La OG Kush Autofloreciente es una variedad muy apreciada por el público y una opción popular en los jardines de muchos cultivadores, con un perfil de terpenos y unos efectos muy codiciados. En este informe de cultivo detallamos las condiciones necesarias e informamos del progreso semana a semana. Es una variedad perfecta para principiantes y expertos.
Etapa de floración: 70 días
Periodo total, de la semilla a la cosecha: 91 días
Rendimiento final: 101 gramos
Contenido de THC: 21.9%
La OG Kush Autofloreciente es una variedad muy conocida, pero rodeada de misterio. Se cree que su origen es un cruce de Lemon Thai, Chemdawg y una Pakistani Kush, pero nadie está seguro. También se especula mucho sobre el significado de las iniciales OG. ¿Será original gangster, ocean grown, original grower?
Puede que nunca lo sepamos, pero afortunadamente para el mundo, la OG Kush Autofloreciente está disponible en White Label tanto en versión autofloreciente como feminizada. Los efectos constituyen una experiencia calmante y relajante para el cuerpo y la mente, que comienza con un subidón eufórico. Con esta variedad, cualquier cultivador puede obtener buenos resultados con sólo observar una serie de pautas concretas.
Germinación y plántula
Plantamos nuestras semillas de OG Kush Autofloreciente en cubos de propagación jiffy previamente humedecidos. Recuerda siempre que, al colocar las semillas en los cubos jiffy, es fundamental poner el extremo puntiagudo hacia abajo. Colocamos la semilla dentro, pero no demasiado profunda, a unos 0,5 cm es suficiente. No tardamos en observar un brote verde que buscaba la luz. A su vez, también pudimos ver que salían unas raíces blancas y sanas de los lados y el fondo de los cubos jiffy. En este punto, las nuevas plántulas ya están listas para ser colocadas en la tierra.
Transplantamos los cubos jiffy que contenían la OG Kush a una maceta de 3 litros rellena de la tierra que habíamos elegido para el cultivo, BAC Lavasoil Growmix. Dejamos un espacio de 2,5 cm desde la superficie de la tierra hasta la parte superior del recipiente para poder regar a mano con facilidad sin temor a desbordar las macetas. Como se trata de una variedad autofloreciente, no precisa un horario de luz concreto, pero debe tener uno constante. Nosotros fijamos nuestro ciclo de luz en 18 horas de encendido y 6 horas de apagado.
Una vez instalada la plántula en la tierra, añadimos 100 ml de agua y una hormona de enraizamiento para humedecer la tierra y fomentar el crecimiento de nuevas raíces. Debido a que la zona radicular era mínima en ese momento, pasaron unos días antes de que fuera necesario volver a regar. Se ajustó el pH del agua y los nutrientes hasta que la solución alcanzó un pH de 6,2 y una CE de 0,8.
Nuestra OG Kush Autofloreciente mostró signos de buena salud desde el principio. Un bonito cotiledón verde, hojas de formación simétrica, un rápido crecimiento vertical por debajo del cotiledón y, al final de la primera semana, ya estaba emergiendo el primer conjunto de hojas verdaderas.
Etapa vegetativa
La OG Kush prospera en unos márgenes ambientales específicos, los cuales cambian a medida que avanza el crecimiento. A lo largo de la etapa vegetativa controlamos activamente las temperaturas y las mantuvimos en una media de 23°C durante el día y 21°C durante la noche. La humedad relativa (HR) se mantuvo cercana al 65%. Utilizamos estos dos valores para calcular nuestro VPD (déficit de presión de vapor), que impulsa la transpiración y la absorción de nutrientes.
Como IPM (Gestión Integrada de Plagas) preventivo, soltamos una bolsa de Hypoaspis miles, un ácaro depredador que caza y come mosquitos del hongo, así como pupas de trips. Se trata de un método natural y ecológico para mantener a raya las plagas de las plantas. El paquete que se deposita en el suelo imita la llegada de estos insectos depredadores.
En la segunda semana añadimos una gran cantidad de biomasa por encima de la tierra. Las hojas de tres dedos que acababan de emerger en la primera semana se han extendido por completo, y están creciendo más conjuntos de hojas verdaderas. A medida que las hojas se hacen más grandes y tienen más dedos, la OG Kush Autofloreciente alcanza el borde de los maceteros. Todo el crecimiento tiene un color verde lima uniforme.
