Echa un vistazo a nuestro detallado informe de cultivo sobre la Girl Scout Cookies Feminizada. Esta extraordinaria variedad posee un linaje que incluye una Durban cruzada con una Hindu Kush y una OG Kush. Floreció en 65 días, alcanzó un tamaño medio y produjo un rendimiento abundante. Los cogollos nos ofrecieron una relajación calmante y euforia vigorizante.
Etapa de floración: 65 días
Periodo total, de la semilla a la cosecha: 92 días
Rendimiento final: 86 gramos
Contenido en THC: 19,2%
La Girl Scout Cookies Feminizada es una variedad híbrida equilibrada compuesta por un 50% índica y un 50% sativa. Presenta un alto contenido en resina y un dulce perfil de terpenos. Las plantas progenitoras de la Girl Scout Cookies son conocidas por su bajo mantenimiento y su capacidad para generar un gran rendimiento. Es una elección excelente tanto para principiantes como para cultivadores experimentados que saben aprovechar al máximo su impresionante potencial. ¡Nos llenó de entusiasmo poder germinar esta variedad e incorporarla a nuestro jardín de interior!
Germinación y plántula
Para iniciar el proceso de germinación, colocamos una toallita de cocina húmeda en cada uno de los dos platos de cerámica. A continuación, colocamos la semilla de Girl Scout Cookies en el centro de uno de los platos y juntamos ambos, encerrando la semilla entre las servilletas húmedas. Guardamos los platos en un lugar oscuro y, transcurridas 24 horas, comprobamos si las toallitas de cocina estaban aún húmedas, rociándolas ligeramente de nuevo con agua. La semilla germinó al cabo de 96 horas y pudimos ver cómo emergía la raíz principal.
Como la raíz pivotante es extremadamente delicada durante la germinación, utilizamos unas pinzas para agarrar con cuidado la semilla y guiarla suavemente hasta su nuevo hogar. Preparamos un recipiente de 1 litro con BAC Lava Mix, abriendo un agujero de unos 2 cm de ancho donde depositamos cuidadosamente la semilla. Tras introducir la raíz pivotante de la semilla en el nuevo medio, la cubrimos ligeramente con tierra, asegurándonos de que quedaba totalmente tapada, y esperamos pacientemente a que el cotiledón se abriera paso a través de la capa superior de tierra.
Durante la primera semana de crecimiento vegetativo, colocamos una lámpara HPS Philips de 600 W a 80 cm por encima de la planta, imitando la luz solar natural y proporcionando las condiciones ideales para su desarrollo. Al cabo de tres días, una vez que la plántula se había aclimatado a su nuevo entorno, vertimos cuidadosamente 100 ml de agua alrededor del tallo. Este método tiene como finalidad proporcionar la hidratación esencial necesaria para las primeras fases de crecimiento, evitando al mismo tiempo el riego excesivo, que es perjudicial para las plantas jóvenes.
Como nuestra Girl Scout Cookies no era más que una plántula diminuta, mantuvimos una temperatura constante de 24°C y una humedad relativa del 65%, creando así el entorno perfecto para su crecimiento. Aplicamos un programa de iluminación estándar, el cual consistía en 18 horas de luz y 6 horas de oscuridad. Seguimos regando con un pH de 6 y añadimos un estimulante del enraizamiento para potenciar el desarrollo de las raíces. Al cabo de unos días, redujimos la humedad al 62% y mantuvimos la CE en 0,8.
Al final de la semana, las raíces empezaban a sobresalir por la base de la pequeña maceta, alcanzando ya la plántula los 8 cm. Sabíamos que había llegado el momento de trasplantarla a un tiesto más grande para que la zona radicular se desarrollara y tuviera acceso a más nutrientes, agua y oxígeno. El proceso de trasplante puede ser delicado, pero pudimos trasladar con éxito nuestra joven planta sin causar ningún daño a su frágil sistema radicular.
Etapa vegetativa
Para minimizar el riesgo de que aparecieran plagas no deseadas en la zona de cultivo, pusimos en marcha nuestra estrategia de Gestión Integrada de Plagas (GIP), la cual incluía la introducción de Amblyseius cucumeris y Amblyseius californicus, unos ácaros depredadores beneficiosos que ayudan a controlar y gestionar las infestaciones de larvas de trips y arañas rojas de dos manchas. Estas medidas proactivas garantizaron la salud y la ausencia de plagas en nuestras plantas durante toda la etapa vegetativa, sin necesidad de recurrir a pesticidas químicos.
