Marihuana en la República Democrática del Congo – Leyes, Uso e Historia

La bandera de la República Democrática de Congo y una planta de cannabis.

La República Democrática del Congo todavía se recupera de dos grandes guerras. El país es rico en minerales, pero los lugareños recurren a la marihuana como fuente de dinero. Aunque es menos valiosa que el oro, es más fácil de cosechar y vender. Sin embargo, es ilegal cultivarla, venderla o comprarla en el país, lo que la convierte en un negocio arriesgado.

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Legislación relacionada con la marihuana en la República Democrática del Congo

¿Puedes poseer y utilizar marihuana en la República Democrática del Congo?

Es ilegal usar o poseer marihuana en la República Democrática del Congo, como lo es en la mayoría de los otros países africanos. A pesar de estar oficialmente catalogada como una droga ilícita, se cultiva en todo el país. Aunque se puede castigar con penas de prisión, la ley no se aplica estrictamente y la corrupción es común.

¿Puedes vender marihuana en la República Democrática del Congo?

Es ilegal vender, suministrar o traficar marihuana en la República Democrática del Congo. El país todavía tiene la pena de muerte, y aunque hay poca información disponible sobre cuándo se aplica, se cree que el tráfico de drogas se considera un delito digno de «sentencia de muerte».

Una planta de cannabis con hojas púrpuras.

 ¿Puedes cultivar marihuana en la República Democrática del Congo?

Es ilegal cultivar marihuana en el país, pero a pesar de ello, muchos agricultores la cultivan como fuente de ingresos. La profesora Ann Laudati, de la Universidad de California, afirma que el 60 % de los agricultores de Kivu (en el este del Congo), y hasta el 90 % en otros lugares, hay parte de marihuana entre sus cultivos. Un sacerdote de la aldea incluso afirmó que «todos menos el cura»» la cultivan.

El cultivo de marihuana es menos arriesgado que la minería (el «motor financiero» de la República Democrática del Congo en años anteriores) y más fiable, ya que es una fuente renovable de dinero. Sin embargo, conlleva riesgos. El gobierno congoleño ha recibido presiones de los Estados Unidos para controlar el tráfico de drogas en el país, lo que se traduce en más incautaciones y mayores esfuerzos para erradicarla,

aunque el soborno es común. Koti, un cultivador de marihuana de la República Democrática del Congo, afirmó que «gran parte del dinero que obtenemos lo usamos para sobornos a soldados y policías». Le contó a Laudati sobre una vez en que se allanó su granja y fue encarcelado hasta que pagó un soborno para su libertad. Además, las autoridades se quedaron con la mitad de su cosecha.

¿Es legal el CBD en la República Democrática del Congo?

El CBD se considera lo mismo que la marihuana, y como tal, es una droga ilícita en la República Democrática del Congo. No se puede comprar, vender ni usar legalmente en el país.

La fórmula química para CBD y una planta de cannabis.

¿Se pueden enviar semillas de marihuana a República Democrática del Congo?

Las semillas de marihuana no se diferencian de ninguna otra parte de la planta y, por lo tanto, son ilegales en el país. No se pueden enviar por correo postal.

Marihuana medicinal en la República Democrática del Congo

Actualmente no existe ningún programa medicinal en la República Democrática del Congo. A pesar de que otros países africanos están tomando medidas para introducir la marihuana con fines medicinales, el gobierno congoleño no ha mencionado la adopción de un enfoque similar en el futuro.

Cáñamo industrial en la República Democrática del Congo

La República Democrática del Congo no tiene industria de cáñamo.

Campo de cáñamo industrial

Interesante saberlo

Si viajas a la República Democrática del Congo (o actualmente vives allí), es posible que te interese saber lo siguiente:

Historia de la marihuana

Durante siglos, la marihuana se ha utilizado y cultivado en África. La prueba más temprana del consumo de marihuana en el continente procede de una excavación arqueológica en Etiopía, cuando se descubrieron pipas de fumar antiguas con rastros de la planta dentro de ellas. Esto sugiere que la droga se usaba recreativamente o con fines rituales.

Dada la forma como la marihuana se extendió por el continente después de esto (especialmente con la migración del pueblo bantú), es sensato especular que la gente de África Central también la utilizaba.

Cuando los belgas colonizaron la actual República Democrática del Congo en el siglo XIX, fomentaron activamente el consumo de marihuana en el país. Sin embargo, en el siglo XX, cambiaron su actitud y prohibieron la droga.

En 1961, la marihuana fue objeto de demonización por parte de varios gobiernos de todo el mundo. Posteriormente, la ONU aprobó la Convención Única sobre Estupefacientes, que prohibía el comercio de marihuana en todo el mundo. La República Democrática del Congo aún se adhiere a esta convención, a pesar de que otras naciones africanas han legalizado la droga para uso medicinal e incluso la han despenalizado para uso recreativo.

Más recientemente, la inmigración significativa procedente de países en guerra como Ruanda, Burundi, Sudán y Angola ha traído consigo sus prácticas sobre la marihuana, la más notable de las cuales es, quizás, la población rastafari en Kinsasa, que usa la planta con fines religiosos.

Los pigmeos y la marihuana

Los pueblos indígenas de la República Democrática del Congo, conocidos también como pigmeos, están en gran medida marginados por el resto de la población del país. Un estudio reciente reveló que, en un país ya empobrecido, muchas pigmeos sobreviven con apenas 1 dólar por día; el promedio en la República Democrática del Congo es de 2 dólares por día, que todavía es extremadamente bajo.

