La gente que consume, o a quien le gustaría consumir, marihuana por razones médicas a menudo tiene perjuicios. En este artículo, Sensi Seeds pretende demostrar que los consumidores de marihuana medicinal son gente normal y corriente con historias que contar. Aquí introducimos siete pacientes de marihuana: ocho caras diferentes, ocho destinos distintos, y una planta que puede ser de ayuda. Lee sus historias tú mismo.
El consumo de la marihuana, ya sea para fines recreacionales o médicos, y su estatus legal están al centro de un ferviente debate global. Las reformas legales en favor de la marihuana medicinal están teniendo lugar en todo el mundo. A día de hoy, la marihuana medicinal es accesible a muchas partes de Europa, los Estados Unidos, América del Sur y Australia. Su legalización permite que personas con enfermedades muy graves y crónicas puedan acceder a un medicamento que antes era inalcanzable.
En este artículo, compartimos ocho tratamientos reales de ocho pacientes diferentes a quienes la marihuana medicinal cambió drásticamente sus vidas. A través de estas historias, Sensi Seeds espera romper algunos de los perjuicios y de estigmas asociados con el consumo de marihuana medicinal para luego integrar la marihuana medicinal en el paradigma moderno.
Chris Vrzak
El paciente de 36 años con TDAH vive en Hockenheim y ha superado dos accidentes de moto que le dejaron dolor crónico en su rodilla, la zona lumbar y el hombro.
Consumia marihuana desde 1994. En 2009 Chris descubrió que podía comprar marihuana en Alemania con un Certificado de exención. Sin embargo, nunca se imaginó que algún día pudiese ser uno de los pacientes oficiales en Alemania de marihuana medicinal. Si decía a los doctores que la planta le ayudaba y que le permitía no tomar medicamentos con efectos secundarios muy graves, como el diclofenato, la tilidina u otros opiáceos, le tildaban y trataban como si fuese un drogadicto.
La historia de Chris empezó mucho antes de sus accidentes de moto. Cuando era pequeño, le diagnosticaron TDAH, pero tampoco recibió un tratamiento, al menos no el adecuado. Le recetaron gotas y pastillas, un doctor se las recetó durante los siguientes 13 años, advirtiéndole que todo se arreglaría cuando llegara a la pubertad. Las consecuencias: no era capaz de prestar atención, tenía la mente sobreexcitada, irritación, agresividad y poca concentración.
Poco después, Chris probó por primera vez la marihuana y vió que se podía concentrar y que, además, podía terminar su educación secundaria. Más adelante, su doctor le diagnosticó un trastorno por abuso de substancias, concretamente relacionado con la marihuana, y le recetó diazepana a Chris, un sedante.
A partir de entonces recibió interminables visitas de psicólogos y asesoramiento sobre drogas, afectando su educación. Después de 13 años de dependencia a la heroína y la cocaína, dos accidentes y un agotamiento extremo en 2012, Chris consiguió poner orden en su vida. Las cosas empezaron a mejorar cuando cambió de doctor, recibió el diagnóstico correcto y le dieron substitutos.
En 2013, empezó el proceso de solicitud del Certificado de exención del Instituto Federal de Medicamentos y Productos Sanitarios (Federal Institute for Drugs and Medical Devices, BfArM). Con la ayuda del famoso doctor privado alemán, Dr. Franjo Grotenhermen, presidente del Grupo de Trabajo sobre el Cannabis como Medicin (Working Group on Cannabis as a Medicine, ACM) y director general de la Asociación Internacional para los Medicamentos a base de Cannabinoides (International Association for Cannabinoid Medicines, IACM), Chris presentó su solicitud para poder comprar marihuana medicinal. Sin el apoyo del Dr. Grotenhermen, dijo Chris, hubiera sido completamente imposible. A pesar de que los médicos hayan observado una mejora en Chris gracias al consumo de marihuana, su consumo se sigue categorizando como un comportamiento adictivo.
