La OG Kush Feminizada es una planta fascinante gracias a su naturaleza compacta y a su rendimiento XXL con flores de primera calidad. El origen del término «OG» puede ser un misterio, pero cultivar esta planta de verdes y densos cogollos es muy sencillo. La OG Kush ofrece un perfil de terpenos estimulante así como unos potentes efectos típicos de una índica.
Etapa de floración: 70 días
Duración total, de la semilla a la cosecha: 98 días
Rendimiento final: 130 gramos
Contenido en THC: 26,68%
La OG Kush Feminizada (también disponible en forma de semillas autoflorecientes) es un clásico californiano que provoca unos efectos calmantes y eufóricos. Apreciada por su perfil de sabor y por sus efectos característicos, se cree que la OG Kush procede de un linaje formado por la Lemon Thai, la Chemdawg y la Pakistani Kush. No existe un consenso acerca del significado de las iniciales OG, pero todo el mundo está de acuerdo en que la OG Kush es una planta divertida y fácil de cultivar.
Nuestra versión feminizada fue creada para aquellos jardineros que disponen de poco espacio, que no deben superar un determinado límite de plantas, o simplemente para los que no quieren sexar las plantas al comienzo de la floración.
Instalamos el equipamiento en nuestra sala de cultivo especializada, incluyendo una lámpara HPS Green Power Phillips de 1.000 W y una campana. Para hacer circular el aire, utilizamos nuestro sistema de ventilación y dos ventiladores móviles más pequeños para mover el aire a través de la copa y alrededor del espacio de cultivo. Para ventilar, conectamos un ventilador en línea que aspiraba el aire del interior del espacio de cultivo y lo expulsaba a un depurador de carbono situado fuera de la zona de producción.
Como medio de cultivo nos decantamos por tierra BAC Lava Mix, alimentada con nutrientes Bio Grow y Bio Bloom. Es importante controlar las condiciones ambientales para lograr un crecimiento óptimo de las plantas. Cambiamos los niveles de humedad en diferentes fases del ciclo de crecimiento. Sin embargo, las temperaturas permanecieron constantes en todo momento. Durante el encendido de las luces, la zona de cultivo se mantuvo a 23°C. La temperatura bajaba ligeramente al apagar la iluminación, pero se conservaba constante en 21°C.
Germinación y plántula
Colocamos las semillas de OG Kush feminizadas en una toallita de papel húmeda y luego las depositamos entre dos platos para mantener la humedad. Al cabo de 48 horas, las semillas se abrieron y salieron unas pequeñas raíces pivotantes de color blanco. Tomamos suavemente la semilla de OG Kush y la colocamos a unos 4 mm por debajo de la superficie del suelo, con la raíz pivotante hacia abajo.
Al cabo de unos días, nuestra OG Kush ya sobresalía de la tierra y se alzaba hacia la luz. Utilizamos un tiesto de 1 litro para ayudarla a desarrollar rápidamente un sistema radicular sano. Además, en la primera semana, añadimos insectos depredadores del tipo Hypoaspis miles para controlar cualquier pupa de mosquito o trips que hubiera en la tierra.
La planta estaba expuesta a 18 horas de luz, seguidas de 6 horas de oscuridad. Durante las primeras etapas de vida de nuestra OG Kush, se mantuvieron los niveles de humedad por encima de lo habitual durante la etapa de floración, que permanecieron en un 65% durante todo el ciclo vegetativo.
Etapa vegetativa
En la segunda semana, nuestra OG Kush Feminizada duplicó con creces su altura, y ya estaban brotando sus primeras hojas verdaderas de cinco dedos. Para reforzar el sistema radicular en crecimiento, la trasplantamos a un macetero de 3 litros y seguimos suministrando a la planta 100 ml de agua pura con un pH de 6,2. Al regar, vertimos el agua directamente en la base del tallo, no en toda la superficie de la tierra.
Para favorecer un crecimiento robusto de tallos y ramas, mantuvimos una brisa ligera pero constante en la zona de la copa. También giramos la OG Kush un cuarto de vuelta cada día. Como el cannabis es fototrópico (la planta se inclina hacia la fuente de luz), el cambio de posición diario en estas primeras etapas ayuda a fortalecer las paredes celulares.
