Unas plantas sanas generan una cosecha saludable, y la ventilación es uno de los aspectos más importantes a la hora de producir marihuana. Los armarios de cultivo permiten cultivar durante todo el año, pero sin una ventilación adecuada, las plantas pueden sufrir algunos problemas. Exploremos la importancia de la ventilación y su impacto en el cannabis.
¿Por qué es necesario ventilar los armarios de cultivo?
Al aire libre, las plantas de cannabis están constantemente expuestas a los elementos naturales, lo que incluye una brisa regular y un suministro constante de dióxido de carbono. En consecuencia, los cultivadores de interior tratan de recrear ese entorno natural, y un buen sistema de ventilación puede conseguirlo.
Un sistema de ventilación adecuado repone el aire fresco necesario para la fotosíntesis, regula los niveles de temperatura y humedad y previene el desarrollo de enfermedades y plagas.
Circulación del aire
Sin un suministro constante de aire fresco, las plantas no pueden realizar la fotosíntesis y acaban pereciendo. La fotosíntesis es un proceso que convierte la energía luminosa en energía química. Las plantas utilizan la luz solar natural y el dióxido de carbono para crear hidratos de carbono esenciales, liberando oxígeno como subproducto.
Control de la humedad
A lo largo del ciclo de cultivo, las plantas de marihuana transpiran de forma natural a través de los estomas y las cutículas de las hojas. Este fenómeno aumenta la humedad dentro de la zona de cultivo, por lo que resulta fundamental reponer el aire para evitar que quede estancado y que aparezcan hongos patógenos.
Temperatura
Es bien sabido que las temperaturas extremas y los cambios drásticos de humedad pueden afectar enormemente al rendimiento. Tanto las lámparas HPS como las LED desprenden calor en exceso, por lo que una buena circulación de aire ayuda a modular la temperatura.
Evita la aparición de plagas perjudiciales
Una atmósfera estancada favorece la aparición de plagas perjudiciales, entre las que encontramos pulgones, arañas rojas y mosquitos. Reducir la humedad y eliminar el aire viciado crea un entorno desfavorable para los parásitos y las enfermedades.
Así pues, si no existe una ventilación adecuada, puede disminuir el rendimiento potencial y aumentar el riesgo de plagas y enfermedades.
Principios fundamentales sobre la ventilación de los armarios de cultivo
Una buena ventilación dentro del armario proporciona aire fresco constante, al tiempo que regula la temperatura, la humedad, el ruido y los olores. Favorece la entrada de aire fresco del exterior, reemplazando el aire viciado cálido y aumentando los niveles de dióxido de carbono. Un sistema de ventilación contiene seis componentes principales, los cuales vamos a detallar a continuación.
1. Ventilador integrado
Un ventilador integrado se encarga de mantener el ambiente estable y controlado dentro del cuarto de cultivo ya que regula el caudal de aire, la temperatura, la distribución del dióxido de carbono y la humedad. Se acopla a la entrada o a la salida de los conductos de ventilación. Permite introducir en la zona de cultivo aire fresco procedente del exterior, proporcionando a las plantas el intercambio y la circulación de aire necesarios para distribuir un suministro adecuado de dióxido de carbono (CO2), facilitando así la fotosíntesis.
Para que la marihuana crezca de forma óptima necesita unos niveles concretos de temperatura y humedad. Los ventiladores integrados pueden ayudar a eliminar el aire caliente, estancado y húmedo, renovándolo. Un calor o humedad excesivos pueden aumentar el riesgo de infestaciones parasitarias o la aparición de enfermedades como la botritis y el moho. Un flujo de aire adecuado también ayuda a fortalecer los tallos de las plantas, lo que puede ser beneficioso para su desarrollo y dar lugar a cosechas más sanas y productivas.
2. Extractor de aire
Los extractores de aire desempeñan un papel esencial en el control y la regulación de la atmósfera dentro de la zona de cultivo. Se encargan de aspirar el aire contaminado, haciéndolo pasar por un filtro de carbón antes de liberarlo al medio ambiente. Ayudan a controlar las temperaturas dentro del área de cultivo, fomentando un crecimiento sano.
