Que las plantas de cannabis necesitan agua es un hecho universalmente conocido. ¿Pero qué cantidad? ¿Se puede regar en exceso? ¿Puedo usar agua del grifo, o mejor embotellada? ¿Y los nutrientes? Las respuestas a estas y otras muchas cuestiones relacionadas con el riego preocupan a muchos cultivadores. Y si tú no te las has planteado nunca, deberías hacerlo.
Por suerte, hemos elaborado esta guía para responder a todas estas preguntas y a algunas más. Así que prepárate una taza de café y empieza a tomar notas, porque hay mucho que repasar. ¡Y sí, esto cae en el examen!
¿Cuánta agua necesita la hierba?
Como ocurre con todo lo relacionado con el cultivo, la respuesta es «depende». Lo creas o no, el volumen de agua en las plantas de marihuana alcanza el 90%. Si alguna vez se te ha roto una planta viva, habrás observado la gran cantidad de agua que contiene. Es decir, necesitan mucha más agua que una planta de interior normal, y si se dejan uno o dos días sin regar empiezan a marchitarse.
Entonces, ¿qué cantidad es la adecuada? Normalmente se indica una cifra orientativa de 4 litros de agua por cada 500 gramos de flor seca que esperas cosechar. Por ejemplo, supongamos que cultivamos 4 ejemplares de Northern Lights en un espacio de 1 metro cuadrado. De media, esta variedad produce unos 500 gramos por metro cuadrado, por lo que necesitaríamos 4 litros de agua diarios. Es decir, un litro por planta de cannabis al día de media.
Es un punto de partida bastante razonable, pero no se puede simplificar tanto. Es decir, si le echas un litro de agua a una plántula, la ahogarás. Por el contrario, si a una planta en plena floración le echas un solo litro al día, su rendimiento se reducirá enormemente.
Estos cálculos son un buen punto de partida, pero nada más. No hay dos plantas iguales y los cultivadores se enfrentan a retos diferentes. Sin duda, recomendamos «tantear el terreno» en cada caso, así que vamos a desglosar lo que hay que tener en cuenta a la hora de regar las plantas de cannabis.
¿Cuánta agua debo proporcionar a las plantas de marihuana?
La suficiente sin pasarse. Si esto suena un poco impreciso, pues así es. Te damos la bienvenida a la ciencia imperfecta del cultivo de hierba. Pero que no exista una respuesta exacta no significa que no se puedan adoptar unas pautas óptimas. La cantidad de agua que necesitan las plantas de marihuana depende de muchos factores.
1. Etapa de la planta
Como ya hemos mencionado, las plantas de cannabis presentan necesidades diferentes según la fase de crecimiento. Ajustar los hábitos de riego en consonancia es imprescindible. En general, las plantas necesitan menos agua cuando son pequeñas y más cuando son grandes. Sí, lo sabemos, es realmente alucinante.
Las plántulas no suelen consumir más de varios cientos de mililitros de agua por toma, mientras que una planta en plena etapa vegetativa puede necesitar un litro de agua cada 2-3 días. Sin embargo, en plena etapa de floración, algunas plantas pueden necesitar un litro (o más) casi a diario.
2. Medio
El medio de cultivo empleado es posiblemente el factor que más influye en la frecuencia de riego. Existe una amplia variedad de sustratos a disposición de los cultivadores de marihuana, cada uno con sus ventajas e inconvenientes.
La tierra tradicional es una elección muy habitual y constituye la base de las mezclas preferidas de muchos cultivadores. La retención de agua de la tierra es bastante alta, por lo que cuando está húmeda se vuelve bastante densa. Por ello, hay que regarla con menos frecuencia que con otros medios, como por ejemplo la fibra de coco. Aunque pueda parecer una ventaja, la capacidad de la tierra para retener el agua puede acarrear problemas.
Si el agua no drena con suficiente rapidez, te arriesgas a que se pudran las raíces, o a que se forme moho e infecciones fúngicas. Si cualquiera de estos problemas se desarrolla en lo más profundo de la tierra, es una sentencia de muerte casi segura para una planta, e incluso puede contaminar toda la cosecha.
