En este informe comentamos nuestra experiencia con la Cherry Bacio Feminizada, una 55% índica desarrollada en colaboración con Sherbinskis. Este cruce entre una Sweet Cherry Kush y una Gelato #41 nos impresionó por su potencia y sus increíbles tonalidades púrpuras. La planta, de tamaño intermedio, produjo un rendimiento decente, con una calidad excelente.
Duración total del cultivo: 95 días
Etapa de floración: 65 días
Altura final: 93 cm
Rendimiento final: 106 gramos
Contenido en THC: 24.63%
Para que nuestra planta se desarrollara con las mejores condiciones posibles, la colocamos bajo una lámpara HPS Philips GreenPower de 1.000 W con un programa lumínico de 18 horas de luz y 6 de oscuridad. El cultivo se realizó en una maceta de plástico de 12 litros, rellena de BAC Lava Mix y cubierta con una capa de pequeños cubos de lana de roca. Durante todo el periodo mantuvimos el espacio a 23°C durante el día, bajando a 21°C por la noche. Al principio, la humedad relativa se fijó en un 65% y se fue reduciendo gradualmente a medida que la planta crecía.
Germinación y plántula
Para iniciar el proceso de cultivo de nuestra Cherry Bacio, en primer lugar debíamos germinar las semillas. Como siempre, utilizamos el clásico método de la toallita de papel, que es el más rápido y fiable que existe. Pusimos unas cuantas dobladas y humedecidas en un plato y colocamos la semilla en el centro. A continuación, la cubrimos con otra toallita de papel húmeda y lo metimos todo en una bolsa de plástico abierta.
Pasado poco más de un día, la semilla ya se había abierto y mostraba una delgada raíz pivotante blanca. La colocamos en un cubo de lana de roca previamente empapado, con la raíz primaria hacia abajo, y la pusimos bajo una lámpara LED de 600 W. Hay que tener en cuenta que proporcionar demasiada luz, calor o agua en esta fase tan delicada puede impedir que la planta eche raíces, por lo que es mejor dejarla reposar unos días.
Tres días más tarde, alimentamos la plántula por primera vez regándola con 100 ml de agua de pH equilibrado (pH 6,2; CE 0,8) mezclada con una pequeña dosis de hormona de enraizamiento. Transcurrida la primera semana, ya medía 6 cm de estatura y presentaba varios grupos de hojas. Las raíces sobresalían por la base del cubo de lana de roca, por lo que la trasplantamos a la maceta de 12 litros. En este punto, la regábamos con 100 ml de agua (pH 6,0: CE 1,4) al día mezclada con nutrientes líquidos Bio Grow.
Etapa vegetativa
En la segunda semana, nuestra planta duplicó con creces su altura, alcanzando los 14 cm, y brotaron nuevos grupos de hojas. Los entrenudos eran estrechos y las hojas mostraban un saludable color verde. Como esperábamos un crecimiento considerable, duplicamos la alimentación diaria a 200 ml de agua.
La tercera semana se caracterizó nuevamente por un rápido crecimiento, y nuestra planta alcanzó los 22 cm de altura. Brotaron varios grupos de hojas grandes y anchas, y el espacio entre los nudos se fue ampliando poco a poco. En general, la planta rebosaba salud y exuberancia, así que decidimos iniciar la etapa de floración a la semana siguiente. Duplicamos de nuevo la alimentación diaria, fijándola en 400 ml, para que tuviera los nutrientes necesarios.
Por último, antes de pasar a la etapa de floración, aún nos quedaba una cosa por hacer: colgamos unas bolsitas de Neoseiulus californicus y Amblyseius swirskii en las ramas inferiores. Cada una de ellas contiene cientos de diminutas criaturas simbióticas que no dañan en absoluto a las plantas de marihuana. Al contrario, se alimentan de plagas devastadoras como la araña roja y los trips, que pueden acabar fácilmente con cosechas enteras si no se controlan. Las sustituimos cada cuatro semanas para mantener una población constante.
Etapa de floración
Al comienzo de la cuarta semana iniciamos la etapa de floración, algo bastante sencillo: cambiamos la iluminación a un programa 12/12, bajamos la humedad al 60% y fijamos la alimentación en 800 ml de agua (pH 6,0; CE 1,8) mezclada con nutrientes líquidos Bio Grow. Al final de la semana, nuestra planta había crecido 30 cm y estaba cubierta de una vegetación frondosa.
En la quinta semana se produjo el primer gran estirón de nuestro ejemplar, elevándose 20 cm hasta alcanzar una estatura de 50 cm. El espacio entre nudos seguía siendo relativamente estrecho, pero se iba estirando poco a poco y toda la planta parecía expandirse en todas direcciones.
En la sexta semana observamos el mayor crecimiento vertical (25 cm), alcanzando así los 75 cm de altura. Este desarrollo se reflejó especialmente en el aumento de la distancia internodal, que todavía era algo reducida. Aunque la estructura de la planta era una maraña de ramas, los tallos increíblemente largos de las hojas en abanico impedían que se saturara demasiado, al menos por el momento. El tallo principal y las ramas inferiores formaban una bonita copa y veíamos los primeros signos de flores con pistilos blancos creciendo en la mayoría de las zonas de floración.