Durante la tercera semana del ciclo de cultivo, la planta apenas creció 2 cm en vertical. Sin embargo, las hojas estaban en plena expansión y el tallo principal apical se estaba fortaleciendo considerablemente, preparándose para la etapa de floración. A medida que la planta crecía velozmente, aumentaban sus necesidades de nutrientes, por lo que ajustamos la solución nutritiva a 400 ml y añadimos ácido nítrico para mantener el nivel de pH en 6. Este planteamiento proactivo nos ayudó a favorecer el desarrollo continuo de la planta.
Las esbeltas hojas de siete puntas mostraban un tono verde intenso, casi neón, que parecía brillar bajo la suave luz. Estas hojas habían empezado a extenderse más allá de los bordes de la maceta, un claro indicio del crecimiento robusto y vigoroso de la planta. Aunque esta etapa habría sido ideal para iniciar métodos de entrenamiento de bajo estrés para guiar el desarrollo, deliberadamente nos limitamos a observar y disfrutar de su crecimiento natural sin ninguna interferencia.
Etapa de floración
Al comienzo de la cuarta semana llevamos a cabo algunos ajustes esenciales y cambiamos el ciclo de luz a 12 horas de iluminación y 12 horas de oscuridad para que la planta supiera que había llegado el momento de pasar del crecimiento vegetativo a la etapa de floración. Durante esta etapa, las plantas de marihuana necesitan menos nitrógeno y más fósforo y potasio para que los cogollos crezcan sanos. Así, dejamos de utilizar Bio Grow y nos pasamos a Bio Bloom para cubrir las mayores necesidades nutricionales de la planta.
Disminuimos la humedad a un 60% para evitar en la medida de lo posible los problemas relacionados con la humedad. Además, aumentamos los niveles de CE a 1,7 y mantuvimos el pH en 6 para lograr un entorno de cultivo óptimo. Incrementamos el volumen de agua a 800 ml para favorecer el desarrollo durante la etapa de floración. Nuestra Girl Scout Cookies ya tenía más de cinco nudos y había alcanzado una impresionante altura de 28 cm. Las grandes hojas en abanico de siete dedos presentaban un tono verde intenso y parecían muy sanas.
En la quinta semana observamos la aparición de preflores en los entrenudos del tallo principal apical. Se trata de indicadores tempranos del sexo de la planta de cannabis, los cuales aparecen antes de la etapa de floración. Ayudan a los cultivadores a identificar si una planta es macho o hembra, lo que es vital, ya que sólo las plantas hembra producen los cogollos destinados al consumo. Por suerte, observamos diminutas brácteas con uno o dos pistilos blancos, parecidos a pelos, que emergían de los entrenudos.
Para favorecer el desarrollo de las preflores, elevamos los niveles de CE a 1,8 y ajustamos el volumen de agua a 1.000 ml para garantizar una hidratación adecuada. La planta parecía un árbol de Navidad compacto y robusto, con hojas caídas que llenaban los espacios entre las ramas. Su crecimiento era vigoroso y sano, con las ramas inferiores extendiéndose hacia la cola central. Al final de la semana, nuestra Girl Scout Cookies Feminizada había alcanzado la impresionante altura de 44 cm.
En el transcurso de la sexta semana observamos los primeros signos de estiramiento de la planta, y nuestra Girl Scout Cookies alcanzaba ya una altura de 57 cm. Unas grandes hojas en abanico empezaban a rellenar los amplios huecos internos. A pesar de que las condiciones ambientales se mantuvieron estables, continuamos nuestra estrategia de Control Integrado de Plagas, así que colocamos unas bolsitas extra de Amblyseius cucumeris y Amblyseius californicus en la parte inferior de la copa para proteger todavía más a la planta de posibles infestaciones.
Además de mejorar la gestión integrada de plagas, ajustamos el riego y aumentamos el volumen de agua a 1.500 ml para mantener un nivel de humedad óptimo. La CE se fijó a 1,8 durante el resto del ciclo de crecimiento. La constancia en el nivel de CE es esencial para asegurar el equilibrio de los niveles de nutrientes en el medio de cultivo, lo que es primordial para la salud general de la planta. Cualquier desequilibrio durante la etapa de floración podría ser perjudicial.
