¡Es Hora de Pensar Globalmente y Cultivar Localmente!

Una persona que sostiene una tierra animada y una plántula de cannabis que crece desde la tierra

En un mundo donde el clima cambia rápido y los recursos se agotan, nunca ha sido tan necesario replantearnos nuestras estrategias a largo plazo, y desarrollar industrias a nivel local y sostenibles. El cannabis y el cáñamo están al frente de las nuevas industrias verdes, pero quedan mucho cambios que realizar si queremos restablecer el equilibrio.

Una persona que sostiene una tierra animada y una plántula de cannabis que crece desde la tierra

Actualmente vivimos el comienzo de la época del Antropoceno, una consecuencia directa de la actividad humana desde los albores de la revolución industrial. Nuestros métodos modernos de gestionar la agricultura, el comercio y la industria están llevando nuestro planeta al límite, y, potencialmente, podrían incluso conducirnos hacia un futuro en el que la Tierra ya no pueda sustentar la vida.

Como sector emergente que ha sido alabado por su potencial medioambiental, y como uno que también tiene la capacidad de llegar a ser tan amplio, y de influir positivamente en muchos aspectos de la vida cotidiana, resulta absolutamente indispensable que el sector del cannabis mantenga los más altos estándares. El cannabis forma parte de un cambio de paradigma socioeconómico espectacular, y si lo hacemos bien, podemos cambiar el mundo de manera efectiva.

Entonces, ¿qué debemos hacer? La solución es bastante simple – tenemos que mantener la industria variada, a pequeña escala, no invasiva, y de ámbito local.

Mantener la Industria del Cannabis «Local»

Primer plano del Corncob y un campo en el fondo
El monocultivo a gran escala está devastando el medio ambiente (© USDAgov)

«Local» significa establecer redes integrales que permitan a los proveedores locales atender las necesidades de la población local. En general, los cultivos debería consumirlos el mercado interno en la zona de producción, en lugar de transportarlos por todo el mundo utilizando el muy contaminante transporte de mercancías marítimo o aéreo.

Sin embargo, el cannabis es intrínsecamente problemático, ya que no puede producir grandes cantidades de THC en las latitudes más altas. La producción de cannabinoides, en general, requiere días más largos e intensamente iluminados por el sol, y fuera de la zona del paralelo 44 hacia el norte o el sur, la potencia del cannabis cultivado en exterior baja considerablemente. Por lo tanto, la producción de cannabis de gran potencia en las latitudes más altas depende en gran medida del uso de instalaciones de interior o de invernaderos.

Una solución consiste en cultivar cáñamo en las regiones más frías y cannabis de alta potencia en las regiones más soleadas, y trabajar en la rápida mejora de los modelos de transporte para que sean lo más eficaces y tangan el menor impacto posible. El comercio internacional regulado podría aportar una redistribución, muy necesaria, del capital a los países en desarrollo ricos en recursos naturales de cannabis, si se realiza dentro de unos límites medioambientalmente seguros y sostenibles. Muchos de los países que a día de hoy abastecen el mercado mundial de cannabis ilegal podrían convertirse en proveedores de cultivos lícitos y legítimos.

No obstante, allí donde se pueden establecer marcos locales, éstos deben tener prioridad, a menos que se pueda demostrar que importar cannabis del extranjero tendría menor impacto ambiental. Por lo tanto, el cultivo en invernaderos, con luz suplementaria limitada, puede ser la mejor solución en lugares más fríos, sobre todo si las luces complementarios son LED, si los proveedores de energía proporcionan servicios energéticos «verdes», y así sucesivamente.

Mantener la Industria del Cannabis a «Pequeña» Escala

Una mariposa de color rojo y negro en el seterow
Los setos atraen a las mariposas y abejas, y mejoran la biodiversidad (© MICOLO J)

Incluso los campos más grandes de cannabis y cáñamo legales resultan diminutos comparados con las gigantescas extensiones de tierras destinadas a cultivos como el maíz, el trigo y el algodón. Pero a medida que se desarrolla la industria legal, hoy algunos estados de los Estados Unidos permiten a los cultivadores de cannabis cultivar a lo grande – muy grande, en comparación con el tamaño típico de un cultivo ilegal.

