Cómo hacer hachís: tamizado en seco, charas y por burbujas

Una persona que sostiene un trozo de hash y plantas de cannabis en el fondo

La producción de hachís, el concentrado original sin disolventes, se remonta al siglo X. Tradicionalmente se elabora extrayendo y comprimiendo las cabezas de resina sueltas también llamadas kief. Descubre cómo cosechar tus plantas para preparar hachís tamizado en seco, charas, al agua o por burbujas, a mano, y a prensar el kief para obtener hachís.

El hachís se ha utilizado como sacramento religioso y espiritual, como medicina y como medio popular e inofensivo de relajación. Como tal, tanto el consumo como la producción de hachís son tradiciones milenarias en muchas culturas de todo el mundo.

Así pues, ¿cómo se hace el hachís? Primero, un poco de historia.

La historia de la elaboración de hachís

Por tradición, durante siglos, el hachís se preparaba frotando con las manos. Se trataba de un trabajo tedioso, lento y que requería muchas personas para procesar la marihuana y convertirla en el producto final. Este método se sigue utilizando, y el hachís resultante se denomina hachís frotado a mano o charas.

Entre los siglos XV y XVI, la invención de las modernas técnicas de tamizado en seco aceleró el proceso y permitió producir mayores cantidades de hachís.

Una mujer sosteniendo un tamiz y dos mujeres haciendo hash

Al tamizar el material seco, este podía almacenarse y procesarse posteriormente. Fue un avance que condujo a un aumento espectacular de la producción y el consumo en toda Asia. El hachís se extendió entonces a África, Europa y el resto del mundo a través del comercio, la conquista y la migración.

Añadiendo tamices de diferentes tamaños  

Tradicionalmente, al tamizar el hachís se utilizaba una sola rejilla, lo cual planteaba problemas. Si el tamiz utilizado era demasiado grande, en el producto final quedaba demasiada materia vegetal y residuos. Si se utiliza un tamiz demasiado pequeño, se pierden las glándulas de resina grandes y maduras, y acaban en el hachís más glándulas inmaduras.

La sustitución de un único tamiz por varios de distintos tamaños permitió perfeccionar el proceso de filtrado y que el producto resultante fuera más puro y potente. Bajo la influencia de los viajeros occidentales durante la época de los «hippies y la ruta del hachís», la mayoría de los países productores pasaron a utilizar tamices de diferentes medidas.

Cuatro pantallas para la producción del hash y la extracción de resina contra el fondo blanco

Ahora se pueden adquirir tamices fabricados especialmente para la producción de hachís y la extracción de resina, los cuales suelen tener un tamaño entre 25 y 200 micras.

El Pollinator

Fue a mediados de noviembre de 1994, en la High Times Cannabis Cup de Ámsterdam, donde Mila Jansen presentó el primer modelo del Pollinator al público.

Originalmente se construyó a partir de una vieja secadora de ropa a la que se le extrajo el sistema de calefacción y se le colocó una rejilla alrededor del tambor. El Pollinator permitía procesar rápidamente grandes cantidades de marihuana en tricomas o kief. El primer Pollinator que se vendió fue para el propio Ben Dronkers.

Pollinator, máquina automática de secado seco y un logotipo de polinizador contra el fondo verde

El Pollinator se rediseñó a lo largo de los años incluyendo varias mejoras importantes. Gracias a él, los usuarios pueden procesar sus cogollos, recortarlos, y obtener un hachís de buena calidad en unos 10-15 minutos.

Por su contribución a la cultura del hachís, Mila fue apodada «La Reina del Hachís«. Documentó sus esfuerzos en un libro titulado «Cómo llegué a ser la Reina del Hachís«.

Bolsas Ice-o-lator, bolsas de burbujas y extracción con agua helada

Unos años después de la introducción del Pollinator en la comunidad cannábica, Mila creó las bolsas Ice-o-lator. Se trataba de bolsas de nailon con un tamiz incorporado en su base para filtrar los tricomas que se hundían en el fondo, mientras que el resto de la materia vegetal permanecía en la bolsa.

Marcus «Bubble man» Richardson perfeccionó posteriormente el proceso y la técnica, convirtiéndose en la base de la producción de hachís con agua helada. Colocó aberturas de varios tamaños en la malla del filtro y añadió más bolsas. Esas bolsas «mejoradas» se suelen llamar bolsas de burbujas y el hachís producido de ese modo, hachís de burbujas (bubble hash).

