Caramellow Kush Autofloreciente (Research)

Caramellow Kush Autofloreciente (Research)

En este informe describimos el cultivo de una Caramellow Kush Autofloreciente, un híbrido con un predominio índica del 75% procedente del cruce entre una Gorilla y una Zkittlez. Gracias a sus potentes cogollos y el relajante subidón que produce, merece la pena cultivarla a pesar de la altura y el tiempo de espera por encima de la media en autoflorecientes.

Periodo total de crecimiento: 119 días

Etapa de floración: 85 días

Altura final: 112 cm

Rendimiento final: 97 gramos

Contenido en THC: 22.2%

Los ajustes que aplicamos a nuestra Caramellow Kush Autofloreciente tenían por objeto crear el entorno ideal para esta hierba: una temperatura diurna estable de 23°C (que descendía a 21°C por la noche) y una humedad relativa del 65%. Por encima colgamos una lámpara HPS Philips GreenPower de 1.000 W con un horario de 18/6. La planta se cultivó en una maceta de plástico de 8 litros rellena de BAC Lava Mix, cubierta con una fina capa de lana de roca.

Germinación y plántula

Antes de que nuestra planta pudiera florecer de verdad, primero tenía que salir de su caparazón, como quien dice. Germinar semillas de marihuana es facilísimo y, como siempre, recurrimos al viejo sistema de las toallitas de papel. Para ponerlo en práctica, todo lo que necesitas son algunas semillas, un plato, unas cuantas servilletas de papel y una bolsa de plástico. En primer lugar, coloca una servilleta de papel doblada y ligeramente húmeda sobre un plato y esparce unas cuantas semillas por encima (asegúrate de dejar unos centímetros entre ellas). A continuación, cúbrela con otra toallita de papel húmeda, colócalo todo sin apretar dentro de la bolsa de plástico abierta y espera un día más o menos.

Al cabo de unas 24 horas, la semilla se abrió, apareciendo su nueva y brillante raíz pivotante, lo que indicaba que había llegado el momento de plantarla. En ese momento, introdujimos la semilla (con la raíz hacia abajo) en un cubo de lana de roca y lo colocamos bajo una lámpara de 600 W. Al principio, las plántulas son extremadamente frágiles, y demasiada luz, agua o viento podrían acabar rápidamente con nuestro trabajo. A los tres días le dimos a nuestra plántula su primera alimentación: 100 ml de agua con un pH equilibrado (pH 6,2; CE 0,8) mezclada con una pequeña cantidad de hormonas de enraizamiento.

Al terminar la primera semana, nuestra plántula había alcanzado una altura de 7 cm y prometía ofrecer una buena cosecha. En ese momento, la trasplantamos a su nuevo hogar: una maceta de 8 litros, la cual colocamos bajo una lámpara de 1000 W. También empezamos a alimentarla con nutrientes líquidos Bio Grow añadidos directamente a los 100 ml (pH 6,0; CE 1,4) de agua diarios.

Etapa vegetativa

Nuestra Caramellow Kush alcanzó una altura de 9 cm en la segunda semana. Aunque puede parecer poco, el crecimiento fue increíblemente productivo, ya que nuestra pequeña dama desarrolló su primer conjunto de hojas verdaderas y comenzó a brotar un segundo par. Anticipando un crecimiento más significativo, duplicamos el volumen de agua a 200 ml al día.

En ese momento colocamos en las ramas inferiores de la planta unas bolsitas de Neoseiulus californicus y Amblyseius swirskii. Estos saquitos blancos están llenos de unos ácaros depredadores casi microscópicos que se alimentan de parásitos como la araña roja y los trips, los cuales pueden ser devastadores para la cosecha. Y lo mejor es que estos ácaros simbióticos no dañan en absoluto las plantas. Estas bolsas se sustituyen cada cuatro semanas para mantener una población constante.

