La Super Skunk Autofloreciente se basa en genéticas clásicas, añadiéndole además la capacidad de florecer de forma automática. Los cultivadores de interior y exterior, independientemente de su experiencia, llevan años disfrutando de su elevado rendimiento, de su amplia cobertura de tricomas, así como de sus perfiles de terpenos y sabores típicos.
Etapa de floración: 77 días
Periodo total, de la semilla a la cosecha: 98 días
Rendimiento final: 147 gramos
Contenido en THC: 16.4%
La Super Skunk Autofloreciente (también disponible en formato regular y feminizada) es una planta con predominio de índica en un 80% y cuyo linaje parental ostenta un pedigrí espectacular. Para obtener esta deliciosa variedad, se cruzó una afgana con la Skunk #1 y la descendencia resultante se cruzó con una ruderalis. La facilidad con la que crece esta planta la hace popular entre cultivadores principiantes, y la calidad de sus flores contribuye a su éxito.
La versión autofloreciente de la Super Skunk se diseñó para ayudar a los cultivadores de exterior a obtener más de una cosecha al año, ya que esta planta no necesita un cambio del horario lumínico para florecer. Esta característica también beneficia a aquellos cultivadores de interior que no disponen de una zona completamente protegida de la luz natural. Si tu área de floración está completa, puedes colocar las semillas a cosechar en la zona vegetativa, junto a tus plantas de fotoperiodo.
Aplicamos una configuración básica para emular lo que hacen la mayoría de los cultivadores. Para la tierra empleamos BAC Lava Mix, nutrientes Bio Grow y Bio Flower, y un sistema de iluminación Green Power Phillips HPS de 1000W. Los resultados pueden variar, pero cualquier jardinero sin importar su nivel de experiencia puede tener éxito si sigue unos cuantos pasos básicos.
Nuestras plantas se desarrollaron en una cámara grande, y la luz se colocó a 300 cm por encima del nivel del suelo. Se utilizaron ventiladores rotativos para evitar que el aire se estancase en la zona de cultivo. Además, añadimos un ventilador interior conectado a una depuradora de carbono para reducir los olores y expulsar el aire al exterior.
Germinación y plántula
Comenzamos colocando nuestras semillas Super Skunk Autofloreciente entre dos toallitas de papel húmedas, y en 48 horas ya se habían abierto y pudimos observar que la pequeña raíz pivotante blanca sobresalía de la cáscara. Sacamos del agua cuidadosamente las semillas abiertas utilizando unas pinzas, y colocamos cada una de ellas en la tierra con la raíz pivotante apuntando hacia abajo. Al cabo de 36 horas, nuestras semillas ya asomaban por la superficie.
Es de vital importancia comprobar los controles ambientales antes de empezar, y ahora es el momento de revisar nuestro programa de iluminación, la temperatura y los niveles de humedad. Dejamos las luces encendidas 18 horas y apagadas 6 horas durante todo el ciclo de cultivo. Las temperaturas con las luces encendidas se mantuvieron en 23°C, y en 21°C con las luces apagadas.
A lo largo del ciclo de cultivo modificamos en varias ocasiones la humedad ambiental. En esta primera fase de crecimiento se mantuvo un porcentaje del 65%, un valor ligeramente alto. El joven sistema radicular de la Super Skunk no necesitaba mucha agua, por lo que las cantidades eran pequeñas, estaban espaciadas y se suministraban directamente en la base del tallo.
Para adelantarnos a cualquier tipo de problema relacionado con las plagas, liberamos un insecto beneficioso, el Hypoaspis miles. Este depredador se alimenta de cualquier larva de mosquito de los hongos o de trips que esté al acecho en el suelo y en el área del jardín.
Etapa de floración
Ya en la segunda semana pudimos comprobar el rápido crecimiento de nuestra planta, pues a mediados de la misma ya se veían las raíces en el fondo del macetero de 1 litro. Inmediatamente trasplantamos nuestra Super Skunk a un recipiente de 3 litros para favorecer que la zona radicular siguiera desarrollándose. Al regar, utilizamos 100 ml de agua pura con un pH de 6,2 y la vertimos directamente sobre la base del tallo.
Para ayudar a fortalecer la planta, giramos la maceta cada día. Nuestra Super Skunk reaccionó curvándose hacia la nueva posición de la lámpara, lo que aumentó el grosor y la fuerza del tallo principal. Además, circulaba una ligera brisa por la zona de cultivo, lo cual se apreciaba por el movimiento de las hojas jóvenes.
En la tercera semana soltamos más insectos beneficiosos. Esta vez, liberamos Amblyseius cucumeris y Amblyseius californicus para mitigar los posibles peligros de las larvas de trips y de los ácaros de la araña de dos manchas.
