Este artículo resume nuestra experiencia con una Big Berry Boom Boom Feminizada, un híbrido 65% sativa famoso por su subidón explosivo. Es una planta considerablemente larguirucha, pudiendo crecer bastante si se retrasa su floración. Además, la Big Berry Boom Boom es exigente con el espacio, pero la calidad y cantidad de los cogollos compensan las molestias.
- Duración total del cultivo: 90 días
- Etapa de floración: 62 días
- Altura final: 110 cm
- Rendimiento final: 143 gramos
- Contenido en THC: 21,6%
Cultivamos nuestra Big Berry Boom Boom (B4) Feminizada, una variedad que creamos junto con Serge Cannabis, en una maceta de plástico de 8 litros rellena de BAC Lava Mix, la cual colocamos bajo una lámpara Philips GreenPower de 1.000 W. Durante todo el cultivo, mantuvimos la temperatura del recinto a 23°C durante el día, dejando que bajara a 21°C por la noche. La humedad relativa en la etapa vegetativa se situó en un 65%, valor que fuimos reduciendo gradualmente a medida que la planta se desarrollaba.
Germinación y plántula
El primer paso consiste en hacer germinar la semilla. Afortunadamente, esta parte es la más sencilla del proceso de cultivar una planta sana, y además no requiere grandes conocimientos ni equipos especiales. Para empezar, doblamos unas toallitas de papel y las humedecemos bien, pero sin empaparlas. Después, ponemos la semilla sobre las toallitas, la cubrimos con otra toallita húmeda, lo metemos todo en una bolsa de plástico abierta y la colocamos en un lugar cálido y alejado de la luz solar directa.
La semilla se abrió al cabo de un día, revelando una pequeña y delgada raíz primaria. La plantamos en un cubo de lana de roca previamente empapado (con la raíz hacia abajo), el cual colocamos debajo de una lámpara LED de 600 W. La dejamos así unos días para que brotara. En esta fase inicial, las plantas son extremadamente frágiles y un exceso de luz, calor o agua puede evitar que arraiguen correctamente, así que lo mejor es darles el tiempo necesario para que se desarrollen.

Tres días después, suministramos a la plántula su primera alimentación, la cual consistió en 100 ml de agua de pH equilibrado (pH 6,2; CE 0,8) mezclada con una pequeña cantidad de hormona de enraizamiento. Al final de la primera semana, la pequeña planta de marihuana medía 9 cm y mostraba algunos cotiledones pequeños y sanos sobre un tallo muy fino. Las raíces sobresalían por la base del cubo de lana de roca, así que la trasplantamos a su maceta de plástico de 8 litros definitiva, la cual situamos bajo la lámpara de 1.000 W. Para entonces, ya la alimentábamos diariamente con 100 ml de agua (pH 6,0; CE 1,4) mezclada con nutrientes líquidos Bio Grow.
Etapa vegetativa

La planta creció hasta los 14 cm en la segunda semana y le brotaron unas cuantas hojas que presentaban un espaciado internodal muy estrecho. Las hojas eran más bien pequeñas, de un color verde intenso saludable. Como esperábamos una semana de gran crecimiento, empezamos a alimentarla con 200 ml de agua al día.

En la tercera semana se produjo un crecimiento considerable, pues la planta alcanzó los 24 cm. Brotaron varios grupos de hojas de algunos nodos internos, los cuales se estiraron rápidamente. Las ramas laterales estaban creciendo, pero aún no daban forma a la planta. Como el cambio a la etapa de floración estaba a la vuelta de la esquina, aumentamos el volumen del riego a 400 ml al día.
No obstante, antes de proceder a la floración de la planta, era necesario adoptar una última medida de precaución: colgamos unas bolsas de Neoseiulus californicus y Amblyseius swirskii en las ramas más bajas para evitar la aparición de plagas. Ciertas criaturas invasoras, como los trips y los ácaros, pueden acabar incluso con el ejemplar más sano. Para evitarlo, estos paquetitos contienen bichos diminutos que se alimentan de estas plagas sin dañar en absoluto la planta de marihuana. Reemplazamos las bolsitas cada cuatro semanas para mantener la población estable.
Etapa de floración


Al comienzo de la cuarta semana iniciamos la floración de nuestra B4. Para lograrlo, cambiamos el horario de iluminación a 12/12, redujimos la humedad al 60% y la alimentamos con 800 ml de agua (pH 6,0; CE 1,8) mezclada con nutrientes líquidos Bio Flower. Al final de la semana, nuestra planta alcanzaba los 32 cm de altura y presentaba una silueta achaparrada y tupida gracias al desarrollo de las ramas laterales.


El crecimiento continuó a buen ritmo en la quinta semana, aumentando la altura otros 12 cm, llegando así a los 44 cm. El espaciado internodal se estaba estirando y las ramas laterales se desarrollaban rápidamente, aunque seguían midiendo apenas la mitad de la altura del tallo principal. Todo parecía evolucionar favorablemente, así que empezamos a regar con 1.000 ml de agua al día y redujimos la humedad relativa al 60%.


En la sexta semana se produjo el mayor estirón intersemanal de la planta, pues creció 19 cm y alcanzó los 63 cm de altura al final de la misma. Observamos un desarrollo generalizado, con un considerable estiramiento del tallo principal y las ramas laterales, algo que transformó toda la planta en unos pocos días. Aunque todavía no apreciábamos una floración significativa, la esperábamos en cualquier momento, así que aumentamos la dosis de alimentación diaria a 1.500 ml.



En la séptima semana registramos otro repunte del crecimiento vertical, pues la planta alcanzó los 79 cm. Ya apreciábamos pequeños pistilos blancos en algunos nodos interiores, lo que indicaba el inicio de la etapa de floración. La distancia internodal seguía creciendo rápidamente, y toda la planta era una maraña de ramas bastante robustas y hojas gigantes en abanico.


