La curación de la marihuana es el último paso a realizar, y es un procedimiento muy importante que no se debe pasar por alto, ya que potencia el sabor, el aroma y el contenido de cannabinoides, al tiempo que se garantiza una experiencia suave al fumarlo o vaporizarlo. Veamos los fundamentos del curado: el qué, el cómo y el por qué.
Llevas meses cultivando, cosechando, recortando y secando cuidadosamente tu marihuana. Ahora estás ansioso por encender tu primer porro, ¡pero no te precipites! No basta con prestar atención a las técnicas de cultivo y cosecha para conseguir la combinación perfecta de humedad, sabor y aroma. Debes dar un paso más para garantizar que la hierba alcance su máximo potencial: primero hay que curar los cogollos.
Antes de curar tu marihuana: cosecha y secado
Antes de llevar a cabo el proceso de curado, el cannabis debe cosecharse adecuadamente y secarse al aire. Para cosechar las plantas, retira las hojas en abanico antes de cortarlas enteras y colgarlas boca abajo en la zona de secado. Asegúrate de dejar suficiente espacio entre las ramas para que circule bien el aire, lo que contribuirá a un secado uniforme y a evitar el moho. El tiempo que tarda la hierba cortada en seco en finalizar el secado suele oscilar entre 14 y 21 días, dependiendo del tamaño de los cogollos.
Es fundamental que la sala mantenga unas condiciones de secado óptimas, con temperaturas entre 18 y 20°C y una humedad relativa del 55-65%. Si hace demasiado calor, los cogollos se secarán rápidamente, lo que provocará la degradación de los terpenos; si hay demasiada humedad, aumentarán las probabilidades de que aparezca la botritis. Procura que el aire circule utilizando ventiladores, y usa un deshumidificador si es necesario. No caigas en la tentación de aumentar el calor y bajar la humedad para acelerar el secado, ya que esto deterioraría la hierba.
Durante el secado, gira los cogollos regularmente para que se sequen de forma uniforme. El proceso termina cuando los cogollos se notan secos al tacto y los tallos se rompen en lugar de doblarse. Una vez que el cannabis está seco, es fundamental retirar los cogollos y recortar las hojas de azúcar para que tengan un aspecto limpio. Tras el corte, los cogollos están listos para someterse al proceso de curado. Pero ¿qué es el curado de la marihuana?
¿Qué es el curado de la marihuana?
El curado del cannabis es un proceso que facilita la redistribución de la humedad residual en el interior de los cogollos, al tiempo que permite eliminar el exceso de humedad. Consiste en almacenar los cogollos de marihuana secos en recipientes de cristal herméticos y «hacerlos eructar» para reponer el aire fresco en los tarros. Este procedimiento exige una cuidadosa atención en todos los detalles para garantizar los mejores resultados. ¿Por qué es tan importante este paso? Veamos por qué curar el cannabis es una buena idea.
Los beneficios de curar la marihuana
El curado del cannabis contribuye a que los cogollos cosechados desplieguen la mejor calidad, carácter y complejidad, como ocurre con un buen vino. Saltarse este paso puede dar como resultado una marihuana que huele a hierba, de humo áspero e irritante y sabor desagradable. He aquí tres ventajas principales de curar la hierba:
1. Mejora del perfil de terpenos
A lo largo del proceso de curado se descomponen compuestos no deseados, como la clorofila, lo que ayuda a eliminar el característico sabor a hierba que suele asociarse a una marihuana mal curada. Al mismo tiempo, los compuestos aromáticos conocidos como terpenos, responsables de la fragancia y los sabores propios de cada variedad de cannabis, se vuelven más pronunciados y refinados. Como resultado, la experiencia de fumar o vapear es más sabrosa.
2. Mejora el contenido de cannabinoides
El curado de la marihuana es vital para preservar su potencia manteniendo sus niveles de cannabinoides, pues los protege de la degradación provocada por la exposición al aire y a la luz, garantizando un producto de calidad superior.
