Howard Marks murió en paz mientras dormía el 10 de abril de 2016, en su casa de Leeds, rodeado de sus cuatro hijos. Tenía 70 años. Sensi Seeds recuerda a este extraordinario escritor, activista, narrador y contrabandista de cannabis, una leyenda de la contracultura que fue un hombre encantador y divertido hasta el final.
Howard Marks fue una leyenda entre los aficionados del cannabis de todo el mundo. Al equipo de Sensi Seeds, para quien Howard Marks era un querido amigo, le encantaba sobre todo disfrutar de su presencia en Ámsterdam y Sensi Seeds.
Como buen amigo de Ben Dronkers, fundador de Sensi Seeds, Marks visitó la tienda de Sensi Seeds en Ámsterdam en muchas ocasiones. Con el fin de rendir homenaje a su vida y a su legado, hemos elaborado este perfil de celebridades que viene acompañado por las historias personales del personal de Sensi Seeds que le conocía muy bien.
¿Quién era Howard Marks?
Nacimiento: 13 de agosto de 1945, Kenfig Hill, R.U.
Nacionalidad: Galés
Fallecimiento: 10 de abril de 2016, Leeds, R.U.
Cosas que hay que saber de Howard Marks
Aunque la vida de Howard Marks fue verdaderamente extraordinaria, las mejores historias proceden de aquellos que le conocieron en persona. Su biografía es una de las historias vitales más emocionantes y apasionantes, pero las historias sinceras de las personas que conocieron a Marks muestran el lado más amable de Mr. Nice, algo a veces oscurecido por su vida licenciosa como contrabandista internacional de hachís.
Biografía de Howard Marks
En sus años de juventud, Marks era un universitario intelectual. Estudió física en el Balliol College de Oxford entre 1964 y 1967. Fue entonces cuando tuvo sus primeros contactos con el cannabis. En 1967, comenzó el curso de formación para el profesorado en St Anne’s College, Oxford. Posteriormente, dejó la formación como docente y siguió estudiando en la Universidad de Londres hasta 1968, para luego ampliar sus estudios en el Balliol College hasta 1969. Entre 1969 y 1970, fue a la Universidad de Sussex para estudiar filosofía de la ciencia.
Cuando Marks empezó a vender hachís, solo se lo vendía a sus amigos más cercanos o a sus conocidos. Pero en 1970, le convencieron para ayudar a Graham Plinston en el tráfico de drogas a mayor escala. Durante ese tiempo, le presentaron a Mohammed Durrani, un traficante de hachís paquistaní que le ofreció la oportunidad de vender cannabis a gran escala en Londres. El imperio del tráfico de hachís de Marks no dejaba de crecer, y en poco tiempo se encontró traficando cannabis por toda Europa.
En 1973, se produjo el primer arresto de Marks por parte de la policía holandesa. Decidió saltarse el pago de la fianza y se pasó los años siguientes huyendo de las autoridades.
Después de regresar al R.U. en secreto, Marks comenzó a importar hachís procedente de Nepal, uno de los mayores países productores de hachís del mundo. Con la ayuda de la Yakuza, pasó los años entre 1975 y 1978 enviando un total de unos 25.000 kilos de marihuana a través del aeropuerto John F. Kennedy. En esta operación, participaron todo tipo de personas incluida la mafia, la Yakuza, la Hermandad del Amor Eterno, el ejército tailandés y la Organización de Liberación de Palestina.
Marks evitó ser procesado por tráfico de drogas a finales de los años 70, tras declararse «no culpable» de tráfico. Sin embargo, el jurado le declaró culpable de usar pasaportes falsos y fue condenado a dos años de cárcel.
Las aventuras de contrabando de hachís de Marks siguieron tras su liberación y, finalmente, en 1990 fue acusado de todo tipo de delitos de tráfico de drogas. Su esposa de ese momento (con quien tuvo tres hijos) también estuvo implicada en esos cargos. Fue condenado a 25 años de cárcel y al pago de una multa de $ 50.000. En enero de 1995, a Marks se le concedió la libertad condicional por su buen comportamiento como preso modelo. Fue puesto en libertad en abril de 1995.