Los ventiladores proporcionan a las plantas una circulación ambiental constante, introduciendo aire fresco y expulsando el estancado. También ayudan a controlar los olores gracias al filtro de carbono que incorporan. Por último, pero no por ello menos importante, facilitan la eliminación del exceso de humedad en la zona de cultivo, reduciendo así la posibilidad de que aparezcan enfermedades y bichos indeseados.
3. Ventiladores oscilantes
Un ventilador oscilante favorece la circulación del aire y mantiene un microclima estable dentro de la sala de cultivo. Estos ventiladores se instalan en el perímetro interior y ayudan a mover el aire a través del dosel, tanto por encima como por debajo, a la vez que limitan el estancamiento de aire alrededor de las plantas.
La ligera corriente de aire imita los patrones naturales del viento, y los ventiladores rotan lentamente cubriendo cada zona. Este suave movimiento ayuda a fortalecer los tallos de las plantas y propicia un crecimiento sano.
4. Conductos de ventilación
Los conductos de ventilación canalizan el aire estancado, la humedad y el exceso de calor, ayudando a mantener un entorno de cultivo óptimo. Se utilizan habitualmente para conectar ventiladores extractores y filtros de carbono, y son más eficaces en zonas de cultivo extensas.
Generalmente están hechos de aluminio, ya que puede adaptarse con facilidad. Para garantizar una circulación del aire y una ventilación adecuadas, es esencial tener en cuenta el tamaño y la longitud de los conductos y el volumen de la zona de cultivo.
5. Filtro de carbono
El filtro de carbón es indispensable en aquellas variedades que desprenden un olor intenso durante la etapa de floración, ayudando a eliminar los aromas no deseados del ciclo de cultivo. Utiliza el principio de absorción para eliminar los compuestos aromáticos del aire. El carbón cubre una superficie extensa, de manera que un gramo de carbón puede abarcar una superficie de 3.000 metros cuadrados, lo que resulta ideal para neutralizar el olor penetrante de las plantas de marihuana.
Existen dos tipos principales de filtros de carbón: granulares y de bloque. Los filtros de bloque se utilizan principalmente en explotaciones a gran escala. Sin embargo, para los cultivadores aficionados, el filtro granular es el complemento perfecto para armarios y zonas de cultivo pequeñas.
6. Ventiladores de refuerzo
Los ventiladores de refuerzo mejoran la circulación del aire al tiempo que mantienen unos niveles adecuados de ventilación, temperatura y humedad en el entorno de cultivo. Garantizan una corriente de aire suficiente por todo el dosel y el follaje inferior, limitando el desarrollo de botritis y plagas al eliminar el aire estancado perjudicial. A la hora de seleccionar un ventilador de refuerzo es esencial tener en cuenta el tamaño y el número de plantas de la zona de cultivo, así como el equipo utilizado.
¿Qué significa la medida de «pies cúbicos por minuto»?
Los pies cúbicos por minuto (CFM por sus iniciales en inglés) son una unidad de medida del sistema imperial que se utiliza específicamente para describir la velocidad volumétrica de un caudal de aire. Representa la cantidad de aire que fluye a través del área de cultivo en un minuto. El término «pies cúbicos» se refiere al volumen de aire medido, y «por minuto» indica el periodo sobre el que se realiza la medición.
A menudo se utiliza para determinar la eficacia y capacidad de los sistemas de ventilación, ayudando a evaluar la rapidez con que puede circular, intercambiarse o filtrarse el aire en un espacio determinado. Es crucial para regular adecuadamente la calidad y la temperatura del aire.
Como los requisitos relativos al caudal de aire se especifican en el sistema imperial, los que utilicen el sistema métrico deben convertir los centímetros en pies dividiendo cada medida por 30,48. Por ejemplo, si tenemos una superficie de cultivo de 120 cm de altura, 60 cm de anchura y 120 cm de longitud, dividiremos cada una de ellas por 30,48.