El crecimiento de nuestra Super Skunk Autofloreciente fue espectacular. Los nudos inferiores se convirtieron en ramas que se elevaban para captar la luz, y el color general de las hojas indicaba que todos los parámetros definidos, desde la temperatura hasta la alimentación, funcionaban a la perfección.
También en esta semana añadimos nutrientes de cultivo a la rutina diaria. La solución combinada que agregamos a la tierra presentaba una CE de 1,6, y se mantuvo sin cambios el volumen de riego de 100 ml de agua.
Etapa de floración
Nuestra Super Skunk se estaba desarrollando de forma considerable: al llegar la cuarta semana duplicó su altura con respecto a la anterior. La planta alcanzó los 28 cm de altura sobre el suelo, con más de siete nudos. Vimos raíces en la base de la maceta y trasplantamos nuestra Super Skunk al tiesto definitivo, uno de 5 litros. Para adaptarnos a un sistema radicular más extenso y al aumento del volumen de tierra, incrementamos la solución de riego a 150 ml.
Como se trata de la Super Skunk Autofloreciente, no tuvimos que modificar la programación del alumbrado para que comenzara la floración. Esta planta empezaba a manifestar las primeras señales de floración mostrando un pequeño estigma junto a cada uno de los nudos superiores. Este indicador visual también nos indica que se trata de una planta hembra.
La quinta semana reveló un crecimiento más explosivo de nuestra Super Skunk, pasando de 28 a 43 cm, por lo que es evidente que los nutrientes de cultivo estaban funcionando adecuadamente.
En el primer día de la semana lavamos la tierra con 500 ml de agua corriente para evitar la acumulación de nutrientes en la tierra. Se reanudó la alimentación habitual de la planta sustituyendo los nutrientes de crecimiento por los de floración. La CE de nuestra solución se ajustó un poco, hasta un 1,7, y el volumen total de riego aumentó gradualmente hasta llegar a los 500 ml al final de la semana.
Otro cambio que se aplicó durante esta semana fue el de los niveles de humedad. Cuando nuestra Super Skunk empezó a formar cogollos, bajamos la HR del 65% al 60% para frenar el posible crecimiento de esporas de moho. El espaciado nodal de nuestra Super Skunk dio lugar a una estructura abierta que permitió que cada una de las ramas recibiera la máxima cantidad de luz y flujo de aire. Las flores recién formadas empezaron a parecerse a pequeñas bolas peludas en las puntas de cada rama.
En la sexta semana modificamos ligeramente nuestra solución de riego, aumentando los nutrientes de floración, lo que dio lugar a una CE final de 1,8. Empezamos la semana utilizando un volumen de 500 ml por planta, pero aumentamos gradualmente la cantidad hasta terminar en 600 ml.
En un esfuerzo por adelantarnos al problema de las plagas, soltamos otro lote de Hypoaspis miles, una herramienta ecológica para controlar las poblaciones de mosquitos y pupas de trips. Al final de la semana, las flores empezaron a constituir grandes colas.
La séptima semana transcurrió sin novedades en lo que respecta a la rutina. Nuestro horario de luz continuó siendo de 18 horas de encendido y 6 de apagado; las temperaturas diurnas se mantuvieron estables en 23°C, y las nocturnas en 21°C. La humedad de la sala permaneció estabilizada en un 60% y la solución nutritiva continuó con un pH de 6,2 y una CE de 1,8.
En la octava semana, el desarrollo de los cogollos era la principal prioridad de la planta. El peso de los mismos provocaba que las ramas estuvieran ligeramente más bajas. No aplicamos ninguna técnica de entrenamiento especial, y empezamos a preguntarnos si las ramas soportarían toda la biomasa. Nuestra Super Skunk sólo había crecido 5 cm desde la semana pasada, lo que indicaba el paso del estiramiento vertical a una producción consagrada a los cogollos.
El primer día de esta semana regamos el suelo con 500 ml de agua pura. Durante el resto de la semana añadimos nutrientes para la floración a nuestra solución de riego, y colgamos de las ramas una ronda más de bolsitas de Hypoaspis miles para contrarrestar cualquier pupa de trips o de mosquitos del hongo.
En la novena semana observamos que algunos estigmas se volvían marrones y se retiraban a las brácteas. La producción de cogollos aumentó de forma constante, al igual que la cobertura de tricomas en las hojas y flores azucaradas. También empezamos a notar un olor agradable, lo que nos llevó a conectar nuestro sistema de filtrado de carbón a los extractores.