Además, el curado produce un aumento relativo de la concentración de cannabinoides. Aunque la cantidad total de cannabinoides sigue siendo la misma, la reducción de la humedad durante el proceso de curado conlleva que, por peso, la marihuana curada sea más rica en cannabinoides que su homóloga fresca.
3. Una experiencia más suave al fumar
Cuando la marihuana se seca y se cura adecuadamente, se evapora el exceso de humedad y la que queda se distribuye uniformemente, desde las hojas exteriores hasta el interior de los cogollos. Esta uniformidad en la distribución de la humedad dificulta la aparición de moho y otros microorganismos potencialmente dañinos, permitiendo una combustión uniforme y constante y una experiencia más suave y placentera al fumar.
Guía paso a paso para realizar el curado
Ahora que conoces las ventajas del curado, repasemos los pasos necesarios para conseguir el curado perfecto. Para curar la hierba, necesitarás:
- Recipientes herméticos de vidrio
- Higrómetros
- Flor de marihuana seca
- Packs de humedad
1. Introduce los cogollos secos, sin apretarlos, en recipientes de cristal herméticos.
Para garantizar que la marihuana se conserve fresca y sin humedad es fundamental rellenar holgadamente el recipiente hermético. Así evitarás la acumulación de humedad y aire estancado, lo cual podría aumentar la posibilidad de que se desarrolle botritis o moho. También se recomienda colocar un pequeño higrómetro en cada uno de los recipientes para controlar con precisión los niveles de humedad. Una vez que hayas rellenado el tarro con cogollos secos, ciérralo herméticamente y guárdalo en un lugar fresco, seco y oscuro.
2. Comprueba los niveles de humedad
Los cogollos se empezarán a ablandar al cabo de uno o dos días, ya que la humedad del interior habrá empezado a migrar hacia el exterior. Con el higrómetro podrás medir el nivel de humedad relativa, que debe mantenerse en torno al 50-60%. Añade un pack de humedad (de venta en tiendas especializadas) para reponer la humedad si los cogollos se secan en exceso. Si la humedad es superior al 65%, deja la tapa abierta varias horas al día y luego vuelve a cerrarla. Sigue comprobando los niveles de humedad y repite la operación si es necesario.
3. Renueva el aire
Durante la primera semana, abre los recipientes (proceso llamado vulgarmente «eructar») de una a tres veces al día, durante cinco minutos, para liberar la humedad y reponer el oxígeno. Pasada una semana, sigue eructando la hierba cada dos días y luego una vez a la semana a medida que continúas el seguimiento y el curado. Si los cogollos huelen a moho o a amoníaco en cualquier momento del proceso de curado, mantén la tapa cerrada durante un día y comprueba si mejora el olor.
4. Espera a que finalice la curación
El proceso de curado de la marihuana suele durar entre dos y ocho semanas. Sin embargo, algunos cultivadores pueden prolongar este periodo varios meses para obtener resultados óptimos. La hierba bien curada desprende un olor intenso, fragante y «maduro». Los cogollos se notan secos al tacto, pero con una textura ligeramente esponjosa, manteniendo su forma al apretarlos. Algunos cultivadores de cannabis dejan curar la hierba hasta seis meses, pues creen que cuanto más tiempo, más beneficios se obtienen.
Ajuste de la humedad para fumar, vapear o bongs
Tal vez te interese ajustar los niveles de humedad relativa de la marihuana según el método de consumo que elijas. En cualquier caso, evita una humedad relativa inferior al 50%, ya que puede generar un humo áspero e irritante y un vapor menos sabroso.
Para porros, pipas o bongs, lo ideal para conseguir un sabor suave es mantener una humedad relativa del 55-62%, mientras que para vapear lo óptimo es un 55%. Una humedad más alta hará que la marihuana sea más difícil de compactar y requerirá más energía para vaporizarla.
¿Y qué es el curado al agua?