En la séptima semana, el crecimiento vertical comenzó a decaer a medida que la planta concentraba su energía en la producción de flores. Al final de la semana, nuestro ejemplar ya medía 85 cm y estaba cubierto de pequeños racimos de pelos blancos en la parte superior y en los nudos internos de cada rama. Para entonces, ya le estábamos suministrando 1500 ml de agua al día, cantidad que permanecería constante durante el resto del cultivo.
En la octava semana continuó la desaceleración del crecimiento. La planta medía 89 cm y la cola principal sobresalía claramente del resto de la copa, aunque no por mucho. Las ramas laterales se extendían enormemente y los cogollos, en constante crecimiento, las iban doblando poco a poco. La producción de flores avanzaba a buen ritmo y ya solo quedaba esperar a que la naturaleza siguiera su curso.
Durante la novena y la décima semana, la planta creció hasta alcanzar los 92 cm de estatura y siguió desarrollando cogollos grandes y densos. Salvo la cola principal, la mayoría de las flores eran más bien pequeñas, pero increíblemente densas y pegajosas debido a la abundante resina. Aparecieron los primeros pistilos de color anaranjado, por lo que la cosecha no tardaría en llegar.
En la undécima semana, nuestro ejemplar alcanzó su altura máxima, situándose en los 93 cm de estatura. Las flores seguían creciendo casi a diario y cada vez más pistilos iban adquiriendo lentamente un color anaranjado. En ese momento, el aroma que desprendía la planta era increíblemente intenso y se podía percibir a bastante distancia.
Nuestra planta se transformó al llegar la duodécima y decimotercera semana: se coloreó de arriba abajo con unos impresionantes tonos púrpura. Casi todas las hojas y flores cambiaron de color en pocos días y el resultado es realmente espectacular. Al final de la semana, casi todos los pistilos eran de color naranja, así que la cosecha era inminente.
Cosechamos nuestra Cherry Bacio Feminizada en la decimocuarta semana.
Cosecha
Llegó el momento de la cosecha, así que cortamos nuestra Cherry Bacio por la base y retiramos todas las hojas. A continuación, la dejamos colgada boca abajo en una sala climatizada con una temperatura estable de 15,5 °C y una humedad relativa del 50 %. La dejamos aquí hasta que las ramas más pequeñas se secaron lo suficiente como para romperse al doblarlas, algo que suele tardar entre 10 y 20 días.
Tras un par de semanas de secado, llegó el momento de manicurar los cogollos. La planta estaba cubierta de una gran cantidad de cogollos, algo pequeños pero increíblemente densos y con muchas hojas. Manicurar este monstruo fue una tarea que llevó mucho tiempo, pero estaba claro que iban a ser muy potentes. Una vez terminado el proceso, los colocamos en tarros de cristal para llevar a cabo el curado.
Dejamos los tarros abiertos durante el primer día para que saliera la mayor parte de la humedad residual. Luego los cerramos herméticamente y los almacenamos en un lugar fresco y oscuro. Posteriormente, los íbamos «eructando» varias veces al día durante una hora para que saliera la humedad restante. Durante las semanas siguientes, fuimos reduciendo la frecuencia de los «eructos» hasta que los cogollos estuvieron listos para su consumo. El proceso de curado dura entre 4 y 6 semanas de media.
Una vez hecho esto, cosechamos un total de 106 gramos con un contenido en THC asombroso: 24,63 %.
Perfil de terpenos
A medida que nuestro ejemplar maduraba, se iba intensificando el aroma de la sala de cultivo, hasta el punto de que resultaba imposible describirlo con otras palabras que no fueran sinónimos de «potente». La fragancia era sumamente floral, con notas a cereza. Si eres un cultivador que valora la discreción, tendrás que tomar medidas contundentes para enmascarar el fuerte olor de esta variedad. Una vez curada, se imponen las notas a cereza, a las que se unen otras más sutiles a sándalo y vainilla, con trazas penetrantes a diésel en un segundo plano. Estas mismas notas también están presentes en el sabor.
Al ser un híbrido 55% índica, la Chery Bacio Feminizada proporciona un subidón muy equilibrado. Una euforia cerebral inmediata da rienda suelta a la creatividad y puede que te deje muerto de risa. Sin embargo, poco a poco, esta sensación da paso a un potente efecto sedante que te deja apalancado en el sillón más cómodo que encuentres. En general, es una variedad ideal para relajarse al final del día.
El resultado
Al final, quedamos muy satisfechos con nuestra Cherry Bacio Feminizada. Aunque el rendimiento general fue más bien bajo, esta planta de marihuana fue muy fácil de cultivar y los cogollos resultantes son de los más potentes que hemos visto en mucho tiempo. Aunque esta variedad tiene una altura más bien reducida, sus enormes ramas laterales pueden ser un problema para algunos cultivadores de interior. ¡Ah, y cómo olvidar ese precioso color púrpura!
- Disclaimer:Las leyes y regulaciones relativas al cultivo de cannabis difieren de un país a otro. Por lo tanto, Sensi Seeds recomienda encarecidamente que se revisen las leyes y regulaciones locales. No se debe actuar en contra de la ley.