«El cáñamo podría reactivar la Irlanda rural», dice Jim Miller, cofundador y presidente de la Cooperativa del Cáñamo de Irlanda. «Es una oportunidad que tenemos que aprovechar, pero ahora, nuestro mayor desafío es desarrollar una industria sostenible que impulse las industrias artesanales irlandesas y apoye a las pequeñas empresas. Ese es nuestro objetivo».
Estas palabras podría haberlas pronunciado Ben Dronkers, fundador de Sensi Seeds y del Hash Marihuana & Hemp Museum, hace más de dos décadas cuando decidió expandir sus intereses y aventuras comerciales en la casi desaparecida industria holandesa del cáñamo. Esa empresa comercial se convirtió en HempFlax, y se ha ido fortaleciendo a medida que se ha expandido. Sin embargo, cuando Ben fundó HempFlax en 1993, lo hizo casi sin ayuda. Jim Miller cuenta con el apoyo de un grupo de empresarios afines.
The Hemp Co-Operative (Cooperativa del Cáñamo, en español), fundada en enero de 2017, es la primera organización de este tipo en Irlanda, y es un esfuerzo conjunto de un grupo de agricultores y entusiastas del cáñamo, entre los que se encuentran Ed Hanbidge, Kate Carmody, Adrian Fay y el propio Miller. La cooperativa se dedica al desarrollo de la industria irlandesa del cáñamo. Según Miller, la industria aún está «dando sus primeros pasos», aunque se encuentra en constante crecimiento.

«El problema no es cultivar cáñamo. Aquí crece con facilidad. Hay algunos desafíos estacionales, pero nada que no se pueda superar. Lo que no tenemos son centros de procesamiento y producción, apoyo comercial ni infraestructuras educativas. La Cooperativa del Cáñamo colabora estrechamente con agricultores, universidades y otras partes interesadas para desarrollar estos sectores fundamentales de apoyo».
La Historia del Cáñamo en Irlanda
La idea de que el cáñamo puede impulsar las industrias artesanales de Irlanda no es nueva. Surgió por primera vez en 1866 cuando George Sigerson publicó un panfleto titulado «Cannabiculture in Ireland: Its Profit and Possibility«, (Cultura del Cannabis en Irlanda: Beneficios y Posibilidades) del que se conserva una copia en la Biblioteca Nacional de Irlanda. En él, Sigerson detalla los múltiples usos del cáñamo en Irlanda, así como la botánica de la planta, las condiciones ideales del suelo, la cosecha y mucho más.
Sigerson se mostró firme con respecto a que la fibra de cáñamo era una materia prima de «valor», a partir de la cual se podían fabricar «cuerdas de todo tipo» incluyendo «redes de pescadores, velas, sacos… [y] lonas». Escribió: «Para un reino formado por islas como el nuestro, es evidente que… la explotación agrícola local de un cultivo a partir del que se pueden fabricar dichos artículos debería ser de suma importancia».
A pesar del entusiasmo de Sigerson, la industria irlandesa del cáñamo nunca se materializó. Puede que el cáñamo ya se cultivara hace 2.000 años, pero los registros históricos datan del siglo XVIII. No fue un cultivo comercial hasta principios del siglo XX cuando se cultivaba junto con el tabaco como cortavientos, y se utilizaba a principios de la década de 1940 como semillas para los pájaros. Pero desde la década de los años 80, ha aumentado el interés por el uso de la planta como cultivo no alimentario, y desde 1995, la atención se ha desplazado al cáñamo como fuente de energía y para la fabricación de tableros de fibra.
Obstáculos para la Industria del Cáñamo de Irlanda
De momento, solo hay dos empresas dedicadas al cáñamo en Irlanda que son totalmente irlandesas: Irish Health Oils, creada en 2008 por Luke y Mark McGuinness, padre e hijo respectivamente, y Canabaoil, propiedad del matrimonio formado por Laura Foley y Daniel Lyons. Por el momento, la mayoría de los productos de cáñamo, como aceites, harinas y ropa disponibles en tiendas como The Dublin Hemp Company y The Weed Solution, se importan desde Alemania y Holanda.
«Hemos tardado un año en conseguir la autorización para extraer la flor entera para el aceite de CBD», explica Foley. «Parte de la razón por la que se ha tardado tanto ha sido porque nadie había presentado la solicitud para extraer aceite previamente. Tuvimos que preparar un plan de negocios con el fin de mostrar lo que íbamos a hacer con todos los subproductos, y comprobar que era un negocio viable. La Autoridad Reguladora Irlandesa de Medicamentos y Productos Sanitarios (HPRA) ha trabajado en estrecha colaboración con nosotros, y nos ha planteado preguntas que nos han ayudado a desarrollar la idea de negocio. Pero sí, hemos tardado un año».