En esta semana, el cambio ambiental consistió en bajar ligeramente la humedad del 60% al 58%. Mientras los cogollos de nuestra Super Skunk se hinchaban y aumentaban de tamaño, prestábamos mucha atención a los niveles de humedad del jardín.
En la décima semana, como ya nos estábamos acercando a la cosecha, queríamos asegurarnos de que no se acumulasen nutrientes en la tierra, así que, de nuevo, empezamos la semana regando con 500 ml de agua pura. A continuación, reanudamos nuestro programa de alimentación regular para el resto de días.
Los cogollos de nuestra Super Skunk empezaban a aumentar de tamaño, volumen y densidad, así que decidimos bajar los niveles de humedad en la zona de cultivo al 52%.
En la undécima semana vimos que las flores empezaban a formar unas elongaciones muy interesantes alejadas del lugar del cogollo principal. Estas prolongaciones parecían bigotes de gato, en un raro patrón de crecimiento en forma de «collar de perlas».
Las hojas de nuestra Super Skunk presentaban un color uniforme en toda su extensión. No se apreciaban indicios de sobrealimentación, ya que no existían puntas quemadas, ni tampoco señales de deficiencia alimentaria, que se suele manifestar en la coloración de las hojas. El color de la planta era estupendo.
En la duodécima semana, repetimos el «lavado del primer día» de la tierra, y como siempre utilizamos 500 ml de agua pura. A nuestra Super Skunk aún le quedaban algunas semanas, así que todavía no estaba preparada para suspender el suministro de nutrientes, por lo que le dimos a la planta 600 ml de solución hasta el final de la semana. La estructura única de los cogollos progresó, y nuestra Super Skunk se estaba convirtiendo en una planta hermosa y única del jardín.
En la decimotercera semana comenzamos a observar un cierto decoloramiento natural de las hojas. Todavía no habíamos iniciado nuestro procedimiento de lavado completo, pero en muchos casos, este es un proceso normal de una planta que se acerca a su máxima madurez. Esta semana aumentamos el volumen de la solución de riego a 700 ml como empujón final antes de la cosecha.
Las ramas estaban repletas de densas formaciones de cogollos, y apenas quedaba espacio entre los nudos. Esperábamos una cosecha fructífera, y todos los indicios apuntaban en esa dirección. A juzgar por el color de la cabeza de los tricomas de los cogollos, aún faltaban algunas semanas para la cosecha.
La decimoquinta semana sería la última antes de la cosecha y decidimos que lo mejor sería iniciar el último lavado. Para ello, añadimos 500 ml de agua pura cada día a la base de nuestras plantas. Al final de la semana, muchas de las hojas de nuestra Sensi Skunk se habían secado y fueron retiradas manualmente. Muchas de las hojas restantes también mostraban claros signos de decoloración.
Repetimos el mismo proceso de la semana anterior. Al inspeccionar los tricomas para comprobar su grado de madurez, observamos los tricomas de las partes medias de los cogollos superiores.
La singular estructura de los cogollos ofrecía muchas facilidades a la hora de inspeccionar los tricomas. Sin embargo, evitamos las puntas de las colas, pues estas podrían albergar tricomas recién formados. Queríamos que nuestra Super Skunk tuviera aproximadamente un 10% de cabezas de tricomas claros, un 10% de cabezas ámbar y un 80% de cabezas lechosas. Y así fue cuando la inspeccionamos, ¡era la hora de la cosecha!
Cosecha
Para cosechar nuestra Super Skunk, comenzamos eliminando las grandes hojas de abanico. Podemos controlar las condiciones ambientales de la zona de secado, y estas hojas grandes no eran necesarias, pues retienen la humedad. Pueden ser beneficiosas si la humedad es pobre, pero como mantuvimos los niveles ambientales en la sala de secado, no servían para nada.
Las hojas más pequeñas cubiertas de tricomas se dejaron en la planta. Esas hojas pueden utilizarse más tarde para elaborar productos comestibles o hachís al agua. Una vez deshojada, utilizamos la podadora para cortar el tallo principal unos centímetros por encima de la línea del suelo. A continuación, trasladamos nuestra Super Skunk a la sala de secado para colgarla boca abajo durante un máximo de 21 días.
Nuestra sala de secado se mantuvo a oscuras, ya que la luz puede degradar los cannabinoides. Se colocaron ventiladores rotativos para que corriera una ligera brisa por la zona de secado, pero prestamos especial atención para evitar que el ventilador lanzara el aire directamente sobre la planta suspendida. La temperatura permaneció en 15,5°C, y la humedad se mantuvo constante en un 60%.
