El Cannabis y la Evolución de la Conciencia Humana

Una cara formada por el humo miró una planta de cannabis.

Los seres humanos han utilizado el cannabis durante miles de años, así que no es de extrañar que algunos teoricen que los dos coevolucionaron juntos. Básicamente, la forma en que el cannabis afecta al cerebro humano puede haber desempeñado un papel en la eficiencia cerebral y, en efecto, en la estructura de la sociedad en su conjunto.

Desde el auge de la contracultura de los años 60, una corriente de pensamiento pequeña, pero tenaz, ha explicado la teoría de que al mismo tiempo que evolucionaban los seres humanos, su uso de los enteógenos favorecía el desarrollo de constructos sociales como los rituales, el lenguaje y la música. De hecho, algunos creen que el uso de las sustancias psicoactivas cambió el curso de la evolución humana, y ayudó a nuestro meteórico ascenso a una posición de supremacía mundial.

¿Ayudaron los hongos alucinógenos a la evolución humana?

Este tema lleva mucho tiempo fascinando a los antropólogos sociales, muchos de los cuales han escrito largo y tendido sobre el tema. Food of the Gods de Terrence Mckenna es un ejemplo de los trabajos que proponían la teoría de que los hongos alucinógenos coevolucionaron con las primeras comunidades de pastores nómadas.

Se cree que estas comunidades habían desarrollado una mayor agudeza visual para la caza, además de un profundo entusiasmo por los rituales sociales (entre los que posiblemente se incluían los ritos de fertilidad) reforzando y aumentando, de este modo, la población.

Mientras que estos primeros pastores nómadas disfrutaban de los beneficios ofrecidos por los hongos alucinógenos (que normalmente crecen en el estiércol del ganado), a su vez salvaguardaban la existencia de dicha especie cultivándola y protegiéndola, y proporcionando la posibilidad de futuras mutaciones que favorecieron el que la población humana fuera seleccionada positivamente y se convirtiera en dominante.

Champiñones alucinógenos contra un cielo púrpura

Al mismo tiempo, los primeros cazadores y recolectores obtuvieron unos beneficios tan grandes que las generaciones humanas posteriores se vieron favorecidas, ya que podían responder con mayor claridad a los efectos psicológicos de la sustancia.

Por último, en ambas especies, la selección positiva de los rasgos de beneficio mutuo dio lugar a una coevolución a largo plazo. La creciente importancia del ganado garantizaba un suministro constante de estiércol, y por lo tanto, una fuente abundante de hongos, por lo que es difícil determinar si el uso de los hongos fue casual o fundamental para estas culturas emergentes. Sin embargo, incluso si una especie era de menor importancia general, esta relación podía ser un ejemplo de coevolución en un sistema de tres especies.

La coevolución entre el cannabis y los seres humanos

De manera similar a los hongos, el cannabis ofrecía diferentes beneficios a las primeras comunidades que se lo encontraron, lo que pudo haber ocurrido ya en 27.000 AP (antes del presente). No sólo se obtenía fibra y semillas de la planta, sino que además demostró rápidamente su utilidad en los comienzos de la farmacopea, y es muy probable que sus efectos psicoactivos se utilizaran en la práctica religiosa desde muy temprano (aunque se cree que la primera evidencia directa del uso del cannabis como agente farmacológico data del 2700 AP).

Una persona fumando una articulación enrollada

Se ha demostrado que el uso social del cannabis fortalece las relaciones interpersonales, lo que aumenta la sensación de cohesión y de confianza.

Los receptores cannabinoides se encuentran en muchas áreas del cerebro, y ayudan en una amplia gama de funciones que van de la movilidad básica a la comprensión del lenguaje y la percepción de las emociones. Aunque se cree que gran parte de la sorprendente evolución del cerebro humano se produjo durante el Gran Salto Adelante (durante el paleolítico superior) alrededor del 60.000 AP, la mayor parte del «reajuste» de la capacidad lingüística, además de los diferentes cambios fundamentales en la estructura de la corteza cerebral y el cerebelo se han producido durante los últimos 10.000 años.

La evolución del cerebro durante la época post-glacial del Holoceno

Curiosamente, también fue la época en que se produjo el paso de la humanidad a las comunidades agrarias, y pudo haber ocurrido de manera simultánea a una reducción del 10% en el tamaño del cerebro. En lugar de disminuir la inteligencia humana, esta reducción pudo suponer un aumento en el rendimiento del cerebro, o una reducción de las necesidades de energía, debido a la relativa paz que disfrutaron las comunidades asentadas. Independientemente de la causa, esta reducción y reestructuración marcaron un cambio significativo en el desarrollo de la sociedad humana.

Durante la época del Holoceno (c. 11.700 AP hasta la actualidad), el cerebelo humano aumentó su tamaño mientras que la corteza cerebral redujo el suyo, en comparación con nuestros antepasados ​​inmediatos. El cerebelo tiene muchas conexiones recíprocas con el neocórtex y es fundamental para diversas funciones, desde las habilidades motrices básicas hasta las facultades cognitivas más desarrolladas.