Por este motivo, la mayoría de los cultivadores prefieren mezclar tierra con coco para favorecer la aireación, o también añaden perlita para absorber parte del agua contenida en el terreno. Las proporciones específicas utilizadas afectarán a la frecuencia de riego de las plantas. Como siempre, tu planta te dirá lo que necesita. Si parece sana, estás haciendo un buen trabajo.
3. Tamaño del tiesto
Aparte del medio, el tamaño de las macetas donde cultives será lo que más influya en la cantidad de agua requerida. Un riego abundante puede suponer un 25-30% del volumen total del tiesto. Pero es mejor no efectuarlo de una sola vez.
Supongamos que utilizas una maceta de 20 litros rellena con una mezcla de tierra y coco. Empieza vertiendo 2 litros de agua (el 10% del volumen total del recipiente), asegurándote de regar uniformemente alrededor de toda la planta.
Ahora, levanta la maceta y observa si hay escorrentía. Si ves que sale un poco, perfecto, puedes dejar de regar. Si no sale agua al cabo de 30 segundos, añade medio litro más y repite el proceso hasta que empiece a salir agua por la base del tiesto.
Ten en cuenta que si utilizas macetas de tela, es probable que salga parte del agua por los lados, lo cual es bueno, pero asegúrate de que también salga por la base.
4. Entorno
El calor ambiental, la humedad y la circulación del aire en el espacio de cultivo influyen mucho en el programa de riego. Como es lógico, unas condiciones cálidas y secas provocarán que la planta consuma más agua y que la tierra la evapore con mayor rapidez. Además, una mayor corriente de aire alrededor de la base de la planta secará la capa superior de la tierra (lo cual es muy bueno, porque a muchas plagas les encanta la tierra húmeda).
Lo ideal es mantener el espacio de cultivo a unos 25-30° C y la humedad en torno al 60% (45% durante la etapa de floración). Para ello puede ser necesario utilizar humidificadores, deshumidificadores, ventiladores o incluso aparatos de aire acondicionado. Pero mantener las plantas en estos valores les ayudará a utilizar el agua de la forma más eficaz.
El tipo de iluminación también influye en el programa de riego. Si utilizas lámparas HPS que desprenden calor, mantener la zona refrigerada puede ser un verdadero reto. Por otra parte, los cultivadores de climas fríos pueden tener dificultades para mantener el calor si utilizan lámparas LED.
5. Cultivo en exterior
Todo lo que hemos comentado hasta ahora se dirige a los cultivadores de interior, ya que pueden controlar el entorno de sus plantas. Sin embargo, si cultivas en exterior, las cosas se complican enseguida. En primer lugar, es probable que tengas que regar todos los días, ya que el sol y el viento secan el suelo de forma natural.
A no ser que llueva, claro. Si no tienes un invernadero o algún tipo de cobertura, es imposible que controles totalmente el programa de riego de las plantas. A los cultivadores de exterior les suele merecer la pena invertir en un medidor de suelo para supervisar la humedad presente en el entorno de las plantas. Como no puedes controlar la escorrentía, es la única forma de saber lo que ocurre realmente.
Además, el gran tamaño de las plantas de exterior hace que gran parte de las cifras citadas anteriormente carezcan prácticamente de sentido. Una planta de 3 metros en pleno verano puede beber más de 10 litros de agua al día.
¿Con qué frecuencia debo regar las plantas de marihuana?
Una cosa es saber cuánta agua necesitas, y otra muy distinta es determinar con qué frecuencia debes administrarla.
Regando las plántulas de marihuana
Este es el momento más vulnerable de las plantas de cannabis, por lo que hay que prestarles una atención especial. Una vez trasplantada a la tierra, es importante no excederse con el primer riego. Las plantas echan las raíces en busca de agua: si se riega en exceso y muy cerca, la planta no desarrollará una estructura radicular lo bastante fuerte como para sostenerla durante la etapa de floración.
Muchos cultivadores optan por iniciar las plántulas en macetas pequeñas para facilitar un riego uniforme antes de trasplantarlas a macetas más grandes al cabo de unas semanas. Sin embargo, también es posible sembrar las plántulas directamente en la maceta en la que pasarán toda su vida.
