Si buscas una variedad fácil de cultivar, de cosechas generosas, la 420 Punch Feminizada es una opción excelente. Si se dan las condiciones adecuadas, cualquier cultivador puede conseguirlo. Hace poco sembramos la 420 Punch en el jardín y nos sorprendió el resultado: sus flores rebosaban terpenos y ofrecían una experiencia eufórica y físicamente estimulante.
Etapa de floración: 64 días
Periodo total, de la semilla a la cosecha: 99 días
Rendimiento final: 97 gramos
Contenido en THC: 25.25%
Para el presente ciclo de cultivo de interior, sembramos nuestras semillas de 420 Punch Feminizadas en un cubo Jiffy y luego las introdujimos en una mezcla de BAC Lava Soil Mix cuando brotó la plántula. Durante la primera semana empleamos una lámpara HPS Green Power Phillips de 600 W, que reemplazamos al final de la semana por una de 1.000 W instalada a tres metros por encima del medio de cultivo.
Añadimos BIO Grow durante la etapa vegetativa y BIO Bloom durante toda la etapa de floración. Tanto si alimentábamos nuestra 420 Punch Feminizada con agua como si le aportábamos nutrientes, siempre nos asegurábamos de que el pH de la solución fuera de 6,2. Dos ventiladores oscilantes montados en paredes opuestas generaban una corriente de aire en el recinto y, para reducir la intensidad del olor, instalamos un extractor que aspiraba el aire viciado y lo hacía pasar por un filtro de carbón activado.
Durante todo el ciclo vigilamos minuciosamente los factores ambientales con el fin de optimizar el potencial de crecimiento. A lo largo del día mantuvimos la temperatura en 23°C, y al atardecer la bajamos a 21°C. Como nuestra 420 Punch es fotodependiente, durante la etapa vegetativa programamos un ciclo de 18 horas de luz y 6 horas de oscuridad. Posteriormente, las luces se encendieron 12 horas y se apagaron 12 horas para iniciar la etapa de floración. Los niveles de humedad relativa se fueron ajustando en las distintas fases de crecimiento, pero el inicial fue del 65%.
Germinación y plántula
Llenos de entusiasmo, iniciamos el proceso de germinación de nuestras semillas 420 Punch Feminizadas. Para ello, perforamos los cubos Jiffy previamente humedecidos y colocamos las semillas a unos 3,5 cm bajo la superficie.
A las 48 horas observamos cómo emergía la corona, pero antes de trasladar las plántulas a un tiesto es necesario permitir que la raíz pivotante desarrolle sus raíces de alimentación. Evitamos regar en exceso la joven y delicada zona radicular, asegurándonos de que el cubo Jiffy estuviera seco durante todo el periodo. Al tercer día añadimos 100 ml de agua para mantener los niveles de humedad del cubo y añadimos al agua una concentración diluida de hormona de enraizamiento.
Etapa vegetativa
Al comienzo de la segunda semana, nuestra 420 Punch Feminizada sobresalía 4 cm por encima del sustrato, por lo que llegó el momento de transferir nuestro cubo jiffy a una maceta de 1 litro repleta de tierra. Añadimos 400 ml de agua junto con la hormona de enraizamiento y, al final de la semana, nuestra plántula ya alcanzaba los 19 cm de altura.
La planta iba desarrollándose y presentaba signos de que lo hacía de forma saludable. Como medida de precaución ante posibles plagas perjudiciales, introdujimos dos tipos de insectos depredadores en el entorno de cultivo. Colocamos estratégicamente bolsitas de Neoseiulus californicus y Amblyseuis swirskii a lo largo del tallo principal con el fin de ahuyentar a los trips, los pulgones y las larvas de mosquito de los hongos. Es importante señalar que estos depredadores de insectos no suponen ninguna amenaza para la salud y el bienestar general de la planta.
En la tercera semana nos percatamos de que las raíces empezaban a asomar por los orificios de drenaje, así que para facilitar su expansión, trasplantamos nuestra 420 Punch Feminizada a un tiesto de 5 litros. Aumentamos el volumen de riego a 800 ml y utilizamos los nutrientes BIO Grow, los cuales mantuvieron una CE de 1,8. Alimentamos a la planta de forma agresiva, pero no aparecieron signos de quemadura por nutrientes, alcanzando ya una altura de 31 cm. Decidimos no podar ni añadir tutores pues el espaciado nodal seguía siendo estrecho.
La 420 Punch Feminizada evolucionó favorablemente durante la cuarta semana y respondió bien al programa de alimentación. Desde el tallo principal, cada vez más grueso, se desplegaban grandes hojas verdes en abanico, mientras que las nuevas hojas emergentes mostraban un intenso verde neón. La planta creció otros 9 cm desde la semana anterior.