A lo largo de la séptima semana continuó aumentando el espaciado internodal, ya que persistía la fase de estiramiento. En ese momento, nuestra Girl Scout Cookies alcanzaba los 78 cm de altura, y el desarrollo de los cogollos progresaba rápidamente. De las preflores surgían pequeños estigmas blancos, los cuales crecían gradualmente y se iban hinchando. Mientras tanto, el tallo principal apical buscaba la luz y casi duplicaba el tamaño de las ramas laterales.
Al final de la semana, lavamos a fondo nuestra Girl Scout Cookies con 5 litros de agua del grifo con un nivel de CE de 0,8 y un pH de 6,5. Teníamos previsto repetir este proceso cada pocas semanas para evitar que la tierra se llenara de residuos no deseados que pudieran acumularse debido al régimen intensivo de alimentación. También es esencial drenar el agua sobrante para impedir que las plantas reabsorban los residuos potencialmente contaminados, lo cual ayuda a prevenir posibles desequilibrios de nutrientes.
Tras el minucioso proceso de lavado realizado la semana anterior, nuestra Girl Scout Cookies experimentó un desarrollo muy prometedor en la octava semana. La planta pasó a la etapa de floración, mientras que las anchas hojas en abanico de color verde lima seguían fotosintetizando y absorbiendo luz. Los tricomas de los cogollos maduraron aún más, dándoles un aspecto radiante y brillante bajo la luz. Al final de la semana, la planta había alcanzado la impresionante altura de 85 cm.
La novena semana estuvo marcada por un crecimiento vertical mínimo: la planta sólo aumentó 1 cm de altura. No obstante, se observó un desarrollo significativo en otras zonas. Se estaban formando grupos de cogollos que se iban hinchando paulatinamente, lo que indicaba un progreso prometedor. Además, la cola principal se había convertido en una estructura bulbosa, y su peso era considerable, por lo que le costaba sostenerse, así que aumentamos la aportación de agua a 1.500 ml.
En la décima semana, para adaptarnos al mayor tamaño de los cogollos, disminuimos la humedad hasta situarla en un 58%, lo que ayudó a evitar la aparición de moho. A medida que la planta se acercaba a la madurez, los cogollos se fueron cubriendo de una espesa capa de tricomas. Para determinar el mejor momento para cosechar nuestra planta de marihuana, recurrimos a una lupa de joyero para observar de cerca el color de las cabezas de los tricomas. Sin embargo, tras una inspección minuciosa, los tricomas seguían siendo translúcidos, lo que indicaba que la planta aún no estaba lista para la cosecha.
En la undécima semana se frenó el crecimiento vertical, alcanzando en ese momento los 87 cm de altura. Los estigmas anaranjados eran ya bien visibles y se habían replegado hacia las brácteas. Los tricomas que cubrían los cogollos indicaban que la planta estaba entrando en la fase final de su desarrollo. Los cálices se multiplicaban rápidamente y aumentaban de tamaño, formando cordones que se enroscaban unos sobre otros para crear racimos florales puntiagudos que recorrían el tallo y las ramas para cerrar los espacios internodales.
Debido al aumento de la densidad de cogollos, ajustamos de nuevo la humedad relativa, situándola en un 56%, para favorecer su desarrollo saludable. Además, retiramos estratégicamente algunas hojas de abanico en la parte superior e inferior de la copa para mejorar la circulación del aire. Estas medidas son muy importantes de cara a reducir el riesgo de botritis, que puede ser especialmente perjudicial en esta fase de crecimiento y afectar significativamente al rendimiento potencial de la cosecha.
A lo largo de la duodécima semana del ciclo de cultivo, empezamos a notar un delicioso y sutil aroma floral que emanaba de nuestra querida Girl Scout Cookies Feminizada. Los racimos de cogollos eran impresionantemente tupidos, recorriendo de forma elegante el tallo superior y las ramas. A medida que se acercaba el momento de la cosecha, las hojas se fueron tiñendo de un hermoso tono amarillo, indicador natural de la madurez de la planta.
