Lockdown Kush Feminizada

Lockdown Kush Feminizada

Documentamos el ciclo de cultivo de la Lockdown Kush Feminizada desde la siembra hasta la cosecha final. Esta variedad (60% sativa, 40% índica), de cogollos densos y vigorizante perfil de terpenos, posee una impresionante ascendencia que incluye una San Fernando Valley OG y una Afghani #1, combinando los mejores atributos de todos sus progenitores.

Etapa de floración: 68 días

Periodo total, de la semilla a la cosecha: 99 días

Rendimiento final: 87 gramos

Contenido en THC: 19,2%

Germinación y plántula

Lo primero que hicimos fue preparar la germinación. Para ello, rasgamos con cuidado los bordes dentados de la parte posterior del paquete de semillas y sacamos una semilla de Lockdown Kush Feminizada. A continuación, colocamos dos platos de cerámica sobre una mesa y pusimos un papel de cocina húmedo (pero no empapado) sobre cada uno de los platos. Depositamos la semilla en el centro de una de las toallitas de papel y colocamos encima el otro plato boca abajo, de tal forma que la semilla quedó encerrada entre las toallitas de papel y los dos platos. Después, guardamos el conjunto en un lugar cálido y oscuro.

Mantuvimos una humedad relativa del 68% y fijamos la temperatura a 24°C. El horario de iluminación comprendía 18 horas de luz y 6 horas de oscuridad, y controlamos nuestra plántula para asegurarnos de que las toallitas de papel conservaban la humedad y no se secaban. Al cabo de 72 horas emergió la raíz pivotante inicial, lo que indicaba que había llegado el momento de transferir la plántula al primer recipiente de 1 litro relleno de BAC Lava Mix enriquecida con nutrientes.

Tras sujetar delicadamente la semilla con unas pinzas, la plantamos en la tierra a unos 5 cm de profundidad, asegurándonos de que la raíz primaria apuntaba hacia abajo, y luego la cubrimos con una fina capa de tierra. A continuación, colocamos una lámpara HPS Green Power Philips de 600 W a 80 cm por encima del tiesto. Empleamos una iluminación moderada, ya que una luz de más potencia podría resultar demasiado intensa para la plántula. El cotiledón se abrió paso vigorosamente a través de la tierra y se hizo visible al cabo de tan sólo 24 horas.

Al tercer día, administramos alrededor del tallo 100 ml de agua con una conductividad eléctrica (CE) de 0,8 y un pH de 6,2, enriquecida con una hormona de enraizamiento para estimular el desarrollo radicular. Fijamos un ciclo de luz de 18 horas de iluminación y 6 horas de oscuridad para favorecer el crecimiento vegetativo. La temperatura diurna se mantuvo en 24°C, mientras que por la noche se redujo a 21°C. También disminuimos los niveles de humedad relativa al 65%, y al final de la semana, nuestra plántula había crecido hasta alcanzar los 7 cm.

Etapa vegetativa

Al principio de la segunda semana, tomamos la decisión de trasplantar la planta a su recipiente definitivo de 5 litros. Esta maceta de mayor tamaño permitiría que las raíces se expandieran y crecieran sin necesidad de un nuevo trasplante, algo que podría afectar a la planta negativamente. Soltamos con cuidado la tierra de la maceta original y trasladamos la planta al tiesto nuevo, asegurándonos de que las raíces sufrieran el menor daño posible, antes de rellenarlo con tierra.

Tras el trasplante, colocamos la plántula en nuestra zona de cultivo interior, a una distancia de 3 metros de las lámparas HPS Philips Green Power de 1000 W, con el fin de garantizar una cobertura lumínica óptima. A lo largo de la semana, observamos un aumento significativo de la altura, que en ese momento se situaba en 19 cm. Duplicamos la cantidad de agua suministrada, llegando a los 200 ml, redujimos los niveles de pH a 6 e incrementamos la CE a 1,8.

Como consecuencia del desarrollo de la planta, los niveles de humedad aumentaron hasta el 68%. Como parte de nuestro plan de gestión integrada de plagas (GIP), colocamos estratégicamente pequeñas bolsitas porosas con ácaros Neoseiulus californicus y Amblyseius swirskii en las ramas laterales inferiores. Estos ácaros depredadores son muy útiles a la hora de controlar diversas plagas, como los trips, los mosquitos de los hongos y las infestaciones de araña roja de dos manchas.  