Su solicitud sólo tardó siete días desde el momento de recibir los documentos hasta que se emitió el permiso. Desde octubre de 2013, tiene el permiso oficial de consumir marihuana. Hasta la fecha, no ha habido ninguna candidatura que se haya evaluado tan rápidamente. Chris cree que se debe a su relación previa con el instituto, donde le habían recetado substitutos de marihuana como L-Polamidon y Subutex.
Chris tiene un enfoque proactivo para vivir su vida. Trabaja para lograr una independencia, centrándose en ayudar a los pacientes de marihuana. Actualmente, está creando una plataforma donde los visitantes pueden buscar todo tipo de información sobre una alimentación y un estilo de vida saludable, y también información sobre la marihuana medicinal.
Está interesado en saber cómo se pueden ingerir los ingredientes de marihuana y otras hierbas y aceites para conseguir el máximo efecto. Sus experiencias personales y su pasión para experimentar le han llevado a fabricar un nuevo vaporizador, cuyo prototipo está casi terminado. Chris quiere destacar el siguiente mensaje a los lectores de Sensi Seeds, y a los pacientes en concreto:
“¡Mantente fiel a ti mismo! ¡El viaje es la recompensa! Encuentra un doctor de confianza y pide el permiso. ¡La marihuana solo se legalizará en Alemania a través de la medicina!»
Tilo Clemeur
Tilo fue diagnosticado de epilepsia cuando tenía 18 años. Las medicinas convencionales no le iban bien y le causaban efectos secundarios graves. Así que este hombre de 44 años siguió buscando una terapia alternativa. En el año 2000 descubrió que la marihuana podía ser esta alternativa. Cuando se lo explicó a su neurólogo, le aconsejó que «no se dejase engañar» porque la marihuana no tiene ningún beneficio medicinal.
Tito siguió adelante e igualmente probó la marihuana. Lo consumía e inmediatamente se empezaba a sentir mal. Al cabo de un año sin ataques, dio el paso y dejó de tomar el último medicamento convencional de los que tenía. Desde entonces, no ha sufrido ni un solo ataque en ocho años.
En 2012 consiguió el certificado para comprar cogollos de marihuana medicinal en la farmacia. Reside en Duisburg y fue el primer paciente con epilepsia de Alemania a quien se le concedió un Certificado de Exención del BfArM para adquirir cogollos de marihuana en su farmacia.
Durante un año y medio, Tilo ha estado trabajando como editor de la revista Grow!, en la que entrevista a pacientes y relata sus historias. También hace sensibilización mediante charlas en actos, como el Cultiva Hemp Expo en Vienna and el “Dampfarade” en Colonia. Es muy crítico con el hecho de que los doctores puedan recetar opiáceos sin problema, pero que no puedan recetar marihuana sin el permiso previo de la Agencia Federal del Opio (Federal Opium Agency). Además, muchos doctores simplemente les da miedo tratar con marihuana medicinal, y son todavía menos los que lo recetan, porque no quieren entrar en conflicto con la legislación.
Sus charlas también tratan sobre el coste tan desproporcionado de comprar marihuana en una farmacia: ¡74€ por 5 gramos, mientras que la marihuana de cosecha propia costaría 2,25€ por gramo (por la primera cosecha y el desembolso inicial) y 0,35€ por gramo a partir de entonces! Eso es lo que quiere decir a los lectores de Sensi Seeds:
«Lucha por tus derechos, tanto si es para un consumo recreacional o medicinal. Sabemos que la prohibición sólo hace daño. Mucha gente pierde su permiso de conducir, simplemente porque habían dado una calada a un porro tres días antes. A los pacientes se les niega la oportunidad de cultivar su propia marihuana, a pesar de las constantes interrupciones que duran semanas en el subministro y que obligan a los pacientes a buscarse la vida. Que se escuche tu voz y deja claro que todos tenemos derecho a la marihuana.»