Cuando riegues por primera vez la plántula, vierte una pequeña cantidad de agua (unos cientos de mililitros serán suficientes) haciendo un círculo alrededor de su base. Comprueba a diario la humedad de la tierra introduciendo un dedo hasta el primer nudillo (unos 2 cm). Al cabo de unos días, la tierra se habrá secado y deberás repetir el proceso.
Riego de la marihuana durante la etapa vegetativa
Cuando tu planta de cannabis haya superado la fase de plántula, ha llegado el momento de ponerse manos a la obra. Como ya hiciste con anterioridad, comprueba la humedad de la tierra introduciendo un dedo en ella y, una vez que esté seca, es hora de regar la planta adecuadamente.
La cantidad exacta de agua necesaria dependerá de los factores que describiremos a continuación, pero debes regar lo suficiente como para que se produzca cierta escorrentía. Es importante que la tierra esté húmeda durante todo el proceso.
Por término medio, lo aconsejable es regar cada 2-4 días. Si la tierra se seca con mayor o menor rapidez, quizá debas comprobar los niveles de humedad. En esta fase de crecimiento debería rondar el 60%. Del mismo modo, si la tierra sigue húmeda al cabo de 5-6 días, es posible que tengas un problema de drenaje o aireación. Utilizar macetas de tela en lugar de plástico te ayudará a mantener la tierra húmeda de manera uniforme.
Riego del cannabis durante la etapa de floración
Llegados a este punto, simplemente continúa haciéndolo como hasta ahora. Las plantas de cannabis en etapa de floración tienen sed y beben mucha más agua. Es probable que tengas que regarlas cada dos días. Ahora, la humedad debería estar próxima al 45%, así que no pierdas de vista la capa superior del suelo.
¿Cuál es el mejor momento para regar las plantas de marihuana? ¿Debo regar por la noche?
Existe cierta controversia sobre la mejor hora del día para regar las plantas de cannabis. Algunos cultivadores creen que la marihuana debe regarse por la noche, pero la mayoría sugiere que sea a primera hora del día.
Los que creen que se deben regar por la noche sostienen que, en un entorno natural, las precipitaciones no caen cuando brilla el sol porque hay nubes. Muchos afirman también que si las gotas de agua que reposan sobre las hojas se exponen al calor y a la luz brillante, pueden actuar como «lupas» y quemar las hojas.
Parece que esto es simplemente un mito, aunque pueden producirse quemaduras en las hojas por el contacto prolongado con algunos fertilizantes.
La mayoría de los cultivadores de exterior te dirán que riegues por la mañana. Así te aseguras de que el agua penetre en la tierra antes de que el calor del día la evapore por completo. De esta forma, la planta dispondrá de agua y nutrientes suficientes para hacer la fotosíntesis.
Pero… si no estamos cultivando al aire libre, ¿qué se hace? Pues resulta que se aplica exactamente el mismo principio. El mejor momento para regar las plantas es justo después de encender las luces. Esto es especialmente importante si utilizas lámparas HPS que desprenden calor, ya que tienden a secar la tierra, pero incluso los cultivadores que utilizan lámparas LED deben ceñirse a este horario.
En cualquier caso, se pueden evitar por completo posibles problemas si se tiene la precaución de dirigir el agua hacia la tierra y no hacia las hojas.
Ten en cuenta que estos horarios son sólo aproximaciones. Si en algún momento observas que la planta recibe un riego excesivo o insuficiente, deberás hacer ajustes inmediatamente.
¿Necesitan más agua mis plantas de marihuana?
Las plantas necesitan agua, así que más agua se traduce en mejores plantas, ¿no? Pues sí y no. Aunque muchos cultivadores temen un riego insuficiente, el exceso de agua es mucho más frecuente y podría decirse que aún más peligroso.
Regar en exceso puede provocar la aparición de moho, hongos o incluso pudrir las raíces. Además, un riego excesivo puede ser aún más difícil de resolver, ya que la solución no es tan sencilla como «añadir agua y ya está». El gran problema es que los síntomas del riego excesivo y del riego insuficiente son muy parecidos, y saber cuál es de los dos puede resultar confuso.
En ambos casos, las plantas se marchitan, se caen y, en general, tienen un aspecto triste. Sin embargo, los cultivadores experimentados pueden detectar rápidamente la diferencia observando de cerca las hojas: si se vuelven marrones y crujientes en los bordes, no está recibiendo suficiente agua.