Nuestra Lockdown Kush Feminizada creció 10 cm en la tercera semana, alcanzando una altura de 31 cm. Posteriormente, aumentamos el volumen de riego a 400 ml, concentrándolo en la base del tallo. Las ramas inferiores empezaron a extenderse desde el tallo principal para recibir la luz directa procedente de las lámparas. Los nuevos brotes experimentaron un evidente cambio de color, y las hojas pasaron de un verde pálido a un verde oscuro intenso, lo que indica la presencia de altos niveles de nitrógeno en el suelo.

En la cuarta semana evaluamos minuciosamente las ramas inferiores y el follaje para identificar aquellas zonas que no recibían suficiente luz. Tras delimitarlas, las eliminamos cuidadosamente con tijeras de podar esterilizadas, en un proceso conocido como lollipopping. Esta técnica ayuda a redirigir la energía de la planta hacia el dosel superior, donde se registra el mayor crecimiento y producción de flores. Además, también mejora la penetración del aire y la luz.

La Lockdown Kush Feminizada había alcanzado una impresionante altura de 43 cm, acompañada de unas hojas anchas de siete dedos. La planta mostraba un estrecho espaciado internodal y exhibía un robusto tallo central, lo que era indicativo de una eficaz absorción de nutrientes. Para favorecer su crecimiento de cara a la etapa de floración, aumentamos el volumen de agua a 800 ml y ajustamos las proporciones de fertilizante y ácido nítrico para garantizar que recibiera los nutrientes óptimos necesarios para la etapa de floración.

Etapa de floración

Al inicio de la quinta semana nos alegró observar la respuesta positiva de la planta al lollipopping. Había crecido hasta una altura de 57 cm, y era evidente que dirigía más energía a las ramas superiores. El tallo principal y las ramas empezaban a engrosarse, así que clavamos un tutor de jardinería de plástico en la tierra y lo sujetamos al tallo apical. Preveíamos un estiramiento durante la floración, y nos pareció que este era el momento ideal para la transición a esta etapa.

Para imitar la reducción del horario diurno en la transición del verano al otoño y favorecer la floración, modificamos el ciclo de luz de 18 horas de iluminación y 6 horas de oscuridad a un régimen 12/12. Durante la etapa de floración, las plantas necesitan mayores niveles de fósforo (P) y potasio (K) para un desarrollo óptimo de los cogollos, por lo que dejamos de suministrar Bio Grow y pasamos a Bio Bloom, al tiempo que aumentábamos el volumen de riego a 1.000 ml.

Al entrar en la sexta semana, la planta ascendió hasta alcanzar los 73 cm de estatura, entrando así en la fase de estiramiento. Como era de esperar, el espaciado internodal aumentó durante este periodo, y nuestra Lockdown Kush experimentó un estirón de 15 cm. ¡El crecimiento semanal más espectacular que hemos visto hasta la fecha! Hacia el final de la semana, observamos el desarrollo de preflores en los nudos superiores. Estos diminutos estigmas blancos surgen en el punto en el que las hojas en abanico sobresalen del tallo principal.

La aparición de preflores auguraba un futuro prometedor para nuestra Lockdown Kush. Como ya hacía cuatro semanas que habíamos liberado los insectos beneficiosos en el entorno de cultivo, añadimos de forma proactiva más sobres de ácaros depredadores en la parte inferior del dosel, de acuerdo con nuestra estrategia de gestión integrada de plagas. Durante la semana, también ajustamos la rutina de riego y aumentamos el volumen a 1.500 ml, manteniendo los niveles de CE en 1,8.

Como estamos alimentando agresivamente a nuestra Lockdown Kush, purgamos el medio de cultivo con agua corriente a un pH de 6 y una CE de 0,8 varias veces a lo largo de la séptima semana. Este proceso ayuda a eliminar cualquier residuo de nutrientes acumulado y constituye una práctica habitual para mantener limpia la tierra. Tras el lavado, retiramos la escorrentía acumulada para evitar que el medio reabsorbiera los residuos. Tras las mediciones al final de la semana, pudimos constatar que la planta había alcanzado la increíble altura de 81 cm.

En la octava semana, el tallo principal apical y las ramas aumentaron considerablemente de grosor con el fin de proporcionar un soporte robusto para el peso creciente de las flores en desarrollo. En este momento, la planta medía 95 cm de estatura y las hojas en abanico eran de un color verde intenso. Vigilamos de cerca cualquier cambio que indicara un amarilleamiento o curvatura de las mismas. Es importante prestar atención a estas observaciones durante todo el ciclo vital de la planta, ya que cualquier posible carencia de nutrientes puede afectar tanto al rendimiento como a la calidad final.

