¿Cuántas Personas Han Muerto a Causa del Cannabis?

Una persona rodando una articulación contra el fondo negro.

Las estimaciones del número de muertes atribuidas al cannabis varían mucho, desde la absurda afirmación de que se producen 30.000 muertes al año, publicada en un artículo muy desacreditado en el British Medical Journal en 2003, hasta cero. A continuación, analizamos las afirmaciones hechas por los medios de comunicación y por la ciencia, o por su ausencia.

La opinión popular es que el cannabis no ha causado una sola muerte en toda la historia de la civilización humana, pero eso podría no ser del todo cierto. Básicamente, depende de lo atrás que nos queramos remontar en la cadena causal. Aunque puede que nadie haya sufrido una sobredosis de THC, algunos científicos argumentan que el consumo de cannabis puede aumentar las tasas de suicidio relacionado con la depresión. Teniendo todo esto en consideración, la muerte relacionada con el cannabis se convierte en un tema de investigación bastante controvertido.

«El cannabis causa 30.000 muertes al año»

Uno de los ejemplos más celebres de la propaganda contra el cannabis es la afirmación «el cannabis causa 30.000 muertes al año» realizada por el tabloide británico, Daily Mail, en referencia al artículo de opinión anteriormente mencionado que se publicó en el BMJ.

Aunque la mayoría de los principales periódicos informaron también sobre el artículo de manera sensacionalista, por lo menos fueron más precisos en general a la hora de repetir las palabras exactas que había pronunciado el científico que hizo esta afirmación, que eran que el cannabis «podía causar» 30.000 muertes al año.

En cualquier caso, si se realiza un análisis más detenido, los fallos del argumento original son evidentes. El artículo equipara el riesgo que existe al fumar cannabis regularmente durante un largo periodo de tiempo con el consumo de tabaco. Basándose en ese supuesto, el autor estimó que el cannabis causaría un número equivalente de muertes.

Apague las colillas de cigarrillos en el suelo.

Un simple vistazo a decenas de estudios existentes demuestra que los peligros del tabaco no son en absoluto comparables con los del cannabis. De hecho, un estudio de 2012 sugiere que los fumadores crónicos de cannabis pueden de hecho presentar una función pulmonar ligeramente mejor, en comparación con la de los fumadores de tabaco e incluso con la de los no fumadores.

Es casi imposible llegar a dosis tóxicas de THC

Por otra parte, se ha demostrado que el cannabis no conlleva ningún riesgo de muerte por sobredosis. Así que, a diferencia de la heroína, el alcohol, la cocaína y muchas otras drogas ilegales (y ¡un montón de medicamentos con receta también!), consumir mucho cannabis no va a matar a ningún humano. Puesto que no se han registrado muertes por esta causa, no se ha podido establecer la dosis letal media de THC para los humanos.

Las dosis de más de 3 g/kg de THC administradas por vía oral no fueron suficientes para causar la muerte a la mayoría de perros y monos sometidos a prueba en un estudio realizado en la década de 1970. Aunque algunos animales murieron de tan poco como 1 g/kg, estos casos fueron una minoría. Y no fueron suficientes para proporcionar una base que ayude a determinar la dosis letal media o DL50, la que mata por lo menos al 50 % de una población determinada.

Como referencia, se estima que la mayoría de los productos comestibles medicinales de cannabis disponibles hoy en día en los EE. UU. contienen entre 15 mg y 50 mg por porción, aunque algunos productos con una formula más concentrada pueden contener hasta 200 mg.

Una fórmula química de THC y una escala de peso contra el fondo blanco.

Un adulto de 60 kg tendría que comer 180 g de THC puro para lograr una dosis de 3.000 mg/kg, y sería muy poco probable que le causara la muerte (aunque esto no se ha probado con rigurosidad en seres humanos). Otra estimación sostiene que un ser humano tendría que fumarse alrededor de 680 kg de cannabis en un plazo de catorce minutos para que le produjera un efecto mortal.

¿Podría causar la muerte el THC por vía intravenosa?

A pesar de que fue imposible determinar la DL50 para el THC administrado por vía oral en perros y monos, el THC administrado por vía intravenosa dio unos resultados muy diferentes. Cuando se inyectaban 92 mg/kg de THC, todos los monos sobrevivían y se recuperaban de todos los efectos adversos en cuatro días. Sin embargo, todos menos uno de los monos a los que se inyectó 128 mg/kg de THC murieron en treinta minutos, y el último sucumbió a las tres horas.