Como era de esperar, han recurrido a la marihuana para obtener más ingresos. Algunos optan por cultivar la planta en las regiones forestales donde vivían antes de trasladarse a otros lugares.

Mubawa, un jefe de 36 años de un pueblo pigmeo, declara a National Geographic que «nadie podía romper nuestras tradiciones» cuando vivían en el Parque Nacional Virunga. Ellos, como otros 20 millones de indígenas en todo el mundo, han sido desplazados como resultado de los esfuerzos de conservación. Mubawa y los otros lugareños viajan regularmente al bosque para buscar marihuana, a pesar del riesgo de ser asesinados por los guardas del parque de Virunga.

En función de la cantidad de marihuana que cosechen, la mayoría de familias pigmeo pueden obtener entre 8 y 100 dólares semanales. Lo que no se vende se usa en la medicina tradicional, para curar dolores de estómago, inducir el apetito y tratar la tos, entre otras afecciones.

Actitudes modernas

Hay un áurea de negatividad en torno a la marihuana en la República Democrática del Congo. Según la profesora Ann Laudati, muchas personas creen en la idea errónea de que el consumo de marihuana provoca violencia y asesinatos.

Afirma que el relato es: «te drogan y las drogas conducen a la violación por parte de soldados o rebeldes». Según estas narraciones, «la marihuana es el estímulo para que los actores armados participen en actos violentos, especialmente la violación y el asesinato de familias», Y los medios han contribuido a estas narraciones.

En un informe publicado por Amnistía Internacional en 2003 hay otro ejemplo. Un joven de 15 años reclutado como soldado por las fuerzas militares congoleñas orientales explicó que para «endurecerlos» se les dio chanvre (nombre local para la marihuana) y luego se les obligó a matar personas.

«Antes de matar», dijo, «primero debes fumar un poco de chanvre; al hacerlo, evitas que el espíritu de la persona que has matado entre dentro de ti». Sin embargo, es evidente que aquí la manipulación psicológica es la culpable, no la marihuana en sí. 

A pesar de estas actitudes negativas, el consumo en el país es generalizado. Un informe de la Estrategia Internacional de Control de Narcóticos de los Estados Unidos afirma que «la marihuana es muy utilizada» en la República Democrática del Congo y que «las autoridades congoleñas creen que su uso… ha aumentado de manera constante en los últimos años».

De hecho, hay un contrarrelato contra la sugerencia de que «la marihuana conduce a la violencia», ya que algunas personas congoleñas afirman que usar la droga les da más fuerza para trabajar.

Un edificio con cerca de alambre de púas que lo rodea.

El comercio actual de marihuana

Se estima que la riqueza mineral de la República Democrática del Congo vale más de 24 billones de dólares. Sin embargo, la continua inestabilidad política y la falta de infraestructura ha impedido que su gente se beneficie de ella y, como tal, ha recurrido a otra fuente de dinero: cultivar marihuana.

La marihuana es popular entre los agricultores, ya que crece fácilmente, se puede transportar rápidamente y para empezar el cultivo no se requiere mucha destreza. Crece en todo el país, aunque las principales zonas de cultivo son las provincias de Kasai, Bandundu y el Bajo Congo. Debido a la falta de datos, es imposible decir el número de acres dedicadas a este cultivo, aunque ciertamente es un área importante.

El tráfico es el principal problema para las autoridades congolesas. La marihuana y otras drogas se pasan de contrabando a lugares como Ruanda, Angola y Uganda, a través de las porosas fronteras del país. Los principales puntos de contrabando son el aeropuerto internacional de Ndjili en Kinsasa y el puerto marítimo de Matadi. Además de traficarse en África, las drogas también se distribuyen a varios países europeos.

¿Se legalizará la marihuana en el futuro?

Otras naciones africanas están avanzando hacia la legalización de la marihuana. Sudáfrica es una de las pocas naciones del mundo donde se ha despenalizado el uso recreativo y Lesoto ha legalizado el cultivo con fines medicinales.

Sin embargo, el turbulento pasado de la República Democrática del Congo ha dejado el país sumido a la pobreza y vulnerable al narcotráfico. La presión constante de otros países, como los Estados Unidos, para controlar el problema significa que es poco probable que el gobierno legalice la marihuana en el corto plazo.

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    Aunque se ha hecho todo lo posible para garantizar la exactitud de este artículo, no está destinado a proporcionar consejo legal, ya que las situaciones individuales serán diferentes y deben consultarse con un experto y/o abogado.

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Autor y revisor

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    Sensi Seeds

    El equipo editorial de Sensi Seeds incluye botánicos, expertos médicos y legales, además de activistas de renombre como el Dr. Lester Grinspoon, Micha Knodt, Robert Connell Clarke, Maurice Veldman, Sebastian Marincolo, James Burton y Seshata.
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  • Maurice_Veldman

    Maurice Veldman

    Maurice Veldman es miembro de la Asociación Holandesa de Abogados Penales y uno de los abogados más destacados del campo del cannabis de los Países Bajos. Con 25 años de experiencia en dicho ámbito, su conocimiento del derecho penal y administrativo apoya a los vendedores de cannabis y a los productores de cáñamo al abordar la cuestión de las desigualdades entre el individuo y el estado.
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