Varios grandes productores de Colorado, como Livwell y River Rock, tienen cultivos que superan los 25.000 pies cuadrados (2323m²). Si se cultiva en interior, la huella energética debida a cultivar esta cantidad de cannabis puede llegar a ser extremadamente alta, incluso si se utilizan sistemas de iluminación LED y de eficiencia energética.

Incluso cuando se cultiva en exterior, hay infinidad de argumentos que sugieren que cuanto más pequeño, mejor. La agricultura a gran escala puede causar estragos en el ecosistema local, incluso si el uso de productos químicos es bajo o inexistente. Eliminar la vegetación silvestre puede perturbar el equilibrio entre los cultivos, insectos, aves y otros miembros de la red trófica o alimentaria. Dejar al descubierto la capa superior del suelo después de la cosecha expone la tierra a la erosión. El uso de productos químicos puede devastar los cauces de agua locales y envenenar a los organismos beneficiosos.

Básicamente, «pequeña» significa que no hay monocultivos del tamaño de campos de fútbol. Existe una correlación directa entre el tamaño del campo y la biodiversidad – y si los agricultores separan en fragmentos más pequeños los campos y plantan setos vivos alrededor de los perímetros, pueden mejorar de forma espectacular la biodiversidad local, las poblaciones de abejas y mariposas, y la salud general del ecosistema. Si se eligen bien los setos, se puede disfrutar de más beneficios – para ello, busca especies que repelan las plagas como neem, o incluso cultiva árboles frutales y saca partido de uno o dos cultivos alimenticios extra.

Mantener la Industria del Cannabis «Variada»

Plantas de cannabis y sorgo que crecen al aire libre
El cannabis crece felizmente junto a otros cultivos como este sorgo (© Seshata)

En lo que respecta a la agricultura, la «variedad» y el tamaño «pequeño» van de la mano, y el monocultivo es el enemigo jurado de los dos. El cannabis y todos los demás cultivos deben cultivarse de manera que maximicen la biodiversidad de las plantas, los insectos beneficiosos y la microbiota. Los sistemas de cultivos múltiples, orgánicos y a pequeña escala son la única forma real de garantizar la sostenibilidad a largo plazo y la buena salud del medio ambiente.

Los agricultores deben considerar seriamente la reducción del tamaño del campo y la introducción de setos, plantas de compañía, y técnicas de asociación de cultivos. A nivel mundial, los agricultores de cannabis de China, Ghana, Jamaica, Sierra Leona y muchos otros países han utilizado la asociación de cultivos con el cannabis desde hace años, tanto como una forma de ocultar sus cultivos como para diversificar sus cosechas.

El cannabis puede crecer junto con muchas plantas, pero hay varias que ofrecen ventajas especiales – echa un vistazo a nuestra guía completa sobre la asociación de cultivos para el cannabis si quieres saber más y tener más información sobre la asociación de cultivos, no te pierdas el post informativo de Project CBD Marijuana Not Monoculture.

No podemos cometer el error de dar prioridad al cannabis sobre todas las demás plantas sólo porque el ser humano puede sacarle muchísimo partido. Seguir esta lógica con nuestros cultivos alimentarios ha supuesto una destrucción masiva, y sin precedentes, de la biodiversidad y del medio ambiente natural. Tenemos que darnos cuenta de que nuestros intereses no van en contra de los intereses del medio ambiente – si el medio ambiente sufre, nosotros también sufrimos. Si el medio ambiente ya no puede sustentar la vida, ya no puede sustentarnos.

Mantener la Industria del Cannabis «No Invasiva»

Un campo de cáñamo
Incluso los campos de cáñamo más grandes suelen tener un tamaño inferior a una hectárea (© Seshata)

«No invasiva» significa que no se produce la destrucción de las áreas naturales y silvestres existentes. Significa no utilizar grandes cantidades de productos químicos para rociar los cultivos si hay riesgo de que pueda afectar a la fauna circundante. Significa utilizar métodos orgánicos (o incluso veganos) cuando sea posible, y garantizar que los tratamientos se mantienen al mínimo incluso cuando son orgánicos. Significa que hay que convertir los tés de micorrizas, bacterias beneficiosas y de compost en la base del programa de alimentación. Significa trabajar por un futuro de impacto cero, cero residuos.