Los cogollos eran un verdadero espectáculo. Eran regordetes, con cálices bulbosos adornados con hojas puntiagudas. Al intenso color verde se sumaban unos cautivadores reflejos lavanda. Cada cogollo estaba envuelto en un manto reluciente de tricomas, los cuales se reflejaban y brillaban bajo la luz. Era evidente que se acercaba el final del ciclo de crecimiento y que casi había llegado el momento de la tan esperada cosecha.
En la decimotercera semana dejamos de suministrar nutrientes y lavamos la planta con agua del grifo a la que ajustamos el pH. Así eliminamos cualquier resto de nutrientes de la zona radicular. La mayoría de los tricomas presentaban un aspecto turbio, mientras que alrededor del 30% de los pistilos restantes habían adquirido un color ámbar oscuro e intenso. Debido a sus orígenes afganos y a la elevada presencia de antocianinas, nuestra planta mostraba tonalidades violeta claro en los cogollos del follaje superior, mientras que las hojas inferiores en abanico se volvieron amarillas.
¡Llegó el momento de recoger la cosecha, toca secar, recortar y curar!
Cosecha
Antes de recoger la cosecha, eliminamos las hojas de abanico sobrantes que no tuvieran una cobertura de tricomas apreciable. Tras cortar la planta por el tallo, la colgamos boca abajo en la zona de secado, donde mantuvimos una temperatura de 15,5°C y una humedad relativa del 60%. La dejamos allí durante 21 días. Tras la cosecha, las flores de nuestra Girl Scout Cookies de White Label, además de ser increíblemente pegajosas, mantuvieron su impresionante tamaño gracias a sus voluminosos cálices.
Tras el secado, los cogollos presentaban una mezcla de hojas moradas y verdes, pelos de un naranja intenso y brillantes glándulas de resina de color blanco dorado, las cuales realzaban la potencia y el sabor de la variedad. Debido a su alto contenido en resina rica en THC, los cultivadores deben tener en cuenta que esta puede atascar fácilmente las tijeras y los molinillos. Para evitar dañar los tricomas, recortamos cuidadosamente las hojas en abanico de los cogollos con unas tijeras y luego guardamos la marihuana seca en recipientes herméticos para iniciar el proceso de curado.
El proceso de curado duró tres meses, durante los cuales fuimos abriendo los tarros regularmente durante una hora al día en la primera semana y cada pocos días durante el resto del tiempo. De esto modo introducíamos aire fresco y eliminábamos el aire estancado, lo que preservaba el contenido de terpenos. Tras el curado, el rendimiento final en seco de esta variedad fue de unos impresionantes 84 gramos. Los resultados del laboratorio también revelaron que las flores contenían un nivel de THC del 19,2%, indicativo de su elevada potencia.
Perfil de terpenos
En las últimas semanas percibimos un olor intenso en el cuarto de cultivo. Ansiábamos experimentar los cautivadores perfiles de terpenos de este extraordinario híbrido tras el proceso de curado de tres meses. Esta variedad posee un complejo perfil de terpenos, con sabores dominantes a pino, sándalo y tierra procedentes de la OG y la Hindu Kush, el cual se complementa con toques frutales, cítricos, mentolados y anisados del progenitor Durban, lo que confiere a la variedad un aroma equilibrado y armonioso.
Tras moler las flores secas, liamos un porro de tamaño generoso y nos lo fuimos pasando. El subidón fue eufórico y edificante, típico sativa, lo que propició la conversación. Le siguió una sensación corporal pesada que provocaba una relajación y sedación ligeras. Fue una experiencia agradable que nos dejó muy satisfechos. Nos impresionó el aroma armonioso y equilibrado de esta variedad, junto con sus potentes efectos, y la recomendamos totalmente a todo aquel que busque una experiencia excepcional.
El resultado
Este híbrido excepcional exhibe sobre todo características sativa en sus efectos y perfil de terpenos. Sin embargo, su patrón de crecimiento se asemeja al de las variedades índicas, ya que estas plantas son pequeñas y tupidas. Este híbrido es fácil de cultivar y produce las generosas cosechas que todo cultivador desea. Puede prosperar tanto en interior como en exterior en un clima mediterráneo, lo que la convierte en una elección flexible para cultivadores de todos los niveles, mientras que su tamaño compacto la hace perfecta para cultivos discretos o en espacios reducidos.
¡Si ya has cultivado una Girl Scout Cookies puedes contarnos tu experiencia en los comentarios que aparecen a continuación!
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