Una persona con cánula en una mano en una hoja de cama blanca.

Es posible administrar THC a los seres humanos por vía intravenosa, aunque no se tiene conocimiento de que se esté haciendo con fines recreativos, ni tampoco como parte de ningún programa de tratamiento con cannabis medicinal. Actualmente, se realizan ensayos clínicos para evaluar la eficacia del THC por vía intravenosa en varios países, pero incluso si las técnicas mejorasen y el THC inyectable se encontrara ampliamente disponible, probablemente todavía representaría una pequeña fracción del consumo de cannabis en general.

Por otra parte, si el THC administrado a los seres humanos fuera letal en dosis similares a las observadas en monos, para alcanzar una dosis mortal sería necesario que un individuo de 60 kg se inyectase 768 g de THC puro. Es más, cabría esperar que un humano necesitara una dosis más alta que un mono para que se produzca la muerte.   

Dosis letal de otras sustancias tóxicas comunes

El alcohol, la cocaína y la heroína, todas estas sustancias pueden ser fatales después de una dosis excesiva, algo que es aparentemente imposible con el cannabis. Aunque son raros, existen casos de personas que han consumido el suficiente alcohol en un trago para causarse un envenenamiento mortal. La dosis letal de alcohol es de 5-8 g/kg; el contenido de alcohol en sangre de 0,4 % o más se considera fatal para cerca del 50 % de los seres humanos.

Tan solo 30 mg de cocaína (lo que se puede esnifar fácilmente en una pequeña raya) pueden causar una sobredosis letal en personas susceptibles, aunque la dosis letal media para un adulto no tolerante se estima en 1,2 g. La dosis letal de heroína se estima en 200-500 mg para los individuos no tolerantes, pero los consumidores habituales pueden tolerar hasta 1,8 g sin efectos perjudiciales.

Muerte súbita sin explicación atribuida a la toxicidad del cannabis

A pesar de la aparente imposibilidad de alcanzar una dosis tóxica a través de fumar o del consumo oral, hay quien aduce que lo que lo cierto es precisamente lo contrario. En 2004, los medios británicos dieron una gran cobertura informativa a la noticia de un hombre galés de 36 años de edad llamado Lee Maisey, que había muerto como resultado del consumo de cannabis. Maisey murió repentinamente el 23 de agosto de 2003, y se informó de que había estado consumiendo una media de seis porros al día durante más o menos los últimos once años.

El forense de Pembrokeshire encargado de realizar la autopsia, Michael Howells, dictaminó que había sido una muerte accidental, ya que Maisey había estado participando en una actividad ilegal en el momento de su fallecimiento. Se llegó a esta conclusión debido a los informes toxicológicos que indicaban que Maisey tenía cantidades importantes de cannabis en su sangre.

Un catedrático que investiga las adicciones en la Universidad de Hull, el Dr. Philip Chico, sumó su voz al clamor general, afirmando que la muerte sería más probable «si los consumidores ingirieran el cannabis en lugar de fumarlo»; el Dr. John Henry, profesor de toxicología en el Imperial College, llegó a afirmar: «No he visto nada como esto antes. Contradice al argumento de que el cannabis no puede matar a nadie».

La refutación

Sin embargo, el Ministerio Federal de Sanidad de Suiza pidió al Dr. Rudolf Brenneisen, profesor del Departamento de Investigación Clínica de la Universidad de Berna, que revisara los resultados de la autopsia. El Dr. Brenneisen observó que los datos toxicológicos no eran concluyentes y que el dictamen forense era ilegítimo.

El análisis toxicológico, llevado a cabo por los laboratorios forenses Alliance del Reino Unido, llegó a la conclusión de que la sangre de Lee Maisey contenía 130 ng/ml de THC-COOH, un metabolito del THC. No se detectó THC en sí, debido a dificultades técnicas. Este nivel de THC-COOH en la sangre se considera moderado, ya que los consumidores habituales suelen presentar niveles de THC-COOH en sangre de 500 ng/ml y más altos.

Se culpa al cannabis de suicidios relacionados con la depresión

Algunos consideran que el cannabis es responsable de múltiples muertes de manera indirecta. En 2007, el joven de treinta y un años de edad, James Taylor se suicidó ahorcándose. Era un consumidor habitual de cannabis que desarrolló depresión varios años después de comenzar a consumir regularmente, y se declaró responsable al cannabis.

