A la vida de John Sinclair deberían rendirle homenaje todos los aficionados del cannabis. Años de radio, jazz y poesía unidos a años de activismo cannábico. Tras ayudar a cambiar las leyes del cannabis del Michigan para siempre, Sinclair es un héroe para la industria del cannabis. Esta es la entrevista exclusiva de Sensi Seeds con el mismísimo Sinclair.
Actualización del 3 de abril de 2024: Lamentablemente, tenemos que compartir la noticia de que John Sinclair, una figura clave de la comunidad del activismo cannábico, y un querido amigo de Sensi Seeds, ha fallecido el 2 de abril de 2024. Sinclair, conocido por su imperturbable dedicación a la legalización del cannabis, su profundo impacto en las artes, y su destacada contribución al panorama político y cultural, deja detrás un legado que continuará sirviendo de inspiración a futuras generaciones. Al mismo tiempo que lloramos su pérdida, celebramos su vida y la huella indeleble que ha dejado en el mundo. La trayectoria de Sinclair, marcada por su pasión, su arte y su lucha, sigue inspirando e influyendo. Su espíritu y sus logros permanecerán como una luz que guía la búsqueda de la justicia y la comprensión.
En el mundo del cannabis, nada es evidente. La estigmatización, la represión y las leyes severas, que suelen basarse en información inexacta, son factores con los que el sector tiene que enfrentarse a diario. No habría sido posible que el sector del cannabis llegara tan lejos sin el apoyo comprometido de varias figuras clave. Mucha gente ha dedicado sus corazones y almas a la planta de cannabis, individuos que se esfuerzan apasionadamente por mejorar la imagen del sector del cannabis y logran impulsarlo con éxito.
Sensi Seeds entrevista a un verdadero emprendedor. El legendario activista del cannabis, poeta del jazz, gigante de la contracultura y buen amigo de la familia Sensi Seeds, John Sinclair ha sido el primero en presentarse ante el equipo de entrevistas de Sensi Seeds.
Para aquellos que no conocen a John Sinclair y para aquellos a los que les gustaría, a continuación os ofrecemos un resumen de su impresionante vida, escrita por él mismo.
Presentación: John Sinclair en sus propias palabras
John Sinclair (nacido el 2 de octubre de 1941) es oriundo de Flint, Michigan, Estados Unidos. John fue alumno del Albion College y obtuvo su Licenciatura en Literatura Inglesa en el Flint College de la Universidad de Michigan en enero de 1964. Realizó estudios de posgrado en literatura estadounidense en la Wayne State University en Detroit con una Tesis de Doctorado sobre El Almuerzo Desnudo de William Burroughs, pero lo dejó antes de conseguir su título para fundar el Taller de Artistas de Detroit (Detroit Artists Workshop). A partir de aquí, retoma su extraordinaria historia y nos la cuenta en sus propias palabras.
John Sinclair: Este colectivo de artistas radicales, el Taller de Artistas de Detroit, empezó a introducir las artes y las actitudes vanguardistas contemporáneas en Detroit el 1 de noviembre de 1964, organizando conciertos semanales de jazz y poesía, publicando revistas mimeografiadas y libros de poesía, montando exposiciones de pinturas y fotografías, proyectando películas alternativas, organizando talleres creativos en las artes y sirviendo como centro para la comunidad artística y bohemia de la ciudad.
La apertura del Taller de Artistas de Detroit se produjo poco después de que sufriera mi primer arresto por infracciones relativas a la marihuana. En octubre de 1964, me acusaron de vender estupefacientes, $ 10 de marihuana, a un agente secreto de la Policía del Estado. Me declaré culpable de posesión y, en diciembre, me condenaron en el Tribunal de Detroit a dos años de libertad condicional.
Convertirse en activista
Me convertí en activista de la marihuana en enero de 1965 cuando fundé Detroit LEMAR, una organización de base dedicada a la legalización de la marihuana en Michigan. LEMAR organizaba reuniones educativas, publicaba y distribuía folletos y otros materiales informativos, y proporcionaba conferenciantes para dar charlas a asociaciones locales interesadas en el tema de la marihuana. Me convertí en portavoz público de LEMAR y defensor de la legalización de la marihuana.