Etapa de floración
En la quinta semana evaluamos el crecimiento del cultivo y decidimos iniciar el ciclo de floración modificando el horario lumínico a 12/12. Como preparativo para la etapa de floración, dejamos de suministrar BIO Grow y agregamos BIO Bloom al programa de alimentación.
La CE final de la solución se mantuvo en 1,8 y el pH en 6,2. Sin embargo, aumentamos el volumen de alimentación a 1.000 ml por aplicación. Las hojas conservaron su color verde oscuro durante la etapa vegetativa, lo que indica que existe suficiente nitrógeno.
Basándonos en su ascendencia Do-Si-Do x Purple Punch, anticipamos que la 420 Punch Feminizada empezaría a estirarse al entrar en la etapa de floración. Decidimos iniciar la floración precozmente para asegurarnos de que hubiera suficiente espacio entre la parte superior de la planta y la lámpara de cultivo tras el estiramiento. Al entrar en la etapa de floración, nuestra 420 Punch Feminizada medía 66 cm de altura y ahora necesitaba un tutor para sostener el tallo principal.
Como habíamos previsto, al finalizar la sexta semana la planta alcanzaba ya los 101 cm, y seguía creciendo. Para hacer frente a este crecimiento extra aumentamos el volumen de riego a 1.500 ml. Las ramas laterales inferiores hicieron un excelente trabajo, ya que mantuvieron el ritmo del crecimiento vertical y crearon un dosel casi nivelado por debajo de los nudos superiores de la planta.
Además del increíble ritmo de desarrollo de las ramas laterales, las ramas auxiliares más pequeñas iban poblando la sección intermedia de la planta. Sabíamos que muchas de ellas no crecerían lo suficiente como para recibir una buena iluminación, y su expansión de la etapa vegetativa también restringía el movimiento del aire a través del interior de la planta. Así pues, agarramos unas tijeras de podar y eliminamos selectivamente algunas ramas auxiliares para mejorar la circulación del aire en el dosel.
Ya habían pasado cuatro semanas desde que soltamos los insectos beneficiosos en nuestra 420 Punch Feminizada, por lo que, tras retirar el exceso de follaje inferior, añadimos nuevas bolsitas de Neoseiulus californicus y Amblyseius swirskii.
Como llevábamos cinco semanas suministrando una alimentación intensiva, en la séptima semana procedimos a realizar un lavado del medio para evitar la acumulación de sodio y reducir las posibilidades de que se formaran bolsas concentradas de nutrientes en la tierra. Este procedimiento elimina el exceso de nutrientes de la zona radicular mediante la aplicación de un gran volumen de agua. El objetivo es recoger alrededor de un 20% de agua de drenaje con respecto al volumen de entrada.
Tras el lavado de tierra que llevamos a cabo el primer día de la semana, reanudamos el programa de alimentación habitual con una CE de 1,8 y un volumen de 1.500 ml. Al final de la semana pudimos ver estigmas blancos que sobresalían de las brácteas, y las puntas de las ramas eran más densas. El follaje nuevo era de un verde más claro que las hojas maduras, pero se oscurecieron a medida que crecían.
Al comienzo de la octava semana, la 420 Punch ya alcanzaba los 145 cm, y nuestra predicción sobre su potencial de estiramiento fue acertada. La planta había ganado unos considerables 79 cm de altura en sólo tres semanas. A lo largo del ciclo ha conservado un saludable color verde y una robusta ramificación lateral. Durante el estiramiento, las puntas de las ramas se asemejaban a bolas peludas, los cogollos aumentaron de tamaño y el espaciado internodal se mantuvo compacto.
En la novena semana observamos una reducción del crecimiento vertical, y las flores de nuestra 420 Punch Feminizada aumentaron notablemente de tamaño. También se incrementó considerablemente el desarrollo de tricomas en las flores y hojas circundantes.
Para reducir el riesgo de formación de moho, bajamos la humedad del cuarto de cultivo al 60%. A continuación, valoramos qué ramas eran lo bastante altas para recibir una cantidad de luz adecuada y cuáles tendrían dificultades para recibir la intensidad luminosa necesaria para que crecieran unos cogollos densos. Posteriormente retiramos las ramas más bajas y sombrías para mejorar el flujo de aire y redistribuir parte del potencial de crecimiento.