En esta etapa incorporamos nutrientes Bio Grow con una CE de 1,3 para aportar una alimentación regular. Nuestro riego se mantuvo en 100 ml, aplicándolo en las proximidades del tallo central, evitando los bordes de la maceta, para hacer llegar más agua al pequeño y emergente sistema radicular.
A lo largo de la tercera semana, nuestra OG Kush nos mostró la forma general que adoptaría. El espacio internodal en el meristemo apical siguió siendo estrecho. Este apretado distanciamiento dio lugar a muchas ramas laterales, lo cual dará a la OG Kush Autofloreciente su aspecto tupido, frecuente en las genéticas de predominio índica. Las ramas inferiores se extienden desde las sombras superiores para girar hacia arriba, casi igualando la altura de los cogollos superiores.
En general, no se apreciaba ninguna diferencia de color entre las hojas superiores y las inferiores. Al haber más hojas en la planta capaces de hacer la fotosíntesis e impulsar el crecimiento, aumentamos la cantidad de nutrientes en la solución. Además, al crecer más por encima del suelo, se produce un mayor desarrollo del sistema radicular. Regamos con 100 ml de solución combinada de agua y nutrientes con una CE de 1,6 y un pH de 6,2 en cada ocasión, que fue moderadamente más frecuente en la tercera semana. La altura era de 11 cm.
Etapa de floración
Cuando la planta empezó a mostrar signos de floración modificamos algunos de los parámetros ambientales. Las temperaturas de encendido y apagado de las luces se mantuvieron constantes en 23°C y 21°C, respectivamente, pero la HR bajó del 65% al 52%. Otra modificación fue la cantidad de agua empleada en cada suministro alimenticio. Con un sistema radicular completamente desarrollado y más follaje capaz de transpirar, aumentamos el volumen de agua suministrado en cada toma a 500 ml.
También cambiamos los nutrientes de la fórmula Bio Grow a la fórmula Bio Flower, que difiere en los niveles de N-P-K (nitrógeno – fósforo – potasio) y en los micronutrientes suplementarios. En esta fase de crecimiento tratamos de potenciar las capacidades de las plantas sin excedernos ni arriesgarnos a sufrir toxicidades. La CE de los nutrientes se aumentó de 1,6 CE al principio de la floración a 1,8 CE al final del ciclo de alimentación.
La cuarta semana fue la primera de la floración. Un día observamos que el crecimiento superior empezaba a cerrar su espacio internodal, y al día siguiente vimos que sobresalían estigmas de pequeños pistilos en la intersección de los nudos superiores. Fieles a su naturaleza, estas semillas son feminizadas (lo que significa que no hace falta sexar las plantas y descartar los machos), pero también son genuinamente autoflorecientes. No fue necesario cambiar el horario de luz para que la planta comenzara su ciclo de floración, se puso en marcha automáticamente.
Al final de la semana, las puntas de cada rama (e incluso los nudos inferiores) empezaron a desarrollar cogollos de pequeño tamaño en cada una de ellas. Al crecer más rápido, aumentamos tanto la alimentación (con una CE de 1,8) como la cantidad de agua (a 500 ml) para mantener el vigor de nuestra OG Kush Autofloreciente. Las luces permanecieron encendidas durante el mismo ciclo 18/6 que en el periodo vegetativo.
En la quinta semana se produjo un estiramiento importante (17 cm con respecto a la semana anterior), que nos llevó a los 37 cm de altura. A medida que las plantas entran en la etapa de floración siempre hay que prever un estiramiento. Afortunadamente, con la OG Kush, este crecimiento es mínimo, aproximadamente 1,5 veces la altura original antes de la floración. Este perfil bajo es atractivo para muchos jardineros de interior. No aparecieron signos de amarilleo en las hojas inferiores del abanico, y el color se ha mantenido constante de arriba a abajo, señal de una planta adecuadamente alimentada.
Trasladamos la bolsa de Hypoaspis miles al tallo principal de la planta para facilitar el acceso de los ácaros depredadores a las ramas y hojas de la misma. Continúan formándose cogollos en las puntas y nudos de cada rama. Gracias a sus cualidades como índica compacta, no fue necesario aplicar técnicas de entrenamiento especiales para que las ramas y los cogollos alcanzaran la misma altura.