La falta de maquinaria para cosechar y procesar el cáñamo también es un gran problema. «Conozco a agricultores de cáñamo que cultivan hectáreas de cáñamo», dice Foley, «pero al final de la temporada no pueden cosecharlo, y si pueden, no tienen a nadie que se lo compre porque nadie tiene las instalaciones de procesamiento para convertirlo en productos como aceite o combustible«.
Impulsar la Industria del Cáñamo de Irlanda
Hasta la fecha, siete agricultores han recibido la autorización para cultivar cáñamo, pero para pasar a la fase siguiente necesitan inversión en maquinaria de procesamiento. «Lo primero que necesitamos es una descortezadora portátil», dice Ariane Forster, propietaria de The Weed Solution, y miembro del comité de la Cooperativa del Cáñamo. «Nos permitirá extraer las fibras de las cosechas, abriendo las puertas a una gama completamente nueva de productos».
Argina Fuels, una compañía que se especializa en combustibles sin humo, está desarrollando una briqueta de cáñamo y ha completado la fase de investigación. «Hemos demostrado la idea», explica Robert Johnson, director de investigación y desarrollo de Argina. «Las briquetas de cáñamo se queman y son ecológicas».
La empresa está interesada en poner el producto en el mercado, pero para procesar el cáñamo de manera eficiente, hay que convertirlo en pellets en la explotación agrícola. Luego hay que enviarlo fuera para convertirlo en combustible. Para esto, necesitamos un compresor especial, y ahora mismo, no tenemos uno, pero es una oportunidad de inversión potencial para nosotros».
La cuestión de la comida frente al combustible también es algo que la industria debe tener en cuenta, como señala Johnson, «el combustible es el producto de menor valor», pero los cultivos no alimentarios son más fáciles de cultivar, ya que no necesitan tanto mantenimiento ni pesticidas. Además, el cáñamo complementa a la perfección la tendencia actual del consumidor hacia productos veganos y sostenibles, otra oportunidad.
Todos son temas de los que se tiene que ocupar la Cooperativa del Cáñamo, además de trabajar al mismo tiempo con universidades para desarrollar la infraestructura educativa que apoye a la industria futura. Se han asociado con diferentes instituciones de todo el país, y actualmente están trabajando con un estudiante de doctorado en el Instituto de Tecnología de Limerick que ha desarrollado con éxito Hempcrete para utilizarlo como material de construcción.
Una mezcla perfecta de lo tradicional y lo moderno
Otra nueva empresa irlandesa del sector del Hempcrete es Hempbuild, la aventura empresarial de los hermanos Shane y Ronan McDermott. Hace poco, asistían a un evento para ampliar la red de contactos profesionales celebrado en HempFlax con el fin de compartir sus conocimientos y su experiencia en la combinación de las técnicas tradicionales de construcción del estuco de yeso con las cualidades únicas que proporciona el cáñamo.
Cuando le preguntaron «¿por qué el cáñamo?», Shane no dudó en enumerar las razones por las que el cáñamo es una incorporación perfecta a sus veinte años de experiencia en el enlucido a base de cal tradicional. «Número uno, porque es un producto natural. Cuando nos fijamos en la huella de carbono… y en cómo el cáñamo se comporta y funciona a lo largo de su vida en el edificio, termina siendo un producto negativo en carbono. …Es fácil trabajar con él, es ligero, es fuerte. Es un sustrato perfecto para yesos transpirables y enlucidos a base de cal tradicionales. Las propiedades aislantes combinadas con las propiedades de masa térmica lo convierten en un material ideal para nuevas construcciones, remodelaciones, renovaciones… ¡Hay muchas [razones]!».
Crecimiento de la industria irlandesa del cáñamo
Jim Miller dice que convencer a los agricultores irlandeses para que hagan el cambio no será difícil: «La pequeña agricultura en Irlanda está destruida», dice. «20 hectáreas de tierras agrícolas solían ser suficientes para criar una gran familia. Ahora, luchas con 80 hectáreas. Hoy en día, los agricultores de labranza están ganando € 82 de cada media hectárea de trigo. Claro que ni siquiera es suficiente para cenar en un buen restaurante».
Una de las funciones de la Cooperativa es motivar a los agricultores para dar el paso, pero no puede producirse a escala hasta que esté disponible la maquinaria para fabricar productos comercializables. La cooperativa está decidida a gestionar este proceso de transición a un ritmo constante para garantizar que no inunde el mercado un aumento repentino del suministro, y al mismo tiempo proporcionar a la industria el apoyo necesario para crecer.
“Estamos en marcha y funcionando, y con las puertas abiertas a los negocios”, dice Ed Hanbidge, uno de los cofundadores de la Cooperativa del Cáñamo. «No solo nos centramos en las cuestiones administrativas, como en conseguir las autorizaciones, sino también en el mercado en general, y estamos dispuestos a trabajar con todo el mundo. Además de las condiciones únicas del suelo y el patrimonio artesanal de Irlanda, nos encontramos perfectamente posicionados entre los mercados de EE.UU. y la UE para ser una fuerza líder en la industria del cáñamo.