Northern Lights Feminizada

Northern Lights Feminizada

Esta índica al 90%, fruto del cruce entre variedades locales tailandesas y afganas, es una de las favoritas de los aficionados desde hace más de 50 años. Nuestra experiencia con ella se prolongó un poco más de lo esperado, ya que se tomó su tiempo para florecer y creció mucho más de lo que habíamos previsto, pero los resultados merecieron la pena.

Duración total del cultivo: 98 días

Etapa de floración: 77 días

Altura final: 130 cm

Rendimiento final: 82 gramos

Contenido en THC: 20,2%

Para asegurarnos de que nuestra Northern Lights Feminizada disfrutara de las mejores condiciones para desarrollarse, creamos un espacio de cultivo perfectamente adaptado. Colgamos del techo una lámpara HPS Philips GreenPower de 1.000 W, ajustada a un horario 18/6. Durante el «día», manteníamos una temperatura estable de 23°C, que descendía a 21°C por la «noche».   

Fijamos la humedad relativa del recinto en un 65% durante la etapa vegetativa y la fuimos reduciendo gradualmente a medida que la planta maduraba. La cultivamos en una maceta de plástico de 8 litros rellena con BAC Lava Mix y cubierta con una fina capa de Rockwool (lana de roca).

Germinación y plántula

Para comenzar el cultivo de la Northern Lights Feminizada, lo primero que debemos hacer es germinar las semillas. Afortunadamente, esto es tan fácil que hasta un alumno de primaria puede hacerlo sin ayuda. Todo lo que necesitas es un plato, unas toallitas de papel y una bolsa de plástico.

Basta con doblar unas servilletas de papel, colocarlas en el plato y verter sobre ellas unos mililitros de agua. Las toallitas deben estar húmedas al tacto, pero no empapadas ni goteando. A continuación, esparce las semillas sobre las servilletas, dejando unos centímetros de separación entre ellas. Por último, cubre las semillas con otra servilleta húmeda, introdúcelo todo en una bolsa de plástico abierta y guárdala en un lugar cálido.

Las semillas se abren y dejan al descubierto la raíz pivotante al cabo de 24-48 horas. En cuanto observamos este fenómeno, plantamos la semilla (con la raíz pivotante hacia abajo) en un cubo de lana de roca y la colocamos bajo una lámpara de 600 W. En esta fase tan temprana de su vida, las plántulas son increíblemente delicadas y demasiada luz, calor o agua pueden impedir que arraiguen correctamente.

A los tres días, regamos por primera vez nuestra plántula recién germinada. Para ello empleamos únicamente 100 ml de agua con un pH equilibrado (pH 6,2; CE 0,8) mezclada con una pequeña cantidad de hormona de enraizamiento.

Al final de la primera semana comprobamos que nuestra Northern Lights estaba progresando estupendamente: medía 5 cm de altura y mostraba los primeros brotes de crecimiento vegetativo. Aún no había desarrollado hojas verdaderas, pero los cotiledones indicaban la buena salud de esta joven planta. Al finalizar la semana, llegó el momento de trasladar nuestra planta de marihuana a su nuevo hogar, la maceta de 8 litros que mencionamos anteriormente, y colocarla bajo la lámpara de 1.000 W. A partir de ese momento, empezamos a alimentarla diariamente con 100 ml de agua (pH 6,0; CE 1,4) mezclada con nutrientes líquidos Bio Grow.

Etapa vegetativa

En el transcurso de la segunda semana, nuestra planta de marihuana duplicó con creces su altura, alcanzando los 11 cm. Además, le brotaron los primeros grupos de hojas verdaderas, las cuales eran cortas y anchas, de un color verde intenso, al más puro estilo índica. Este rápido desarrollo semanal se convertiría en algo habitual, ya que esta variedad tiende a estirarse mucho más que muchas otras índicas. Duplicamos la cantidad de agua a 200 ml al día para mantener el ritmo de crecimiento.

En la tercera semana observamos una leve desaceleración del crecimiento, pero nuestra pequeña dama continuó elevándose hasta alcanzar una estatura de 16 cm. Ya le había brotado el sexto grupo de hojas verdaderas y empezaban a desarrollarse las primeras ramas laterales. En este punto, el espaciado internodal entre hojas era bastante estrecho, pero la planta de cannabis ya empezaba a mostrar signos de estiramiento. Durante esta semana duplicamos de nuevo el riego, fijándolo en 400 ml al día.