En agosto de 1965, me detuvo la Policía Antidrogas de Detroit y me acusaron de comprar una pequeña bolsa de marihuana para un agente de narcóticos encubierto, un delito que conllevaba la pena de cárcel: sentencia de prisión obligatoria mínima de 20 años con un máximo de cadena perpetua. Mi intención era desafiar la constitucionalidad de las leyes de la marihuana de Michigan en varios temas, pero no pude conseguir un abogado que liderara esta cruzada y terminé declarándome culpable una vez más por posesión de marihuana. Me condenaron en el Tribunal de Registradores de Detroit a dos años de libertad condicional tras y además de pasar los primeros seis meses en el Correccional de Detroit (Detroit House of Correction).
Trans-Love Energies y conocer a los MC-5
Me soltaron del Correccional de Detroit en agosto de 1966 y regresé a la comunidad del Taller de Artistas, que me dio la bienvenida a casa con un festival con el nombre de Festival of People en el que actuó, entre muchos otros, una banda de rock & roll llamada MC-5 que acababa de mudarse al vecindario. Me hice amigo de la banda, de su vocalista, Rob Tyner, y del mejor amigo del instituto de Tyner, el artista Gary Grimshaw, que sería el creador de muchos carteles importantes para los MC-5 y para una amplia gama de eventos culturales en Detroit y Michigan.
En enero de 1967, Tyner, Grimshaw y yo fundamos un colectivo cultural llamado Trans-Love Energies que reunió a los muchos elementos dispares de la floreciente comunidad hippie de Detroit. Organizamos un gran concierto benéfico en el Grande Ballroom llamado Guerrilla Love Fare para financiar las actividades previstas del grupo. Estas incluían agitación a favor de la legalización de la marihuana y un fondo de financiación para defender a los miembros de la comunidad arrestados por cargos de drogas.
Antes de que nadie pudiera subir al escenario, la Policía Antidrogas de Detroit hizo una redada en toda la comunidad, detuvo a 56 personas en una serie de redadas antes del amanecer y me acusó de ser el líder de una «enorme red de drogas en el campus». Me acusaron de haberle dado dos porros a una agente de policía encubierta justo antes de la navidad de 1966. Acusado por tercera vez de Violación de las Leyes Estatales de Narcóticos (VSNL), si era condenado, me enfrentaba a una pena que iba de 20 años de cárcel a cadena perpetua.
A través de Trans-Love Energies y de Detroit LEMAR, la comunidad y yo nos defendimos. Conseguimos un equipo legal que afirmó que las leyes estatales de la marihuana eran inconstitucionales. Partieron de la base de que la marihuana no es una sustancia narcótica y que la pena obligatoria de 20 años a cadena perpetua constituía un castigo cruel e inusual.
Ir a juicio
Así empezó una batalla legal que duró cinco años y que comenzó en el Tribunal de Registradores de Detroit con el nombramiento sin precedentes de un jurado formado por tres jueces para decidir sobre mi impugnación a la constitucionalidad de la ley. Luego siguió en la Corte de Apelaciones de Michigan y en la Corte Suprema de Michigan mientras estaba libre bajo fianza a la espera de juicio. Los tres tribunales se negaron a emitir un fallo, y dictaminaron que el caso debía llevarse a juicio y apelarse tras la condena para plantear adecuadamente los problemas constitucionales.
En consecuencia, fui a juicio en el Tribunal de Registradores en julio de 1969. El día antes de que empezara el juicio, la fiscalía retiró el cargo de «venta o dispensación» junto con la pena de 20 años a cadena perpetua. Procedieron con un caso por posesión de los dos porros que le había dado a la policía encubierta dos años y medio antes. Acepté la sentencia necesaria para mi apelación, pero me condenaron de 9 y 1/2 a 10 años de cárcel y me enviaron inmediatamente a la prisión de Jackson para comenzar mi condena.
Partido de las Panteras Blancas
Antes de que me encerrasen, también era manager de la banda de Detroit llamada MC-5. Bajo mi liderazgo, la banda firmó con Elektra Records, lanzó su primer álbum grabado «en directo» en el Grande Ballroom, se hizo conocida en los Estados Unidos y más allá, y hoy se sigue hablando de ella por sus actuaciones bien estructuradas y de gran energía.
Durante este período, Detroit LEMAR, Trans-Love Energies, los MC-5 y yo mismo fuimos perseguidos sin descanso por la Policía Antidrogas de Detroit y otras autoridades locales por haber desafiado a las leyes de drogas. También fuimos vilipendiados por nuestra oposición a la Guerra de Vietnam, el apoyo activo al movimiento de liberación negro, y por los conciertos y actuaciones incendiarias en toda la zona.