Claudia Russo
Claudia Russo tiene 42 años y vive en Berlín, es viuda y tiene una hija adulta. Tiene una larga lista de enfermedades: hepatitis B, latido irregular del corazón, cáncer, asma crónico, trastorno de estrés postraumático (TEPT), osteocondrosis, fenómeno de vacío intradiscal con prostitución, fracturas de columna, síndrome de la columna vertebral, espondilartrosis, sueño interrumpido debido al dolor, depresión, síndrome de dolor crónico, cáncer abdominal.
En 2014, la Claudia empezó a ser una paciente oficial de marihuana, aunque ya estaba familiarizada con la planta desde antes. Había consumido marihuana durante años porque le ayudaba en muchas áreas y le relajaba mentalmente. Para obtener el permiso oficial y poder consumir marihuana tardó unos seis meses. «La espera, el sufrimiento y los retrasos inacabables de la correspondencia lo convirtieron en una eternidad», dice Claudia.
Cuando le diagnosticaron cáncer, el tratamiento de reconstrucción de células madre que recibió casi la mata. Así que empezó a buscar un último recurso en la medicina alternativa. En un cierto momento, vio un vídeo sobre el aceite de Rick Simpson. Quiso saber más y empezó a hacerse el suyo propio. Los resultados fueron asombrosos, pero encontró que el sabor era desagradable, así que siguió trabajándolo, elaboraba aceites para una amplia variedad de usos.
Claudia tiene mucho que decir, a los doctores, a las compañías de seguros médicos y a otros actores del sector. A pesar de su incapacidad para trabajar, se mantiene ocupada con voluntariados. Trabaja para mantenerse viva y distraer el dolor. Claudia trabaja para la orientar en la aceptación de esta sustancia, asesora a enfermos, ancianos, adictos y padres despreocupados y tiene una pequeña tienda donde vende sus propios diseños pintados. Es una activista de la política de drogas, y ayuda a personas para que puedan solicitar el permiso para consumir cogollos de marihuana medicinal. Su mensaje:
«La marihuana es esperanza… No solo droga.”
Alexander Jähn
Alexander es paciente de marihuana desde 2002 debido al dolor, la parálisis y los espasmos espásticos que tiene a raíz de un grave accidente de tráfico. Antes del accidente, Alexander era un vendedor minorista, ahora ya no puede trabajar. Está casado y tiene un hijo.
Antes de conseguir el permiso oficial para consumir la marihuana como una medicina, los médicos intentaron controlar su dolor con tilidina, morfina, tramadol, fentanilo y otros medicamentos. Después de mandar su solicitud, Alexander tuvo que esperar tres meses para que le concediera el permiso para consumir marihuana.
Estaba familiarizado con la marihuana desde su juventud, pero cuando se enfermó, se dio cuenta de la gran ayuda que es para él. Su mensaje para los lectores de Sensi Seeds es:
¡La hierba es la curación!
Ralf Herrmann
Este hombre de 40 años es de Heidelberg, es soltero y tiene una hija pequeña. Ralf toma marihuana para el TDAH, una hernia discal y artritis en el hombro.
A Ralf le recomendaron medicamentos como Ritalin, Vioxx, opiáceos y antidepresivos. Los rechazó todos. Consideró que este coctel de medicamentos era demasiado peligroso. Entonces empezó a fumar marihuana y se le tildo de drogadicto. ¿Por qué lo hizo? Fácil: La marihuana era lo único que le hacía sentir bien y que le ayudaba a controlar su dolor físico.
Desde 2001, Ralf obtuvo el permiso para tomar dronabinol. Se lo recetó su médico de cabecera de entonces cuando vio que los otros medicamentos no eran eficaces para él. Y lo más importante, no tenía ningún efecto secundario.
Durante el verano de 2019, descubrió en la página web del Grupo de Trabajo sobre la Marihuana como Medicina que podía conseguir cogollos de marihuana en la farmacia. Después de encontrar un médico dispuesto a apoyar su solicitud de exención, dio el primer paso. Ralf hizo llamadas interminables y tardó dos meses en obtener el Certificado de Exención del Instituto Federal de Medicamentos y Productos Sanitarios que le permitiera conseguir marihuana en las farmacias alemanas.