Guy Summers, de 17 años de edad, supuestamente llevaba seis meses fumando cannabis cuando su comportamiento cambió irreversiblemente; de ser extrovertido y sociable pasó a mostrarse solitario y paranoico. Su médico de cabecera le diagnosticó psicosis por cannabis y dejó de consumirlo de inmediato. Un año después, también en 2007, se suicidó.

Una rápida búsqueda en Internet revela decenas de artículos similares, y todos atribuyen el suicidio al consumo de cannabis. Sin embargo, los defectos del argumento son obvios. El consumo de cannabis es a lo sumo un factor que contribuye, sin duda, a estas muertes trágicas. La relación entre el cannabis y la enfermedad mental aún no se ha determinado como causal, y no hay forma de saber en qué medida el cannabis influyó en la decisión de suicidarse de estos individuos.

Se culpa con demasiada frecuencia al cannabis de los suicidios

Parecer ser que el cannabis ocupa un lugar único en la opinión pública y en los medios de comunicación. Si una persona alcohólica y deprimida se suicida, no se menciona el alcohol como factor responsable a menos que la causa real de la muerte sea intoxicación por alcohol. Lo mismo ocurre con otras drogas ilegales (y fármacos recetados de las que se abusa con frecuencia).

Dar a entender que el cannabis, más que ninguna otra sustancia, tiene la capacidad de causar enfermedades mentales graves que terminan en suicidio es erróneo y una simplificación excesiva de los factores responsables de dichas enfermedades, que son sumamente complejos.

Nunca se ha demostrado que el cannabis haga que las personas sanas pierdan la cordura. Hay pruebas que demuestran que el consumo de cannabis pueda preceder a la manifestación de enfermedades subyacentes en personas propensas, pero nunca se ha establecido una relación causal directa en un contexto científico. Por el contrario, solo se han establecido correlaciones.

Ideas de suicidio y consumo de cannabis

Varios estudios han sugerido una relación entre las ideas de suicidio y el consumo de cannabis. Un estudio realizado en gemelos en 2004 publicado en JAMA Psychology concluyó que los gemelos que consumen cannabis eran de 2,5 a 2,9 veces más proclives a experimentar pensamientos suicidas, y que los que comenzaban el consumo de cannabis antes de los 17 años tendían a intentar suicidarse posteriormente.

Sin embargo, un estudio longitudinal sueco, que abarca un periodo de tiempo de 33 años y publicado en 2009, concluyó que era «poco probable que el consumo de cannabis tenga un fuerte efecto sobre el riesgo de consumar el suicidio, ya sea directamente o como consecuencia de los problemas de salud mental secundarios derivados de su consumo».

Sin duda, nuestra comprensión de las enfermedades mentales graves sigue siendo un tanto rudimentaria, y como tal, culpar del suicidio únicamente al cannabis parece sumamente trivial y simplista.

Si se ha tomado un «cóctel» de sustancias, ¿por qué se culpa solo al cannabis?

Tras la muerte de Ralph Hamilton, un hombre inglés que condujo directamente hacia el carril contrario por el que se aproximaba un autobús, se descubrió que había consumido cannabis antes de su muerte, y que había sido un consumidor regular. Sin embargo, la idea de que el cannabis le incapacitase hasta el punto de salir a la calle «casi en estado de coma» no parece del todo convincente.

Bolsas con heroína, tabletas, cuchara, encendedor y vacunas con agujas en una superficie negra.

Una búsqueda rápida de información proporciona casi de inmediato los datos posiblemente decisivos, omitidos por el artículo original del Daily Telegraph, que demuestran que el hombre tenía en su organismo un «cóctel» de éxtasis, alcohol y cannabis en el momento de la muerte, y se observó en el informe del forense que los niveles de éxtasis en sangre eran «considerables».

Otro artículo del Telegraph («Forense culpa de la muerte a una «intoxicación por cannabis») sigue un patrón muy similar: en 2008, Adriano Gardner de diecisiete años de edad murió repentinamente después de salir del trabajo para reunirse con su padre. La autopsia no mostró «signos recientes de consumo de drogas». Sin embargo, la autopsia forense de la Dra. Sally Hales concluyó que Gardner había muerto por la inflamación del corazón que derivaba de «su historial de consumo de cannabis, anfetaminas y cocaína».