En mayo de 1968, toda la comunidad de Trans-Love Energies, incluidos los MC-5, The Up, el Trans-Love Light Show, el periódico clandestino Sun y la Editorial del Taller de Artistas, se marchó de Detroit y se asentó 50 millas al oeste en la ciudad universitaria de Ann Arbor. Desde allí, llevaron a cabo sus actividades con toda su fuerza sin temor a las brutales represalias policiales.
En noviembre de 1968, el colectivo se refundó como el Partido de las Panteras Blancas, un colectivo político antirracista y de izquierda radical bajo el liderazgo de los MC-5 completamente centrado en la revolución cultural y política de los años 60. Tras el lanzamiento del primer álbum de los MC-5 en enero de 1969, la banda y yo comenzamos a hacer giras a nivel nacional, difundiendo el mensaje de las Panteras Blancas y presentando nuestro programa de «rock & roll, marihuana y sexo en las calles» entre los jóvenes rebeldes estadounidenses en todas partes.
El Freedom Rally o Manifestación por la Libertad
Mis actividades políticas y la gran cantidad de seguidores de la banda entre los jóvenes no me hicieron popular entre el gobierno, y me metieron 10 años en la cárcel por dos porros. Este encarcelamiento condujo a un sinfín de protestas y manifestaciones durante los siguientes 29 meses, que culminaron en el llamado Freedom Rally, la «Manifestación por la Libertad de John Sinclair», el 10 de diciembre de 1971. Esta protesta llenó los 14.000 asientos del Crisler Arena en la Universidad de Michigan.
Durante esta combinación de manifestación y festival de protesta, diversos artistas como Stevie Wonder, Phil Ochs, Bobby Seale que era el presidente del Partido de las Panteras Negras, Allen Ginsberg y John Lennon & Yoko Ono pidieron mi liberación y el fin de tan duras sanciones para el cannabis. Lennon incluso escribió una canción en protesta por mi encarcelamiento que interpretó con Yoko Ono durante el Freedom Rally.
Tres días después de la protesta, el lunes 13 de diciembre, me pusieron en libertad bajo fianza y en marzo de 1972, mi apelación fue aceptada. Quedé libre del cumplimiento de la pena. Poco después, unos 140 prisioneros estatales también quedaron libres del cumplimiento de sus sentencias.
La Comunidad de Ann Arbor
Tras mi liberación, regresé a Ann Arbor para asumir la presidencia del Partido de los Pueblos del Arco Iris, que había sucedido a las Panteras Blancas y se dedicaba a la organización y actividades de la comunidad de Ann Arbor a tiempo completo.
Las leyes de la marihuana de Michigan fueron declaradas inconstitucionales y nulas por el Tribunal Supremo de Michigan el 9 de marzo de 1972. Las nuevas leyes de drogas promulgadas el diciembre anterior no entraban en vigor hasta el 1 de abril. Por lo tanto, durante unas tres semanas en la primavera de 1972, la marihuana no estuvo prohibida en Michigan. Al final de este glorioso período, los fumadores de marihuana de Ann Arbor se reunieron en la Diag (diagonal) de la Universidad de Michigan para lo que llamaron Hash Bash (Fiesta del Hachís), con el fin de expresar su determinación de seguir desafiando las leyes de drogas.
Dos días después, se celebraron elecciones en Ann Arbor con ciudadanos de 18 años a los que se les permitía votar por primera vez, y el Partido de los Derechos Humanos (HRP) ganó dos asientos en el Ayuntamiento de la ciudad compuesto por siete miembros. Enseguida el HRP propuso una ordenanza que casi legalizaba la marihuana en Ann Arbor y que limitaba el castigo por cualquier delito de marihuana al pago de una multa de $ 5.00.
No habría más arrestos más allá de la imposición de una multa por una infracción. Esta ordenanza se aprobó y se creó un nuevo referente en la lucha por legalizar la marihuana, que ahora, 40 años después, se acerca a la victoria.