Significa prestar atención al uso del agua, y cultivar variedades adaptadas a condiciones de aridez donde sea necesario en lugar de depender del riego. Si intentas cultivar plantas en el desierto, hay que aceptar que existen limitaciones. Añadir al problema el uso inadecuado del agua acelera la desertificación de California, como un simple ejemplo, y la desertificación en curso en California ya ha puesto en riesgo incontables vidas y sus medios de subsistencia.

Todo esto significa que no podemos justificar el funcionamiento de enormes instalaciones de interior a menos que funcionen únicamente con energía renovable. En Europa, las empresas que quieren cambiar a suministradores de energía limpia pueden empezar por echar un vistazo al expediente de la UE sobre proveedores de energía verde. En los EE.UU., las empresas pueden consultar este Mapa de Estrategia Corporativa para encontrar proveedores de electricidad verde en su estado.

Uso de Productos Químicos en la Industria del Cannabis

El uso intensivo de químicos en la industria legal es relativamente insignificante en comparación con otras formas de agricultura. El cáñamo es bien conocido por ser una planta vigorosa y resistente que requiere poco uso de herbicidas y pesticidas. El cáñamo no es en absoluto una planta milagrosa – requiere una absorción de nitrógeno relativamente alta (y con frecuencia, nitrógeno complementario) para producir rendimientos satisfactorios, y lo ideal sería que se cultivase en rotación o intercalado (asociación de cultivos) con plantas fijadoras de nitrógeno.

Además, necesita más energía para procesarlo en fibra que el algodón, el principal cultivo de fibra del mundo actualmente, pero por el contrario requiere mucho menos agua – y a medida que mejoran las técnicas de procesamiento, las necesidades energéticas totales deberían seguir disminuyendo.

En general, la mayoría del cáñamo producido en la actualidad causa un mínimo impacto en términos ambientales. Por otra parte, el estatus del cáñamo como cultivo que puede influir positivamente en diversas industrias actualmente insostenibles (aceites, plásticos, textiles, biocombustibles, etc.) sin duda parece ser merecido. Se han puesto en marcha proyectos de fitorremediación de cáñamo con éxito en Italia y Ucrania, y las industrias de los plásticos, productos para el cuidado de la piel y productos alimenticios de cáñamo crecen año tras año.

El cannabis medicinal y recreativo, generalmente, se cultiva con el mínimo uso de productos químicos, porque una elevada cantidad de residuos químicos podría presentar varios riesgos potenciales para el paciente y para la salud de los consumidores. De hecho, las normativas sobre pesticidas de Colorado son rigurosas, y han dado lugar a numerosos retiros de productos sospechosos de superar los límites.

La industria ilegal está muy denostada por su pobre trayectoria con el medio ambiente, y este reproche está justificado. Sin embargo, el impacto ambiental comparativamente menor de la industria legal demuestra una vez más que la mayoría de los aspectos «negativos» relacionados con el mercado negro del cannabis se derivan de su ilegalidad, no de sus llamados peligros inherentes. A medida que sigamos legalizando y regulando, estos temas deben ser cada vez más fáciles de resolver.

Los Invernaderos No Resuelven Todo el Problema

¡Es Hora de Pensar Globalmente y Cultivar Localmente! - Sensi Seeds Blog
En Andalucía, España, el paisaje se ve cubierto por enormes invernaderos que contribuyen al deterioro del medio ambiente (© Jose Gonzalvo)

El cultivo en invernadero suele mencionarse como una forma ideal de cultivar cannabis en abundancia con una huella ambiental relativamente pequeña, y se está popularizando a medida que aumenta la legalidad. Sin embargo, la agricultura en invernadero a gran escala también acarrea una serie de problemas inherentes.

En Francia, un estudio realizado en 2011 demostró que en el caso de los tomates, la producción en invernadero durante todo el año tuvo un impacto 4,5 veces mayor que la producción de temporada bajo túneles de plástico. En Andalucía, España, el paisaje lo domina un amplio complejo de invernaderos que ocupan 49.000 hectáreas, que contribuye enormemente al vertido en los mares y océanos de plásticos, y a crear una demanda insostenible de recursos hídricos.