Sin embargo, tardó varios años a obtener el permiso para consumirla. En diciembre de 2010, recibió la aprobación para los cogollos de marihuana medicinal y ahora está feliz de haber seguid el camino de la marihuana. Cuando se le concedió el Certificado de exención, Ralf sintió que, por fin, era reconocido por la sociedad.
En diciembre de 2010, había unos 60 pacientes a quienes se consideró que no tenían tratamiento y a quienes se les concedió el permiso para conseguir marihuana en su farmacia. A día de hoy, los pacientes son casi unos 300. Por desgracia, no hay ninguna compañía de seguros médicos de Alemania que ya cubra los costes de la medicina, así que los pacientes se ven obligados a financiarse ellos mismos los costes de la marihuana.
Ralf fue uno de los pacientes que se presentaron ante el Tribunal Administrativo de Colonia, a mediados de 2014, para luchar por el derecho a cultivar su propia marihuana. Lamentablemente, él fue una de las personas a quienes les rechazaron la petición de cultivar su propia marihuana. Pero Ralf siguió luchando, presentó una apelación. Su lema:
«Legalización en todo el mundo.»
Christian Schulzki
Este hombre de 34 años es de Berlín, sufre un dolor crónico después de una intervención en los discos intervertebrales. Sus síntomas afectan a su familia y su vida social, ya que a veces no puede prestarles mucha atención. Incluso le cuesta y tiene ansiedad para hacer compras.
Además, este cualificado carnicero que ahora vive en Saarland sufre cefalea en racimos, conocida también como Cefalea de Horton. Esta enfermedad es unilateral y provoca ataques de dolores de cabeza que pueden ir de los 15 a los 180 minutos. “No se lo deseo a nadie.”, El resumen de Christian, aunque habla poco de él, es dice mucho.
Cuando empezaron sus dolencias, todavía podía trabajar como recogepedidos de una empresa farmacéutica. Después, intentó trabajar como operador en un centro de llamadas, pero su enfermedad le hacía pedir bajas prolongadas por enfermedad, pero al final le despidieron.
Durante los últimos años, Christian ha estado en caso intentando buscar la manera de tener una vida (laboral) otra vez: “No acepto ni mi enfermedad ni este revés, que parece que cada vez va a peor.» Debería jubilarse, pero no quiere, simplemente. A través de cursos de rehabilitación y servicios médicos de la bolsa de trabajo, está intentando reincorporarse.
Medicamentos convencionales con graves efectos secundarios
La lista de medicación de Christian es larga — muy larga. Christian toma Targin por la mañana y por la noche y Capros Akut por la tarde. También le recetaron pastillas de Novalgin, Omeprazol por la mañana y por la noche, Verapamil y oxigeno durante los ataques de dolor de cabeza. A finales de 2012, cuando se tomaba Triptane para sus cefaleas, el Christian tenía que desintoxicarse en el hospital cada 14 días.
Otros medicamentos estándar eran morfina, opiáceos, anastésicos, tilidina, gabapentina, Lyrica, Katadolon y otros. Con la marihuana, redujo un 75% de los medicamentos y a veces se los dejaba de tomar todos.
El Christian probó por primera vez la marihuana cuando era adolescente. Nunca se le había pasado por la cabeza considerarla como una medicina porque la planta era ilegal. En marzo de 2014, el Christian se dio cuenta del potencial de la marihuana como medicina. Buscó información en los informes de prensa e Internet y empezó a investigar muchas horas sobre la investigación de la marihuana.
