En Estados Unidos fuimos testigos del conflicto simultáneo que se produjo entre la ley estatal y la federal, así como de los beneficios derivados de la legalización en las distintas economías estatales. En Holanda y en España la actitud fue poco entusiasta. ¿Y en Uruguay? Una legalización total sin la debida preparación. ¿Existe una estrategia óptima?
Parece que el mundo ha entrado en la era de la poslegalización, pero ¿es así? En 1996, California se convirtió en el primer estado en legalizar la marihuana medicinal en Estados Unidos y, desde entonces, hemos asistido a un drástico replanteamiento de la prohibición de la marihuana en el mundo occidental. Aunque en estos momentos parece que «todo el mundo está legalizando el cannabis», los únicos dos países de todo el mundo que lo han legalizado totalmente son Canadá y Uruguay.
En Estados Unidos y en Australia, los estados han asumido la reforma de la legislación sobre la marihuana, a pesar de las leyes federales. Países como España y los Países Bajos se encuentran en un punto intermedio, tolerando sólo algunos aspectos de la venta y compra de cannabis. Comparativamente, existen países como Corea del Norte, India, Afganistán, Marruecos y Líbano, donde la marihuana es ilegal pero se comercializa con bastante libertad. También tenemos el caso de Portugal, que ha despenalizado todas las drogas.
¿Queda por ver un buen modelo de legalización de la marihuana en la era poslegalización? ¿A quién le ha ido bien y a quién no? De todos los diferentes modelos de legalización y despenalización, ¿existe un santo grial? Donde hay ventajas, siempre hay inconvenientes, así que echemos un vistazo a ambos.
Legalización estatal y regional frente a legalización nacional
Desde que la marihuana se legalizó por primera vez en California en 1996, los distintos estados de Estados Unidos han ido legalizándola a pesar de ser ilegal a nivel federal. La disparidad entre la ley estatal y la federal fue posiblemente uno de los primeros retos que se plantearon en el desmantelamiento de una prohibición vigente durante 100 años.
En 2015 y 2016, el gobierno federal estadounidense llevó a cabo una redada en múltiples dispensarios y proveedores de California. La incoherencia entre estos dos niveles legislativos creó una zona gris que dejó en una situación de vulnerabilidad frente a la ley federal a los propietarios de los negocios y a los proveedores.
Las redadas no fueron el único problema al que tuvieron que enfrentarse los propietarios de los dispensarios: también surgió el inevitable y complicado dilema bancario. Los bancos, que están regulados federalmente, no pueden trabajar con empresas que venden una sustancia ilegal a nivel federal. La mayoría de los bancos estadounidenses no aceptan negocios relacionados con la marihuana, lo que supone un enorme obstáculo tanto para la economía federal como para los negocios estatales, que todavía no pueden aceptar tarjetas de crédito o débito como medio de pago.
Estos son algunos de los desafíos a los que nos enfrentamos en un sistema en el que las leyes estatales y federales son incoherentes. Otro buen ejemplo de esto es Freetown Christiania, en Dinamarca. Aunque no es un estado, es un territorio libre en medio de Copenhague que prácticamente tiene sus propias reglas. Una de esas normas es la libertad de consumir y vender marihuana.
Sin embargo, no puedes sacar la marihuana fuera de las siete hectáreas de Christiania. Tanto para los turistas como para los lugareños, Christiania es un punto neurálgico donde el cannabis se puede consumir libremente, y también donde se puede conseguir con facilidad.
Christiania ha sido objeto de lo que algunos llaman una crisis existencial. La policía ha llevado a cabo redadas en numerosas ocasiones. En ellas, muchas personas fueron detenidas por vender marihuana, y algunas por poseerla. Las autoridades siguen mostrándose intolerantes con la libertad de Christiania como territorio, especialmente por su actitud ante las drogas. Y, sencillamente, éste no es un modelo sostenible para la legalización del cannabis.
El resultado de un planteamiento «tolerante» en España y en los Países Bajos
España y los Países Bajos se enfrentan al desafío desde un criterio de ilegalidad, aunque tolerante, en relación con el consumo de marihuana. Por un lado, la actitud tolerante se asemeja en cierto sentido a la despenalización, ya que no se castiga al consumidor simple por un acto evidentemente no peligroso. Sin embargo, España y Holanda también permiten la venta de cannabis, a pesar de que es ilegal.
Los coffeeshops y las asociaciones de consumidores de marihuana (también llamados clubes sociales de cannabis) se enfrentan a normas estrictas para poder vender este tipo de producto. Algunas de ellas se aplican con más rigor que otras. Por ejemplo:
- En Holanda, los coffeeshops sólo pueden almacenar legalmente 500 gramos de marihuana.