Por otro lado, una planta que ha sido regada en exceso desarrollará hojas cuya punta mira hacia abajo y toda la planta se notará pesada y húmeda.
En cualquier caso, comprueba la tierra. Si está seca, la planta necesita más agua y el problema debería resolverse por sí solo al cabo de un día más o menos. Si la tierra está demasiado húmeda, entonces el problema es otro. Las plantas regadas en exceso pueden salvarse, pero sin duda es más difícil. Si la planta se está ahogando, echa un vistazo a nuestra guía y lee el apartado de riego en exceso, ahí encontrarás la información necesaria para intentar salvarla.
Cómo preparar el agua para las plantas de marihuana
Como se suele decir, «somos lo que comemos», y las plantas no son distintas. Dedicar el tiempo necesario a preparar adecuadamente el agua garantizará que tus plantas de cannabis aprovechen al máximo los recursos disponibles y dará lugar a ejemplares más felices y sanos.
Mezclas de nutrientes
Seguramente los nutrientes sean el factor más importante si no se tiene en cuenta el agua. Existen cientos de combinaciones de micronutrientes que ofrecen diversas ventajas: cogollos más grandes, maduración más rápida o mayor crecimiento de las raíces. En general, cada uno de ellos tiene su utilidad, pero no es necesario aplicarlos todos a la vez.
Si estás empezando en el mundo del cultivo, lo único que necesitas es un buen pack vegetativo, de floración y micro. Todos los productores importantes de nutrientes venden algún tipo de pack de inicio «todo en uno» y eso es todo lo que necesitas. A medida que cultives unas cuantas plantas de marihuana, aprenderás lo que funciona mejor. No temas experimentar, aunque lo mejor es cambiar sólo una cosa cada vez.
Al principio, mezclar nutrientes puede parecer complicado, pero es aparentemente sencillo. Sólo tienes que seguir las instrucciones del envase. Los fabricantes saben lo que hacen y han desarrollado estas mezclas para utilizarlas siguiendo unas pautas concretas. En lo referente a los nutrientes de la marihuana, más NO es mejor. Añadir demasiados nutrientes es una manera certera de matar a tus plantas.
Una vez añadidos todos los ingredientes, remueve la mezcla enérgicamente. El objetivo es crear una solución totalmente homogénea para garantizar que todas las plantas reciben la cantidad que necesitan.
Ajuste del pH
Otro aspecto esencial que debes controlar es el nivel de pH. Aunque el pH del suelo es la cifra más importante, controlar que el agua suministrada a las plantas esté dentro del rango ideal resulta de gran ayuda. El pH óptimo para las plantas de cannabis está entre 6,0 y 7,0, siendo mejor un poco más bajo; 6,4 es un buen objetivo a alcanzar. Ten en cuenta que si se trata de un cultivo hidropónico, el pH ideal es ligeramente inferior (5,5-6,0).
El método más barato y sencillo de controlar el nivel de pH es utilizar un líquido de análisis específico. A cualquiera que haya estudiado ciencias en el instituto le resultará familiar, y sólo requiere unos segundos. Llena un pequeño tubo de ensayo con el agua que vas a utilizar, deja caer unas gotas del líquido de análisis, agítalo bien y consulta la tabla de colores. Es una lectura imperfecta, pero más que exacta para la mayoría de los usos.
Un medidor digital de pH es, con diferencia, el mejor medio y el más preciso, por lo que muchos cultivadores acaban adquiriendo uno. Los más básicos se pueden encontrar por menos de 20 €, pero en realidad no son más fiables que el líquido de prueba. Si quieres obtener las lecturas más precisas, tendrás que desembolsar un poco más para asegurarte unas lecturas más exactas.
Hoy en día, muchos de los medidores más avanzados no sólo miden el pH, sino también la CE (conductividad eléctrica) y las PPM (partes por millón), por lo que pueden proporcionar información muy detallada sobre el estado del agua.
Si cultivas en un entorno nuevo, comprueba siempre el pH básico del agua antes de añadir nutrientes u otros aditivos. Si, como ocurre en muchas zonas rurales o edificios antiguos, el agua es especialmente dura, necesitarás una solución reductora del pH. Se trata básicamente de un ácido suave que compensará la naturaleza básica del agua dura. Del mismo modo, si el pH natural del agua es inferior a 6,0, tendrás que aumentarlo. Todas las marcas de nutrientes venden alguna variante de estos productos, así que compra el que te resulte más cómodo.