El curado al agua consiste en sumergir los cogollos frescos de marihuana en agua durante unos días para eliminar los compuestos químicos agresivos que pueden dar a la hierba un sabor áspero y una sensación irritante al fumarla. Como muchos de estos compuestos, como la clorofila, son hidrosolubles, se disuelven fácilmente en agua, dejando intactos los cannabinoides liposolubles. El curado al agua tarda apenas unos días, mientras que el curado en seco requiere varias semanas de meticulosa atención.
¿La idea de un método de curado rápido y fácil suena demasiado buena como para ser verdad? Por desgracia, así es. Como los terpenos también son solubles en agua, el curado al agua extrae una buena cantidad de estas valiosas moléculas, sacrificando la fragancia, el sabor y las propiedades únicas a cambio de ahorrar tiempo. La marihuana curada con agua suele tener gusto a hierba o incluso carecer de sabor, así como un efecto general soso y con menos matices.
Cómo almacenar los cogollos de marihuana tras el curado
Conservación del cannabis en tarros de cristal
Para garantizar la calidad de la hierba, es esencial guardarla en recipientes de cristal herméticos, en un entorno fresco y oscuro, pues la luz y el calor pueden degradar rápidamente el producto. Cuando el THC-A de los cogollos se calienta, se convierte en THC, que con el tiempo se degrada y se transforma en CBN. Así pues, es esencial almacenar la hierba a una temperatura de unos 15-20°C para evitar que se degrade con demasiada rapidez.
A la hora de almacenar la hierba, evita tanto el exceso como unos niveles elevados de humedad. Estas condiciones pueden crear el entorno perfecto para que crezca la botritis, lo que puede provocar que la hierba se vuelva extremadamente áspera al consumirla. Por tanto, asegúrate de que el lugar donde la almacenes esté bien ventilado y de que los niveles de humedad se mantengan en torno al 55-60% para evitar cualquier problema relacionado con la humedad. Si el nivel supera el 65%, abre el tarro durante uno o dos días.
¡No olvides etiquetar y anotar la fecha en cada recipiente! Te será muy útil si quieres experimentar con los tiempos de curado, los cuales pueden afectar notablemente al perfil de terpenos. Si llevas un registro de esta información, podrás encontrar el tiempo de curado óptimo para cada variedad y asegurarte de que consigues el mejor sabor y aroma posibles.
Conservar el cannabis congelándolo
Si piensas almacenar marihuana durante periodos prolongados, algunos cultivadores de la vieja escuela recomiendan guardarla en el congelador, afirmando que se mantiene fresca durante mucho más tiempo que si se conserva a temperatura ambiente. Sin embargo, la congelación introduce riesgos potenciales para el cannabis.
- A temperaturas de congelación, los delicados tricomas se rompen con más facilidad y también se pueden producir de quemaduras por frío. Este tipo de quemaduras se produce cuando el cannabis se congela por la acción del aire frío y seco del congelador. Una exposición prolongada provoca la evaporación de la humedad, con los consiguientes cambios de textura, sabor y potencia.
- La congelación puede cristalizar la humedad presente en la marihuana, lo que puede favorecer la aparición de moho al descongelarla, sobre todo si no está correctamente sellada.
Si decides congelar marihuana para conservarla, debes primero sellarla al vacío en una bolsa apta para el congelador. Además, es esencial mantener una temperatura constante de aproximadamente -18°C (0°F) para mejorar la conservación.
Dale el toque final a tu cannabis
Como cultivador de marihuana bien aplicado, has dedicado meses de esfuerzo a cultivar, cosechar y secar cuidadosamente tus plantas de cannabis. Lo lógico es que saques el máximo partido a tus aromáticas flores sometiéndolas a un proceso de curado bien realizado. Este procedimiento no sólo aumenta el contenido de cannabinoides y el perfil de terpenos, sino que también mejora el aroma, el sabor y la potencia. Además, garantiza una combustión suave y uniforme, proporcionando una experiencia más agradable al fumarla.
- Disclaimer:Las leyes y regulaciones relativas al cultivo de cannabis difieren de un país a otro. Por lo tanto, Sensi Seeds recomienda encarecidamente que se revisen las leyes y regulaciones locales. No se debe actuar en contra de la ley.