En la tercera semana introdujimos los nutrientes Bio Grow para alimentar la planta. Al combinarlos con el agua, la solución nutritiva presentaba una CE de 1,6, y el pH estaba ajustado a 6,2. Continuamos regando 100 ml alrededor del tallo principal, pero nuestra OG Kush Feminizada bebía con más frecuencia que en semanas anteriores.
Para añadir defensas frente a las posibles larvas de trips y arañas rojas de dos manchas, liberamos más insectos beneficiosos (concretamente, unos Amblyseius cucumeris y unos Amblyseius californicus) colgando bolsitas en las ramas inferiores de la OG Kush.
En la cuarta semana notamos un vigor extraordinario, pues la planta duplicó su altura. Era el momento de trasladar nuestra OG Kush a su maceta definitiva de 5 litros. Antes de hacerlo, lavamos la tierra para eliminar cualquier acumulación de residuos de sal procedentes de los fertilizantes.
El lavado es una técnica muy recomendable que se puede llevar a cabo cada pocas semanas cuando la alimentación es intensa. Utilizamos 500 ml de agua pura, con un pH de 6,2, y la vertimos en la tierra. Una vez hecho esto, esperamos un día, trasplantamos y luego regamos con 250 ml de solución alimenticia según fuera necesario.
Etapa de floración
La quinta semana marcó el inicio del ciclo de floración al cambiar el horario de iluminación a 12 horas de encendido y 12 horas de apagado. Iremos bajando progresivamente los niveles de humedad paulatinamente, pero esta semana hemos reducido la HR de un 65% a un 60%.
Para controlar el tamaño general de nuestra OG Kush, le proporcionamos un periodo vegetativo corto. Esto nos permitió poner varias OG Kush bajo una misma lámpara durante todo el ciclo de cultivo. Para este informe de cultivo, pasamos las plantas a la etapa de floración cuando alcanzaron los 42 cm.
Para ayudar en la transición a través de las etapas de crecimiento de la planta, le administramos una semana más de alimentación con nutrientes Bio Grow, y aumentamos ligeramente la cantidad hasta alcanzar una nueva CE final de 1,7. Seguimos regando a razón de 250 ml al día, y aunque ya habíamos entrado en floración, seguimos girando los recipientes un cuarto de vuelta cada día para seguir fortaleciendo las paredes celulares.
Cuando llegó el momento de tomar una foto de nuestra OG Kush feminizada al llegar a la sexta semana, esta presentaba un aspecto feliz, alegre y con el tono de verde adecuado. Las ramas inferiores habían alcanzado el nuevo crecimiento, y estaban desarrollando pequeñas ramas laterales propias.
Nos alegramos de los resultados, los cuales nos indicaron que los nutrientes aplicados habían sido eficaces y que había llegado el momento de cambiarlos por los de Bio Bloom. Hacia la mitad de la semana observamos los estigmas que salían de las brácteas, un signo que delata que se trata de una planta hembra en floración. Para reforzar la masa radicular, ahora más extensa, y facilitar el transporte desde las hojas, incrementamos la cantidad de riego diario a 250 ml, que aumentamos progresivamente hasta terminar la semana con 500 ml por riego.
Medimos nuestra OG Kush al llegar a la séptima semana, y nuestra planta había crecido un 30% desde la semana anterior, alcanzando los 81 cm. Este fenómeno es frecuente durante la fase inicial de floración y se denomina período de «estiramiento». Nuestra chica no sólo había crecido verticalmente, sino que también presentaba pequeños cogollos en todas las puntas y nudos del meristemo principal.
Aumentamos por segunda semana consecutiva el volumen de la solución nutritiva a 600 ml por riego, y la CE se elevó a 1,8. Todavía no habíamos detectado ningún problema en la OG Kush por culpa de las larvas de trips o de los ácaros de la araña de dos manchas, y queríamos que siguiera siendo así. Soltamos una bolsita más del insecto depredador Amblyseius cucumeris y otra de Amblyseius californicus.