Se cree que el aumento de su tamaño puede ayudar a los seres humanos modernos a procesar los estímulos visuales y culturales cada vez más complejos. De manera significativa, se cree que el cerebelo es esencial para la apreciación de la música de los humanos modernos, así como para nuestro uso de los rituales, para aumentar la complejidad del comportamiento, y para poder utilizar herramientas.

La importancia de la música en la evolución de la sociedad

La relación entre la evolución de nuestra sensibilidad musical y la del cannabis puede ser absolutamente fundamental para comprender, de forma global, cómo nuestra conciencia ha sido moldeada por las sustancias estupefacientes. De hecho, se podría argumentar que la música es esencial para la evolución de la conciencia humana.

La música ha permitido a la humanidad alcanzar la cohesión a un nivel mucho más profundo, y se ha utilizado ampliamente para generar una respuesta emocional en los oyentes: la música de la iglesia para inspirar la devoción religiosa y el santo temor; los cantos de guerra para intimidar al enemigo y crear sentimientos de solidaridad y fuerza compartida; la música romántica para aumentar la excitación y la intensidad de las interacciones sexuales.

La investigación ha demostrado que la influencia social de la música y el disfrute del oyente pueden modificarse con el consumo de cannabis, y por supuesto, universalmente se conoce la relación social entre el cannabis y los géneros musicales como el jazz y el reggae.

La respuesta normal del cerebro a la música en sí es complicada. El cerebelo reconoce y «disfruta» el compás básico o el ritmo, y los lóbulos frontales responden al lenguaje, en forma de letras. Dentro de los lóbulos temporales, la corteza auditiva primaria convierte las ondas en nuestra percepción del tono, mientras que la amígdala experimenta una respuesta emocional profunda y conserva el recuerdo de melodías conocidas. La respuesta musical también se manifiesta en los lóbulos occipitales y parietales. Por lo tanto, cada lóbulo de la corteza cerebral se activa en diferentes grados (posiblemente según el tipo de música).

Cómo altera el cannabis la percepción de la música

Los efectos del cannabis en la experiencia humana de la música son tan complejos que es difícil determinar su naturaleza exacta. Sin embargo, las investigaciones previas han sugerido que la evolución de los sistemas más especializados de señalización de cannabinoides fortalecieron las conexiones sinápticas del cerebelo con las diferentes partes de la corteza cerebral. Bajo los efectos del cannabis, todas las regiones del cerebro afectadas, cuando se escucha música, experimentan un cambio en su respuesta.

Una persona que lleva un sombrero se sentó en una silla de camping en un festival.

Se ha demostrado que el consumo de cannabis modifica la percepción temporal de las personas, al agilizar el «reloj interno» del cerebelo, lo que produce una sensación de «ralentización» o dilatación del tiempo. Al escuchar música, esto puede aumentar la consciencia y la comprensión de una estructura compleja.

Se perciben mejor las frecuencias más bajas, además de apreciar la riqueza de los sonidos percibidos, y mejorar el timbre de la propia voz. Este efecto se produce dentro de la corteza auditiva. El aumento de actividad en los lóbulos frontales, debido al consumo de cannabis, puede intensificar la comprensión y la respuesta a las letras de las canciones. Cuando la actividad aumenta en los lóbulos parietales, la atención y la concentración pueden mejorar.

En el mejor de los casos, podemos decir que sabemos más bien poco sobre los procesos evolutivos que nos han conducido a nuestro actual estado de existencia tan compleja. Sin embargo, es posible que la selección de los genes que favorecen una mayor disfrute de la música fuera beneficiosa para las sociedades emergentes, teniendo en cuenta lo importantes que son, para la comunicación y la interacción social en su conjunto, las aptitudes para procesar la música.

Del mismo modo, es probable que seleccionásemos variedades de cannabis que aumentaron nuestro gusto por la música. Durante más o menos los últimos 10.000 años, ambas especies han expresado nuevos genes a una velocidad extraordinariamente rápida, lo que ha aumentado la probabilidad de que se haya producido una selección de beneficio mutuo, y es razonable pensar que esta coevolución continuará durante mucho tiempo en el futuro.

  • Disclaimer:
    Las leyes y regulaciones referentes al consumo del cannabis difieren de un país a otro. Por lo tanto, Sensi Seeds recomienda encarecidamente que revise las leyes y regulaciones locales. No se debe actuar en contra de la ley.

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    Sensi Seeds

    El equipo editorial de Sensi Seeds incluye botánicos, expertos médicos y legales, además de activistas de renombre como el Dr. Lester Grinspoon, Micha Knodt, Robert Connell Clarke, Maurice Veldman, Sebastian Marincolo, James Burton y Seshata.
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