En la octava semana se produjo una desaceleración gradual del crecimiento vertical, pues solo registramos un aumento de 9 cm, alcanzando así los 88 cm de altura. Esto coincidió exactamente con el inicio de la floración propiamente dicha, ya que en la parte superior de cada rama proliferaban pequeños racimos de pistilos. A estas alturas, las ramas inferiores se extendían tanto hacia fuera como hacia arriba: nuestro ejemplar era igual de ancho que de alto.


Nuestra B4 Feminizada creció otros 8 cm en la novena semana, midiendo en total 96 cm. Para entonces, el tallo principal era casi el doble de alto que las ramas inferiores, que soportaban muy bien su peso. La planta entera se inclinaba ligeramente, pero no era nada preocupante.



Nuestro ejemplar llegó a los 102 cm de altura en la décima semana, en gran parte gracias a la cola principal, la cual se desarrollaba rápidamente. Todas las ramas estaban cubiertas de cogollos que aumentaban de tamaño y densidad cada día que pasaba. Ya no quedaba nada por hacer, salvo reducir la humedad relativa al 55% y esperar a que la naturaleza hiciera su trabajo.




En la undécima y duodécima semana, nuestro ejemplar alcanzó los 110 cm, su altura máxima, y los pistilos empezaron a perder su típico color blanco, el cual se iba transformando en un tono naranja oscuro. Aunque la cola principal no recorría el tallo superior, los cogollos eran macizos como rocas y extremadamente pegajosos.



Por fin llegó la decimotercera semana y con ella el momento de cosechar nuestra Big Berry Boom Boom Feminizada.
Cosecha
Había llegado la hora de cosechar nuestra Big Berry Boom Boom Feminizada, así que empezamos cortándola por la base y manicurando todas las hojas grandes en abanico. A continuación, la dejamos colgando boca abajo en una habitación climatizada a 15,5°C con una humedad relativa del 50%. Una vez que las ramas más pequeñas se secaron lo suficiente como para partirse al doblarlas (algo que normalmente tarda entre 10 y 20 días), llegó el momento de proceder al siguiente paso.
Una vez seca, quitamos las flores y manicuramos las hojas restantes. Estos cogollos no eran muy frondosos, pero rebosaban resina, por lo que eran muy pegajosos y tuvimos que cortar un gran número de flores del tamaño de pelotas de golf. Esta combinación convirtió el manicurado en una tarea laboriosa.
Tras el manicurado, depositamos los cogollos en tarros de cristal para curarlos. El primer día dejamos los recipientes abiertos para que se evaporara buena parte de la humedad restante. Al cabo de unas 24 horas, cerramos los tarros y los fuimos «eructando» varias veces al día en intervalos de una hora. Fuimos reduciendo gradualmente la frecuencia de estos eructos hasta que solo lo hacíamos una vez al día, y así continuamos hasta que los cogollos terminaron de curarse. El proceso de curado suele requerir de 4 a 6 semanas y no puede acelerarse.
Al final cosechamos unos impresionantes 143 g de flores secas con un contenido en THC realmente espectacular: 21,6%.
Perfil de terpenos
En cuanto nuestra Big Berry Boom Boom Feminizada comenzó a florecer, empezó a desprender un marcado aroma en el que destacaban las notas tropicales y cítricas. A medida que la planta iba madurando, a esta fragancia afrutada se le unieron notas diésel más penetrantes, dando lugar a un aroma agradable, aunque algo acre. Si bien era perceptible, no resultaba abrumador, pero si te preocupa la privacidad, quizá debas tomar algunas medidas extra para controlar el olor.
Cuando los cogollos se secaron, adquirieron un aroma más vivo y tropical, con toques a mango, piña y cítricos que bailaban sobre un fondo penetrante y diésel. El sabor era más o menos lo que esperábamos a partir del olor: un estallido de fruta tropical dulce al inhalar (se nota el mango, la piña y el limón), mientras que el regusto final ofrecía una transición suave a un diésel terroso, a combustible, con un sutil toque especiado.
En general, el sabor mezcla de forma equilibrada el afrutado clásico de las índicas con notas terrosas propias de las sativas. Sin embargo, los efectos son casi exclusivamente sativa. Nada más probar la Big Berry Boom Boom, nos golpeó con fuerza un subidón cerebral de acción rápida que nos dejó con una sensación de calma que invitaba a la introspección. Se unió a un potente colocón corporal que tardó un poco más en manifestarse por completo, pero que finalmente nos relajó los músculos y alivió la tensión. En general, los efectos fueron bastante potentes y prolongados, pudiendo llegar al apalanque si la dosis es alta.
El resultado
A menudo, cuando los cultivadores (sobre todo los de interior) consideran el tamaño de una variedad, lo que más les preocupa es la altura. Aunque se puede conseguir que la Big Berry Boom Boom Feminizada tenga una altura manejable en interior, la enorme superficie que ocupan sus anchas ramas laterales puede dificultar su cultivo en espacios reducidos.
Sin embargo, si tienes espacio y buscas una sativa grande y productiva que puedas cultivar en interior, conviene que tengas en cuenta la B4. Combinada con técnicas de cultivo avanzadas, como LST o un screen of green (SCROG), estas plantas pueden generar rendimientos enormes.
- Disclaimer:Las leyes y regulaciones relativas al cultivo de cannabis difieren de un país a otro. Por lo tanto, Sensi Seeds recomienda encarecidamente que se revisen las leyes y regulaciones locales. No se debe actuar en contra de la ley.
 
             
             
             
            