También colgamos unas bolsitas de Neoseiulus californicus y Amblyseius swirskii de las ramas inferiores. Estos saquitos contienen cientos de criaturas diminutas que mantienen una relación simbiótica con las plantas de cannabis. Son unos ácaros diminutos que no dañan en absoluto a la planta, sino que se alimentan de plagas como los trips y las arañas rojas, las cuales pueden acabar incluso con el ejemplar más sano si no se controlan. Estas bolsitas se sustituyen cada cuatro semanas para garantizar una población estable.

Etapa de floración

Al entrar en la cuarta semana pudimos comprobar cómo nuestra planta se desarrollaba a un ritmo impresionante, duplicando al final de la misma su altura hasta alcanzar los 36 cm. Sabiendo lo rápido que puede evolucionar esta variedad, consideramos que había llegado el momento de pasar a la etapa de floración. Para ello, solo tuvimos que cambiar la iluminación a un horario 12/12 y modificar los hábitos de riego. Aumentamos el volumen de agua a 800 ml al día (pH 6,0; CE 1,8) y nos pasamos a los nutrientes líquidos Bio Flower. Por último, redujimos la humedad al 60%.

En la quinta semana se produjo otro estirón significativo, y nuestra Northern Lights alcanzó una altura de 57 cm, por lo que volvimos a aumentar el volumen de agua a 1.000 ml al día. Los nudos internos seguían estirándose y las ramas laterales crecían a buen ritmo. Apenas existía un dosel propiamente dicho, ya que la planta estaba desarrollando la clásica forma de árbol de Navidad, tan común en las índicas, y la poda de las hojas y ramas inferiores resultaba vital a la hora de mantener un flujo de aire adecuado.

En la sexta semana, la planta no mostró signos de desaceleración, creciendo otros 19 cm y situándose así en los 76 cm de estatura. Ya se apreciaban los primeros signos reales de floración con la aparición de pequeños pelos blancos en los nudos interiores y en la parte superior de las ramas. Con la floración plena a la vuelta de la esquina, aumentamos de nuevo (y por última vez) el volumen de riego, fijándolo en 1.500 ml diarios.

En la séptima semana se produjo el mayor aumento de altura de todo el ciclo de cultivo, con una Northern Lights que subió otros 27 cm, alcanzando así una estatura de 103 cm. ¡Esta cifra superaba ya a la mayoría de las índicas, y aún no había terminado de crecer! Cuando estaba a punto de empezar a producir flores, volvimos a bajar la humedad al 55% para evitar la aparición de moho. Además, durante esta semana, repusimos los saquitos de Neoseiulus californicus y Amblyseius swirskii.

En la octava semana, nuestra planta creció otros 22 cm hasta alcanzar una altura de 125 cm y floreció por completo. Los pistilos blancos habían empezado a convertirse en grupos de preflores y toda la planta se estaba transformando ante nuestros ojos. Quedaban pocas semanas para la cosecha y había muy poco que hacer, salvo sentarse y dejar que la naturaleza siguiera su curso.

Nuestra planta frenó su crecimiento vertical en la novena semana, ganando tan solo 5 cm, por lo que su altura final fue de 130 cm. En ese momento, cada zona de floración lucía una pequeña y tupida flor con forma de bola de algodón, la cual se hacía más densa y pringosa con el paso de los días. Esta variedad es conocida por sus flores resinosas y pegajosas, algo que podíamos observar claramente en este ejemplar.

En la décima semana no observamos crecimiento vertical alguno, pues la planta había desviado toda su energía al desarrollo de las flores. En la parte superior, la cola principal iba evolucionando estupendamente, y los cogollos se expandían hasta formar racimos individuales. En la zona baja, las flores se estaban convirtiendo en cogollos del tamaño de una canica o una pelota de golf, y los tricomas iban recubriéndolos progresivamente. Estos cogollos desprendían un olor bastante potente, por lo que los cultivadores que buscan discreción deben invertir en un buen sistema para el control de olores.

En la undécima semana, la cola principal adquirió la forma adecuada y las ramas laterales desarrollaron cogollos cada vez más grandes en toda su longitud. Estas ramas inferiores empezaban a doblarse lentamente bajo el peso de sus flores y pronto necesitarían un soporte extra.

