En este informe nos ocupamos de la Guava Jelly Feminizada, un auténtico híbrido 50/50. Nos encantó su baja estatura, complexión larguirucha y rendimiento espectacular. Con la estatura de una índica y la estructura de una sativa, la Guava Jelly nos cautivó por su versatilidad, fiabilidad y rápida etapa de floración.
Duración total del cultivo: 92 días
Etapa de floración: 64 días
Altura final: 72 cm
Rendimiento final: 98 gramos
Contenido en THC: 20,6%
Cultivamos nuestra Guava Jelly Feminizada bajo una lámpara HPS Philips GreenPower de 1.000 W con un ciclo 18/6, en una maceta de plástico de 8 litros rellena de BAC Lava Mix. Mantuvimos el espacio de cultivo a una temperatura constante de 23°C durante el día, reducida a 21°C por la noche, y con una humedad relativa del 65% durante la etapa vegetativa.
Germinación y plántula
El primer paso fue hacer germinar las semillas. Para ello, utilizamos el método de la toallita de papel, que es el más rápido y fiable. Basta con doblar una servilleta de papel y verter sobre ella unos pocos mililitros de agua hasta que se humedezca por completo. A continuación, se colocan las semillas encima y se cubren con otra toallita de papel húmeda. Por último, se introduce todo en una bolsa de plástico y se deja en un lugar cálido durante uno o dos días.
Al cabo de un día, la semilla se había abierto y mostraba la raíz primaria. La plantamos (con la raíz hacia abajo) en un cubo de lana de roca y la colocamos bajo una lámpara de 600 W. En esta etapa inicial, si se aplica demasiada luz, calor o agua, la semilla puede no enraizar correctamente, así que la dejamos sola unos días. Regamos por primera vez la plántula al tercer día con 100 ml de agua de pH equilibrado (pH 6,2; CE 0,8) mezclada con hormona de enraizamiento.
Transcurrida la primera semana, nuestra Guava Jelly había brotado por completo y medía 6 cm de altura, con un tallo bastante estirado y larguirucho que sostenía dos cotiledones sanos y dos prehojas. Comenzamos entonces a alimentar la planta todos los días con 100 ml de agua (pH 6,0; CE 1,4) mezclada con nutrientes líquidos Bio Grow.
Etapa vegetativa
En la segunda semana trasplantamos nuestra Guava Jelly a una maceta de plástico de 8 litros y la pusimos bajo la lámpara de 1000 W. Para ayudarla a mantener el ritmo de crecimiento, aumentamos la cantidad de agua a 200 ml al día. Al final de la semana, nuestra planta ya medía 9 cm y había brotado su primer conjunto de hojas verdaderas, las cuales eran cortas y bastante delgadas.
Al final de la tercera semana, la planta había crecido hasta los 13 cm y había desarrollado un segundo conjunto de hojas, con un tercero en camino. El espaciado internodal era bastante amplio y el crecimiento vegetativo era lento, aunque progresaba de forma constante. Esta variedad exhibía claramente su equilibrio 50/50 entre índica y sativa. En esta semana aumentamos el volumen de agua a 400 ml al día.
Antes de pasar a la etapa de floración debíamos adoptar una última precaución: colgamos de las ramas más bajas unos saquitos de Neoseiulus californicus y Amblyseius swirskii. Estas bolsitas contienen cientos de criaturas simbióticas beneficiosas que cazan plagas como arañas rojas y trips sin dañar las plantas. Se sustituyen cada cuatro semanas.
Etapa de floración
En la cuarta semana se produjo el mayor aumento del crecimiento de todo el ciclo de cultivo: nuestra Guava Jelly creció más del doble, alcanzando así los 27 cm de altura. A ello se unió un fuerte crecimiento vegetativo, ya que las ramas inferiores empezaron a crecer considerablemente hacia el exterior. Además, durante esta semana iniciamos la etapa de floración al cambiar la iluminación a un programa de 12/12 y empezamos a regar con 800 ml de agua (pH 6,0; CE 1,8) mezclada con nutrientes líquidos Bio Flower.
En la quinta semana se produjo otro crecimiento significativo: la planta medía ya 40 cm de altura. Las ramas laterales se extendían más allá de los 45° y, al igual que el tallo principal, eran delgadas y larguiruchas. El espaciado internodal seguía siendo bastante amplio y aumentaba a medida que la planta se estiraba, y las hojas eran esbeltas y vigorosas. Como la floración estaba a la vuelta de la esquina, aumentamos el volumen de agua a 1.500 ml diarios. Por último, disminuimos la humedad al 60%.
La planta siguió estirándose durante la sexta semana y alcanzó los 51 cm de estatura. En esta semana observamos los primeros signos de floración, ya que empezaron a brotar pequeños pelos blancos en la parte superior de las ramas y en los nudos interiores. No obstante, la Guava Jelly presentaba una estructura estirada, por lo que no había muchas zonas de floración.
