¿Te has encontrado una semilla en el fondo de una bolsa o tarro de hierba y te preguntas si debes cultivarla o enlatarla? Descubre las maravillas de las semillas de bolsa: qué son, de dónde proceden y cuáles son las dificultades y beneficios de su cultivo.
El término anglosajón «bag seeds» (semillas de bolsa) lo emplean los cultivadores y fumadores de marihuana para hacer referencia a aquellas semillas de marihuana que aparecen al azar en un cogollo o en el fondo de una bolsa de cannabis. Suelen proceder de plantas que se polinizaron de forma accidental o inadvertida.
Las semillas de bolsa, a diferencia de las que comprarías en Sensi Seeds o en otro banco de semillas, tienen un origen dudoso. Eso no significa necesariamente que sean «malas» (lo analizamos más adelante en la sección «¿Vale la pena cultivar semillas de bolsa?»). Sin embargo, hay que tener claro que su cultivo puede acarrear algunas (o muchas) sorpresas.
En este artículo te explicamos detalladamente qué son las semillas de bolsa y en qué se diferencian de las que comprarías en un banco de semillas o a un criador. Además, te contamos algunas de nuestras experiencias personales en el cultivo de semillas de bolsa y los diferentes resultados que pueden producir, para que puedas decidir por ti mismo si vas a cultivar o no esas alubias misteriosas que tienes guardadas.
El proceso de crianza de la marihuana
Para comprender mejor en qué se diferencian las semillas de bolsa de las que puedes comprar en Sensi Seeds o en otros bancos de semillas de confianza, es importante comprender los conceptos básicos del cultivo de variedades de marihuana únicas y su disponibilidad en forma de semillas.
Por un lado, producir una semilla de marihuana es muy sencillo: recoge un poco de polen de una planta macho y espolvoréalo en las flores de una hembra y, en cuestión de semanas, tendrás en tus manos no una, sino cientos de semillas.
En la naturaleza, las plantas de cannabis se polinizan constantemente, creando así semillas con todo tipo de información genética. Sin embargo, el procedimiento para generar semillas como las que vendemos en Sensi Seeds es un poco más complejo e implica el uso de técnicas de cultivo especiales. Nuestros expertos genetistas, a pesar de toda su experiencia, pueden tardar años en desarrollar variedades como las de nuestro catálogo.
En primer lugar, se cultivan, clonan y archivan un gran número de plantas. A medida que vayan creciendo, nuestros genetistas separan los machos de las hembras y seleccionan aquellas plantas con rasgos especialmente favorables. Estos pueden incluir:
- Una estatura propicia para un estilo de cultivo específico.
- Una etapa de floración rápida.
- Aromas y sabores peculiares.
- Elevada producción de resina.
- Una concentración elevada de cannabinoides específicos.
- Cogollos con una estructura específica.
- Resistencia a plagas y patógenos.
El proceso de búsqueda de plantas con unos rasgos determinados se denomina Phenohunting («búsqueda de fenotipos») y puede requerir la criba de cientos de «fenotipos» de plantas. Por fenotipo nos referimos a los rasgos observables de una planta, que son la expresión específica de la información genética proporcionada por su «genotipo» (es decir, su ADN). Los fenotipos pueden variar mucho, incluso cuando proceden de las mismas plantas progenitoras, igual que tú puedes tener un aspecto muy diferente al de tus hermanos.
La búsqueda de fenotipos puede exigir el cultivo de cientos de plantas y tardar meses o años en completarse: al fin y al cabo, los investigadores tienen que cultivar las plantas, observarlas, hacer un seguimiento, clonarlas para disponer de un archivo y cosecharlas para ver qué tipo de flores producen.
Una vez identificadas las plantas que presentan las características deseadas, nuestros criadores intentan estabilizarlas mediante técnicas como el in-breeding (endogamia) o el backcrossing (retrocruzamiento). De este modo, nuestros criadores crean líneas genéticas con información reducida, lo que contribuye a asegurar la prevalencia de los rasgos deseables en la descendencia de esa línea.
Por último, tras definir una línea de crianza (lo que puede llevar años), nuestros criadores pueden cruzar 2 líneas específicas para generar plantas con un vigor mejorado que combinan las características de crecimiento deseadas. De nuevo, la variedad resultante puede estabilizarse mediante técnicas como la endogamia o el retrocruzamiento. Es decir, el trabajo que conlleva la creación de las variedades más apreciadas de Sensi Seeds, como la Skunk #1, la Black Domina o la Jack Herer, requiere mucho tiempo y esfuerzo.
La lotería genética de las semillas de bolsa