Las bolsas de burbujas son simplemente bolsas de tela con mallas de diferentes tamaños que se colocan en la base. Las bolsas funcionan según el mismo principio que las mallas de distinto tamaño, pero utilizan agua para extraer la glándula de resina del material. Después de la recogida, el kief se seca antes de ser comprimido.

Existen muchas marcas y modelos diferentes, pero todos funcionan de la misma manera. Las bolsas con malla en los laterales son mejores porque permiten que pase más material.

Bubbleator

Bubbleator, máquina para una extracción de tricoma excepcional contra el fondo blanco

El Bubbleator es básicamente una mini lavadora en la que introduces la marihuana. Al girar y agitar el material, el proceso de separación del agua y el hielo resulta mucho más fácil.

El material del interior es una bolsa de lavado que agita la marihuana por medios no intrusivos. Así se consigue una extracción excelente de los tricomas sin destruir el material vegetal.  

Entonces, ¿cómo se hace el hachís?

Para elaborar hachís de forma tradicional existen dos métodos:  

  • Frotar las plantas con las manos: así es como se hace a mano el hachís y las charas.
  • Tamizado en seco, que consiste en tamizar la marihuana a través de una o varias mallas finas. Así es como se fabrica el hachís tamizado en seco (dry-sift), el kief, la resina, el hachís al agua helada y el hachís de burbujas (bubble hash).

Cuando trabajes con tricomas, kief o hachís, conviene hacerlo en un entorno frío. Una temperatura baja impide que las cabezas de resina se fundan y que los compuestos más volátiles, como los terpenos, se escapen.

Si pones la marihuana en el congelador durante la noche, conseguirás extraer más kief. Los tricomas se volverán más quebradizos y se desprenderán más fácilmente, ya sea en seco o mediante la extracción con agua helada. Sin embargo, no es necesario volver a meter el material en el congelador entre extracciones.      

¿Cómo se hace el charas?

Charas con arrebato a mano en una superficie de mármol

La diferencia más significativa entre el charas y el resto de tipos de hachís es que se elabora utilizando plantas vivas, no material seco. El charas se sigue frotando a mano según la tradición en todo el norte de la India, Pakistán y Nepal.

Qué vas a necesitar:

  • Unas manos limpias.
  • Plantas que están a unas 2-3 semanas del final de la floración.
  • Un cuchillo para raspar la resina.

Elabora charas en 5 pasos:

  1. Empieza arrancando las hojas más grandes y podando los cogollos ligeramente. Cuanto más volumen de hojas elimines, mejor.
  2. Coloca un cogollo o unos cuantos de menor tamaño entre las palmas de las manos, presiona suavemente y frota lentamente. Mueve despacio el cogollo hacia arriba y hacia abajo, frotándolo desde la parte superior a la inferior. Al principio no debes ejercer demasiada presión ni frotar con demasiada rapidez, ya que esto provocaría la caída de las glándulas de resina. Cuanto más lento sea el proceso, mejor será la calidad del charas.
  3. El hecho de frotar los cogollos, combinado con tu calor corporal, aflojará las glándulas de resina de los mismos, y los tricomas empezarán a pegarse lentamente a tus palmas. Puedes aumentar poco a poco la velocidad y aplicar gradualmente más presión. No seas demasiado brusco, ya que no quieres romper el cogollo. Se recomienda seguir frotando mientras se extraiga resina.
  4. Cuando no salga más resina del cogollo, colócalo en la palma de la mano y apriétalo con el otro pulgar. Así extraerás la resina restante. Repite este proceso hasta que no tengas más cogollos que frotar o tengas suficientes charas.
  5. Al terminar, tus manos estarán cubiertas de tricomas resinosos y pegajosos, que ahora sólo tienes que raspar. Cuando te frotes las manos, la mayoría de los trozos se unirán. Con un trozo más grande, puedes recoger los trozos más pequeños que aún están pegados a tus palmas. Una vez que tengas las manos limpias y hayas pegado las charas, ya está listo para ser utilizado: ¡diviértete!

Frotar charas es un trabajo lento y agotador, y frotar de cinco a ocho gramos se puede considerar un día de trabajo razonable. El charas es tan importante y se utiliza tanto que incluso posee su propia unidad estándar, la tola, que pesa 11,7 gramos.