En la tercera semana se produjo un importante aumento del crecimiento, y nuestra planta casi duplicó su altura hasta alcanzar los 15 cm. También le crecieron algunas hojas nuevas y le brotaron ramas en los nudos interiores, cuyo espaciado era increíblemente estrecho, por lo que la planta parecía que se iba perfilando como una índica clásica compacta. Bueno, las apariencias engañan. Como el crecimiento se estaba acelerando vertiginosamente, volvimos a duplicar el volumen de agua, fijándolo en 400 ml al día.

En la cuarta semana se produjo el crecimiento más intenso hasta ese momento, y nuestra Caramellow Kush ascendió a una altura de 26 cm. Las ramas empezaban a alcanzar las dimensiones del tallo principal y se estaba formando una bonita copa. También observamos los primeros signos de floración, pues aparecieron pequeños pelos blancos en los nudos interiores y en la parte superior de las ramas. Para asegurarnos de que la planta tenía todo lo que necesitaba para iniciar la floración, duplicamos de nuevo la cantidad de agua en el riego, pasando a 800 ml diarios.

Etapa de floración

A medida que transcurría la quinta semana, nuestra Caramellow Kush Autofloreciente iba creciendo hasta llegar a los 37 cm de altura. La floración estaba comenzando, y los pistilos aislados a lo largo de las zonas de floración se iban convirtiendo poco a poco en pequeños racimos. Para favorecer el progreso de la planta, aumentamos el riego a 1.000 ml (pH 602; CE 1,8) al día y empezamos a mezclarla con nutrientes líquidos Bio Flower.

Asimismo, pasamos a un ciclo de luz de 12/12. Aunque esto no resulte estrictamente necesario en el caso de las plantas autoflorecientes, no supone ningún inconveniente y es una forma estupenda de reducir los costes energéticos. Por último, rebajamos la humedad al 60%.

La sexta semana fue explosiva: nuestra planta ganó otros 14 cm y alcanzó una estatura de 51 cm. En ese momento, casi todos los puntos de floración habían desarrollado una protoflor y toda la planta estaba lista para transformarse. Su forma era fantástica, con una copa casi perfecta y una redondez increíble. Dado que el gran espectáculo estaba a punto de comenzar, aumentamos el riego por última vez, fijándolo en 1.500 ml diarios.

La planta dio su mayor estirón en la séptima semana y creció nada menos que 28 cm, alcanzando una altura de 79 cm. Aunque gran parte de este crecimiento se produjo en el tallo principal (que trepaba lentamente por encima del resto de la copa), las ramas laterales fueron más que capaces de mantener el ritmo. A medida que la planta se estiraba, la separación internodal también aumentaba, lo que era una bendición, ya que permitiría una mayor circulación de aire y daría espacio a los cogollos para madurar.

En la octava semana se produjo una ligera desaceleración del crecimiento y la planta pasó a medir 96 cm de altura. El tallo principal había crecido mucho más que las ramas circundantes, aunque la uniformidad de la copa seguía siendo impresionante. Los pequeños racimos de pistilos se estaban convirtiendo rápidamente en flores propiamente dichas y toda la planta estaba cubierta de pequeños cogollos blancos.

La desaceleración del crecimiento se hizo más acusada en la novena semana, donde la planta solo ganó 5 cm, midiendo en ese momento 101 cm de altura. Esta reducción del crecimiento vertical coincidió con un incremento del desarrollo floral, ya que los cogollos aumentaban notablemente de tamaño cada día. Aunque seguía faltando densidad, las cosas avanzaban muy bien.

Al final de la décima semana, las ramas laterales se inclinaban hacia fuera bajo el peso de sus flores, y las ramas más bajas se doblaban casi 90°. Los cogollos se desarrollaban rápidamente y la cola principal iba tomando forma. Durante esta semana, el crecimiento de la planta fue escaso, situándose en los 105 cm de altura. En ese momento, rebajamos la humedad al 55%, ya que la creciente vegetación desprendía una cantidad considerable de humedad.

Al cumplirse la undécima semana, nuestra Caramellow Kush Auto creció hasta los 109 cm y los cogollos siguieron haciéndose más grandes y densos. La cola principal estaba completamente formada y las puntas de las ramas laterales exhibían cogollos enormes. Mientras que el tallo principal había aminorado su crecimiento, las ramas seguían creciendo y la copa estaba prácticamente igualada.