Mientras que las semillas procedentes de Sensi Seeds y otros bancos de semillas de confianza son un producto refinado y cuidadosamente elaborado, las semillas de bolsa son todo lo contrario, pues se generan por accidente.
Hoy en día, los cultivadores suelen cultivar sinsemilla, es decir, hierba sin semillas. Esta técnica consiste en separar las plantas macho de las hembras para mantenerlas sin polinizar durante periodos prolongados, obligándolas a desarrollar flores de mayor tamaño, más resinosas y, por consiguiente, más potentes.
Así pues, la mayoría de las semillas de bolsa son el resultado de una polinización no deseada, la cual se produce normalmente cuando los cultivadores no separan a tiempo las plantas macho de las hembras, o debido a la presencia de hermafroditas («hermies») en el jardín de un cultivador. En el exterior, las hembras también pueden ser polinizadas fácilmente por plantas macho que crecen en otras zonas cercanas (por ejemplo, un jardín al otro lado de la calle o a unas manzanas de distancia).
Como se crean por accidente, las semillas de bolsa no se someten a todos los procesos de cultivo que hemos descrito anteriormente (que esencialmente ayudan a reducir la información genética de una planta para que sólo desarrolle los rasgos específicos deseados). Por tanto, a diferencia de las semillas criadas de forma adecuada, las semillas de bolsa pueden contener una gran cantidad de información genética y producir plantas con rasgos muy variados.
¿Merece la pena cultivar semillas de bolsa?

Esta pregunta es muy habitual, y la respuesta depende de cuáles sean tus objetivos a la hora de cultivar cannabis.
¿Eres un cultivador/fumador con unas preferencias particulares por determinadas genéticas, aromas, sabores o efectos? ¿O sólo cultivas variedades con rasgos de crecimiento específicos que se adaptan a las limitaciones de tu espacio de cultivo? En ese caso, las semillas de bolsa no te interesan, porque son una auténtica lotería.
Si, por el contrario, te gusta experimentar con genéticas únicas y tienes medios para cultivar plantas de distintas estaturas y rasgos, las semillas de bolsa pueden ser un experimento divertido (y a veces fructífero).
Ventajas de cultivar semillas de bolsa

Entre las ventajas de cultivar semillas de bolsa podemos citar:
1. Son gratis
No hace falta pagar mucho dinero por ellas, basta con tener la suerte de encontrarlas en un cogollo o en el fondo de una bolsa o tarro.
2. Se encuentran con facilidad
Olvídate de las limitaciones de los envíos o de los tiempos de espera. Al comprar hierba, tarde o temprano, encontrarás semillas en alguna bolsa. También puedes preguntar a tus amigos fumetas: seguro que tienen semillas por ahí de algún paquete que compraron hace tiempo.
3. Son divertidas
A muchos cultivadores les encanta el factor sorpresa que supone cultivar semillas de bolsa.
4. Pueden producir excelentes resultados
A veces, las semillas de bolsa pueden generar plantas increíbles. De hecho, muchas variedades míticas proceden de semillas de bolsa, como la Chemdawg, la Sour D, la Bubba Kush y muchas otras.
Desventajas de cultivar semillas de bolsa
Sin embargo, cultivar semillas de bolsa también tiene algunos inconvenientes:
1. Baja tasa de germinación
Como no se sabe la antigüedad de las semillas de bolsa ni cómo se han almacenado, es posible que no todas germinen.
2. Existe una alta probabilidad de que generen plantas macho
Si plantas semillas de bolsa, tendrás que esperar un mínimo de 4-6 semanas para conocer el sexo de la planta, lo que supone gastar dinero en tierra y macetas para un ejemplar que acabarás descartando.
3. Alta prevalencia de hermafroditas
Muchas semillas de bolsa tienen su origen en una planta hermafrodita presente en la habitación/tienda/jardín del cultivador. Por eso, pueden ser genéticamente propensas a desarrollar flores hermafroditas.
4. Aromas, sabores y efectos al azar
Al cultivar semillas de bolsa, no se puede prever a qué olerá o sabrá la hierba, ni cómo será la experiencia al fumarla.
En la actualidad, vivimos una auténtica «edad de oro» del cannabis. Gracias a su legalización en diversas regiones del mundo, existe una amplia oferta de variedades que puedes adquirir para tu jardín casero. En ese sentido, los cultivadores aficionados no necesitan cultivar semillas de bolsa, a menos que vivan en una zona en la que sea muy difícil o peligroso conseguir semillas.
Sin embargo, a algunos cultivadores les fascina la idea de cultivar una planta que no encontrarán en ningún otro sitio. Y para esas personas, las semillas de bolsa son un punto de entrada a todo un mundo de posibilidades.
¿Qué te espera si cultivas semillas de bolsa?
En mi caso, he cultivado tanto semillas compradas a bancos de semillas de confianza como semillas de bolsa, y he obtenido excelentes resultados con ambas. Por ejemplo, uno de mis primeros cultivos lo hice con semillas de bolsa que saqué de una hierba de ladrillo paraguaya (vivo en Sudamérica, donde gran parte de la marihuana clandestina procede de grandes cultivos a cielo abierto en Paraguay). Aunque las plantas tenían un aspecto y un olor muy diferentes, era un placer fumar las flores que producían.
Un verano, cultivé plantas de Lemon Blue Cheese de Silver River Seeds, un banco de semillas de Uruguay dirigido por un cultivador y criador prestigioso. Una de las plantas se convirtió en hermafrodita y produjo un montón de semillas, algunas de las cuales sembré en cosechas posteriores. Aunque parte de la descendencia consiguió generar unos cogollos deliciosos, pero con un rendimiento bajo, la mayoría resultaron ser plantas hermafroditas que tuve que eliminar para evitar que mis otras plantas se polinizaran.