Altura: 120 cm / 30,48 = 3,94 ft
Longitud: 120 cm / 30,48 = 3,94 ft
Anchura: 60 cm / 30,48 = 1,95 ft
Factores que influyen en el movimiento de aire dentro del armario de cultivo
Para que la circulación de aire dentro de la zona de cultivo sea óptima es necesario considerar diversos factores. Veamos pues los seis elementos más importantes.
1. Tamaño de la zona de cultivo
Si desarrollas tu cosecha en un pequeño armario de cultivo, no vas a necesitar la misma corriente de aire que si lo haces en un extenso invernadero. A la hora de seleccionar el equipo adecuado para el ciclo de cultivo es esencial evaluar las dimensiones de la zona de cultivo y calcular su volumen para determinar las herramientas adecuadas necesarias.
2. Tasa de intercambio
En general, para conseguir un crecimiento óptimo, los cultivadores experimentados recomiendan reponer el volumen de aire de la zona de cultivo en un intervalo de uno a tres minutos. Por ejemplo, si tu zona de cultivo tiene un volumen de 150 pies cúbicos, necesitarías un caudal de aire de 150-450 pies cúbicos por minuto (CFM).
3. Sistema de ventilación y equipamiento asociado
En general, un sistema de ventilación clásico para armarios de cultivo consta de dos ventiladores: uno de evacuación y otro de admisión. El extractor elimina el calor excesivo y el aire estancado, mientras que el ventilador de admisión aspira aire fresco. La potencia de estos ventiladores debe seleccionarse en función de las dimensiones del armario y de la tasa de intercambio de aire deseada.
4. Condiciones ambientales
La temperatura exterior puede afectar a la interior, y los cultivadores suelen aumentar el caudal de aire en días calurosos para evitar la aparición de moho. La ubicación del armario, ya sea en un altillo, un sótano o dentro de una caseta aislada, también puede aumentar o disminuir el caudal de aire óptimo en función de las condiciones ambientales.
5. Admisión de aire
Paralelamente a la admisión de aire activa, la toma pasiva puede ayudar a aumentar el caudal de aire de la zona de cultivo. Con la ayuda de unos ventiladores oscilantes colocados estratégicamente y unas pequeñas aberturas en la parte inferior de la zona de cultivo, se crea una diferencia de temperatura que forma una convección natural que introduce aire fresco en la zona.
6. Iluminación y consumo energético
La intensidad en vatios de la iluminación no influye directamente en los CFM recomendados. Sin embargo, una lámpara que suministre unos lúmenes elevados suele consumir una cantidad de energía más considerable, por lo que emite más calor. ¡El aumento de la temperatura a lo largo del ciclo de cultivo puede influir notablemente en el caudal de aire del cuarto de cultivo!
¿Qué caudal de aire necesita tu tienda de cultivo?
Para saber cuánto caudal de aire necesitas debes determinar el volumen del espacio de cultivo. Esta cifra corresponderá a los CFM necesarios para ventilarlo, aunque puede variar en función del número de plantas que se cultiven, la iluminación utilizada, el tamaño del espacio y las condiciones ambientales. En general, para determinar el volumen del armario de cultivo debes multiplicar su longitud, anchura y altura. Para nuestra hipotética zona de cultivo, el cálculo sería:
(longitud) x (anchura) x (altura) = volumen de la zona de cultivo
3,94 ft x 1,95 ft x 3,94 ft = 30,3 CFM
Para conseguir unas condiciones de cultivo óptimas, se recomienda intercambiar toda la circulación de aire de la zona de cultivo al menos una vez por minuto. Esto nos proporcionará una tasa de intercambio de aire mínima de 1. Multiplica la tasa de intercambio de aire por el volumen para hallar los CFM base mínimos.