Una vez que sepas lo que necesitas, es hora de ponerse a mezclar. Añade siempre la solución de pH después de haber agregado el resto de los nutrientes, ya que cada aditivo puede afectar al valor del pH del agua. Al ajustar el pH, un poco da para mucho. Utiliza menos de lo que creas que vas a necesitar, remueve bien y vuelve a probar. Puede que necesites varios intentos para conseguirlo, pero una vez que tengas las proporciones correctas, siempre será más o menos lo mismo.
Ósmosis inversa
No es algo que necesite todo el mundo, pero si utilizas agua de pozo, agua de un arroyo o lago, o simplemente no tienes un acceso fiable a agua potable limpia, entonces es una buena idea considerar el uso de un filtro de ósmosis inversa.
Básicamente, filtran todo lo que pueda estar flotando en el agua: metales pesados, sales, minerales e incluso bacterias. Aunque muchos cultivadores a escala comercial consideran que la inversión merece la pena, instalar uno en casa puede resultar caro, ya que muchos sistemas cuestan cientos o miles de euros.
Cómo regar la marihuana
Bien, ahora que ya hemos visto qué cantidad y con qué frecuencia se debe regar, es hora de explicar cómo hacerlo. Aunque regar una planta puede ser tan sencillo como, bueno, regarla, hay que hacer algo más si quieres sacar el máximo partido a tu cultivo.
El mejor consejo en términos generales a la hora de regar las plantas de marihuana es el siguiente: riega menos, pero riega bien. Suena bien, pero ¿qué significa en realidad? Bueno, como hemos mencionado antes, deberías regar las plantas de cannabis cada pocos días, no todos los días. Las plantas no son como las personas, no necesitan estar comiendo a todas horas.
Si les proporcionas el agua y los nutrientes suficientes para que duren unos días (y les das tiempo para utilizarlos todos), evitarás que las plantas se quemen con los nutrientes, seguirán creciendo en busca de su próxima comida y el pH del suelo no se disparará.
Volvamos al ejemplo que hemos mencionado anteriormente: Estamos cultivando cuatro plantas cada una en una maceta de tela de 20 litros. ¿Cómo las regamos?
Paso 1: Estima la cantidad total de agua
Empezaremos con el 25% del volumen total de tierra utilizada. Dado que empleamos 80 litros de tierra, es probable que necesitemos 20 litros de agua. No es necesario que todo esté en el mismo recipiente: lo ideal es una regadera de 10 litros, fácil de transportar, rápida de llenar y un número redondo ideal para hacer los cálculos.
Paso 2: Haz la mezcla
Vale, ya tenemos 10 litros de agua en una regadera, ¿y ahora qué? Bien, ahora es el momento de consultar las instrucciones de los nutrientes. En este momento, las plantas de marihuana están en fase vegetativa y la marca que utilizamos recomienda la siguiente mezcla:
- 1,8 mL/L de nutrientes de crecimiento.
- 1,2 mL/L de micronutrientes.
- 0,6 ml/L de nutrientes de floración.
Haciendo unas cuentas muy básicas, necesitamos un total de 18 ml de crecimiento, 12 ml de micro y 6 ml de floración. Añádelos de uno en uno y mezcla bien el agua. Ahora tendrás que comprobar el nivel de pH y ajustarlo según corresponda.
Llegados a este punto, conviene mencionar que no es necesario que añadas nutrientes cada vez que riegues. Dependiendo de la frecuencia con que alimentes las plantas, puede que te venga bien usar agua pura cada 3-4 riegos. Así te asegurarás de que la planta ha utilizado todos los nutrientes antes de añadir más. La sobrealimentación puede provocar la quemadura de nutrientes, lo cual puede ocasionar graves daños si no se trata.
Paso 3: Vierte el agua en la tierra
Puede resultar tentador vaciar la regadera entera de una vez, pero tómate tu tiempo. Empieza por el centro de la maceta y vierte aproximadamente un tercio de lo que piensas utilizar. Riega despacio y asegúrate de cubrir toda la zona de la base de la planta. Deja que el agua se asiente y se extienda durante uno o dos minutos antes de ir regando lentamente alrededor del borde del tiesto.