Al recortar los cogollos, la resina se pega en las manos y los dedos, así como en las tijeras. Cuando la raspas y la recoges, obtienes un producto similar al charas. A menudo se llama «hachís de dedos» (finger hash) o «hachís de tijera» (scissor hash) y contiene resina mezclada con muchas impurezas. Pero después de un largo día recortando, ¡es una buena recompensa!

¿Cómo hacer hachís tamizado en seco?

Un montón de hash de hirviendo en seco en una superficie gris

El hachís tamizado en seco se produce de forma tradicional en regiones productoras de hachís como Afganistán, Marruecos y Líbano. Debido a la influencia occidental, se han sustituido los tamices únicos por varios de diferentes tamaños.

Tradicionalmente, el tamizado en seco se llevaba a cabo colocando un tamiz fino en un cubo o recipiente, sobre el cual se depositaba el material seco y triturado, tapándolo a continuación. Luego se procedía a golpear el tamiz con palos durante 15-20 minutos. El procedimiento se repite mientras se recoge el kief.

Cómo elaborar hachís a la antigua usanza

  • Un tamiz fino, una rejilla o una malla, a ser posible de diversos tamaños.
  • Cogollos de marihuana, o recortes.
  • Una hoja de papel para hornear.
  • Cualquier tarjeta cubierta de plástico para raspar la resina.
  • Una brocha.

Elabora hachís en seco en 5 pasos:

  1. En primer lugar, coloca en el congelador tus cogollos o el material de base durante toda la noche. Al congelar los cogollos, las glándulas de resina se desprenderán más fácilmente.
  1. Extiende el papel de hornear sobre la superficie de trabajo y coloca la malla encima. Si utilizas varias rejillas, colócalas una encima de la otra según su tamaño, colocando la más pequeña en la parte inferior.
  1. Coloca los cogollos en la rejilla y distribúyelos uniformemente. No pongas demasiados de una vez, ya que es mejor hacerlo en cantidades más pequeñas. Al principio, no agites demasiado los cogollos y golpea ligeramente los laterales de la rejilla.
  1. El primer lote recogido es el de mejor calidad, y el kief que se obtiene del tamiz más pequeño es el de mayor calidad. A algunas personas les gusta mantener sus tiradas o tamaños de tamizado separados, y a otras les gusta combinarlos; depende de tus preferencias. Cuando combinas el material de los distintos tamices, el producto final ofrece una experiencia más enriquecedora, «de planta completa».
  1. En la segunda pasada tienes que agitar un poco más el material. Así que ahora golpea los cogollos y aplica algo de presión. Frótalos suavemente y agítalos sobre la malla superior. No debes hacer fuerza con el material sobre la rejilla, ya que podrías mezclar las impurezas con tu kief. Debes repetir este proceso mientras acumules resina. Sin embargo, cada pasada ofrecerá una calidad menor.

Para recoger la resina de las mallas y la superficie, puedes utilizar una tarjeta de plástico y simplemente raspar el kief. También puedes utilizar un cepillo para recoger los trozos restantes. Dependiendo del tamaño de tus tamices, del número de pasadas y de la calidad del material de base, obtener entre un 10% y un 15% del peso total se considera un buen resultado.

¿Cómo hacer hachís a partir del kief?

Sacando a un kief con espátula en una superficie negra

Una vez que hayas recogido tu kief, ya sea mediante tamizado en seco o por extracción con agua, tendrás que prensar todas las cabezas de resina para convertirlas en hachís. Existen diversas técnicas para lograrlo, pero probablemente la más adecuada y fácil es la que utilizaba el difunto Maestro Hashishin Frenchy Cannoli.

Qué vas a necesitar:

  • Una botella de 1 o 2 litros llena de agua hirviendo.
  • Una bolsa con cierre zip o una hoja de papel transparente y antiadherente.
  • Kief.
  • Guantes de cocina.

Empieza introduciendo el kief en una bolsa con cierre, y luego amásalo suavemente con la botella llena de agua hirviendo. El agua hirviendo es la temperatura ideal para la descarboxilación y es suficiente para fundir las cabezas de resina.

Si te limitas a colocar la botella de agua sobre la bolsa sin añadir peso, la resina se derretirá. Si utilizas una botella transparente, podrás verlo. La botella puede estar caliente, por lo que es aconsejable utilizar un par de guantes de cocina.