En septiembre de 2014, habló con su especialista en controlar el dolor después de un tratamiento de tres semanas, sin ningún resultado. La reacción del especialista fue reservada y despectiva. “No lo sé, no lo volveré a hacer.” El médico de cabecera de Christian respondió de un modo mucho más claro, y en noviembre de 2014 empezó la solicitud para conseguir cogollos de marihuana medicinal en la farmacia. Envió su solicitud al BfArM el 1 de diciembre de 2014 y no le llamaron por teléfono hasta el 8 de enero de 2015 diciendo que su solicitud había sido aceptada. El escrito de aprobación estuvo disponible a partir del 30 de enero, pero la escasez de oferta en Bedrocan le impidió poderse tomar su medicina con regularidad. Su mensaje para los lectores de Sensi Seeds es:
«Cada paciente que ha fumado marihuana o que lo ha tomado en cualquier otra forma y que se ha beneficiado, debe hacer una solicitud al BfArM. Cuando un doctor dice que no, y la primera, la segunda o incluso la tercera farmacia se niega: sigue intentándolo. Entra en fórums y mantente informado. Convence el doctor. No te DESANIMES! En vez de esto… legalízalo!»
Peggy S.
Conoce a Paul, de Thuringia. Sólo tien 30 años y tiene un 90% de discapacidad. Su movilidad está totalmente afectada y necesita que le acompañen en el transporte público. La Peggy no puede trabajar desde 2010. Le encanta pasar tiempo con su gata Maine Coon. La Peggy ya consumía marihuana, sobre todo para combatir el dolor relacionado con su condición.
Diagnóstico complejo de la Peggy
La Peggy sufre reumatismo, dolores musculares y articulares y polineuropatía, enfermedades en el sistema nervioso periférico. Además, la Peggy sufre una enfermedad difusa del tejido conectivo (una enfermedad autoinmune difusa que puede afectar cualquier órgano), vasculitis, el síndrome de Sjogren, el síndrome de Raynaud y la insuficiencia pancreática exocrina acompaña la enfermedad autoinmune y la neuropatía de la Peggy.
La Peggy también ha sido diagnosticada de neuralgia trigeminal, un tipo de dolor facial y de parálisis facial del lado derecho (tic doloroso). También experimenta espasmos musculares involuntarios en el lado derecho de la cara. A raíz de esto, la Peggy también sufre neuralgia posherpética (dolores nerviosos extremadamente graves).
También tiene gastritis, osteoporosis, endometriosis, celiaquía, intolerancia a la lactosa y la fructosa y también asma y alergias. Por desgracia, su lista de dolencias no se termina aquí.
Menos medicación gracias a la marihuana
Antes de probar la marihuana como terapia, la Peggy probó todos los opiáceos que había, distintos antiepilépticos, antidepresivos y drogas para dormir. También le recetaron cortisona y medicamentos necesarios para el reumatismo, como MTX, AZA, Quensyl e inmunoglobulina.
La marihuana ayuda mucho más a la Peggy que los antiepilépticos, especialmente para la neuralgia facial. Ahora consume marihuana, y sólo toma cortisona, un opiacio y oxicodona, y ya ha podido reducir la dosis de oxcodona.
Apoyo del especialista en controlar el dolor
El especialista en controlar el dolor de Peggy, le recetó pastillas de dronabinol y después de todo habían fracasado. Desde 2014, tiene el certificado de exención para cogollos de marihuana medicinal, y está muy contenta de que su especialista no sólo estuviese abierto al tratamiento de marihuana, sino que le diese el apoyo durante el proceso de solicitud.
«Sin una marihuana con mucho CBD, los dolores, especialmente los dolores de los nervios faciales, serían insoportables.»
La falta de entrega de Bedica y Bediol no lo pone fácil
En los últimos meses, ha sido difícil comprar las recetas de marihuana de Peggy (Bedia y Bediol). La Peggy dice que cada día que pasa sin Bediol y Bedica, lo nota en la espalda. E inmediatamente le empeora el dolor facial. Y luego, rápidamente vuelven sus ataques de reumatismo. Esto, a su vez, significa que necesita aumentar la cortisona y tomar un analgésico.
«Desafortunadamente, la compañía de seguros médicos no paga la marihuana, y es una lucha mensual constante y que suma entre 245-500euros, eso cuando solo recibes una renta básica. Espero que algún día la compañía de seguros médicos reembolse todos los enfermos, y que esta poca disponibilidad también se arregle, ya que no es divertido tenerte que preocupar por si hay un medicamento disponible o no, una vez tras otra.»