- Los coffeeshops holandeses no pueden vender más de 5 gramos de cannabis a una persona determinada en un día determinado.
- Los coffeeshops holandeses no pueden vender marihuana a los extranjeros, pero esto no se aplica rigurosamente.
- Para acceder a la marihuana de club social de cannabis español, tienes que ser miembro del mismo.
- Sólo los residentes españoles pueden ser miembros de una asociación de consumidores de marihuana.
Tanto en España como en Holanda está prohibido consumir marihuana en un lugar público. Asimismo, la adquisición legal del producto debe realizarse obligatoriamente a un coffeeshop o a un club social con licencia, ya que otra vía sería constitutiva de delito.
También existen complicaciones para los propios coffeeshops que compran marihuana para su venta. El cultivo del mismo en la cantidad que se vende en estos establecimientos es ilegal. Esto genera una paradoja absurda: la Política de Tolerancia holandesa no incluye el cultivo de cannabis, por lo que todas las actividades relacionadas son clandestinas. En cierto sentido, todas las actividades relacionadas con el cannabis que se llevan a cabo en Holanda son ilegales, pero se consienten en virtud de la Política de Tolerancia holandesa.
En estos casos, el gobierno no se beneficia de la legalización de la marihuana. Por ejemplo, el estado holandés no puede gravar algo que es técnicamente ilegal, lo que impide que la economía se beneficie de lo que ya es una industria en auge.
Cómo afectó a Uruguay la legalización de la marihuana
Uruguay fue el primer país del mundo en legalizar plenamente la marihuana a nivel nacional, tanto desde el punto de vista médico como recreativo. Lo que Uruguay no hizo fue prepararse para desmantelar algo que estaba muy arraigado en su marco legal.
Uruguay legalizó la marihuana en diciembre de 2013, pero sin proporcionar a sus ciudadanos una vía legal para comprarla. Hasta el verano de 2017, el cannabis no estuvo disponible para su venta en las farmacias de todo el país.
El gobierno uruguayo no se preparó adecuadamente para hacer frente a la demanda, ya que en el país disponía de muy pocos cultivadores legales. A día de hoy, es habitual que se agoten las existencias en las farmacias o que la gente tenga que hacer largas colas para comprar este producto en una farmacia.
En Uruguay, los dispensarios y vendedores de marihuana se enfrentan a problemas bancarios muy similares a los de Estados Unidos, aunque se trate de un programa nacional. Muchos negocios del país trabajan con bancos estadounidenses para realizar transacciones internacionales, y a muchos de ellos se les prohibió vender cannabis debido a las leyes norteamericanas sobre sustancias controladas. Por este motivo, son pocas las farmacias dispuestas a almacenar y vender marihuana.
Cuando la oferta no satisface la demanda, los clientes siguen acudiendo al mercado negro ilegal, lo cual supone un problema. El objetivo aparente de la reforma es obligar a los consumidores de marihuana a entrar en el mercado legal, pero parece que Uruguay no lo ha conseguido porque no hay suficiente cantidad disponible en el mercado legal.
Cómo afectó a Canadá la legalización de la marihuana
Canadá es, con diferencia, el país más organizado en lo que respecta a la legalización. Antes de que se produjera cualquier reforma legislativa, se introdujo todo un marco de leyes y normas reguladoras, lo que proporcionó a la industria del cannabis un conjunto de protocolos previos con los que trabajar.
La Ley del Cannabis creada por Canadá fue exhaustiva desde el principio, y tuvieron en cuenta los errores cometidos por otros países. Por ejemplo, los principales objetivos de la Ley del Cannabis son:
- Mantener la marihuana fuera del alcance de los menores.
- Mantener el dinero fuera del alcance de los delincuentes.
- Proteger la salud y la seguridad pública proporcionando a los adultos acceso legal a la marihuana.
Esto contrasta con el modelo estadounidense, que básicamente pretendía sacar a la luz a los productores ilegales. En cambio, el modelo canadiense concede licencias a los productores, les exige que cultiven en condiciones estrictas y los somete a rigurosos protocolos para mantener las normas.
Sin embargo, todo esto todavía no se ha cumplido del todo, incluso un año después de la legalización. El mercado negro sigue existiendo por razones cuestionables: por ejemplo, algunas personas no quieren facilitar su nombre completo y los datos de su tarjeta de crédito en la página web de un dispensario de marihuana. No obstante, hasta el momento, Canadá presenta el mejor y más completo marco legal para reintroducir el cannabis en el mercado.
¿La legalización de la marihuana aumenta el consumo?