La sexta semana marcó otro cambio en el ciclo de vida de nuestra OG Kush, ya que sólo ganó 14 cm desde la semana anterior. Vimos cómo disminuía el estiramiento y, aunque sigue aumentando ligeramente el crecimiento vertical, podemos ver que la planta pone más energía en la producción de cogollos. Se generan unas pocas hojas en la parte superior e inferior del tallo central y en cada rama lateral. Al mismo tiempo, los cogollos aumentan de tamaño, llenando los espacios vacíos entre los nudos.
Al igual que ocurre con muchas variedades índica, las ramas laterales delgadas pueden acabar rompiéndose por culpa del peso de sus pesados cogollos. El uso de un ventilador oscilante al principio de la etapa vegetativa puede ayudar a aumentar la rigidez de las paredes celulares y hacer que las ramas sean más fuertes posteriormente. Disponíamos de un ventilador que movía el aire a través de las plantas durante todas las fases de crecimiento, algo recomendable para aquellos que no utilizan mallas SCROG como soporte.
La séptima semana nos entusiasmó por el potencial de nuestra OG Kush Autofloreciente. El crecimiento vertical había terminado, y toda la energía de la planta se centraba ahora en la etapa de floración. El color se mantuvo constante de arriba a abajo, el mismo verde lima que tenía al principio. Al regar, la planta recibe 500 ml de solución nutritiva diluida, pero la CE se ajustó a 1,7.
Observando de cerca las colas en formación pudimos ver una ligera capa blanca de tricomas pegajosos que parecían multiplicarse cada día. También advertimos que algunos estigmas se volvían marrones en la cola superior, pero la experiencia nos dice que esto no es un indicador preciso de madurez, las cabezas de los tricomas sí lo son. Como estaban claras, sabíamos que todavía había tiempo para que los cogollos engordaran antes de una eventual cosecha.
Y vaya si engordaron: en la octava semana se produjo un aumento de la masa de los cogollos que casi duplicaba el de la semana anterior. Las hojas de cinco dedos sobresalían de las ramas, absorbiendo la luz para transformarla en azúcares y carbohidratos, alimentando el explosivo crecimiento de los cogollos. Los metabolitos secundarios, como los cannabinoides THC y CBD, se almacenan en las cabezas de los tricomas, y esta producción estaba aumentando de forma espectacular.
A medida que los cogollos se hacían más densos, era vital que vigiláramos la humedad y nos aseguráramos de que no hubiera zonas donde se estancara el aire. Los cogollos más grandes producen más humedad alrededor de los mismos, y el flujo de aire es una parte integral de la gestión de plagas y patógenos. Medimos la altura total en 58 cm, que se acerca a la altura final de nuestra OG Kush Autofloreciente.
Alrededor de la novena semana, el olor de la planta en crecimiento se hizo perceptible, incluso para alguien que pudiera ser un poco duro de olfato por estar constantemente rodeado de marihuana. Ya teníamos un buen sistema de filtración de aire, lo que nos ayudó a reducir los olores de nuestra OG Kush, los cuales se hicieron más intensos a medida que la planta maduraba.
Hace unas semanas, al observar la planta, se podían ver espacios del tallo al descubierto entre los cogollos. Estos espacios ya están prácticamente cubiertos por los cogollos recién formados de cálices apretados. Los estigmas de los cogollos superiores son principalmente marrones, y la mayoría han retrocedido parcialmente hacia los cálices, pero los cálices mismos no han empezado a hincharse. La falta de hinchazón indica que aún quedan algunas semanas para que la cosecha sea óptima.
En la décima semana empezamos a notar un cambio de color en las hojas. No se apreciaban signos de carencia de un nutriente específico, sino que era más bien el conocimiento de un cultivador experimentado que sabía que la planta comenzaba a adentrarse en la fase de precosecha. Aunque estábamos cerca del final, nuestra OG Kush Autofloreciente recibió una última alimentación con una CE de 1,8.
La alimentación con estos niveles objetivo de CE y pH ha mantenido un suministro de nutrientes bien equilibrado durante el crecimiento. Lo hemos observado en el color de las hojas, en el crecimiento vigoroso y en el desarrollo de los cogollos. No aparecieron otras dificultades, plagas o patógenos. Esto puede deberse a la buena salud de las plantas, a la liberación temprana de insectos depredadores beneficiosos y a la limpieza del cuarto de cultivo.