Después de salir de la cárcel, publicó su autobiografía, Mr. Nice en 1996. Se ha traducido a varios idiomas.
En enero de 2015, se hizo pública la noticia de que Marks tenía cáncer colorrectal. Murió a causa de la enfermedad el 10 de abril de 2016 a la edad de 70 años.
Y ahora, ha dejado el escenario
Como gran amigo del fundador Ben Dronkers y gran admirador de Ámsterdam, visitaba la ciudad con regularidad. Cuando se publicó el libro Mr. Nice, Ben estaba tan entusiasmado con esta historia épica de las aventuras y desventuras de su amigo que pidió varias copias en todos los idiomas. Es probable que las únicas tiendas en Ámsterdam donde se podía comprar el libro en hindi sean las de Sensi Seeds.
Una de las variedades más potentes, intensas y populares de Sensi Seeds, la legendaria G13 x Hash Plant, se llama Mr. Nice en su honor. Donó su tarjeta de identificación de la cárcel al Hash Marihuana & Hemp Museum, donde se exhibe con orgullo hasta el día de hoy. En 2014, recibió un premio Cannabis Culture Awards por su vida de dedicación al cannabis.
Howard Marks: Cerebro del narcotráfico
Pero al saber de su fallecimiento, no son los hitos de su incuestionable vida lo que viene a la cabeza. Son las historias. Las que contaba procedían de un suministro aparentemente inagotable (algunas de ellas se detallan en el libro Howard Marks Book of Drug Stories). Era un narrador hábil y encantador. Le encantaba un buen final, un giro en la historia.
Tras haber afirmado repetidamente hasta 2015 que solo había pasado cannabis de contrabando, escribió Mr Smiley: My Last Pill and Testament, que comienza en 1996 con él introduciendo de contrabando MDMA (para uso personal) a través de un aeropuerto. Por aquel entonces, ya se había publicado la noticia de su diagnóstico de cáncer de colon terminal. Es típico de su humor que hiciera un juego de palabras, una confesión y una burla gentil de la muerte con el título de su último libro.
Hola, viejo amigo
La mismísima Scarlet de Sensi Seeds escribe su propio relato de sus encuentros con Howard Marks. Las historias de quienes conocieron a Howard Marks son el mejor tipo de biografía. En estas historias, queda claro que Howard Marks recorrió el mundo con un corazón enorme y un gran sentido del humor. A tenor de recordar más que solo sus correrías en el narcotráfico, compartimos esta historia personal de Scarlet.
“Yo, y debo romper la cuarta pared para esta parte, así que por favor disculpadme, conocí a Howard Marks en la Cannabis Cup Celebrity Dinner en 1999, cuando la Cannabis Cup todavía celebraba cenas de famosos. Estaba tan emocionada como desconcertada por los acontecimientos; me encontraba haciendo cola para el buffet cuando reconocí de algún sitio al hombre que hacía cola a mi lado, lo cual era cierto en el caso de casi todos los presentes en la sala. Me sonrió como si me conociera.
Como había estado haciendo durante la mayor parte de la noche, le devolví una gran sonrisa, le dije hola y le pregunté cómo estaba, porque hacía mucho que no le veía. (En mi opinión, había algo diferente en su aspecto. ¿Puede que se hubiera cortado el pelo? O que no se hubiera cortado el pelo en algún tiempo, lo que parecía más probable). Estaba bien, respondió, y sí, hacía tiempo.
Seguimos charlando y amontonando comida en nuestros platos, de la forma en que el efecto del THC te hace enfrentarte a un buffet libre, hasta que una de los camareras nos interrumpió, básicamente, para regañar a mi amigo por servirse demasiados langostinos. Sin inmutarse, le dirigió una gran y amplia sonrisa.
Comenzamos las negociaciones por la comida. ¿Podía quedarse él mi parte de langostinos, ya que yo no los quería, le preguntamos? Si guardaba cinco champiñones a la parrilla, ¿podría cambiarlos por un langostino más? ¿Qué pasaría si los langostinos se hubieran ido del plato bailando por su propia cuenta, como suele suceder?