Ya habían transcurrido varias semanas desde que observamos la aparición de los primeros estigmas, los cuales fueron creciendo hasta convertirse en las sobresalientes estructuras en forma de dedo que cubrían las puntas de todos los tallos. La producción de tricomas aumentó espectacularmente, creando un manto de diminutos cristales en las flores y las hojas circundantes. A medida que los cogollos se iban formando, las ramas empezaban a inclinarse ligeramente bajo el peso del floreciente crecimiento. ¡Tenía pinta de ser una cosecha prometedora!

En la novena semana, nuestra Lockdown Kush sólo creció 3 cm en vertical. Esta desaceleración del desarrollo ascendente indicaba que la planta había desviado su energía y recursos hacia la producción de flores. Tras una inspección minuciosa, contemplamos el hermoso tono verde claro de las hojas cerca de las colas superiores, y observamos su forma de abanico afilado y puntiagudo. Los cogollos mostraban delicados pistilos de color naranja claro que emergían entre una densa capa de glándulas de resina blanca.

La planta no creció más en la décima semana, pero los cogollos se hicieron considerablemente más anchos, y nuestra Lockdown Kush exhibió unos cálices densos y bulbosos con prominentes estigmas blancos. A medida que iba creciendo, la conexión entre la hoja y el tallo se debilitaba, y algunas de las hojas superiores en abanico se volvieron amarillas. Las hojas cambian de color gradualmente y se pueden separar del tallo tirando suavemente de ellas con los dedos pulgar e índice.

Si bien inspeccionamos nuestras plantas a diario en busca de plagas, como parte de nuestra gestión integrada de plagas, añadimos por si acaso unos sobres extra de Neoseiulus californicus y Amblyseius swirskii al dosel superior e inferior. Nuestra Lockdown Kush Feminizada crecía vigorosamente y se estaba volviendo muy tupida, con muchas ramas laterales que se extendían hacia fuera. Así pues, insertamos cinco tutores de plástico en la maceta, los cuales usamos para sujetar las ramas caídas con abrazaderas de plástico, a fin de sostener el considerable desarrollo de los cogollos.

En la undécima semana, los estigmas blancos se habían desarrollado completamente, dando lugar a pistilos anaranjados. La planta creció 1 cm más, alcanzando los 99 cm de altura, y no se hicieron cambios en las condiciones ambientales. Además, enjuagamos el medio de cultivo para asegurarnos de que la zona radicular quedaba libre de residuos. A lo largo de los siete días posteriores, el aroma dentro del cuarto de cultivo fue ganando en intensidad, percibiéndose un sutil aroma floral. Rebajamos la humedad de la sala al 56% para adaptarla a los cogollos más grandes.

A lo largo de la duodécima semana, los pistilos adquirieron un intenso y llamativo color naranja, y el aroma era cada vez más potente, desprendiendo una sutil fragancia skunk con toques florales frescos. Nuestra Lockdown Kush había alcanzado una altura de 100 cm y los cogollos eran cada vez más pesados, por lo que añadimos seis tutores de plástico para soportar el peso y garantizar la buena salud de la planta. También aumentamos el volumen de riego a 1500 ml para incentivar el desarrollo de los cogollos.

Al llegar a la decimotercera semana, aproximadamente el 50% de las cabezas de los tricomas había adquirido un color blanco lechoso, lo que es un buen indicio de que la cosecha está cerca, pero aún no habíamos alcanzado el punto álgido. En este momento decidimos dejar de aportar nutrientes extra a nuestra Lockdown Kush y enjuagamos el medio con agua pura a un pH de 7 para asegurarnos una transición suave. Los densos cogollos desprendían ahora un aroma potente y penetrante, prometiendo un rico perfil de terpenos y contenido en cannabinoides.

En la decimocuarta semana inspeccionamos de cerca los tricomas con una lupa de joyero y observamos que habían sufrido una transformación fascinante. Alrededor del 70% de los tricomas habían adquirido un cautivador color blanco lechoso y brillante. El 30% restante había evolucionado hacia un hipnótico tono ámbar, creando un contraste visualmente llamativo y hermoso. Era el momento óptimo para la cosecha si queríamos conseguir el equilibrio deseado entre THC y CBD.