Nos hemos alegrado al entrar en el jardín para hacer unas cuantas fotos para la undécima semana de este informe de cultivo. No hace mucho, nuestra OG Kush era sólo una pequeña semilla, colocada cuidadosamente en un cubo jiffy. El día que tomamos esta foto, estábamos viendo una planta casi madura con una gran cantidad de flores de maravilloso olor.
Un elevado porcentaje de estigmas se han vuelto marrones y se han hundido en los cálices, empezando a hincharse. Al observar la planta, nos quedamos asombrados del enorme peso que soportan las numerosas ramas laterales. Los indicadores visuales de las hojas son evidentes: la carga de nutrientes está disminuyendo, lo que es intencionado en las fases finales de este cultivo.
La duodécima semana nos deslumbró con un colorido desteñido en las hojas, y nuestra OG Kush estaba casi agotada. En ese momento, inspeccionamos detenidamente las cabezas de los tricomas. El color de la cabeza de los tricomas, ya sea claro, lechoso o ámbar, es la mejor forma de determinar la madurez a simple vista.
Al inspeccionarla, determinamos que la mayoría de las cabezas de los tricomas eran lechosas, con un pequeño porcentaje en color claro y un porcentaje aún menor en color ámbar. Decidimos esperar una semana más y seguir dando a la planta sólo agua.
Con el corazón rebosante de felicidad, en la semana 13, admiramos la hermosa planta en la que se había convertido nuestra OG Kush Autofloreciente. El linaje índica se reflejaba en su postura corta y fornida, alcanzando los 59 cm de altura. Esta morfología es beneficiosa porque la mayoría de las ramas que tienen la misma longitud pueden recibir la misma cantidad de luz. Nuestra OG Kush quería cumplir su cometido, y adoptó esta morfología de forma natural, sin necesidad de entrenamiento ni poda.
Al inspeccionar las cabezas de los tricomas, que ahora presentaban un 80% aspecto lechoso, un 10% color ámbar y un 10% color claro, decidimos que era el momento óptimo para cosechar la planta. Los estigmas eran marrones y se habían retirado, los cálices se habían hinchado hasta formar esferas regordetas que constituían el cogollo más grande, y las cabezas de tricomas estaban en la proporción ideal para su cosecha. Ahora tocaba una etapa igualmente importante del proceso: cosechar, secar y curar nuestra OG Kush.
Cosecha
Antes de proceder a la cosecha, retiramos las hojas grandes de abanico, que no tienen ninguna utilidad en la creación de los materiales finales. También nos aseguramos de que las condiciones ambientales en el área de secado fueran ideales. Esta zona se mantuvo a una temperatura constante entre 18 y 20 °C. Un control ambiental aún más importante es el de la humedad relativa, que se mantuvo en torno al 60%.
Otro detalle de la sala de secado es el movimiento del aire. El objetivo es crear una brisa suave sin soplar directamente sobre las plantas, lo que podría secarlas demasiado rápido, adquiriendo un sabor indeseable. Se colocaron ventiladores para conseguirlo. Ha llegado el momento de ponernos los guantes y cortar nuestra OG Kush.
Cortamos el tallo central de nuestra OG Kush Autofloreciente justo por encima del nivel del suelo utilizando unas robustas tijeras de podar, y trasladamos nuestra planta a la sala de secado. Las ramas se separaron del tallo principal y se colgaron boca abajo en la sala oscura, con control ambiental, durante aproximadamente dos semanas. Después, la planta estaba lo suficientemente seca como para empezar el recorte.
Para evitar añadir contaminantes a las hermosas flores que acabábamos de cultivar, utilizamos guantes y limitamos la cantidad de contactos con los cogollos. Siempre es mejor manipular las ramas por los tallos que por los cogollos para evitar dañar los tricomas llenos de cannabinoides. La OG Kush tenía una proporción media de cálices por hoja, lo que hizo que el trabajo de recorte fuera el habitual.
Nuestra OG Kush Autofloreciente presentaba una amplia cobertura de tricomas, y nos preparamos para las inevitables tijeras pegajosas teniendo más de un par a mano. Mientras recortábamos con una, la otra se empapaba en solución limpiadora. Esto hizo que el proceso fuera más fluido y con menos tensión en las manos. Los perfiles de terpenos de los cogollos recién recortados eran intensos e hicieron que la poco envidiable experiencia de recortar la marihuana fuera ligeramente placentera.