En la duodécima y decimotercera semana no se observó ningún crecimiento vertical, pero los cogollos aumentaron notablemente de tamaño con el paso de los días. A estas alturas, toda la planta necesitaba un soporte adicional, ya que las ramas estiradas y larguiruchas se doblaban bajo el peso de unas flores cada vez más densas. Hacia el final de la semana, los pistilos fueron adquiriendo lentamente un tono anaranjado.

El crecimiento de las flores de nuestra Northern Lights se desaceleró considerablemente en la decimocuarta semana, ya que la planta estaba centrada en la maduración. La mayoría de los pistilos se habían vuelto anaranjados y casi había llegado el momento de la cosecha.

Por fin, en la decimoquinta semana, nuestra planta estaba lista para la cosecha.

Cosecha

Cosechar nuestra Northern Lights Feminizada no supuso ningún problema. Para empezar, simplemente cortamos la planta por la base y retiramos todas las hojas en abanico. A continuación, la colgamos boca abajo para que se secara en un recinto oscuro y climatizado, con una humedad relativa del 50% y una temperatura de 15,5°C. Se colgó hasta que las ramas más pequeñas estuvieron lo bastante secas como para romperse al doblarlas, algo que suele ocurrir a los 10-20 días.

Una vez seca, retiramos los cogollos y recortamos las hojas restantes antes de colocar las flores en tarros de cristal. Recortar la Northern Lights fue sencillo: las flores son muy frondosas y sus hojas son lo bastante grandes como para retirarlas fácilmente.

Introdujimos los cogollos recortados en tarros de cristal, los cuales dejamos abiertos durante 24 horas para que se evaporara la mayor parte de la humedad restante, y luego los cerramos herméticamente. Durante las semanas siguientes, fuimos «eructando» los recipientes durante una hora. Al principio, lo hacíamos varias veces al día, pero fuimos reduciendo gradualmente la frecuencia a sólo una vez al día.

Una vez finalizado el proceso, pudimos cosechar 82 gramos de flores secas con un contenido en THC del 20,2%.

Perfil de terpenos

Lo primero que notas al abrir un bote de Northern Lights es su aroma. Aunque durante su crecimiento no desprende un olor pronunciado, los cogollos una vez procesados desprenden una agradable fragancia a tierra que se combina perfectamente con un sutil aroma especiado que persiste en el olfato. El sabor de esta variedad es igualmente agradable, con sabores a tierra húmeda que se mezclan con notas afrutadas y herbáceas. En general, el sabor de la Northern Lights es increíblemente suave, sin notas penetrantes.

Al consumir la Northern Lights se experimenta una sensación de relajación casi inmediata, ya que el linaje índica de esta variedad impacta con toda su fuerza. No te dejará fuera de combate, pero te darán ganas de acurrucarte bajo una manta y ver la tele con una gran bolsa de patatas fritas. Mentalmente, el subidón es increíblemente relajante y facilita que la mente divague. Es una gran variedad para los momentos de creatividad nocturnos, pero quizá no sea la mejor elección si intentas aumentar tu productividad.

El resultado

La Northern Lights es un clásico indiscutible por un buen motivo. Cultivar esta variedad es un auténtico placer, siempre y cuando tengas espacio suficiente. Debido a su relativamente larga etapa de floración, es posible que esta variedad no se adapte a todo el mundo. Sin embargo, su facilidad de crecimiento, su estructura larguirucha y sus buenos rendimientos la convierten en una elección ideal para técnicas como SCROG (Screen of Green), mainlining y lollipopping.

No importa si eres un profesional experimentado o el principiante más verde del barrio, seguro que te encantará el proceso de cultivar tus propias semillas de Northern Lights.

  • Disclaimer:
    Las leyes y regulaciones relativas al cultivo de cannabis difieren de un país a otro. Por lo tanto, Sensi Seeds recomienda encarecidamente que se revisen las leyes y regulaciones locales. No se debe actuar en contra de la ley.

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    Sensi Seeds

    El equipo editorial de Sensi Seeds incluye botánicos, expertos médicos y legales, además de activistas de renombre como el Dr. Lester Grinspoon, Micha Knodt, Robert Connell Clarke, Maurice Veldman, Sebastian Marincolo, James Burton y Seshata.
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