((longitud X anchura X altura) x (tasa de intercambio de aire )) = CFM base
(3,94 x 1,95 x 3,94) x 1 = 30,3 CFM
La presencia de elementos de ventilación suplementarios en la zona de cultivo puede reducir el rendimiento de los ventiladores y obligar a aumentar el caudal de aire. Por tanto, para determinar los CFM necesarios hay que averiguar los porcentajes de eficacia del equipamiento extra.
Los conductos de ventilación son esenciales a la hora de controlar las corrientes de aire y afectan directamente a los CFM. Su tamaño y longitud pueden aumentar la superficie aérea a cubrir en la zona de cultivo, reduciendo el flujo de aire. Las curvas y codos de los conductos también pueden mermar drásticamente el caudal. Los cultivadores experimentados señalan que a la hora de calcular los CFM necesarios hay que añadir un 20% más por cada ángulo menor del conducto, mientras que por cada pie de conducto se necesita un aumento del 1% en el valor del CFM.
Por tanto, si nuestra hipotética zona de cultivo cuenta con un conducto de ventilación de 60 cm de largo, aumentaría los CFM necesarios en un 2%. Sin embargo, si ese mismo conducto tiene dos ángulos, añadiría un 40% adicional, lo que supondría un aumento global del 42%. Si para implementar una ventilación adecuada el CFM de base es de 30,3, se necesitarían otros 12,72 CFM adicionales para incorporar los conductos.
Los filtros de carbón limpian el aire de impurezas y retardan la velocidad de absorción. En general, los cultivadores describen un aumento del 25%, por lo que se necesitarían 7,5 CFM más para alcanzar el valor requerido. Las lámparas que emiten calor pueden afectar directamente al flujo de aire, por lo que es necesario aumentar los CFM hasta un 10% por cada 1000 W de potencia.
Conductos: 42%
Filtro de carbón: 25%
Lámparas: 10%
Aumento total (suma): 77%
En total, incluyendo todos los accesorios de ventilación, se produce un aumento del 77%. Por tanto, el CFM necesario es el 177% del volumen original. Para calcular los CFM necesarios, cambia el porcentaje a un valor decimal y multiplícalo por el volumen original del área de cultivo.
(Volumen del cuarto de cultivo) x (Accesorios) = CFM necesarios
30,3 x 1,77 = 53,6 CFM
Este resultado nos revela que para reponer adecuadamente el aire de nuestra zona de cultivo una vez por minuto necesitamos un ventilador con al menos 55 CFM.
Admisión activa y pasiva
La admisión pasiva y activa son dos formas de mantener un caudal de aire constante dentro de la zona de cultivo, eliminando al mismo tiempo el que queda estancado. Ambas facilitan la formación de un entorno de cultivo óptimo. A continuación desglosamos ambos métodos.
Admisión pasiva
La finalidad de la admisión pasiva es crear una presión que atraiga aire fresco de forma natural a través del dosel. Extraer aire fresco del exterior frena un exceso de calor y humedad en la zona de cultivo y favorece un crecimiento sano.
La admisión pasiva consiste en una abertura estratégicamente situada, normalmente en la parte inferior del armario de cultivo, para favorecer el flujo natural de aire hacia el interior. Los extractores se colocan en la parte superior, creando así una presión negativa dentro del armario. Se pueden hacer más aberturas para espacios de mayor tamaño, facilitando así el control adecuado de las condiciones ambientales deseadas.
Este tipo de ventilación está especialmente diseñada para que entre aire fresco de forma pasiva sin necesidad de un sistema de ventilación activo, constituyendo así un método económico y eficaz. Debido a su diseño relativamente sencillo, también es estupendo para aquellos principiantes que no quieren profundizar en otros métodos de ventilación. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la admisión pasiva sólo resulta adecuada en determinados escenarios de cultivo.
Admisión activa
Resulta fundamental mantener una tasa de intercambio de aire equilibrada dentro de la zona de cultivo. Un sistema de ventilación por admisión activa utiliza un ventilador de aspiración o de refuerzo para introducir en el espacio de cultivo aire fresco del exterior, mejorando las condiciones que favorecen la respiración de las plantas. Suelen colocarse en la parte inferior para captar el aire más fresco y se puede regular el caudal de aire.