No te pases, regar en exceso (como ya hemos comentado) es un grave riesgo. Que creas que necesitarás 5 litros por planta no significa que la planta esté de acuerdo. Cuando empieces a ver escorrentía, habrás terminado por el momento.
Ten en cuenta que, como sólo hemos utilizado una regadera de 10 litros, esta cantidad es suficiente para 2 de las 4 plantas, así que tendremos que hacerlo todo de nuevo. Regar correctamente lleva su tiempo, asume el compromiso.
Paso 4: Tratamiento del agua de escorrentía
Una vez que empieces a ver agua de escorrentía, ya (casi) has terminado, sólo queda un último paso vital. Nunca dejes el agua escurrida en la base de la maceta. Es un caldo de cultivo para todo tipo de infestaciones y una forma segura de dañar los cultivos.
Hay varias formas de eliminar la escorrentía, pero la más sencilla es utilizar una toalla para absorber el agua que sale del fondo de la maceta. Puede llevar un poco de tiempo, pero no entraña riesgos. Otra opción es colocar las bandejas debajo de las macetas, ligeramente inclinadas, con un orificio de drenaje en otro recipiente. Esto requiere un poco más de preparación, pero facilita la limpieza. Si cultivas varias plantas de cannabis, merece la pena ahorrar tiempo.
Muchos cultivadores también comprueban el pH y el total de sales disueltas (TDS) del agua de escorrentía. Hacerlo, y comparar los resultados con el agua que echas, puede darte una buena idea del rendimiento de las plantas bajo tierra.
¿A qué estás esperando? ¿A que llueva? ¡Al agua patos!
Regar la hierba es una de esas cosas aparentemente sencillas. Aunque, en esencia, es tan fácil que hasta un mono bien entrenado podría hacerlo, su importancia para mantener la salud de una planta de cannabis hace que no debas tomártelo a la ligera.
Si sigues estos pasos y prestas atención, darás a tus plantas todo lo que necesitan, no sólo para crecer, sino para desarrollarse plenamente.
- Disclaimer:Las leyes y regulaciones relativas al cultivo de cannabis difieren de un país a otro. Por lo tanto, Sensi Seeds recomienda encarecidamente que se revisen las leyes y regulaciones locales. No se debe actuar en contra de la ley.
a una maceta de 50 L y unas plantas de aprox. 75cm, cuánta cantidad de agua es la recomendable?
Hola Samuel,
Sentimos no poder proporcionarte ese tipo de información desde el blog de Sensi Seeds, pero puedes plantear tu pregunta a otros aficionados al cannabis, así que ¡no dudes en visitar nuestro Foro! Es el sitio perfecto para compartir experiencias relacionadas con el cultivo o cualquier otro aspecto relacionado con nuestra querida planta. Aquí tienes el link:
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¡Saludos!
Hola Samuel del de la cantidad de litros de la maceta es la cuarta parte que se agrega. 12,5 lts de agua. Te recomiendo 10 lts o un poco menos hasta que crezca más le agregas más. Suerte
mi planta tiene unos 30 centímetros pero aun no echa mas hojas ni florece mas porque razón será y se ve como una pasita como desnutrida qué puedo hacer?
Hola Marie,
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Tengo un par de skunk #1.. De interior pero no tengo armario ni focos ni nada… Solo sol agua y oscuridad… Tengo alguna posibilidad de que me salgan bien?
Hola Nano,
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Incointro hojas amarillas en la planta eso que es?exceso de agua o falta de agua.,a una maceta de 130 l le pongo sobre 15 l de agua.
Hola amigo,
Para este tipo de cuestiones, no dudes en visitar nuestro Foro:
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uno de ellos te ayudará con lo que necesites.
Saludos,
hola las hojas de mi plantita de marihuana, se estan poniendo amarillas en la parte de abajo, mide como 90 centimetros de alto,
Puede tratarse de exceso de cloro. Intenta reposar el agua de riego al menos unas 24 horas antes de utilizarla.
Puede ser falta de Nitrógeno también, sobre todo en la floración