Cannabis y el infarto de miocardio

El cannabis se ha relacionado con el infarto de miocardio (IM), comúnmente conocido como ataque al corazón, en varios estudios. En un estudio publicado en Circulation (la revista de la American Heart Association), los autores concluyeron que el riesgo de infarto agudo de miocardio aumentaba en 4,8 veces en los 60 minutos siguientes a consumir cannabis.

En el estudio que duró siete años, participaron 3.882 supervivientes de IM, de los cuales 124 habían fumado cannabis durante el año previo al inicio de los síntomas. Aunque la media de edad de los fumadores de cannabis eran inferior a la de los no fumadores, los primeros eran más proclives a ser obesos y fumar cigarrillos, dos factores importantes que contribuyen a una mala salud cardiovascular.

Otro estudio descubrió que los supervivientes de IM que fumaban cannabis habían aumentado su tasa de mortalidad a lo largo de los dieciocho años de seguimiento, pero se descubrió que esta observación era estadísticamente insignificante. En vez de que el cannabis sea una causa directa del ataque al corazón en personas sanas, estos estudios demuestran que el consumo de cannabis, en casos raros, puede desencadenar en las personas que se encuentran en los grupos de alto riesgo que sufran ataques cardíacos.

Cannabis y muertes relacionadas con la conducción

Hay indicios de que el consumo de cannabis puede causar algún grado de deterioro a los automovilistas, aunque la investigación no es en absoluto concluyente.

También hay argumentos en contra que sugieren que los albores de la legalización del cannabis está resultando en una disminución general de las muertes relacionadas con la conducción. A medida que el consumo de cannabis es más frecuente, el consumo de alcohol comienza a disminuir, sobre todo entre el grupo de edades comprendidas entre 25 y 34 años. Los accidentes de tráfico son la principal causa de muerte en los EE. UU. en este grupo demográfico.

Un estudio llevado a cabo en Denver, Colorado, en 2011 llegó a la conclusión de que dado que las leyes del cannabis medicinal se habían implementado en varios estados de EE. UU., se había producido una reducción media del 9% de los accidentes mortales de tráfico y una reducción del 5% en las ventas de cerveza, la bebida alcohólica más popular para aquellos que tienen entre 20 y 29 años.

¿Aumenta el cannabis el riesgo de muerte al volante?

Pero, ¿tiene un conductor que consume cannabis un mayor riesgo de muerte que un conductor que no lo consume? ¡El jurado sigue deliberando!

Un estudio holandés realizado en 2001 descubrió que mientras que el consumo de alcohol y benzodiacepinas aumentaba el riesgo de sufrir lesiones en carretera, el consumo de cannabis no. Un estudio australiano reveló que el consumo de alcohol aumentaba la culpabilidad del conductor, mientras que el consumo de cannabis no. Este estudio también descubrió que los conductores que consumen cannabis tenían menos probabilidades de ser responsables de accidentes en comparación con los conductores que no consumen sustancias, aunque la diferencia no era significativa a nivel estadístico.

Sin embargo, se han publicado resultados contradictorios en varios estudios. Hay un estudio en concreto que no está de acuerdo con la idea de que los conductores que consumen cannabis sean menos culpables que los conductores que consumen alcohol o que los que no consumen sustancias. El autor afirman que cuando se mide el THC directamente en lugar de sus metabolitos inactivos, los conductores son de tres a siete veces más proclives a ser responsables de accidentes de tráfico. En muchos estudios anteriores, se analizó el metabolito del THC, pero no prueba que haya un deterioro.

Repetidas Negativas Oficiales a Reconocer la Seguridad del Cannabis

En agosto de 2013, el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA) afirmó, para burla general, que el cannabis no era menos tóxico que el alcohol. Esta afirmación se hizo en un correo electrónico dirigido a (y posteriormente comunicado por) PolitiFact, una organización muy conocida que se dedica a la verificación de datos, que en ese momento estaba determinando la validez de una afirmación previa realizada por Marijuana Policy Project (MPP) en el sentido de que el cannabis era menos perjudicial que el alcohol.

El correo electrónico afirmaba que «afirmar que la marihuana es menos tóxica que el alcohol no se sustenta ya que cada cual posee su propia serie de riesgos y consecuencias específicos y concretos para cada persona». Sin embargo, basándose en el importante conjunto de evidencias que indican que el alcohol es en efecto más dañino que el cannabis, PolitiFact al final calificó la afirmación de MPP como «verdadera en su mayor parte».