Al emplear la botella como si fuera un rodillo de cocina, aplicando presión y haciéndola rodar sobre la bolsa, verás que el kief se adhiere y adquiere un color más oscuro. Una vez que lo hayas enrollado uniformemente por un lado, lo que suele llevar de 5 a 10 minutos, dale la vuelta a la bolsa y repite el proceso.

Cada vez que presiones en un lado, verás que surgen trozos más ligeros en el otro. En general, se recomienda repetir este proceso tres veces. Finalmente, cuando el agua de la botella se haya enfriado, vuelve a rellenarla con agua hirviendo.

Al enrollar el kief, buscamos destruir las membranas de las cabezas de los tricomas y unirlas en una sola masa. Es importante repartir el kief uniformemente para que tenga el mismo grosor. El color del hachís es una buena guía, y debe ser homogéneo.

Ahora tu kief debería estar prensado formando un precioso hachís oscuro. Puedes enrollarlo en una bola o comprimirlo en un bloque, y estará listo para su consumo.

¿Cómo hacer hachís al agua helada (aislante) o de burbujas?

El hachís al agua helada o de burbujas funciona casi igual que el tamizado con diferentes mallas, pero el agua se utiliza para extraer y recoger la resina. A medida que agitas el material progresivamente, durante más tiempo y haciendo correr el agua a través de él, se puede recoger más resina que con el tamizado en seco.

El primer relato histórico sobre el uso de agua para la recolección de resina de marihuana se remonta a «The Cultivation and Use of Ganja, Ganja as an Article of Commerce, 1893 pg. 7-8.«. El informe afirma que el charas que se producía en los barrios de Hirát y Persia a veces se fundía en una masa homogénea utilizando agua caliente.

También señalaba que el agua «limpiaba la droga de fibras vegetales y fragmentos de hojas», haciendo que tuviera una «consistencia más suave… más pura y potente que las charas de otros distritos transhimalayos».

En el pasado, muchos entusiastas de la marihuana han experimentado con diversos métodos de extracción, haciendo todo tipo de concentrados y extractos. Sin embargo, la extracción de hachís con agua helada no cobró protagonismo hasta la invención de las «bolsas de burbujas».  

Hash de burbujas en un frasco de vidrio de primer plano contra la superficie blanca

Qué vas a necesitar:

  • Dos cubos.
  • Cogollos de marihuana, o recortes.
  • “Bolsas de burbujas” de diferente tamaño.
  • Hielo y agua.
  • Papel de hornear.
  • Algo para agitar la mezcla, una cuchara de madera o un mezclador de pintura eléctrico.
  • Alcohol etílico de uso alimentario.
  • Colador.

Elabora hachís al agua helada en 5 pasos:

  1. Empieza por congelar el material por la noche. Al igual que ocurre con el tamizado en seco, esto facilitará la liberación de la cabeza de resina del material. Añadir hielo al agua también sirve de ayuda.
  1. Coloca las bolsas unas dentro de otras según su tamaño, con la más pequeña en la parte inferior y la más grande en la superior. Envuelve las bolsas sobre el cubo y fíjalas en su lugar.
  1. Añade la marihuana al otro cubo, agrega una cantidad generosa de hielo y sumerge completamente el material en el agua. Remueve la mezcla durante unos 10-15 minutos.
  1. Vierte cuidadosamente la mezcla en el otro cubo con las bolsas de burbujas y déjala reposar otros 10-15 minutos. Lo que queda es kief de calidad variable: al igual que con el tamizado en seco, la bolsa de abajo será la de mejor calidad y la de arriba la de menor.
  1. Saca con cuidado cada bolsa y retira el kief que has recogido. Puedes añadir un poco más de hielo y agua a cada una de las bolsas, agitarlas un poco y dejarlas escurrir antes de retirarlas. Esto te permitirá recoger la resina restante.

Repite este proceso mientras recolectes resina y, al igual que el cribado en seco, la primera pasada generará la mejor calidad. Asegúrate en todo momento de que tus tamices están limpios, y es recomendable lavarlos con agua después de cada pasada. El tamiz inferior es muy fino y puede obstruirse fácilmente. Por tanto, remójalo y límpialo primero con alcohol.

Una vez recogido el kief, tendrás que secarlo. De nuevo, a algunos les gusta mezclar diferentes tamaños, y otros prefieren mantenerlo separado. Pasa la resina por un colador. Así se romperá en trozos más pequeños, que deberás repartir uniformemente en una hoja de papel de hornear. Cuanto mejor la extiendas, mejor se secará la resina. Por eso se recomienda utilizar varias hojas de papel en lugar de apilarla.