En los años posteriores, he seguido defendiendo la legalización de la marihuana durante el curso de una carrera muy activa como poeta, escritor, intérprete de blues y jazz, periodista, disc jockey, presentador de radio, productor de radiodifusión y líder de varias organizaciones culturales demasiado numerosas para mencionarlas aquí. Desde 2003, he alternado mi residencia entre Ámsterdam y los EE. UU., y he viajado por el mundo actuando con una amplia gama de acompañantes musicales. Hago programas de radio donde quiera que vaya para www.RadioFreeAmsterdam.com.
White Panther: The Legacy of John Sinclair
Ahora que has leído la historia de la vida de John Sinclair en sus propias palabras, también puedes escucharle describir sus años como activista. White Panther: The Legacy of John Sinclair (Pantera Blanca: El legado de John Sinclair) es un cortometraje sobre el legado de Sinclair. Incluye imágenes de entrevistas con John Sinclair y muchas imágenes de archivo fascinantes de sus años de activismo.
Sensi Seeds entrevista a John Sinclair
Cuando Sensi Seeds tuvo la oportunidad de entrevistar a John Sinclair, fue como entrar en contacto directo con una parte de la historia del cannabis. Después de todo, es amigo de Sensi Seeds desde hace mucho tiempo. Sinclair solía hacer programas de radio en el Cannabis College casi todos los años. Se tropezaba con Ben Dronkers en casi todas las Cannabis Cup desde que empezó a venir a Ámsterdam.
Cuando Sensi Seeds le preguntó a John Sinclair cómo era su vida cotidiana, respondió lo siguiente:
«Desayuno, periódico, hierba, música. Lo que me apetezca hacer, si pudiera hacer lo que quisiera todos los días, sería levantarme, tener una mañana tranquila, desayunar, leer mi periódico e ir al coffeeshop, leer el periódico, hacer el crucigrama, tomar un par de tazas de expreso, fumarme un porro, luego abrir mi ordenador y conectarme al mundo».
Sinclair nos explicó que vive en su mundo en su cabeza y que no está muy influenciado por el mundo exterior.
«Básicamente… parte del hecho de que no estoy muy influenciado por el mundo exterior. Me gusta estar en él y moverme en él, me gusta el aire fresco y estar cerca de la gente, pero la verdad es que estoy aquí, en mi cabeza, ¿sabes?»
La vida de Sinclair ha girado en torno a las artes, la poesía, la música de jazz y la radio. Pero no solo ha girado en torno a la creación artística, sino en compartirla con todos los que le rodeaban.
«Me encanta hacer programas de radio. Ya no se hacen programas de radio como el mío, que es algo arcaico. Tengo la sensación de que estoy preservando algo. Acabo de escribir una columna al respecto ayer, para el Michigan Medical Marihuana Report. Tengo una columna allí y puedo escribir sobre lo que quiera. Así que estuve escribiendo sobre la música que ponían en la radio cuando era pequeño. Era el marco de la vida, siempre estaba allí, siempre era la buena música. No costaba nada, te seguía a todas partes; estaba en tu coche, en tu habitación. Era lo que hacía que la vida fuera maravillosa y emocionante: la buena música. Era la banda sonora de tu vida».
Sinclair nos contó cómo fue ser el manager de los MC5, la banda de rock and roll a la que ayudó a alcanzar la fama. Describe lo que era diferente en la escena musical por aquel entonces, y lo que significaban las multitudes más pequeñas para los músicos y sus fans:
«Bueno, sí, el elemento humano. Se me ocurrió en los días en que un festival era un campo con 2.000 personas y un escenario y no costaba nada. Hippies que solo querían pasárselo bien. Ese era el concepto: pasarlo bien. Había ácido, porros, podías quitarte la ropa si querías, joder, lo que quisieras, además había buena música. Pero ahora, si eres músico en una banda popular, no es algo a lo que llamarías diversión».
La vida de música, poesía y activismo de John Sinclair está llena inspiración. Así que Sensi Seeds le preguntó qué usaba John Sinclair, aparte del cannabis, para inspirarse:
«Siempre tengo un espíritu creativo. Se trata de la aplicación. Bueno, quiero decir que lo aplico a diferentes cosas que hago y me gusta hacer muchos tipos diferentes de cosas, pero siempre las abordo de la misma manera, desde una perspectiva creativa, ya sabes. Así que no tengo ningún problema para invocar a las musas, para canalizarlo en esto o aquello, ya sabes. Eso es lo que hago [risas]. Es una buena pregunta».
