En este informe describimos nuestra experiencia con la Dough Boy Feminizada, la cual se lanzó al mercado en 2025 y es fruto de la colaboración entre Sensi Seeds y Death Row. Es una variedad que destaca por su estiramiento sativa, una altura promedio y un rendimiento impresionante. Aunque planteó algunos retos sencillos, el resultado final fue asombroso.
Duración total del cultivo: 90 días
Etapa de floración: 62 días
Altura final: 93 cm
Rendimiento final: 127 gramos
Contenido en THC: 22,4% Para asegurarnos de que nuestra Dough Boy Feminizada tenía todo lo que necesitaba para su desarrollo, la cultivamos bajo una lámpara HPS Philips GreenPower de 1000 W suspendida a tres metros del suelo y programada con un horario 18/6. Cultivamos la planta de marihuana en una maceta de plástico de 8 litros rellena de BAC Lava Mix, cubierta con una capa de pequeños cubos de lana de roca. Durante el cultivo, mantuvimos el espacio a una temperatura constante de 23°C durante el día, bajando a 21°C por la noche, y una humedad relativa del 65%.
Germinación y plántula
El primer paso siempre implica germinar las semillas. Afortunadamente, es la parte más sencilla del proceso de cultivo, ya que sólo se necesitan unos pocos utensilios domésticos básicos. Empezamos doblando unas toallitas de papel, las rociamos con agua suficiente para que estuvieran bien húmedas, pero sin llegar a gotear, y las colocamos en un plato. A continuación, pusimos las semillas de marihuana sobre las servilletas de papel humedecidas y las cubrimos con otra servilleta húmeda, lo metimos todo en una bolsa de plástico abierta y la colocamos en un lugar cálido.
Transcurrido más o menos un día, la semilla se abrió y la raíz primaria sobresalía aproximadamente un centímetro. En ese momento, la introdujimos en un cubo de lana de roca previamente empapado (con la raíz primaria hacia abajo), el cual colocamos bajo una lámpara LED de 600 W, y la dejamos reposar para que desarrollara las raíces. Al cabo de tres días, le dimos a la plántula su primera alimentación consistente en 100 ml de agua de pH equilibrado (pH 6,2; CE 0,8) mezclada con una pequeña dosis de hormona de enraizamiento.

Al final de la primera semana, la planta medía 8 cm de alto y las raíces sobresalían por la base del cubo de lana de roca, lo que indicaba que había llegado el momento de trasladarla a su nuevo hogar: la maceta de plástico de 8 litros que colocamos debajo de la lámpara de 1000 W.
Etapa vegetativa

En la segunda semana, nuestra Dough Boy Feminizada creció poco, alcanzando una altura de 10 cm. También desarrolló su primer conjunto de hojas. No había mucho que hacer en ese momento, pero duplicamos el volumen de agua, fijándolo en 200 ml al día (pH 6,0; CE 1,4) mezclada con nutrientes líquidos Bio Grow.

En la tercera semana, nuestra planta de marihuana prácticamente duplicó su tamaño, pues alcanzó los 19 cm de estatura, desarrollando a su vez varios conjuntos de hojas a lo largo de un espacio internodal bastante extenso. Ya empezaban a brotar las primeras ramas laterales. Para mantener el ritmo de este desarrollo, y como la etapa de floración estaba a la vuelta de la esquina, duplicamos el volumen de agua, situándolo en 400 ml al día (pH 6,0; CE 1,4) y añadiendo nutrientes líquidos Bio Grow.
Antes de pasar a la etapa de floración, debíamos aplicar una medida de precaución adicional. Para ello, colgamos unos paquetitos blancos de las ramas más bajas de la planta. Estas bolsitas contenían cientos de ejemplares de Neoseiulus californicus y Amblyseius swirskii, unas criaturas diminutas que mantienen una relación simbiótica con las plantas de marihuana. Estos bichitos no dañan la planta, sino que cazan plagas como los ácaros y los trips, los cuales pueden destruir hasta los cultivos más sanos. Las sustituimos cada cuatro semanas para mantener una población estable.
Etapa de floración

En la cuarta semana llegó el momento de pasar a la etapa de floración. Es una de las tareas más sencillas sea cual sea el cultivo, ya que lo único que tuvimos que hacer fue cambiar la programación lumínica, fijándola en un horario 12/12, así como modificar ligeramente la alimentación. Empezamos a regar a diario con 800 ml de agua (pH 6,0; CE 1,8) y nos pasamos a los nutrientes líquidos Bio Flower.
Durante esa semana, la planta siguió desarrollándose a un ritmo constante y alcanzó una estatura de 25 cm. En ese momento era baja y tupida, y las ramas laterales apenas crecían. La separación internodal era moderada, pero se estaba estirando rápidamente.


La planta experimentó su primer gran estirón en la quinta semana, en la que se elevó 14 cm, alcanzando así una altura de 39 cm. Aunque parte de este crecimiento se produjo en el tallo principal, la mayor parte procedía de un estiramiento masivo que provocó que el espaciado internodal se triplicara con creces. Las ramas laterales se desarrollaron de forma espectacular, pues empezaron a extenderse en todas direcciones. Para poder mantener el ritmo de este rápido crecimiento, aumentamos la alimentación diaria a 1000 ml de agua.


Este crecimiento acelerado se frenó ligeramente en la sexta semana, con una planta que ya medía 47 cm. Para entonces, el espaciado internodal se había estirado tanto que nuestro ejemplar no se parecía prácticamente en nada al de dos semanas antes. Las ramas laterales seguían creciendo con rapidez, y la planta mostraba claramente su linaje sativa. Como la floración iba a comenzar en cualquier momento, aumentamos el volumen de agua a 1500 ml al día, cifra que mantendríamos sin cambios durante el resto del cultivo.