Causa de la muerte: ¿el olor a cannabis?

Algunos activistas de los derechos civiles de los EE. UU. mantendrían que ha habido más muertes relacionadas con el cannabis como resultado directo de la intervención policial que de otra manera. La muerte de Philando Castile fue noticia en los EE. UU. cuando la policía mató a tiros al hombre en su automóvil frente a su hija de 5 años. Después de oler el cannabis en el automóvil de Castile, el oficial de policía justificó sus acciones al describir al hombre como un padre irresponsable.

Un scull fumando una articulación y una hoja de cannabis contra el fondo negro.

Por desgracia, este tipo de incidentes no son aislados. Hay muchos otros que han muerto a manos de agentes de policía por delitos menores relacionados con el cannabis como mucho. En febrero de 2017, Chad Robertson recibió un disparo por la espalda al huir de un registro corporal rutinario para detectar cannabis. En julio de 2012, se encontró a Chavis Carter muerto en la parte trasera de un coche policial después de haber sido arrestado por poseer una pequeña cantidad de cannabis. La policía afirmó que se había disparado a sí mismo con un arma que no habían podido detectar, a pesar de que estaba esposado en el asiento trasero.

Luego están todos aquellos que cumplen cadena perpetua en prisión por delitos relacionados con el cannabis. En última instancia, la mayoría morirán durante su pena de prisión. Podría decirse que es más fácil contar las muertes relacionadas con el cannabis que se han producido a manos de las fuerzas del orden, en lugar de directamente a causa del cannabis. Esta estadística suele pasarse por alto cuando los investigadores hablan de muertes relacionadas con el cannabis, pero son frecuentes.

El cannabis es mucho más seguro que otras sustancias

Se ha demostrado que el consumo excesivo de alcohol aumenta de manera importante el riesgo de muerte a través de medios directos (intoxicación etílica) e indirectos (cirrosis, enfermedad cardiovascular, accidente cerebrovascular). Los estudios también sugieren que la esperanza de vida en general se reduce considerablemente en los bebedores empedernidos de alcohol.

La cocaína y la heroína también son capaces de causar la muerte directamente a través de una sobredosis. El consumo de cocaína durante un largo periodo de tiempo también puede producir problemas de salud cardiovascular y respiratoria, convulsiones, hemorragia intracraneal y apoplejía. Además, tanto la cocaína como la heroína, ambas ilegales y perjudiciales, se relacionan con otros riesgos para la salud, a menudo derivados del uso de instrumental sin esterilizar.

Solamente a través de estos medios, las sustancias mencionadas anteriormente son mucho más letales que el cannabis. Los medios de comunicación han tratado de buscar todos y cada uno de los casos en los que podría citarse el cannabis como factor, sin importar que sea de manera indirecta. Si las tres sustancias mencionadas se analizaran de la misma forma, el número de muertes con las que podrían estar vagamente relacionadas sería asombrosamente enorme, mucho más grande que el puñado de muertes relacionadas con el cannabis.

¿Hasta que punto es letal el cannabis?

Es muy poco probable que el consumo de cannabis aumente de manera importante el riesgo de muerte, incluso a través de medios indirectos. Si se conduce bajo sus efectos, dependiendo del nivel de deterioro de uno, el riesgo de accidentes puede aumentar, pero esta idea se pone en duda. Si se es proclive a padecer una enfermedad psiquiátrica inherente, el consumo de cannabis puede desencadenar pensamientos suicidas, pero no se ha demostrado que aumente las tasas de suicidios consumados de manera relevante.

Así que parece que la lógica se ha hecho valer. El cannabis no es directamente responsable de ninguna muerte, y si bien puede ser un factor en algunas, no es el único factor que contribuye. Es posible que en el futuro se planteen nuevas pruebas de la letalidad del cannabis, ya que su consumo es cada vez más frecuente y debido a los estudios que realizan un seguimiento a largo plazo de los consumidores habituales hasta la vejez. Sin embargo, es muy poco probable que el riesgo sea ni de lejos como el del alcohol, el del tabaco o el del resto de drogas más conocidas.

