamentaria, está en contra.

Sin duda, es una propuesta que parece estar popularizándose en las esferas políticas de Marruecos.

Conviene saber

Si va a viajar a Marruecos (o si reside en el país), tal vez le interese saber lo siguiente:

  • Según un estudio reciente, uno de cada diez alumnos de secundaria de Marruecos había probado el cannabis.
  • En 2015, la UNODC calculó que la producción de cannabis en exterior en Marruecos se situaba en torno a 38.000 toneladas y la producción en interior ascendía a 760 toneladas.

Historia del cannabis

Se cree que el cannabis se introdujo en Marruecos en algún momento entre los siglos VII y XV. Los mercaderes árabes trajeron la planta consigo y, para el siglo XVIII, su cultivo era generalizado en todo el país, en especial, en las montañas del Rif.

Tradicionalmente, los marroquíes mezclaban el cannabis con tabaco y lo fumaban por medio de una pipa (conocida como sebsi) provista de cazoletas de arcilla o cobre. La sustancia se añadía también al té y a los dulces, pero no se utilizaba mucho con fines medicinales. Las autoridades locales recaudaban impuestos por la venta de cannabis. A finales del siglo XIX, el 90% de las necesidades de cannabis medicinal de Francia se cubría con plantas importadas de Marruecos.

El cultivo de cannabis continuó como de costumbre hasta que, en 1912, el país se dividió en dos territorios: un protectorado español en el norte y un protectorado francés en el centro. En este punto, se reconsideraron el cultivo y el comercio de cannabis: los agricultores que se encontraban bajo dominio español recibieron un trato benevolente, mientras que los territorios franceses no adoptaron una política tan liberal.

Se otorgó a la Régie Marocaine des Kifs et Tabacs (Gestión Marroquí de Cannabis y Tabacos) la máxima autoridad para la toma de decisiones relativas al cannabis en los territorios franceses. Esta empresa pública multinacional dictaminó que todo el cultivo y la fabricación de cannabis eran ilegales fuera de su sede de Tánger.

Sin embargo, su control no llegaba hasta las montañas del Rif (bajo dominio español), donde las plantaciones siguieron prosperando.

En 1916, ya se notaban los efectos de la prohibición impuesta por los franceses. No se permitía cultivar cannabis en los territorios franceses, con la excepción de Tánger y Casablanca.

En 1932, se publicó un decreto que declaraba que «se prohíbe el cultivo de cannabis en toda la zona de Marruecos gobernada por Francia». En 1956, Marruecos había logrado finalmente su independencia de España y Francia, pero se mantuvo la prohibición del cannabis que había decretado Francia, y además, desde ese momento, se aplicó en todo el país.

Las posturas que se han adoptado desde aquel año son contradictorias, y pasan constantemente de la tolerancia a la ilegalización completa.

Actitudes ante el cannabis

En Marruecos, la actitud ante el cannabis suele ser de gran permisividad, tanto por parte de las autoridades como de los ciudadanos. Aunque hay grupos religiosos que protestan contra el uso de cannabis y voces que lo ven como una «puerta de entrada» a otras drogas, su consumo está generalizado en todo el país.

Turismo del cannabis

Miles de turistas visitan el norte de Marruecos para probar el «kif», nombre que se da al hachís en la zona. Los marroquíes, especialmente los que viven en las zonas de cultivo, han aprovechado la oportunidad orientándose específicamente a los turistas. Hay tours de cannabis y, en 2017, incluso se celebró un festival «Bombola Ganja», un evento vespertino para fumadores de cannabis que tuvo lugar alrededor de la piscina de un hotel.

Este turismo tiene su lado oscuro: a menudo se hace trabajar a niños de la zona del Rif en los campos de cannabis y cocinar el tajín tradicional para los turistas, incluso a veces tienen que vender hachís a extranjeros.

Dimensiones de la industria del cannabis en Marruecos

Marruecos es el primer productor mundial de resina de cannabis (hachís). Según la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes, casi tres cuartas partes del hachís del mundo proceden de Marruecos, en una industria cuyo valor se estima en torno a los 10.000 millones de euros anuales, aproximadamente un 10% del PIB del país (aunque la cifra ha sido mayor: un 23% en 2012).

La mayor parte del cannabis de Marruecos se cultiva en la región del Rif, en el norte. Pese a la pujanza del comercio de cannabis en la región, muchos de los habitantes del Rif son relativamente pobres, con una renta per cápita un 50% más baja que la del resto del país.

Anteriormente, el gobierno de Marruecos adoptó una postura intransigente con la industria del cannabis y se propuso la erradicación de las plantaciones, pero, en los últimos años, los poderes públicos se han interesado más por el potencial de ganancias de la planta, que podría dinamizar la economía.

Un trozo de hachís

¿Cómo se elabora el hachís en Marruecos?

Tradicionalmente, el cannabis se cosecha en otoño y luego se almacena en el interior durante un mes para que se seque al completo. A continuación, los tallos secos se disponen en un tejido que se extiende sobre un recipiente de metal y se agitan para que los tricomas de THC caigan al recipiente. El primer cannabis (o kif) que se obtiene de estos tallos es el de mayor calidad.

Los tallos se vuelven a agitar una segunda y una tercera vez y, con cada nueva operación, la calidad disminuye. Los tricomas se empaquetan directamente o se prensan y se calientan para hacer de ellos planchas de hachís.

¿Se legalizará el cannabis en el futuro?

Dado el número de debates parlamentarios que están teniendo lugar en los últimos años, parece probable que Marruecos vaya a legalizar próximamente el cannabis con fines medicinales y para la industria. En cuanto al uso recreativo, las autoridades generalmente hacen la vista gorda a los fumadores, pese al carácter ilegal de la planta. Existe la posibilidad de que el gobierno lo despenalice en el futuro, pero ningún político ha manifestado explícitamente que lo vaya a hacer.

  • Disclaimer:
    Aunque se ha hecho todo lo posible para garantizar la exactitud de este artículo, no está destinado a proporcionar consejo legal, ya que las situaciones individuales serán diferentes y deben consultarse con un experto y/o abogado.

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Autor y revisor

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    Sensi Seeds

    El equipo editorial de Sensi Seeds incluye botánicos, expertos médicos y legales, además de activistas de renombre como el Dr. Lester Grinspoon, Micha Knodt, Robert Connell Clarke, Maurice Veldman, Sebastian Marincolo, James Burton y Seshata.
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    Maurice Veldman

    Maurice Veldman es miembro de la Asociación Holandesa de Abogados Penales y uno de los abogados más destacados del campo del cannabis de los Países Bajos. Con 25 años de experiencia en dicho ámbito, su conocimiento del derecho penal y administrativo apoya a los vendedores de cannabis y a los productores de cáñamo al abordar la cuestión de las desigualdades entre el individuo y el estado.
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