Durante la séptima semana, la planta recuperó el ritmo, pues creció 15 cm hasta alcanzar una altura de 62 cm. En ese momento, las ramas laterales crecían casi rectas hacia arriba y medían aproximadamente dos tercios de la altura del tallo principal. Toda la planta era una maraña larguirucha de ramas y hojas. Aunque pueda parecer caótica, esta estructura es fantástica, ya que facilita la penetración de la luz y la circulación del aire, favoreciendo la productividad incluso en las partes más bajas de la planta. De hecho, observamos los primeros signos de floración a lo largo de todas las ramas a medida que crecían pequeños racimos de pistilos blancos.


En la octava semana registramos la mayor explosión de crecimiento de todo el ciclo, ya que la planta subió 16 cm, alcanzando una estatura de 78 cm. Estaba en plena floración, y los cogollos crecían considerablemente con el paso de los días, mientras que las ramas laterales aguantaban sin problemas.


La planta frenó su crecimiento al entrar en la novena semana, llegando a los 88 cm al final de la misma. Durante este periodo, los cogollos engordaron y la cola principal empezó a desarrollarse. Las ramas laterales seguían creciendo casi verticalmente y llegaban aproximadamente a la mitad del tallo.


En la décima semana, nuestro ejemplar creció tan solo 3 cm, acabando la semana con una estatura de 91 cm. Los cogollos se iban desarrollando adecuadamente, y la cola principal era un bulbo grande y denso sobre un tallo principal alto y delgado. Las ramas laterales soportaban bien el peso de sus cogollos, pero empezaban a doblarse considerablemente.




Durante la undécima y la duodécima semana, no quedó más remedio que dejar que la naturaleza siguiera su curso. Nuestra planta de marihuana alcanzó su altura máxima (93 cm) y los cogollos siguieron evolucionando.


Por fin, en la decimotercera semana, pudimos cosechar nuestra Dough Boy Feminizada.
Cosecha
Para cosechar nuestra Dough Boy Feminizada, primero la cortamos por la base y manicuramos todas las hojas en abanico. Una vez hecho esto, la colgamos boca abajo en una sala de secado climatizada con una temperatura de 15,5°C y una humedad relativa del 50%. La dejamos ahí hasta que las ramas más pequeñas se quebraron al doblarlas, lo que suele tardar entre 10 y 20 días, dependiendo del tamaño.
Una vez que la planta estuvo lo bastante seca, empezamos a preparar los cogollos para su curado, separándolos primero de las ramas y manicurando después las hojas restantes. Nuestra planta de marihuana produjo una enorme cantidad de cogollos de tamaño moderado, densos, con mucha vegetación e increíblemente resinosos. Esto convirtió el manicurado en una tarea ardua. Una vez completada, colocamos los cogollos en tarros de cristal para curarlos.
Dejamos los recipientes abiertos durante las primeras 24 horas para que saliera toda la humedad posible, antes de cerrarlos y colocarlos en un lugar fresco y oscuro. Los íbamos «eructando» regularmente varias veces al día, en periodos de una hora, y poco a poco fuimos reduciendo la frecuencia hasta hacerlo solo una vez al día. Al cabo de varias semanas, los cogollos alcanzaron la consistencia perfecta. En general, el proceso de curación dura de 4 a 6 semanas y no puede omitirse ni acelerarse.
Una vez acabado el proceso, pudimos cosechar 127 gramos de flor seca, una cantidad excelente, con un contenido de THC del 22,4%, una cifra igual de impresionante.
Perfil de terpenos
A medida que nuestra Dough Boy Feminizada alcanzaba la madurez, empezamos a notar un suave aroma a caramelo con notas dulces y afrutadas. A medida que se aproximaba la cosecha, también aparecieron toques cítricos y terrosos procedentes del linaje de la Durban Poison, algo que equilibró los matices más azucarados.
Los cogollos, una vez curados, conservaron el aroma dulce y cremoso acompañado de potentes notas a ponche de frutas tropicales, bayas maduras y un final ligeramente terroso. Estas mismas notas se reflejan en el sabor, también delicioso, que presume de sabores seductores a caramelo confitado, frutas tropicales y un final cremoso. En cuanto lo probamos, nos golpeó una explosión de dulzor afrutado, mientras que la exhalación nos dejó una untuosidad pastelera en la lengua.
En cuanto a los efectos de la Dough Boy Feminizada, son bastante equilibrados y proporcionan una experiencia eufórica y relajante al mismo tiempo. Arranca con un subidón cerebral suave que potencia la concentración y la creatividad, seguido de un subidón corporal profundamente relajante. En general, el subidón es extremadamente relajante y equilibrado, por lo que esta variedad es una elección estupenda para relajarse al final de un largo día o simplemente descansar en un parque.
El resultado
Al final, quedamos más que satisfechos con nuestra Dough Boy Feminizada. Aunque algunos cultivadores de interior con poco sitio pueden tener problemas para domar a esta bestia, los que estén dispuestos a dedicarle espacio se encontrarán con una planta de marihuana increíblemente productiva que merecerá con creces el esfuerzo.
- Disclaimer:Las leyes y regulaciones relativas al cultivo de cannabis difieren de un país a otro. Por lo tanto, Sensi Seeds recomienda encarecidamente que se revisen las leyes y regulaciones locales. No se debe actuar en contra de la ley.