Del mismo modo, he visto a amigos y conocidos cultivar semillas de bolsa y obtener ejemplares absolutamente fabulosos. En particular, un amigo cultivó un montón de semillas de bolsa paraguaya, una de las cuales acabó clonando y conservando en su jardín durante varias temporadas. ¡Estaba enamorado de los aromas y sabores únicos de esa planta en particular!
¿A qué conclusión llegamos? La única certeza al cultivar semillas de bolsa es la incertidumbre. No las uses si necesitas una cosecha predecible y un cultivo sin complicaciones. Pero si no quieres gastar dinero en semillas de producción controlada, ten en cuenta que te espera una montaña rusa que puede o no merecer la pena.
¿Las semillas de bolsa contienen buenas genéticas?
Las semillas de bolsa pueden contener todo tipo de genéticas imposibles de identificar de forma adecuada. Por ejemplo, si en una bolsa de Jack Herer te encuentras una semilla, es muy probable que sea descendiente de una madre Jack Herer. Sin embargo, si la siembras, no existe la seguridad de que produzca una Jack Herer.

Como señalamos con anterioridad, las variedades de los bancos de semillas que conoces y amas son el fruto de años de trabajo y de técnicas de cultivo especiales que contribuyen a garantizar que una planta presente rasgos muy específicos.
Cuando una planta como la Jack Herer se poliniza, la semilla resultante contiene tanto su genética como la de la planta polinizadora. Esto da lugar a semillas con un código genético más extenso, lo que a su vez amplía las variables del tipo de planta que pueden producir esas semillas.
Cómo conservar las semillas de bolsa
¿Te has encontrado un par de semillas en tu hierba y quieres conservarlas para un futuro proyecto de cultivo? Aquí te explicamos cómo almacenarlas adecuadamente para conservarlas durante más tiempo:
- Recoge y desecha las semillas poco desarrolladas (es decir, «verdes») o rotas.
- Asegúrate de que las semillas restantes estén secas. Puedes hacerlo dejándolas sobre un plato entre varias capas de papel de cocina durante 1-2 días.
- Coloca las semillas secas en un recipiente hermético con un desecante (como gel de sílice) y guárdalas en el frigorífico.
Consulta nuestro artículo sobre cómo conservar las semillas de marihuana para informarte con más detalle sobre cómo asegurarte de que tus semillas de marihuana se conserven durante más tiempo.
¿Cultivas semillas de bolsa o prefieres las que proceden de bancos de semillas de confianza? Comparte a continuación tus opiniones y experiencias al respecto. ¡Nos encantaría conocerlas!
- Disclaimer:Las leyes y regulaciones relativas al cultivo de cannabis difieren de un país a otro. Por lo tanto, Sensi Seeds recomienda encarecidamente que se revisen las leyes y regulaciones locales. No se debe actuar en contra de la ley.