También permite establecer un ciclo continuo de aire fresco y dióxido de carbono que ayuda a la fotosíntesis, evitando que se produzca una acumulación de aire estancado en el interior del dosel. Los cultivadores pueden conseguir unas condiciones óptimas regulando la cantidad de aire fresco que entra en la zona de cultivo. La admisión activa puede ayudar a equilibrar los niveles de CO2, evitando el exceso de humedad y la acumulación de calor, al tiempo que repercute en un crecimiento sano y unos rendimientos extraordinarios.
Configurar la ventilación: ¿cuál es tu método preferido?
Los extractores de aire y los sistemas con filtro de carbón pueden configurarse de varias maneras a fin de reponer el aire fresco y extraer el aire estancado no deseado. El objetivo principal es mantener las plantas sanas con unas condiciones ambientales óptimas.
Si el espacio dentro del armario es limitado, el sistema de ventilación puede instalarse fuera del mismo si es preciso. Sin embargo, se recomienda montar todos los sistemas de ventilación dentro de la zona de cultivo para minimizar el ruido. Echa un vistazo a los ejemplos siguientes:
1. Filtro de carbón > Extractor > Conductos de ventilación
Dentro de la zona de cultivo se puede conectar un filtro de carbono al extractor mediante conductos de ventilación, lo que permite depurar el aire de olores no deseados antes de impulsarlo a través de los conductos hacia el exterior. Para la mayoría de los cultivadores, esta es la configuración más sencilla y ayuda a minimizar el ruido ya que todo el equipo está dentro de la zona de cultivo.
2. Filtro de carbón > Conductos de ventilación > Extractor
El filtro de carbón se instala en el interior de la sala de cultivo, conectándose mediante conductos al extractor montado en el exterior. Los extractores hacen pasar el aire por el filtro de carbón y los conductos antes de volver a expulsarlo al exterior.
3. Extractor > Conductos de ventilación > Filtro de carbón
El extractor puede colocarse dentro de la zona de cultivo, mientras que el filtro de carbón se situaría fuera de la zona de cultivo. Al aspirar el aire a través de los conductos de ventilación y hacia el filtro de carbón se elimina el olor directamente antes de liberarlo al ambiente exterior. Sin embargo, ten en cuenta que introducir aire oloroso en el extractor puede perjudicar la salida del ventilador.
4. Conductos de ventilación > Extractor > Filtro de carbón
El ventilador y el filtro pueden instalarse fuera de la zona de cultivo. El ventilador extrae el aire del interior a través de los conductos de ventilación y el filtro de carbón. El aire sin olores sale al exterior de la zona de cultivo. Es un sistema de ventilación ideal para los que tienen poco espacio, pero puede ser bastante ruidoso para los que tienen un oído sensible. Para maximizar su eficacia, mantén los conductos de ventilación lo más rectos y cortos posible.
5. Filtro de carbón > Reflector > Extractor
Si utilizas lámparas HPS de alta potencia puedes instalar un extractor antes de una campana de refrigeración por aire. El extractor aspira el aire a través del reflector y lo hace pasar por los conductos de ventilación hasta el filtro de carbono antes de expulsarlo al ambiente.
Recuerda que a la hora de decidir la estrategia de ventilación adecuada deben tenerse en cuenta el tamaño del armario, el número de plantas y las condiciones ambientales.
¿Es imprescindible disponer de un sistema de ventilación en el armario de cultivo?
Si te estás planteando iniciar el ciclo de cultivo sin contar con una ventilación adecuada, ¡piénsatelo mejor! Esta decisión podría reducir drásticamente el rendimiento, además de entorpecer tu paciencia como cultivador. Un buen sistema de ventilación es esencial si quieres tener unas plantas sanas, perfiles de terpenos exóticos y rendimientos exuberantes.
Si quieres compartir tus ideas sobre sistemas de ventilación, háznoslo saber en los comentarios. ¿Algún truco o consejo? ¡Cuéntanoslo!
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