En la duodécima semana, muchas de las ramas inferiores se habían doblado más de 90°, pero seguían sosteniendo cogollos de tamaño considerable. La cola principal cubría ahora los 20 centímetros superiores de la planta, ya que ninguna de las flores presentaba signos de desaceleración. Incluso al final de la semana casi no se veían pistilos naranjas por ninguna parte.

Los pistilos empezaron a cambiar lentamente de blanco a ámbar en la decimotercera semana, indicando así que faltaban pocas semanas para la cosecha. La planta alcanzó su altura final de 112 cm, bastante alta para ser una índica, pero en línea con muchas variedades autoflorecientes.

La mayoría de los pistilos se volvieron de color naranja oscuro y algunas hojas en abanico se volvieron amarillas en la decimocuarta semana. Nuestra planta estaba casi lista, pero queríamos darle un par de semanas más para que quedara todo como debe. No se puede meter prisa a la naturaleza.

En la decimoquinta y decimosexta semana no se produjo ningún crecimiento vertical, pero sí una productividad increíble en lo que respecta a las flores. Todo se hizo más denso y la cola principal era pura belleza.

Por fin, a finales de la decimoséptima semana, llegó el momento de cosechar nuestra planta.

Cosecha

Cosechar nuestra Caramellow Kush Autofloreciente no nos llevó mucho tiempo. En primer lugar, la cortamos por la base, le quitamos todas las hojas en abanico y, por último, la colgamos boca abajo para que se secara (un proceso que tarda normalmente entre 10 y 20 días). La sala donde la colgamos era oscura y la manteníamos a una temperatura constante de 15,5°C, con una humedad relativa del 50%.

Una vez que las ramas estaban lo bastante secas como para romperse al doblarlas, llegó el momento de recortar los cogollos. En general, las flores no eran muy frondosas, por lo que el recorte fue muy fácil. Una vez limpios, colocamos los cogollos en tarros de cristal para su curación.

Durante las primeras 24 horas, dejamos abiertos los tarros de cristal antes de cerrarlos herméticamente. A lo largo de las 6 semanas siguientes (más o menos), estuvimos abriendo los recipientes varias veces al día, frecuencia que fuimos reduciendo hasta hacerlo tan solo una vez al día durante una hora. Una vez finalizado el proceso pudimos probar los frutos de nuestro trabajo.

Al final, cosechamos 97 gramos de flor seca con un contenido en THC del 22,2%.

Perfil de terpenos

En cuanto probamos nuestra Caramellow Kush, supimos que la espera había merecido la pena. El sabor del humo era una agradable combinación de fruta fresca y crema dulce con un agradable final a pino. Era un material muy sabroso.

Tras inhalarla, casi de inmediato, sentimos un profundo cosquilleo en todo el cuerpo, de la cabeza a los pies, mientras los músculos se relajaban y la tensión desaparecía. Esta variedad puede tener algunas genéticas sativas, pero no se nota en los efectos. Es una variedad increíblemente relajante, ideal para el final de un día largo y agotador.

El resultado

La Caramellow Kush Autofloreciente presenta una altura por encima de la media para ser una índica, y además su ciclo es ligeramente más lento, así que puede no ser la mejor elección para algunos cultivadores. Sin embargo, los que dispongan de espacio y tiempo encontrarán una planta increíblemente gratificante. Fácil de cultivar y razonablemente productiva, esta variedad es una gran elección para cualquiera que busque una índica potente y relajante.

  • Disclaimer:
    Las leyes y regulaciones relativas al cultivo de cannabis difieren de un país a otro. Por lo tanto, Sensi Seeds recomienda encarecidamente que se revisen las leyes y regulaciones locales. No se debe actuar en contra de la ley.

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    El equipo editorial de Sensi Seeds incluye botánicos, expertos médicos y legales, además de activistas de renombre como el Dr. Lester Grinspoon, Micha Knodt, Robert Connell Clarke, Maurice Veldman, Sebastian Marincolo, James Burton y Seshata.
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