Un estudio científico ha confirmado lo que muchos críticos del cannabis llevan mucho tiempo afirmando: el cannabis puede provocar depresión, pero solo en las personas con predisposición genética. La pregunta que sigue sin respuesta es si el cannabis puede tratar la depresión en los que carecen de la predisposición genética, pero que aún así la padecen.
Aunque, hoy en día, conocemos muchas afecciones médicas que se pueden tratar potencialmente con los efectos terapéuticos del cannabis, hay trastornos y patologías para los que sus beneficios no están tan claros.
Del mismo modo, igual que para algunas patologías psiquiátricas están bastante bien acotados los riesgos asociados al uso de cannabis, para otras se desconocen en buena medida. De entre todos estos potenciales campos, en los que la información científica es menos clara respecto a las posibles consecuencias para la salud mental, puede que su relación con la depresión sea el menos conocido.
Sabemos que los endocannabinoides influyen en nuestro estado de ánimo. No obstante, todavía no se sabe si el consumo de cannabis por parte de personas que padecen depresión puede mejorar o empeorar su estado emocional, o no tener ningún efecto.
La situación es parecida en el caso de otras enfermedades mentales. Se han realizado numerosos estudios diferentes para intentar demostrar la relación de causalidad entre el consumo de cannabis y la aparición de otros trastornos mentales, como la esquizofrenia. Es probable que el consumo de cannabis aumente el riesgo de desarrollar esquizofrenia y otras psicosis; cuanto más se consume, mayor es el riesgo.
Disponemos de evidencia moderada de una asociación estadística entre el consumo de cannabis y un pequeño aumento del riesgo de desarrollar trastornos depresivos. Sin embargo, la evidencia anecdótica nos enseña que no se puede generalizar. Hay gente que se beneficiará del cannabis y otros para los que no está indicado. Siempre hay alguien que tiene un amigo que se curó de la depresión fumando cannabis, o alguien que conoce a alguien que pudo dejar de tomar su medicación al empezar a fumar porros.
Por otro lado, hay gente que tiene amigos a los que los porros les ha provocado la depresión. De hecho, hay ejemplos para todos los gustos y todos colores. Todo el mundo tiene su parte de razón. Es muy probable que esta casuística refleje la realidad de la relación entre el cannabis y la depresión con más precisión que en el caso de otras enfermedades en las que estas conexiones parecen menos claras. Las conexiones entre el consumo de cannabis y los síntomas depresivos dependen del perfil genético del individuo. Por lo menos, así parece desprenderse de un estudio publicado en la prestigiosa revista científica Addiction Biology por R. Otten y RC. Engels. Pero antes de analizarlo, deberíamos definir brevemente que se entiende por depresión.
Depresión: una enfermedad muy extendida
La depresión es uno de los mayores problemas sanitarios del mundo desarrollado. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), actualmente hay 300 millones de personas en todo el mundo afectadas por la depresión. Esta enfermedad es la principal causa de discapacidad, y afecta a personas de todas las edades, géneros y circunstancias.
Entre los principales síntomas, se incluyen un estado de ánimo deprimido, pérdida de interés o de placer por las actividades cotidianas, sentimientos de culpa o de baja autoestima, dificultades en la concentración, trastornos del sueño o del apetito, y baja energía. La depresión puede terminar en suicidio, una trágica fatalidad que causa al año cientos de miles muertes.
La clasificación del estudio de Otten y Engels
Hay que empezar diciendo que el estudio al que nos hemos referido antes no se diseñó para determinar cuáles podrían ser los usos del cannabis en el tratamiento de la depresión, sino más bien para estudiar si existe alguna relación entre el consumo de cannabis y el desarrollo de síntomas depresivos.
Los resultados que apoyarían la idea de que los síntomas depresivos influyen en el consumo de cannabis no fueron concluyentes.
Este estudio es de tipo longitudinal, lo que implica que contó con la participación de un grupo formado por 310 adolescentes a los que se realizó un seguimiento durante cuatro años. Cada año, los adolescentes tenían que cumplimentar una serie de tests que evaluaban los indicadores de depresión. Se les realizó un análisis genético para determinar en qué grado presentaban una vulnerabilidad o predisposición a padecer depresión.
La importancia de la vulnerabilidad del individuo
Como ocurre en todas las enfermedades mentales, hay muchas causas muy diferentes que producen la depresión. Aunque la relación entre la predisposición genética y el estrés de los factores ambientales puede influir en la naturaleza del trastorno, no hay trastornos ni enfermedades mentales puramente genéticas ni puramente ambientales.
Más bien, se puede suponer que una diferencia genética concreta puede hacer a un individuo concreto más vulnerable al desarrollo de un trastorno mental si se expone a un ambiente que facilite la precipitación de dicho trastorno. Puede ocurrir que haya predisposición genética, pero que si uno no se expone a un ambiente inductor no desarrolle la enfermedad.
Por otra parte, someterse continuamente y de manera extrema al estrés de ambientes perjudiciales puede terminar desencadenando el trastorno en personas poco predispuestas. Por ejemplo, alguien con una vulnerabilidad genética a padecer esquizofrenia puede no desarrollarla nunca porque nunca se exponga a ambientes estresantes desencadenantes. Del mismo modo, una persona sin esa vulnerabilidad puede desarrollar un trastorno mental porque haya sufrido un evento dramático, como los traumas de guerra.
El marcador biológico de la vulnerabilidad o predisposición a padecer depresión es un gen que codifica la presencia de transportadores de serotonina en el cerebro. El transportador de la serotonina es una proteína encargada de regular la cantidad de serotonina que hay en nuestro sistema nervioso.