Llegó la décima semana, y comprobamos con satisfacción que los Neoseiulus californicus y los Amblyseius swirskii habían conseguido ahuyentar a las plagas nocivas. No observamos la presencia de trips, pulgones ni mosquitos de los hongos. Sin embargo, considerando las características de la planta, comprendimos que aún faltaban semanas para la cosecha y, para evitar que los insectos arruinaran nuestro cultivo en la etapa final de la floración, colocamos otra bolsita de cada insecto depredador.
Los cogollos de nuestra 420 Punch Feminizada estaban aumentando de tamaño a lo ancho, no solo a lo alto. El peso extra de las flores que brotaban en las ramas inferiores hacía que se inclinaran ligeramente hacia el exterior. Esto ofrecía un espacio extra, por lo que las hojas verdes en abanico podían estirar los dedos para absorber la luz lo mejor posible.
Como sólo habíamos lavado la tierra una vez, comenzamos la undécima semana llevando a cabo una limpieza del medio hasta que obtuvimos la cantidad de agua escurrida deseada en las bandejas de goteo. El color de las hojas seguía siendo verde, lo que indicaba una nutrición óptima. El programa de alimentación seguía siendo el mismo, pero había llegado el momento de iniciar la reducción del nivel de suplementos de nutrientes con vistas a la cosecha.
Como las flores en etapa de floración contienen unos niveles de humedad elevados, si los reducimos podemos disminuir la posibilidad de que se produzca una botritis, por lo que situamos la humedad del cuarto de cultivo en el 58%.
En la duodécima semana detectamos que alrededor del 10% de los estigmas habían empezado a adquirir una tonalidad marrón. Sabemos que este no es el indicador determinante de la madurez máxima, pero sí señala que el final puede estar cerca. El tallo apical desarrolló una cola gruesa y larga que se elevaba por encima del prominente dosel, y las brácteas empezaban a hincharse, lo que indicaba un último impulso antes de la cosecha.
Hacia el final de la semana, la 420 Punch empezó a desprender un aroma penetrante y nos alegramos de tener un filtro de carbón que lo eliminara. También bajamos el nivel de humedad al 56%, el cual se mantuvo hasta la cosecha.
Iniciamos la decimotercera semana inspeccionando el color de las cabezas de los tricomas en distintas partes de la planta. Unas cabezas de tricomas transparentes indican inmadurez, unas lechosas son óptimas y unas ámbar señalan que ya han superado el punto máximo de maduración. Siempre habrá una combinación de las tres en la cosecha, pero la mayoría de los cultivadores recomiendan cosechar cuando el nivel de cabezas de tricomas sea un 10% transparente, un 80% lechoso y un 10% ámbar.
Algunas cabezas de tricomas habían comenzado a adquirir una tonalidad ámbar y apreciamos sobre todo cabezas lechosas. Por experiencia, sabíamos que nuestra 420 Punch Feminizada estaría lista para la cosecha en 14 días, por lo que eliminamos todos los nutrientes del programa de alimentación, y solo la regamos con agua pura hasta la cosecha. Como preparación previa, lavamos la tierra varias veces durante la semana para reducir la carga de nutrientes en el medio.
En la decimocuarta semana eliminamos las numerosas hojas grandes de la planta y las ramas más pequeñas que no tenían potencial para desarrollar cogollos. Estas medidas nos ahorrarían tiempo en el momento de la cosecha, el cual se acercaba rápidamente. Tras eliminar la biomasa de la 420 Punch Feminizada, inspeccionamos de nuevo las cabezas de los tricomas.
Los efectos del lavado de tierra empleando únicamente agua surtieron el efecto deseado, y la decoloración de algunas hojas nos indicó visualmente que se había agotado la reserva de nutrientes del suelo. Inspeccionábamos frecuentemente las cabezas de los tricomas porque existe una ventana de tres a cuatro días para alcanzar la madurez máxima (pero perderla por unos días no perjudica a la cosecha), y queríamos comprobarlo. En el día número 99, nuestra 420 Punch Feminizada alcanzó una altura de 148 cm y estaba lista para la cosecha.
Cosecha
Antes de cosechar nuestra 420 Punch Feminizada, eliminamos todas las hojas de abanico restantes que no tuvieran una cobertura significativa de tricomas. Se mantuvo la temperatura y la humedad de la zona de secado, no siendo beneficioso dejar ese material vegetal adherido. La humedad se fijó en el 60%, y la temperatura permaneció estable en 15,5°C.
La zona de secado era oscura, con una ligera brisa circulando que no incidía directamente sobre las plantas para evitar secarlas demasiado deprisa. Muchos cultivadores experimentados creen que un secado y un curado lento favorecen el sabor de la marihuana, pero un proceso demasiado lento puede generar moho y putrefacción en los cogollos.