La séptima semana marcó el último gran estirón de la planta, la cual ganó otros 12 cm, llegando así a los 63 cm de altura. La etapa de floración se aceleraba rápidamente y nuestro ejemplar lucía docenas de pequeñas flores que crecían visiblemente con el paso de los días. El tallo principal era el doble de alto que las ramas inferiores y la planta recordaba vagamente a un árbol de Navidad.
En la octava semana se produjo un crecimiento vertical moderado, situándose la estatura en 69 cm. La planta entró en plena floración y la mitad superior del tallo principal se convirtió en una única cola maciza. Las ramas inferiores estaban cubiertas de cogollos cada vez más gordos que iban congregándose lentamente a lo largo de la parte superior de cada rama.
Durante la novena semana, la planta apenas creció verticalmente, con excepción de la cola, que remataba la copa en los 70 cm. Desprendía un ligero olor tropical afrutado, apreciable pero sutil. Al igual que ocurre con muchas sativas, el aroma distaba mucho de ser agobiante. En ese momento, disminuimos la humedad al 55% para evitar la formación de moho.
La planta alcanzó su altura máxima (72 cm) en la décima semana. Los cogollos engordaron mucho y las flores se hicieron más densas y pesadas. Las ramas inferiores sostenían admirablemente el peso de los cogollos, y toda la planta era increíblemente robusta y no necesitaba ningún tipo de soporte extra.
En la undécima semana, los pistilos comenzaron a adquirir un color anaranjado, lo que indicaba que la cosecha se aproximaba poco a poco. A estas alturas, la planta desprendía un olor a hierba muy característico, pero no excesivo. Ya solo quedaba esperar a que la naturaleza siguiera su curso y la planta terminara de madurar.
En la duodécima semana no apreciamos grandes cambios. Un mayor número de pistilos evolucionaron del color blanco al naranja y algunas de las zonas de floración se poblaron un poco más, pero estaba claro que la cosecha estaba a la vuelta de la esquina.
Por último, al final de la decimotercera semana, cosechamos nuestra planta.
Cosecha
Cosechar nuestra Guava Jelly Feminizada fue extremadamente fácil gracias a su estructura larguirucha y su escasa etapa vegetativa. Para empezar, la cortamos por la base, le quitamos todas las hojas en abanico y la colgamos boca abajo en un espacio oscuro de clima controlado (15,5°C; 55% de humedad). Dejamos secar la planta de marihuana hasta que las ramas más pequeñas se quebraron al doblarlas, lo que suele tardar entre 10 y 20 días.
Una vez que la planta estuvo seca, cortamos los cogollos y los recortamos. Fue muy fácil recortar las flores, ya que la Guava Jelly no es muy frondosa. A continuación, introdujimos los cogollos recortados en unos tarros de cristal para curarlos. Dejamos los recipientes abiertos durante las primeras 24 horas y luego los cerramos herméticamente. A diario íbamos «eructando» los tarros varias veces durante una hora cada una. A lo largo de las semanas posteriores, redujimos gradualmente la frecuencia hasta que solo lo hacíamos una vez al día.
Al final pudimos cosechar un total de 98 gramos de flor seca, con un contenido en THC del 20,6%. Para una planta de este tamaño, y teniendo en cuenta la rapidez de su etapa de floración, se trata de una cosecha realmente impresionante.
Perfil de terpenos
Cuando abrimos uno de los tarros de Guava Jelly, nos recibió una oleada de notas dulces y afrutadas con un sutil matiz skunk. Todas estas notas se reflejan en el sabor, que es la mezcla perfecta de sativa tropical e índica terrosa.
Al probar la Guava Jelly disfrutamos de un colocón corporal profundo, cálido y relajante, acompañado rápidamente de un subidón más energético y cerebral. Esta combinación hace de esta variedad una elección increíble para una noche de juegos o para relajarse en el parque.
El resultado
Nos encantó nuestra experiencia con la Guava Jelly y por eso la recomendamos con entusiasmo. Muchos cultivadores de interior se esfuerzan por encontrar una buena sativa que se adapte a un espacio limitado, y esta variedad es la solución. A los cultivadores principiantes les encantará su facilidad de cultivo, y los veteranos descubrirán que esta variedad es una elección estupenda a la hora de utilizar, literalmente, cualquier técnica de cultivo avanzada, como el mainlining o el scrogging.
- Disclaimer:Las leyes y regulaciones relativas al cultivo de cannabis difieren de un país a otro. Por lo tanto, Sensi Seeds recomienda encarecidamente que se revisen las leyes y regulaciones locales. No se debe actuar en contra de la ley.