En el ámbito científico, existen opiniones contradictorias sobre las tendencias generales del consumo de marihuana tras su liberalización. A medida que nos adentramos en la era de la legalización, también es posible que se manifiesten efectos retardados que no se observan en los países que han legalizado el cannabis recientemente.
Por ejemplo, en algunos estados de EE.UU. no existe ninguna correlación entre la legalización y el aumento del consumo de cannabis en adolescentes. En Canadá, donde el cannabis ha sido legalizado hace poco tiempo, sigue sin haber una relación causal entre legalización y aumento del consumo. Igualmente, en Uruguay, tampoco se ha producido un aumento significativo del consumo entre los adolescentes.
El único grupo de Canadá en el que parece aumentar el uso de la marihuana lo constituyen personas adultas de más de 25 años. Sin embargo, se trata de un fenómeno que sólo se ha observado en el grupo que lo consume ocasionalmente, no a diario.
En un estudio del 2019 realizado en Estados Unidos, los investigadores descubrieron que el uso de marihuana, su uso frecuente y los trastornos asociados a la misma aumentaban en general entre los adultos residentes en los estados donde era legal frente a los que estaba prohibida. Es posible que estemos presenciando consecuencias posteriores a la legalización, donde pueden pasar varios años antes de observar las consecuencias del uso del cannabis.
Es importante advertir que este estudio no analiza si los que consumían opiáceos o alcohol, por ejemplo, se han pasado a la marihuana, lo que aumentaría los porcentajes.
¿Cómo afecta a la economía la legalización de la marihuana?
El crecimiento económico y la creación de empleo fueron algunos de los principales argumentos a favor de la legalización de la marihuana en su conjunto. Conscientes de que hay miles de millones de dólares circulando en el mercado ilegal del cannabis, era de esperar que la legalización trasladara parte de ese dinero a la economía legal. Veamos cómo se comportan los distintos países.
Los Países Bajos y España
Como consecuencia de la absurda legislación holandesa sobre el cannabis, la economía no recibe ni de lejos una cantidad significativa. Como es técnicamente ilegal cultivar marihuana a escala comercial, los coffeeshops lo adquieren de forma clandestina a cultivadores furtivos. En consecuencia, no pagan impuestos por la compra, aunque los propios coffeeshops sí que pagan el impuesto sobre la renta. Esto significa que el gobierno holandés obtiene muy pocas ganancias.
En España, los clubes sociales de cannabis sólo pueden existir en calidad de organizaciones sin ánimo de lucro, en las que el dinero generado por el club se destina directamente a su mantenimiento. El hecho de que a estos clubes se les exija no tener ánimo de lucro habla por sí mismo: no deberían generar ningún beneficio que pueda ser devuelto a la economía en forma de impuestos.
La economía de la marihuana en Estados Unidos
Al igual que en los Estados Unidos, la marihuana sólo está despenalizada a nivel federal (no es legal). Por ello, la economía federal no tiene mucho que ganar. Sin embargo, las economías estatales han florecido gracias a la industria del cannabis.
Desde que se legalizó el cannabis en Colorado en 2014, en el estado se han facturado más de 11.000 millones de dólares en ventas totales. Desde enero de 2018, California ha recaudado 1.200 millones de dólares en impuestos especiales, casi 300 millones de dólares en impuestos sobre el cultivo y más de 800 millones de dólares en impuestos sobre la venta.
En 2020, el estado de Washington recaudó un total de 883 millones de dólares procedentes del sector del cannabis. De esta cantidad, 468 millones de dólares se recaudaron como ingresos fiscales estatales derivados de las ventas directas al por menor. El resto se recaudó a través de los impuestos sobre la propiedad e impuestos especiales, entre otros.
Se prevé que para 2025 los estados de EE.UU. superarán los 43.000 millones de dólares de facturación total por venta de marihuana. En resumen, la legalización está resultando muy beneficiosa para los diferentes estados norteamericanos desde el punto de vista económico, y si el gobierno federal legaliza el cannabis, algunos de estos ingresos podrían distribuirse por todo el país.
La marihuana y la economía canadiense
Entre abril de 2019 y marzo de 2020, la recaudación de impuestos especiales sobre el cannabis en Canadá ascendió a 23,7 millones de dólares (32 millones de dólares canadienses). En realidad, esta cifra apenas representa una pequeña parte del total de los ingresos fiscales canadienses en ese periodo, pero sirve para evidenciar el crecimiento del sector en Canadá. La marihuana sólo es legal en Canadá desde finales de 2018, por lo que el sector es relativamente joven.
Las cifras revelan que el país todavía puede obtener mejores beneficios de la industria del cannabis, y se espera un mayor crecimiento.