Cortamos nuestra 420 Punch Feminizada por la base del tallo y la colgamos entera boca abajo en la zona de secado. El proceso duró 17 días, transcurridos los cuales los cogollos presentaban una capa exterior ligeramente seca y las ramas más pequeñas se rompían al doblarlas. En ese momento nos dimos cuenta de que había que trocear la planta y recortar los cogollos para prepararla para el curado.
Para curar las flores empleamos tarros de cristal. Una vez rellenados con la marihuana, los colocamos en el oscuro cuarto de secado con las condiciones ambientales controladas para favorecer el curado. Tras introducir las flores en los tarros, mantuvimos las tapas cerradas durante 24 horas. Los cogollos retuvieron la humedad en el centro, y dejamos que la humedad del interior del tarro se igualara con la del aire del cuarto de secado.
A partir del segundo día hicimos eructar los frascos varias veces al día durante las dos primeras semanas, manteniéndolos destapados durante una hora en cada ocasión. Los aromas de nuestra 420 Punch Feminizada adquirieron un perfil estratificado y agradable. En las últimas cuatro semanas del proceso de curación sólo eructamos los frascos una vez al día.
Estábamos deseando probar nuestra 420 Punch Feminizada tras el largo curado pero, antes de nada, recolectamos todas las flores secas y pesamos la cosecha. En total, obtuvimos 97 gramos de flores secas en sólo 99 días. Una pequeña parte se envió a un laboratorio local para analizar el contenido de cannabinoides. ¡Nuestro ejemplar obtuvo un 25.25% de THC! El resto de la cosecha se colocó en una cámara C-Vault, la cual conserva las flores en un ambiente con una humedad perfecta del 62%.
Perfil de terpenos
Alrededor de la duodécima semana de floración, nuestra 420 Punch Feminizada desarrolló un penetrante aroma floral. Más tarde, en la etapa de secado, se definieron mejor las notas individuales y, tras el curado, se alcanzó una mezcla equilibrada de aromas. Los terpenos principales que detectamos fueron cariofileno, mirceno y limoneno.
Al oler el tarro de flores recién curadas percibimos al instante notas a bayas dulces y cítricos ácidos. Esta primera impresión afrutada dio paso a unos terpenos dominantes que perduraron en el olfato durante más tiempo. El cariofileno añade un toque especiado, como a pimienta, al conjunto, sin eclipsar el delicado aroma frutal. En cambio, el mirceno añade un toque final con aromas herbáceos acompañados de una pizca de fragancia terrosa.
El sabor de la 420 Punch Feminizada fue lo suficientemente intenso como para hacernos salivar. Al igual que el perfil de terpenos, el primer sabor que nos deleitó los sentidos era afrutado y dulce. Tras exhalar, nos recibieron los sabores terrosos, florales y a especias exóticas.
La 420 Punch Feminizada es una variedad 60% índica y 40% sativa, un híbrido que ofrece una experiencia que refleja muy bien esta proporción. Los efectos inmediatos son eufóricos y estimulantes, potenciando la concentración y la creatividad. A medida que esta primera oleada se disipa, se apodera de todo el cuerpo un colocón relajante, una sensación que se prolonga durante horas.
El resultado
Nuestra experiencia con la 420 Punch Feminizada fue maravillosa, pues se trata de una variedad fácil de cultivar que ofrece extraordinarias gratificaciones. Fue divertido contemplar sus llamativos colores y su morfología única, con un aspecto saludable durante todo el ciclo de cultivo.
Al final, logramos cultivar una planta que alcanzó los 148 cm y produjo 97 gramos de flor seca con un fascinante contenido de THC del 25.25%. Sus ramas fueron robustas y capaces de soportar el peso de sus grandes cogollos sin mucha ayuda. Aunque tuvimos que utilizar un tutor para apuntalar el tallo principal, no fue necesario realizar ningún otro ajuste.
La poda fue coser y cantar, y su perfil de terpenos era divino. Lo mejor de todo es que el subidón que experimentamos fue la mezcla perfecta de índica y sativa que esperábamos.
¿Has tenido la oportunidad de probar la 420 Punch Feminizada? Cuéntanos tu experiencia en los comentarios. Si te ha gustado este informe de cultivo y la información específica sobre la variedad, consulta toda nuestra colección de informes de cultivo aquí.
- Disclaimer:Las leyes y regulaciones relativas al cultivo de cannabis difieren de un país a otro. Por lo tanto, Sensi Seeds recomienda encarecidamente que se revisen las leyes y regulaciones locales. No se debe actuar en contra de la ley.