Le preguntamos a John Sinclair cómo descubrió el cannabis:
«Leí On the Road de Jack Kerouac en el otoño de 1957 cuando se publicó. De hecho, me proporcionó todo mi esquema de vida. Quería ser así. Fumaban marihuana, escuchaban jazz, se divertían mucho; de eso va realmente On the Road: de las tremendas conversaciones y la energía, de lo mucho que se divertían. Eso era lo que yo quería, así que la hierba formaba parte de ello. Y luego tuvieron que pasar varios años para poder encontrar hierba. No fue hasta los años 60 cuando la hierba comenzó a circular entre los blancos en los Estados Unidos».
Sinclair describió la importancia de la radio para él y lo que significaba presentar música a la gente. Siempre le ha gustado acercar a la gente música que no habían escuchado nunca antes. Por supuesto, la carrera radiofónica de Sinclair empezó mucho antes que Internet, por lo que Sensi Seeds tenía curiosidad por saber cómo había vivido la transición a la era digital. Respondió a esta pregunta con verdadero humor Sinclair:
«Bueno, estoy en este mundo, así que me gusta. Para mí, iTunes es lo mejor desde el sexo interracial. Joder, me encanta iTunes. Llevo toda mi vida coleccionando música. Esto va mucho más allá de los discos».
Le preguntamos si le gusta más el «medio» digital que el tradicional:
«¡Me gusta! Puedes llevar toda la música contigo. Tengo un disco duro con 750 gigabytes de música ahí mismo. Antaño, cuando hacía un programa de radio, tenía que llenar una caja de leche con elepés. Ahora tengo una cosa que puedo meterme en el bolsillo con toda mi música y un archivo de mis programas. Hay muchos en internet, se pueden escuchar todos. Creo que es tremendo. En mi Archivo de la Universidad de Michigan, tengo grabaciones en casete de todos mis programas de los últimos 40 años. A varias personas les llevaría varios meses digitalizarlo todo. ¡Pero puede que algún día lo hagamos![risas]».
Sensi Seeds le preguntó a Sinclair cuál era el lugar más extraño y especial donde había grabado un programa de radio de John Sinclair.
«¡En un aeropuerto, Schiphol! Conocía a un artista llamado Anthony Murrell. Producía una serie de espectáculos relacionados con el arte para nuestra estación de radio y tenía un amigo que estaba llevaba a cabo un proyecto loco en el aeropuerto. Estaba recreando ‘De Nachtwacht’ (‘The Night Watch’) de Rembrandt van Rijn en el aeropuerto. También he hecho varios programas en trenes. Hace poco, cuando regresaba del Festival de Jazz del Mar del Norte de Rotterdam, grabé uno en el tren. Trenes de Nueva Orleans a Chicago. Aviones no, son muy ruidosos. Ah, y en un barco, de Holanda a Inglaterra. Sentado en la terraza fumando un porro y haciendo el programa. En los canales de Ámsterdam en el Pidgeon Poetry Boat; eso fue durante un evento cultural en el que hacíamos recitales de poesía en el barco. Estuvo genial, hicimos un espectáculo al mismo tiempo».
Empezamos a sentir curiosidad acerca de con quién, de hacerlo con alguien, haría una colaboración John Sinclair. Después de todo, debe haber millones por ahí muriéndose de ganas de colaborar con Sinclair, pero ¿quién sería su primera opción?
«Claro. Keith Richards.»
Del trabajo de toda su vida, Sinclair cree que hay algunos discos en concreto que dicen más de él como persona.
«Sí, tengo tres o cuatro álbumes realmente buenos, desde mi punto de vista. Uno de ellos es un disco que hice con Wayne Kramer de MC5, y con una sección de trompetas de Detroit. Uno de los pocos discos de poesía con una sección de trompa. [Risas] Se llama ‘Full Circle’. Grabé otro disco realmente bueno hace unos cinco años con unos tipos con los que he trabajado en Detroit durante treinta años, y se llama ‘Detroit Life’ y todos los poemas tienen a Detroit en alguna parte. Luego tengo un trabajo largo de blues titulado ‘Fatening Frogs For Snakes’, y consta de cuatro volúmenes, y el primer volumen titulado ‘The Delta Sound’, es un disco muy bueno. Andre Williams lo produjo para mí. Así que es un buen comienzo. Luego tengo otro que es una pieza que escribí en homenaje a John Coltrane con muy buena música de acompañamiento, se llama ‘Song of Praise’. Así que todos estos están en mi página de CD Baby, y tengo unos cuantos más».