Al cabo de 17 días, las pequeñas ramas se rompían cuando las doblábamos. Esto indicaba que nuestra Super Skunk estaba lista para ser cortada y colocada en los tarros de curado. La estructura abierta de los cogollos hizo que el recorte fuera un poco complicado. Afortunadamente, las colas apenas tenían hojas que sobresalieran.
Antes de introducir las flores en los tarros de cristal para curarlas, redujimos el tamaño de algunas de las colas más voluminosas. Los trozos más pequeños facilitan el curado porque la humedad puede dispersarse uniformemente desde el centro de los cogollos.
Colocamos nuestra Super Skunk en los frascos, los cuales abríamos todos los días para dejar salir la humedad atrapada. Hicimos esto durante 30 minutos diarios durante toda la primera semana de curado.
Mientras nuestra Super Skunk se curaba, cada vez que se abría el tarro brotaban aromas dulces y cítricos, con matices terrosos. Nuestros tarros de cristal se curaron en una habitación oscura climatizada durante doce semanas. A continuación, tomamos una muestra de nuestra Super Skunk y la enviamos a un laboratorio para que realizara el análisis de cannabinoides. Los resultados revelaron que esta planta presentaba un nivel de THC del 16,4%.
Perfil de terpenos
Nuestra Super Skunk Autofloreciente presentaba el perfil clásico que esperábamos. Se apreciaba un toque dulce y cítrico procedente de la Skunk #1, pero las genéticas afganas estaban bien representadas por las notas terrosas y picantes. Todos estos perfiles se mezclaron formando un aroma equilibrado que trae muchos recuerdos a aquellos conocedores del cannabis clásico.
El laboratorio que analizó la muestra que enviamos encontró mirceno, cariofileno y pineno como terpenos predominantes. En comparación con las versiones regulares y feminizadas de la Super Skunk, esta versión autofloreciente no es tan penetrante, lo que puede ser conveniente para quienes buscan ser discretos.
Aunque el olor a limón desaparece tras la cosecha y el curado, se puede detectar fácilmente en el sabor. Como complemento de esta oleada de cítricos aparecen unas notas cálidas y especiadas que aporta la genética afgana. El sabor de la Super Skunk se queda en la lengua y complace a los sentidos.
Los efectos de la Super Skunk se describen a menudo como un colocón relajante, meloso y en todo el cuerpo. Esto se debe probablemente al 80% de influencia índica que posee la Super Skunk Autofloreciente. A menudo se dice que el inicio es estimulante, lo que pone a los usuarios de buen humor antes de que una profunda sensación de relajación se apodere del cuerpo.
Para los jardineros que busquen una variedad que no sea excesivamente potente, pero que aun así ofrezca unos efectos destacables, la Super Skunk Autofloreciente puede ser la próxima a incluir en la lista.
El resultado
La Super Skunk Autofloreciente es una variedad fácil de cultivar, ideal para jardineros de todos los niveles. Quedamos satisfechos con el rendimiento y el perfil de sabor que se consiguió tras los 98 días que transcurrieron desde la semilla hasta la cosecha. Cuando se pesaron todas las flores secas, nuestra Super Skunk nos proporcionó 147 gramos de marihuana de primera calidad.
La única sorpresa de este cultivo fue la estructura abierta de los cogollos. Las formaciones en forma de collar de perlas son una hermosa particularidad que beneficia a los jardineros que disfrutan convirtiendo sus flores en hachís al agua. Cada dedo que salía de la flor principal estaba cubierto de tricomas brillantes y llenos de cannabinoides. Sometimos a nuestra Super Skunk a pruebas de laboratorio y descubrimos que su nivel de THC era del 16,4%.
En general, resultó un cultivo excelente y otro ejemplo de lo agradable que puede ser la jardinería de interior. La Super Skunk de Sensi Seeds está disponible en versiones regulares, feminizadas y autoflorecientes. Si te ha gustado este informe de cultivo, no dejes de consultar el resto de diarios de cultivo de nuestro blog.
Nos encantaría que nos contaras tus experiencias con la Super Skunk, cualquier recomendación que tengas para nuestros diarios de cultivo, o alguna de tus historias favoritas relacionadas con la marihuana. Puedes dejarlo en la sección de comentarios. Gracias por disfrutar de este informe de cultivo que detalla nuestra aventura cultivando la Super Skunk Autofloreciente. ¡Nos vemos pronto en el jardín!
- Disclaimer:Las leyes y regulaciones relativas al cultivo de cannabis difieren de un país a otro. Por lo tanto, Sensi Seeds recomienda encarecidamente que se revisen las leyes y regulaciones locales. No se debe actuar en contra de la ley.