Las semanas octava y novena transcurrieron sin problemas. Nuestra planta había terminado la fase de estiramiento del periodo de floración y sólo había crecido 2 cm entre las dos semanas. Al observarla, resultaba evidente que su energía ahora se concentraba en el aumento de la biomasa de los cogollos.
En el primer día de la octava semana lavamos la tierra con agua pura, utilizando 1.500 ml de agua con un pH de 6,2. Durante el resto de las dos semanas continuamos alimentando la planta con una solución de agua/nutrientes con una CE de 1,8. También redujimos la humedad en la zona de cultivo, pasando del 60% al 58%. Aunque evitamos que la superficie del suelo quedara demasiado húmeda, soltamos otra ronda de Hypoaspis miles para eliminar cualquier mosquito del hongo y pupa de trips no deseados.
Estamos en la décima semana y ya han pasado dos desde la última vez que lavamos la tierra, lo que significa que ha llegado el momento de volver a hacerlo. Al regar con 1.500 ml de agua, siempre se producían derrames, pero nos habíamos preparado colocando las macetas sobre bandejas. Así se recogía el agua sobrante y se vaciaban fácilmente. No dejes agua estancada en el recipiente.
No fue necesario defoliar nuestra OG Kush feminizada. A medida que las ramas inferiores crecían hacia arriba, se mantenían espaciadas, y el estrecho espacio nodal en la parte superior de la planta se convertía en una larga cola. Para sostener el fuerte conjunto de cogollos del tallo principal, utilizamos un tutor de bambú para dar soporte a la planta. Aparte de eso, no fue necesario efectuar ningún tipo de entrenamiento. Ahora que la formación de cogollos era más intensa, decidimos bajar aún más la humedad, al 52%.
En la undécima semana la cobertura de tricomas resultaba claramente visible en los cogollos hinchados y en los bordes de las hojas de azúcar prominentes. Nos dimos cuenta de que algunos estigmas empezaban a volverse marrones, lo que indicaba que nuestra OG Kush entraría pronto en las últimas semanas de floración. También seguimos liberando más Hypoaspis miles como medida de precaución contra los invitados no deseados que pudieran aparecer durante la cosecha.
La duodécima semana transcurrió sin incidentes mientras esperábamos el punto máximo de maduración de nuestra OG Kush feminizada. Comenzamos con un lavado de la tierra utilizando 1.500 ml de agua pura. Luego continuamos con la alimentación habitual durante las dos semanas siguientes.
Nuestra mayor preocupación era el estado de salud y el vigor de la planta, ya que nos encaminábamos al último esfuerzo antes de que estuviera lista para la cosecha. Visualmente, las grandes hojas en abanico apuntaban hacia la luz, lo que se conoce comúnmente como la posición de rezo, lo que indicaba que nuestra OG Kush estaba recibiendo la cantidad correcta de agua para un crecimiento óptimo.
El color de las hojas era de un verde exuberante, uniforme en toda su extensión. Los pequeños detalles, como el color de los nervios foliares y el pecíolo (el tallo de la hoja), son indicadores sutiles de la calidad nutricional. Las nuestras seguían siendo de un bonito amarillo verdoso, lo que nos permitía conocer el equilibrio de nutrientes adecuado.
En la decimotercera semana, notamos que el suelo se secaba con mayor rapidez, así que aumentamos el volumen de la solución a 750 ml. Este secado incrementó la CE de la zona radicular, y al final de la semana, notamos algunos indicadores de problemas nutricionales en las hojas.
En general, nuestra OG Kush gozaba de buena salud y estaba aumentando la masa de cogollos. También sabíamos que la cosecha se acercaba, y planeamos lavar la tierra dos semanas antes del corte. Nos pareció que era muy pronto y no nos preocupamos de corregir su elevada CE.
Comenzamos la decimocuarta semana inspeccionando el color de las cabezas de los tricomas de las flores, que es el indicador ideal para conocer la madurez óptima de nuestra OG Kush. La mayoría de ellas estaban ya lechosas, lo que indicaba que la planta estaría lista para la cosecha en dos semanas.