Tras el recorte, los cogollos tratados se colocaron en tarros de cristal y se guardaron en un lugar fresco y oscuro. Cada día de la primera semana, renovábamos el aire de los tarros abriendo la tapadera para que saliera la humedad acumulada.
Dejamos pasar un par de semanas y luego sacamos los cogollos para obtener el peso final de la cosecha de la flor seca. Nuestra OG Kush rindió 101 gramos de una hierba de primera calidad, escarchada, olorosa y agradable. Nuestra OG Kush Autofloreciente se envasó y se dejó curar durante otros tres meses.
Perfil de terpenos
Al abrir los frascos, los aromas de limón y especias fueron los primeros en recibirnos, y luego llegaron los matices terrosos y almizclados. Todos nuestros sentidos nos indicaron que la cura había sido un éxito, sacando a relucir las intrincadas notas que se combinan para crear el exquisito perfil de terpenos de la OG Kush.
Al observar el análisis de los terpenos presentes en nuestra OG Kush Autofloreciente, estos se correlacionan con la experiencia sensorial. El limoneno es conocido por su aroma y sabor a limón cuando está presente en las variedades de marihuana. El cariofileno es un terpeno conocido por aportar notas picantes, y también es un terpeno dominante de la OG Kush. El otro terpeno principal de esta variedad es el mirceno, que explica el origen de los matices terrosos y almizclados.
Los terpenos de una variedad de marihuana también pueden influir en los efectos generales, lo que a veces se denomina «efecto séquito«. El mirceno es un terpeno que tiene propiedades relajantes y sedantes. Se sabe que la OG Kush Autofloreciente proporciona una sensación de relajación en todo el cuerpo. Los efectos de las flores secas se sintieron inmediatamente y empezaron como una experiencia tranquila pero eufórica. Esto dio paso a una sensación más profunda de satisfacción y relajación muscular.
No faltaba nada en cuanto al sabor de nuestra OG Kush. Representaba lo mejor de esta variedad legendaria. Al entrar en nuestra boca, el sabor a limón saltó para captar nuestra atención. Rápidamente le siguió un cálido aroma a especias que dio paso a un sabor a gasolina al exhalar.
El resultado
Sin duda, este cultivo fue todo un éxito y la OG Kush es sin duda una variedad que esperamos volver a cultivar. Al ver las fotos, es fácil ver la gran cantidad de cogollos densos cubiertos de tricomas brillantes.
Esta planta era una variedad fácil de cultivar, y no nos exigió nada más que un buen entorno y unos hábitos de alimentación adecuados. Los cultivadores principiantes tendrán buenas posibilidades de obtener una cosecha satisfactoria, mientras que los cultivadores avanzados buscarán maximizar los rendimientos.
Una lección fundamental de este proceso de cultivo fue la importancia de crear ramas laterales fuertes desde el principio. Esto puede lograrse utilizando ventiladores, añadiendo pequeños pesos a las puntas, sujetando los tallos y mediante la aportación de nutrientes suplementarios. Debido a la gran cantidad de cogollos de la OG Kush, es esencial mantener esas ramas fuertes o sujetas.
Al final conseguimos 101 gramos de flor seca y un agradable viaje mientras contemplábamos cómo nuestra OG Kush Autofloreciente maduraba y apilaba cogollos semana tras semana. Las semillas de OG Kush de White Label están disponibles en las variedades Autofloreciente y Feminizada.
¿Has cultivado alguna vez la OG Kush? ¿Cómo fue tu experiencia? ¿Has consumido alguna vez OG Kush y has disfrutado de una sensación memorable? ¿Qué lugar ocupa la OG Kush entre tus variedades favoritas? Háznoslo saber en la sección de comentarios. Si estás interesado en leer más informes de cultivo, no dejes de consultar esta nueva sección de nuestra web.
- Disclaimer:Las leyes y regulaciones relativas al cultivo de cannabis difieren de un país a otro. Por lo tanto, Sensi Seeds recomienda encarecidamente que se revisen las leyes y regulaciones locales. No se debe actuar en contra de la ley.