En la última parte de la entrevista de Sensi Seeds con Sinclair, nos describió sus años como activista. Explicó lo diferente que era ser activista antes de las redes sociales. Sinclair dice que antes de Facebook, las manifestaciones se anunciaban mediante carteles por correo: todo se hacía a pequeña escala. Pero en última instancia, eso era lo que hacía que todo pareciese «humano».
«Bueno, esa era la manifestación del elemento humano. La lucha era la condición básica de la vida. Luchabas por decir lo que querías decir, luchabas por presentarlo a las personas que podían estar interesadas en escucharlo, ya sabes. Organizar una actuación, era difícil conseguirlo y hacer que sucediera. Una lucha para que te pagasen, para pagar tus cuentas… No, no, eso sigue siendo igual hoy. [risas] Sí, era un desafío. La vida era un desafío. Estaba esta cosa horrible llamada «vida americana» y de nosotros dependía oponernos, si puedo decirlo así. Dependía de nosotros, teníamos que hacerlo. Si no nos hubiéramos opuesto, habría pasado por encima de todo, como ha ocurrido. Nos opusimos, pero luego perdimos y ganaron ellos. Así que ahora todo funciona como querían, ¿sabes? Por eso es tan terrible».
Sinclair entró en gran detalle acerca de la diferencia entre la mercantilización actual de la música y el amor libre por el que lucharon Sinclair y sus compañeros. La actitud de la era moderna ante la música es todo lo contrario de lo que era la idea de vida de Sinclair. Quería que todo fuera gratis para todos.
Sensi Seeds le preguntó a Sinclair qué opinión tenía de la progresión de las leyes del cannabis en los EE. UU. Cuando era activista, se metía en la cárcel a mucha gente a causa del cannabis, pero ahora, muchos estados han legalizado el cannabis medicinal. Algunos incluso han legalizado el consumo recreativo de cannabis.
«¡Creo que todo está bien! ¡Cualquier progreso es bueno! Dos estados han legalizado el recreativo y están intentando lidiar con las cuestiones económicas y de distribución. Tengo una receta en Michigan, incluso tengo una en Holanda. Pero no pensé que debería ser un proceso tan difícil. Creía que todo terminaría en 1977».
Le preguntamos a John Sinclair por sus opiniones sobre las inconsistentes leyes estatales y federales del cannabis en los EE. UU. En concreto, le preguntamos si pensaba que podría terminar en un tremendo conflicto. Esta fue su respuesta:
«Bueno, creo que las leyes federales serán como la Unión Soviética; un día te despertarás y simplemente ya no existirán más. ¿Alguna vez pensaste que la Unión Soviética desaparecería? Mientras me hacía mayor, todos estos años tuvimos el foco central de organización de nuestro orden social: esa cosa llamada Guerra Fría. Fue así desde que tenía cuatro años hasta los 50. Pasé por toda la Guerra Fría. Luego, en 1991, se produjeron todos estos cataclismos internos. Pasara lo que pasara, la industria de inteligencia estadounidense ni siquiera lo predijo. La CIA se quedó boquiabierta cuando se acabó.
Así que ¿cómo lo sabes? No habría dicho nunca que algún día la URSS simplemente echaría el cierre. Así lo veo. No hay base para estas leyes de drogas, no hay base farmacéutica, todo es una estafa. Y a nivel federal, el gobierno federal es propiedad exclusiva de las grandes corporaciones, en este caso, de la industria farmacéutica y de la industria de bebidas alcohólicas. No quieren que se legalice la marihuana porque eso reducirá sus ganancias.
La cuestión es que, aunque hay una prohibición, puedes seguir fumando tu hierba todos los días en los Países Bajos. A quién le importa una mierda a excepción de a los pobres que son arrestados con la plantación. En tu caso y en el mío, podemos fumar marihuana, es legal. Deberían legalizarla a un nivel importante para que puedan ganar dinero con ella, donde puedan recompensar abiertamente a personas importantes de la industria, en lugar de criminalizarlos. Ben Dronkers debería ser un almirante en este caso».
Fue un placer entrevistar a John Sinclair, un legado contemporáneo de la revolución hippie. Su encanto y su porte le convierten en un hombre que recordar, y fue un grandísimo placer para Sensi Seeds organizar y compartir esta entrevista.