Los tricomas cubrían las brácteas hinchadas, que seguían mostrando un color verde eléctrico. Los cogollos eran compactos, pero también presentaban pequeños hilos de brácteas individuales apilados unos sobre otros, que salían del cogollo principal. La mayoría de los pistilos se habían vuelto marrones y se habían retirado al cogollo, aunque algunos seguían siendo blancos.
Comenzamos a regar la planta sólo con agua pura para eliminar la mayor cantidad de sal acumulada en la tierra y los tejidos. Eliminamos por completo los nutrientes y enjuagamos la tierra con 1.500 ml de agua estéril cada vez que regábamos.
Decidimos cosechar en la decimoquinta semana, y en los últimos días continuamos con el lavado de la tierra. Nuestra OG Kush Feminizada mostraba cogollos cubiertos de tricomas y brácteas hinchadas por todas las ramas. Durante las tres últimas semanas, se produjo un ligero estirón, y nuestra planta terminó alcanzando los 108 cm de altura.
Al inspeccionar las cabezas de los tricomas de varias flores de la planta, comprobamos que la proporción de tricomas era de un 10% claro, un 80% lechoso y un 10% ámbar, justo lo que queríamos. Con mucha alegría y anticipación, llegó el momento de cosechar nuestra OG Kush.
Cosecha
Habían pasado 98 días desde que pusimos nuestra semilla de OG Kush en la tierra, pero ahí estábamos, mirando una planta lista para la cosecha. Antes de cortarla para colgarla, desechamos las hojas grandes en forma de abanico, ya que retienen una gran cantidad de humedad, algo que no queríamos dentro de nuestra zona de secado.
Cortamos nuestra OG Kush por la base y la llevamos a la sala de secado climatizada para colgarla en su totalidad. Los ajustes ambientales se mantuvieron a 15,5°C y la humedad al 60%. Además de utilizar nuestro sistema de ventilación especialmente preparado, también colocamos pequeños ventiladores alrededor de la zona de secado para hacer circular el aire de la sala. Para evitar que el ventilador soplara directamente sobre la OG Kush, nos pareció mejor colocarlo en ángulo y hacer rebotar el flujo de aire contra la pared. Esto creó un ligero remolino de aire por toda la habitación.
Dejamos que la planta se secara durante 14 días en esa habitación oscura y climatizada. Llegado el momento, doblamos una de las pequeñas ramas para ver si se rompía. Se rompió ligeramente, pero aún contenía humedad, así que esperamos unos días más. Tras 19 días de secado, nuestra OG Kush Feminizada estaba lista para su recorte y envasado.
Esta OG Kush en particular presentaba unos cogollos densos y una excelente relación cáliz-hoja, lo que facilitó enormemente la tarea de recorte. Al manipular las flores, nos esforzamos por tocar sólo los tallos. Unas buenas prácticas de manipulación ayudan a mantener más cabezas de tricomas llenas de cannabinoides en la flor y no en los dedos.
Una vez recortadas las flores, rompimos la enorme cola principal en trozos más pequeños para su secado. Como en el centro de los cogollos grandes puede quedar algo de agua, no queríamos que una cola gigante liberara demasiada humedad dentro de nuestros tarros de curado.
Como la humedad sale del centro del cogollo, el exterior se rehidrata mientras está en el tarro. Para extraerla de los recipientes de curado hicimos «eructar» cada uno de los botes varias veces al día durante dos semanas. Quitamos la tapa de cada tarro durante una hora diaria a lo largo de las cuatro semanas siguientes. Durante este tiempo, el perfil de terpenos aumentó su intensidad.
Cuando estimamos que el nivel de humedad del cogollo se había equilibrado, colocamos la OG Kush en el C-vault, donde estuvo almacenada durante tres meses más. En 98 días, habíamos producido 130 gramos de flores de OG Kush de aspecto y olor agradables. A continuación, llevamos una muestra de nuestra OG Kush al laboratorio para realizar el análisis de cannabinoides. Nuestras flores tenían un 26,68% de THC y un perfil de terpenos que incluía mirceno, limoneno y cariofileno.