Es como una bomba de reciclaje que hace que, llevando y trayendo serotonina del exterior de una neurona a su interior, se restablezca el equilibrio. El cerebro lo percibe como un estado de ánimo positivo. Hay un tipo de gen que codifica esta proteína, o más bien su activación, para que se produzcan proteínas receptoras de serotonina.
Cada gen tiene dos alelos. Si este gen en concreto tiene lo que se conoce como alelo “largo” (que está compuesto por un mayor número de bases que el alelo corto), codificará más transportadores de serotonina. Pero si tiene el alelo “corto” (esto es, menos bases), codificará menos. Parece que aquellas personas que tienen un alelo corto presentan una mayor predisposición a padecer un trastorno depresivo grave (en aquellos individuos que han vivido sucesos traumáticos o estresantes) que las que tienen un alelo largo.
El cannabis puede desencadenar la depresión
Pero volvamos al estudio de Otten y Engels. Los investigadores hicieron un seguimiento a los hijos de cada una de las 428 familias estudiadas administrándoles tests para evaluar la depresión. De este modo, descubrieron que los marcadores genéticos estaban presentes en 310 jóvenes. También determinaron sus consumos de marihuana.
Se descubrió que solamente los individuos que tenían la versión corta del gen que codifica al transportador de serotonina presentaban más síntomas depresivos con el tiempo que los que tenían la versión del gen corto. Las personas que tenían el alelo corto del gen y que fumaban cannabis presentaban síntomas depresivos con mayor frecuencia.
En otras palabras, fumar marihuana resultó ser una causa ambiental de desencadenamiento de depresión en personas genéticamente predispuestas. Y esto fue así incluso a pesar de que los jóvenes con el alelo corto del gen sintieran euforia y otros efectos placebo propios de la marihuana. Asimismo, se controlaron otro tipo de variables ambientales asociadas con la depresión, como el consumo de tabaco y alcohol, el nivel educativo, y factores socioeconómicos y de personalidad.
Hay que investigar más
En resumen, esta interesante investigación es la primera que relaciona de manera sólida el consumo de cannabis con la depresión y los síntomas depresivos. Si bien no responde a la pregunta de si la marihuana puede ser un tratamiento de utilidad para la depresión, demuestra que su uso puede desencadenar problemas de depresión. Parece que eso es así en personas genéticamente predispuestas, para las cuales no sería nada recomendable fumar marihuana. El resto quedaría aparentemente libre de padecer estos problemas.
Pero quedan aún algunas preguntas por responder. ¿Puede serles útil el uso de cannabis a las personas que no presentan esa predisposición genética, pero que tienen depresión? ¿Quizás esta variabilidad en cuanto a los efectos que hablábamos al principio de este artículo respecto a la diferencia de efectos que tiene el cannabis en personas con depresión responde precisamente a esta diferencia genética existente entre individuos? Son preguntas que se deberán responder en futuros estudios.
Lo que no parece ser de mucha utilidad es apresurarse en ir al médico de cabecera y pedirle que nos haga un análisis genético para determinar nuestra predisposición a padecer depresión. En mi opinión, lo mejor es que cada uno se auto observe y decida si el consumo le sienta bien, mal o no le afecta, y actúe en consecuencia.
- Disclaimer:Este artículo no tiene la intención de sustituir el consejo, diagnóstico y tratamiento médicos profesionales. Siempre hay que consultar a un médico u otro profesional médico titulado. No hay que retrasar la búsqueda de asistencia médica ni ignorar el consejo médico debido a algo que se haya leído en esta página web.
Siempre que se pueda no tomar una droga, ya sea porros o lo que sea, mejor no tomarla.
El mejor estado mental es ser consciente de la realidad. Los porros son una via de escape. No conozco a nadie que sea realmente feliz y fume porros.
Muchas gracias, por compartir la información, creo que necesito analizar mi caso y con esto podre hacerme el camino más fácil.
Buena dias Nuvia,
Gracias por tu commentario!
Estoy tan contento de que hayas encontrado el artículo informativo!
Gracias de nuevo y espero que sigan disfrutando del blog.
Con los mejores deseos,
Mark
Hola, muy interesante la nota pero te comento un error para que lo puedas modificar, te cito parte del texto: _»Lo que se encontró es que solamente los adolescentes que tenían *la versión corta del gen* que codifica al transportador de serotonina tenían a largo plazo más síntomas depresivos que los que tenían *la versión del gen corto*.
Espero te ayude, saludos.
¡Muchas gracias por tu aportación, Carolina!
Esperamos que sigas visitando el blog de Sensi Seeds para estar al día de todo lo relacionado con el cannabis: https://sensiseeds.com/es/blog/
¡Saludos!
Estimado, estoy tratando de buscar información respecto al consumo simultáneo de cannabis con serotoninergicos para el tratamiento de la obesidad. Hasta el momento no he logrado encontrar info buena al respecto. Espero me puedas ayudar.
Saludos
Hola Jorge,
Debido a la concreción de tu consulta, se me ocurre recomendarte que te pongas en contacto con el Observatorio Español de Cannabis Medicinal (www.http://oedcm.com/). Esta organización cuenta con la colaboración y el asesoramiento científico de expertos. Espero que ellos puedan ayudarte y proporcionarte más información al respecto.
¡Saludos y gracias por leernos!
Al artículo le faltaría una minúscula parte. La que se refiere a los receptores de serotonina, en concreto al receptor 5HT1a. Como regula nuestras funciones y saber que cuando hay un exceso o deficit, un agonista de la sintomatología depresiva o hiperactiva, es el cannabidiol. Hacer un estudio controlado es muy difícil por las leyes actuales, pero habrá que seguir profundizando sin aseverar categóricamente el uso o no del cannabis.
Gracias, qué buen texto!