Para que las condiciones de secado de la resina y el hachís sean óptimas, necesitarás una habitación con una temperatura estable de 12°C y una humedad del 35%. El secado es crucial para elaborar un hachís al agua helada de alta calidad, y son esenciales unas condiciones estables y adecuadas. Dependiendo de tu material de base, el kief tardará entre 5 y 15 días en secarse.

Una vez seco, puedes utilizar el mismo método descrito anteriormente para prensar el kief y convertirlo en hachís.

En lugar de utilizar un cubo y mezclarlo manualmente, puedes utilizar una minilavadora portátil. Basta con colocar el material en la lavadora, llenarla de hielo y luego verter agua para saturarlo completamente. A medida que repitas los lavados, el hielo empezará a derretirse, y al final tendrás que añadir más hielo para mantener la temperatura fría.

También puedes utilizar un liofilizador para secar la resina o el hachís. Para que sea «estable» y puedas almacenarlo durante años sin que se enmohezca, tu producto final debe tener un nivel de actividad de agua del 0,60%.

Si empiezas con un material «recién congelado» o seco, déjalo en remojo durante unos minutos antes de empezar a removerlo. Esto servirá para que se rehidrate, lo que facilitará la extracción de la resina.

¿Cuándo se deben cosechar las plantas para hacer hachís?

Ramas de cannabis cosechadas colgando al revés

Al cosechar plantas de cannabis para elaborar hachís, por lo general debes dejar que maduren entre 10 y 15 días más que al cosechar flores. Este periodo suplementario es necesario para que la resina de los tricomas se desarrolle por completo.

Si observas la planta, notarás que los estigmas se han vuelto marrones y están empezando a caerse, y la bráctea está muy hinchada. Por supuesto, lo mejor sería ver de cerca los propios tricomas.

Observando de cerca los tricomas

A medida que las plantas maduran, las glándulas de los tricomas cambian de color, pasando de ser transparentes a un blanco turbio y ámbar. Contrariamente a la creencia popular, al menos cuando se trata de hacer un buen hachís, el color y el tamaño de la glándula no dicen mucho sobre el estado de madurez de las glándulas de resina.

El color de las glándulas depende de las genéticas y de la fuente de luz. El cambio de color de los tricomas indica la «maduración» de los cannabinoides y su descomposición. Esto no se corresponde necesariamente con la madurez de las propias glándulas de resina.

Las glándulas de resina de las plantas de cannabis se forman para protegerse y atrapar el polen. No dependen del ciclo de floración en sí. Sin embargo, cuanto más se acerque el momento álgido del ciclo de floración, más resina se formará en las glándulas de los tricomas.

Las glándulas de resina se adhieren al tallo del mismo modo que las hojas o frutos envejecidos se adhieren a la rama, lo que se denomina abscisión. El mejor indicador de la madurez de las glándulas de resina es el tamaño de la abscisión. Cuanto más madura sea la glándula, más pequeña será la abscisión. Cuando las glándulas están completamente maduras, se caen, al igual que las hojas o frutos viejos.

Espera, ¿y qué pasa con el shatter, la cera, la colofonia y el resto de la banda?

Sin ánimo de ofender a nuestros amigos estadounidenses, para el resto del mundo el hachís tiene un significado diferente. Es como el «fútbol americano», que fuera de Estados Unidos representa un deporte distinto; lo mismo ocurre con el hachís.

Eso no quiere decir que esos productos no sean estupendos, potentes y limpios, pero no son la forma tradicional de hacer hachís. Muchas costumbres relacionadas con el hachís tienen miles de años de antigüedad, y algunas están muy arraigadas en la sociedad cotidiana, lo que ilustra lo influyente e importante que era la cultura original del hachís.

La cultura y la industria de la marihuana no son nuevas, simplemente vuelve a ser legal.

  • Disclaimer:
    Las leyes y regulaciones referentes al consumo del cannabis difieren de un país a otro. Por lo tanto, Sensi Seeds recomienda encarecidamente que revise las leyes y regulaciones locales. No se debe actuar en contra de la ley.

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    El equipo editorial de Sensi Seeds incluye botánicos, expertos médicos y legales, además de activistas de renombre como el Dr. Lester Grinspoon, Micha Knodt, Robert Connell Clarke, Maurice Veldman, Sebastian Marincolo, James Burton y Seshata.
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