¿Cómo ha afectado la legalización a la delincuencia?
Uno de los principales argumentos para defender el movimiento de legalización era la posibilidad de disminuir la delincuencia. En su mayor parte, esa expectativa se ha cumplido.
Un estudio de 2017 descubrió que, tras la legalización, se produjo una reducción de los crímenes violentos en los estados fronterizos con México. También se demostró una disminución de la delincuencia en Colorado y Washington.
Los delitos relacionados con el cannabis siguen existiendo porque el mercado negro aún pervive. No obstante, existe una línea en la investigación que sugiere que la legalización fue enormemente beneficiosa a la hora de reducir los delitos relacionados con la marihuana, así como las detenciones.
La legalización de la marihuana abrió las puertas a la investigación
Podría afirmarse que lo más importante que ha logrado la legalización de la marihuana ha sido abrir la puerta a una investigación apropiada sobre ella. Esta arma de doble filo fue en su día la razón por la que los países dudaban en legalizarla: no existía apenas información sobre la planta. Pero sin la legalización es casi imposible adquirir cannabis para realizar investigaciones clínicas.
La legalización no ha facilitado la investigación. Siguen existiendo las mismas barreras y requisitos. Sin embargo, sí que hizo necesaria la investigación. A medida que la marihuana se hizo ampliamente accesible para muchas personas, resultó imperativo para la medicina comprender las implicaciones del uso de la droga. También ha generado mucho interés su aplicación en determinadas enfermedades como la epilepsia, el cáncer o la enfermedad de Parkinson.
Curiosamente, la legalización de la marihuana abrió la puerta a la participación de la industria farmacéutica. Y lo han hecho. Epidiolex y Sativex de GW Pharmaceuticals fueron los primeros productos de cannabis creados y vendidos por esta industria.
Ni que decir tiene que el interés por entrar en este negocio también obliga a las empresas farmacéuticas a realizar investigaciones para obtener las autorizaciones pertinentes de los organismos implicados. La legalización abrió la puerta a la financiación de la investigación, incentivando así la participación del sector farmacéutico.
Hasta ahora, ningún país ha intentado ofrecer una amnistía
Canadá es uno de los pocos países que ha propuesto un tibio intento de ley de amnistía, aunque se limita a pedir la suspensión gratuita y acelerada de los antecedentes para quienes tengan un historial leve de posesión de marihuana. El proyecto de ley apenas afecta a un pequeño número de personas que todavía residen en Canadá con antecedentes penales por posesión de marihuana.
En Estados Unidos no existe un programa de este tipo, aunque está claro que esto se debe a que, a nivel federal, los cambios no han hecho más que empezar.
El mundo carece de un sistema eficaz para restaurar lo que se destruyó durante la era de la prohibición. En los países donde la marihuana es legal todavía existen millones de personas que conservan sus antecedentes penales relacionados con esta sustancia y, a la luz de la legalización, la amnistía ocupa un lugar destacado en la agenda.
La falta de una amnistía es, sin duda, el punto débil más importante de las reformas con respecto a la marihuana que se llevan a cabo en cualquier parte del mundo. Al mismo tiempo, plantea la tarea logística más difícil de la reforma: Cribar millones de antecedentes penales y decidir cuáles son apropiados para recibir una amnistía es una tarea descomunal de la que la mayoría de los gobiernos han decidido olvidarse a propósito.
En general, la legalización de la marihuana ha tenido un enorme impacto en el mundo en muchos sentidos. No sólo ha aumentado la accesibilidad al cannabis medicinal para quienes pueden beneficiarse, sino que también ha eliminado la necesidad de adquirirlo de forma peligrosa e ilegal.
Países y estados han disfrutado del impulso económico proporcionado por la industria del cannabis, mientras que los ciudadanos han respirado aliviados. ¿Alguien lo ha hecho perfectamente? No del todo. Pero a medida que el viaje hacia la legalización continúa, es imperativo seguir refinando y perfeccionando la ley. De esta forma se podrá proteger a los jóvenes, mantener un alto nivel de calidad en los cultivos y proporcionar apoyo a la investigación. Es la única manera de integrar la marihuana en la sociedad en la era poslegalización.
¿Cuál es tu opinión sobre la situación del mundo después de la legalización? ¿Quién crees que tiene el mejor modelo? Haznos saber tu opinión en los comentarios.
- Disclaimer:Aunque se ha hecho todo lo posible para garantizar la exactitud de este artículo, no está destinado a proporcionar consejo legal, ya que las situaciones individuales serán diferentes y deben consultarse con un experto y/o abogado.