Si fuéramos una especie abstinente por naturaleza, tal vez se podría sostener el argumento de que todas las drogas que puedan aumentar el riesgo de muerte, aunque sea de forma infinitesimal, deberían prohibirse. Pero no lo somos; se estima que el 30 % de la población mundial consume tabaco, y hasta un 50 % consume alcohol de manera habitual. En este caso, el único camino a seguir parece ser proporcionar a nuestra población las sustancias intoxicantes más seguras posibles.  

  • Disclaimer:
    Este artículo no tiene la intención de sustituir el consejo, diagnóstico y tratamiento médicos profesionales. Siempre hay que consultar a un médico u otro profesional médico titulado. No hay que retrasar la búsqueda de asistencia médica ni ignorar el consejo médico debido a algo que se haya leído en esta página web.

Comments

14 comentarios en “¿Cuántas Personas Han Muerto a Causa del Cannabis?”

  1. esos son ataques de panico amigo o ga, anda a un psicologo te va explicar despues te vas a reir de tu situacion, me pasaba deje de fumar tanto fui al psicologo y ahora estoy de 10 disfrutando del cannabis despues de terminar con mis tareas de la vida cotidiana

  2. estuve a punto de morirme por fumar cannabis, comencé a dejar de respirar, sentí como mi cuerpo se enfriaba y me paralizaba poco a apoco, sentía como mi corazón dejaba de latir , realmente luche y me encuentro aquí escribiendo este comentario

    1. esos son ataques de pánico, bro. no los causa la marihuana, pero si tu ya eras propenso a tener ansiedad y/o ataques de pánico, sí es posible que la marihuana (en especial si es de mala calidad) aumente el riesgo de tener dichos ataques.

    2. Sos un poco ignorante eso se llama malviaje, tuviste un ataque de pánico nunca estuviste en peligro realmente salvó porque quizá pensaste en suicidarte para aliviar esa sensación. Consumista una dosis alta para tu organismo fuma menos.

  3. Me fascinó el artículo!!! Muy completo, con referencias importantes, profesional… en fin Excelente!!! Como médico siquiatra quiero decirte que te felicito y me gustaría que continuaras orientándonos y refrescando nuestros conocimientos.
    Muchas gracias,
    Dra. Sánchez

    1. Mark - Sensi Seeds

      Buenas tardes Alejandra,

      Gracias por tu comentario.

      Todas nuestras fuentes deben ser referenciadas en el artículo, estarán resaltadas por hipervínculos azules.

      Sin embargo, si encuentra una fuente con un enlace roto, ¡avísele!

      Este artículo sobre Fumar marihuana o tabaco: ¿La marihuana es menos perjudicial? también puede ser de su interés.

      Gracias de nuevo y espero que sigan disfrutando del blog.

      ¡Qué tengas un lindo día!

      Mark

      1. Oye yo tambien , despues de fumar ahi que desir 5-10 minutos empieso con una presion enmedio del pecho y mi corazon empisa alatir rrapido, tambien como que se me va el aire y tenguo que respirar frofundo para sentir chido la respirada, de ahi tacum tacum tacum el corazon al mil

  4. Muy Buen Articulo que viene a confirmar la Importancia de Documentarse y no estar especulando acerca de cosas que estan a la vista

  5. Muy buen artículo yo creo que todo lo hacen para evitar que se den cuenta de lo efectiva que es la planta, te ayuda a combatir síntomas de enfermedades que hace mejorar la calidad de vida de las personas, pero como les conviene que les paguen por algo que ni los va a curar y va a dañar más sus riñones.

  6. en efecto no exieten muertes comprobadas por la ingesta o inhalacion…..
    solamente por manejo de maquinaria , automoviles…incluso hasta por estar caminando cuando se tiene tremenda nota….

    larga vida al THC y la hermosa planta de vida..

    saludos desde Mexico MTY NL

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    El equipo editorial de Sensi Seeds incluye botánicos, expertos médicos y legales, además de activistas de renombre como el Dr. Lester Grinspoon, Micha Knodt, Robert Connell Clarke, Maurice Veldman, Sebastian Marincolo, James Burton y Seshata.
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    Sanjai Sinha

    El Dr. Sanjai Sinha forma parte del personal docente de la facultad de medicina Centro Médico Weill Cornell en Nueva York. Se dedica a atender a pacientes, enseñar a los residentes y estudiantes de medicina, y a realizar trabajos de investigación sobre los servicios sanitarios. Es un apasionado de la educación y formación de pacientes y de la práctica clínica basada en la evidencia. Su gran interés en la revisión de casos médicos proviene de estas pasiones.
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