En algún momento de este intercambio cada vez más gracioso y divertido, al final me di cuenta de por qué me resultaba tan familiar pero diferente. Era porque iba vestido de colores, no de blanco y negro, y porque no estaba en la portada de un libro. Estaba haciendo negocios con langostinos con Mr. Nice. Sin darme cuenta, le había dado a entender de que éramos viejos amigos. Y él me había seguido el juego.
Seguimos encontrándonos en dos o tres eventos del sector del cannabis al año a partir de entonces, y seguimos saludándonos como si fuéramos viejos amigos. A decir verdad, me daba mucha vergüenza admitir lo que había pasado la primera vez, y cuanto más tiempo pasaba, menos importante parecía.
No fue hasta la última vez que le vi, en los Cannabis Culture Awards en 2014, cuando al final se lo conté. Para mi sorpresa, recordaba nuestro primer encuentro y estalló en carcajadas con lo que quedaba de su gran risa cálida y ronca. «Me acuerdo. Es muy divertido, estaba seguro de que tenía que conocerte de algún sitio, estabas tan segura de que me conocías».
Los premios Cannabis Culture Awards de ese año se celebraron en la Hemp Gallery, justo al final del canal del museo. Marc y Jodie Emery fueron los otros galardonados con este premio anual. Habían conseguido volar desde Canadá sin problemas. Sin embargo, a Howard se le negó el permiso para embarcar en un vuelo procedente de Leeds.
Con la vista puesta en el reloj, ya que la ceremonia estaba programada para coincidir con la Cannabis Cup esa noche, Ben Dronkers organizó en un momento el equivalente del Equipo A del cannabis. Howard fue conducido al aeropuerto de Manchester, se subió en un avión alquilado en el último minuto, y llegó volando a Ámsterdam a tiempo para hacer una típica entrada carismática recibida con una gran ovación. La noticia de su enfermedad aún no era de dominio público, pero su característica mata de cabello había desaparecido y había una fragilidad en él que nunca antes le había restado fuerza. A pesar de esto, pidió una copa de brandy, se lio un porro y luego habló con su distintivo ingenio, consideración y sabiduría ante un público embelesado.
Su generosidad también era ilimitada. Ben le hizo entrega de un retrato realizado por el artista y DJ Goldie, elaborado en 2010 como parte de The Mr Nice Project; Howard expresó su más profundo agradecimiento e inmediatamente se lo donó al Hash Marihuana & Hemp Museum para que pudiera verlo más gente de la que pasaría por su piso de Leeds.
Luego, reservó tiempo para todos los que querían tener una breve conversación, hacerse una foto, darle un apretón de manos. En lugar de quedarse en Ámsterdam voló de vuelta a Inglaterra; su prioridad era pasar tiempo con su familia en lugar de disfrutar de la fama de su impacto en el mundo del cannabis».
“No me arrepiento de nada”
Es innegable que tuvo un gran impacto. Hizo más que cualquier otra persona en la contracultura por consolidar la imagen del contrabandista de cannabis como un tipo encantador y adorable, aunque tanto él como su familia sufrieron terriblemente como resultado de sus actividades. A pesar de ello, nunca parecía guardar ningún resentimiento. En una entrevista concedida a The Guardian en enero de 2015, cuando se supo la noticia de su enfermedad, dijo: «Es imposible que me arrepienta de ninguna parte de mi vida cuando me siento feliz y estoy feliz hoy, así que no me arrepiento de nada y no me he arrepentido de nada en mucho tiempo».
La comunidad cannábica mundial va a echar a Howard muchísimo de menos. Siempre será recordado como Mr Nice, y no hay nadie más digno de este nombre.
Un documental sobre la vida de Howard Marks se puede ver en línea, y se titula The Real Mr Nice. Aquí puedes ver el tráiler:
En 2010, también se hizo una película sobre la vida de Howard Marks. Se titula de forma muy apropiada «Mr. Nice«, y cuenta la historia divertida, emocionante y apasionante de la vida de Howard Marks.
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