Perfil de terpenos
La OG Kush produce un perfil de terpenos único e inconfundible. Aunque comparte terpenos comunes con otras variedades de marihuana, la combinación que presenta la OG Kush la ha convertido en una favorita que se reconoce al instante. Al secar nuestra planta ya se percibía un fuerte olor que recordaba a especias, limón, tierra y almizcle. Este perfil siguió ganando fuerza a medida que avanzaba el proceso de curado.
Lo primero que notamos al abrir nuestros frascos de OG Kush fue la frescura del limón, pero el aroma también estaba mezclado con un tono cálido y picante. El perfil de limón suele asociarse con el terpeno limoneno, y las notas picantes suelen corresponder al terpeno cariofileno. Esto produjo una sensación edificante al inhalar profundamente sobre el frasco abierto.
Hacia el final de nuestra inhalación llegaron las distinguidas notas terrosas y almizcladas que son la firma de la OG Kush. El mirceno es un terpeno que se suele asociar a esos aromas, y se mostró en todo su esplendor en nuestra planta.
El perfil de terpenos siguió desarrollándose a lo largo del proceso de curado, y los aromas se volvieron cada vez más penetrantes a lo largo de las 12 semanas. Esto era una señal alentadora de que habíamos conseguido cultivar una OG Kush Feminizada desarrollando todo su potencial, y de que habíamos curado las flores secas correctamente.
A menudo, el sabor refleja el perfil de terpenos, pero esta OG Kush nos deparó algunas sorpresas. Obtuvimos los sabores picante, a limón, terroso y almizclado en la flor, pero había algo más. El perfil cítrico estaba muy presente, pero inesperadamente, detectamos toques diesel y de bayas dulces de fondo.
Dicen que los efectos de la OG Kush calman la mente y el cuerpo. Se trata de una variedad relajante que se disfruta. Las expresiones 75% índica / 25% sativa resultaron evidentes en los efectos. Al principio, surgió una sensación edificante y eufórica, pero esto dio paso a la profunda relajación que suele asociarse a las genéticas índicas de alta calidad.
El resultado
Otro cultivo de Sensi Seeds y otra experiencia jardinera fructífera. La OG Kush Feminizada nos pareció gratificante por su bajo mantenimiento, una variedad de marihuana fácil de cultivar que producía aproximadamente 130 gramos de flores de calidad en sólo 98 días desde la siembra. Los análisis de laboratorio indicaron que nuestra OG Kush presentaba un nivel de THC increíble, un 26,68%.
En general, la OG Kush creció con una morfología fácil de manejar. Las ramas laterales eran robustas y soportaban el peso de las flores sin necesidad de aplicar técnicas de entrenamiento especiales como el topping, las redes SCROG o el supercropping. Con poco espacio internodal, el tallo principal creció formando una cola considerable, y lo único que hicimos al respecto fue dividirla en cogollos más pequeños para evitar que se pudriese durante el proceso de curado.
La OG Kush es una variedad que nos encantaría volver a cultivar. Disponible en variedades feminizadas y autoflorecientes, es una planta divertida, de cuidados sencillos, y que produce muchos cogollos. Nos encantaría que algunos de vosotros nos relatarais vuestras experiencias de cultivo con la OG Kush. Por favor, contadnos todo sobre ella en la sección de comentarios más abajo.
¿Qué lugar ocupa la OG Kush en tu clasificación según la calidad de las flores o la facilidad de cultivo en el jardín? Agradecemos tus comentarios.
Si te ha gustado este informe de cultivo o quieres saber más sobre el cultivo de otras variedades, consulta los numerosos y detallados informes de cultivo del blog de Sensi Seeds. Gracias por dedicar tu tiempo a disfrutar del diario de cultivo de hoy. ¡Feliz jardinería!
- Disclaimer:Las leyes y regulaciones relativas al cultivo de cannabis difieren de un país a otro. Por lo tanto, Sensi Seeds recomienda encarecidamente que se revisen las leyes y regulaciones locales. No se debe actuar en contra de la ley.
Que buena explicación. Muy detallada. Gracias !!