Algunas ramas laterales sin soporte se doblaban bajo el peso de los densos cogollos resinosos, adornados con pistilos de un naranja intenso. Las puntas de las hojas empezaron a amarillear, lo que indicaba que se aproximaba la madurez de la planta. Los cogollos desprendían un aroma delicioso y, al examinarlos de cerca, observamos que estaban cubiertos de tricomas brillantes. El contraste entre las hojas verde oscuro y los cogollos verde lima luminoso era realmente cautivador. ¡Ya tocaba prepararse para la cosecha!

Cosecha

Para cosechar nuestra Lockdown Kush Feminizada, cortamos la planta con mucho cuidado a 5 cm por encima de la base del tallo principal utilizando unas tijeras de podar. A continuación, la colgamos boca abajo durante 19 días en la sala de secado prevista para ello, donde mantuvimos una humedad relativa controlada del 60% y una temperatura constante de 15,5°C. Es de vital importancia garantizar una circulación de aire adecuada en la sala de secado, sin que la corriente incida directamente sobre las plantas, para evitar un secado prematuro y una disminución de los terpenos.

Tras ponernos los guantes de jardinería y esterilizar las tijeras de podar, retiramos con cuidado cada una de las ramas de nuestra Lockdown Kush y quitamos las flores, manipulándolas con cuidado para conservar los tricomas. Recortamos a mano los cogollos para eliminar el exceso de hojas y, una vez recortados, los colocamos en tarros de cristal herméticos para llevar a cabo el curado. Durante las dos semanas iniciales de curación, abrimos cada uno de los tarros durante dos horas cada pocos días para permitir que saliera el exceso de humedad.

El curado ayuda a evitar la formación de moho en los cogollos y libera la clorofila no deseada, mejorando al mismo tiempo el perfil de terpenos. A lo largo de los tres meses posteriores fuimos reduciendo la frecuencia de apertura de los tarros hasta una sola vez al día. Tras el curado, pesamos nuestra cosecha y fuimos recompensados con un rendimiento de 87 gramos. Estos cogollos no sólo son deliciosos y fragantes, sino también exquisitamente pegajosos. Enviamos al laboratorio una muestra para que analizaran los cannabinoides, ¡y el resultado fue un nivel de THC del 19,2%!

Perfil de terpenos

El aroma fue discreto durante las últimas semanas de floración, apreciándose unas sutiles notas cítricas. Sin embargo, tras el curado, la Lockdown Kush desarrolló un exquisito perfil de terpenos con una marcada presencia de limoneno, el cual aporta un aroma cítrico y un toque de pineno. Tras liar un porro y compartirlo con los amigos, notamos matices dulces, gracias al terpeno cariofileno, seguidos de toques terrosos procedentes del mirceno y el humuleno.

Tras semanas de expectación, por fin experimentamos los extraordinarios efectos de la Lockdown Kush Feminizada. En cuanto tocó nuestros labios nos invadió una euforia vigorizante que aumentó nuestra concentración y creatividad. A medida que la euforia inicial disminuía gradualmente, los rasgos índica se hicieron evidentes al pasar a un colocón profundamente reconfortante y corporal que calmó nuestros músculos y nos proporcionó una maravillosa sensación reparadora.

El resultado

La Lockdown Kush Feminizada es una planta resistente, compacta y de bajo mantenimiento, por lo que es una elección excelente para cultivadores de todos los niveles. A pesar de ser una variedad de predominio sativa, muestra una notable influencia índica del 40% en su morfología. Produce flores densas, cubiertas de tricomas, que forman múltiples colas con un espeso dosel. Si quieres aumentar el rendimiento, esta variedad responde bien a varias técnicas de entrenamiento, como SCROG, supercropping y lollipopping.

¡Si has cultivado una Lockdown Kush o tienes alguna pregunta, puedes compartirla en los comentarios!

  • Disclaimer:
    Las leyes y regulaciones relativas al cultivo de cannabis difieren de un país a otro. Por lo tanto, Sensi Seeds recomienda encarecidamente que se revisen las leyes y regulaciones locales. No se debe actuar en contra de la ley.

Comments

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Autor

  • Profile-image

    Sensi Seeds

    El equipo editorial de Sensi Seeds incluye botánicos, expertos médicos y legales, además de activistas de renombre como el Dr. Lester Grinspoon, Micha Knodt, Robert Connell Clarke, Maurice Veldman, Sebastian Marincolo, James Burton y Seshata.
    Más sobre este autor
Ir arriba