Esta mujer de 30 años le gusta cocinar con cáñamo y marihuana. A raíz de sus intolerancias, se ve obligada a cocinar y cocer al horno cada día. Por tanto, sus alergias la han ayudado a buscar nuevos hobbies con los que pasarlo bien. La Peggy utiliza cogollos, semillas y marihuana de la farmacia.
Cuida sus gatos y peces con devoción.
Michael Autrum
El Michael es de Weisswasser y vive cerca de Starnberg con su bulldog, Tyson.
El Michael sufre el síndrome de dolor crónico, al tercer grado según Gerbershagen. Para él, su dolor no está relacionado con ninguna dolencia en concreto. Forma una condición médica en sí mismo, separado. En el tercer grado, los tratamientos multidisciplinares solo reducen los síntomas en un 30% de los pacientes. El Michael no forma parte de este 30%.
Sufre dolor crónico, asma alérgico, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (COPD), artritis, omartrosis (de la articulación en el hombro) y el esófago de Barret (enfermedad del reflujo gastroesofágico). También lleva implantado su tercer marcapasos. Con sus 38 años, este chef tan cualificado recibe una pensión de minusvalía.
La medicación diaria de Michael incluye opiáceos, Lyrica, Ventolín, Fortecortin y Prednisolone.
Necesita 2 litros de oxigeno cada 15 horas como tratamiento para la COPD. Por la noche, se enchufa al aparato para la apnea del sueño. Recurrió a pastillas para dormir para conseguir dormir un mínimo, a veces solo 4-5horas por la noche.
Gracias a la marihuana, ha sido capaz de sacarse la mitad de la medicación, e incluso dejó de tomarlos todos. Por ejemplo, redujo su toma diaria de opiáceo de 96mg a 12mg. Desde que hace la terapia con marihuana, ya no necesita más pastillas para dormir, ni el Ventolin ni el Fortecortin para nada.
En septiembre de 2014, en Michael consiguió el certificado de exención de cogollos de marihuana medicinal. A través de los medios de comunicación e Internet, se puso en contacto con otros pacientes de marihuana como Claudia Russo, a quien hemos presentado anteriormente en este artículo. El Dr. Grotenhermen, muy famoso en Alemania, invitó a Michael a ir a su consulta a mediados de agosto de 2014, y a final de mes, el paciente cogió la solicitud de permiso con sus manos. También recibió el apoyo de su neumólogo. Al cabo de diez días, el Michael obtuvo el permiso para conseguir consumir marihuana.
Actualmente, el Michael está creando una película, «Lebe dein Leben wie Michael» (Vive tu vida como Michael). En esta película, el Michael anima las personas minusválidas para que no se rindan. Comparte su experiencia personal con las enfermedades, la invalidez y la marihuana medicinal.
El Michael se niega a dejarse vencer por sus limitaciones y por su silla de ruedas: juega a baloncesto en silla de ruedas en el USC de Múnich. Le encanta el baloncesto, los deportes de equipo en general y hacer actividades en equipo. No deja que su minusvalía lo encierre entre cuatro paredes. Su eslogan motivador:
«¡La resignación es el principio del final!»
La marihuana tiene un inmenso potencial para mejorar la calidad de muchas vidas. La única cosa que se interpone entre muchas personas y la marihuana medicinal es la legislación. Cuando más progrese el movimiento de la marihuana, más claro estará que la marihuana medicinal debería ser accesible para quienes lo necesiten, especialmente para las personas a quienes la marihuana ha mejorado drásticamente sus vidas.
- Disclaimer:Este artículo no tiene la intención de sustituir el consejo, diagnóstico y tratamiento médicos profesionales. Siempre hay que consultar a un médico u otro profesional médico titulado. No hay que retrasar la búsqueda de asistencia médica ni ignorar el consejo médico debido a algo que se haya leído en esta página web.
Hermosas historias!!! Yo tengo en casa la propia….la de mí hija de 27 años con Artritis Reumatoide severa y refractaria…y el cannabis nos cambió la vida!!!