Tenemos que trabajar para reducir el uso indebido de lo que queda de nuestra tierra en estado natural, en lugar de contribuir. Por lo tanto, si cultivas en invernadero, que sea pequeño, y en la medida de lo posible, que sea de temporada. Y si se trata de elegir entre los dos, de temporada es quizás más importante que pequeño. Una cosecha estacional enorme al año podría ser una opción mucho mejor que siete u ocho cultivos pequeños, pero de gran consumo energético durante todo el año.

El Cannabis al Frente de los Esfuerzos Medioambientales Globales

Las industrias del cáñamo y del cannabis ni siquiera se comparan con el desconocimiento monumental del medio ambiente mostrado por parte de los agricultores de cultivos como el trigo, el maíz, la soja y el algodón. En el Reino Unido, el tamaño medio de una granja de cultivo es de 81 hectáreas; en los EE.UU., es de 176 hectáreas. Compara esto con los cultivos de cannabis «masivos» que hemos mencionado anteriormente, y vemos la diferencia – ¡25.000 pies cuadrados equivalen a tan sólo 0,57 acres (0,23 hectáreas)!

Además, en 2015, dentro de la totalidad de la UE se cultivaban poco más de 25.000 hectáreas de cáñamo en comparación con los 104 millones de hectáreas de tierra agrícola total. Canadá cuenta con 84.000 hectáreas de un total de 68 millones de hectáreas, y los EE.UU. no cultiva cáñamo en prácticamente ninguno de sus aproximadamente ¡160 millones de hectáreas!

Pero las cosas están cambiando rápidamente en los EE.UU. ya que los agricultores se aprovechan de la reciente relajación de las leyes y empiezan a cultivar un cultivo que no ha sido legal en el país desde la Segunda Guerra Mundial, y en la UE, la industria del cáñamo se está desarrollando bien y expandiendo año tras año. En vista de los beneficios medioambientales demostrables del cáñamo sobre la mayoría de otros cultivos, tenemos que empezar seriamente a sacar provecho de las diferentes formas en que puede sustituir a otros cultivos, y parece que el mundo empieza a tomar conciencia de este hecho.

En muchos sentidos, el sector del cannabis ya es un gran ejemplo para la agricultura mundial, pero tenemos que hacer que nuestros métodos se acerquen lo más posible a ser perfectos, lo más rápidamente posible, si queremos tener alguna posibilidad de mitigar las embestidas del cambio climático a las que nos enfrentamos hoy.

Se impone la necesidad de sustituir los mayores contaminantes (las enormes granjas industriales que atiborran sus cosechas y ganado de pesticidas y antibióticos), pero tenemos que asegurarnos de que aquello con lo que lo reemplazamos sea absolutamente limpio. En la industria del cannabis, estamos perfectamente preparados para garantizarlo, siempre y cuando hagamos algunos ajustes aquí y allá y siempre que sigamos las reglas para las mejores prácticas.

Para muchos, esto es predicar en el desierto – pero estamos en tiempos de transición rápida y fundamental, y a medida que la industria se convierte en legal, la estamos abriendo a todo tipo de intereses comerciales, potencialmente sin escrúpulos. Además, como tenemos más poder para conseguir nuestras metas, tenemos que ser cada vez más conscientes del hecho de que a medida que crece este poder, junto con el tamaño y el número de cultivos legales, nuestra capacidad de causar la destrucción del medio ambiente aumenta exponencialmente.

  • Disclaimer:
    Las leyes y regulaciones relativas al cultivo de cannabis difieren de un país a otro. Por lo tanto, Sensi Seeds recomienda encarecidamente que se revisen las leyes y regulaciones locales. No se debe actuar en contra de la ley.

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    Sensi Seeds

    El equipo editorial de Sensi Seeds incluye botánicos, expertos médicos y legales, además de activistas de renombre como el Dr. Lester Grinspoon, Micha Knodt, Robert Connell Clarke, Maurice Veldman, Sebastian Marincolo, James Burton y Seshata.
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