Grapevine Candy Feminizada

Grapevine Candy Feminizada

Acompáñanos en nuestra aventura con la Grapevine Candy Feminizada. Descubre cuáles son las técnicas y condiciones de cultivo óptimas para este híbrido excepcional. Nuestro informe de cultivo ofrece una visión general de las distintas etapas de crecimiento, desde la semilla hasta la cosecha, destacando su rico perfil de cannabinoides y equilibrados efectos.

Etapa de floración: 57 días

Periodo total, desde la semilla hasta la cosecha: 85 días

Rendimiento final: 132 gramos

Contenido en THC: 23.7%

Nos complace compartir contigo la experiencia de cultivar la Grapevine Candy Feminizada. Esta variedad se desarrolló específicamente para nuestro programa Breeding Grounds en colaboración con Serge Cannabis. Las genéticas de la Grapevine Candy se seleccionaron cuidadosamente a partir de un cruce entre las famosísimas variedades Zkittlez y Modified Grapes. Nuestro equipo está deseando informarte sobre el proceso de cultivo y el extraordinario progreso de nuestra zona de cultivo interior.

Durante todo el ciclo de cultivo empleamos BAC Lava Mix como medio y suministramos a la planta nutrientes Bio Grow y Bio Bloom. Colgamos una lámpara HPS Green Power Phillips de 1.000 W y un reflector a tres metros por encima del suelo para conseguir un crecimiento óptimo. La temperatura del cuarto de cultivo se fijó en 23°C durante el día y 21°C por la noche. Empezamos con un nivel de humedad del 65% y lo redujimos gradualmente durante la etapa de floración.

El programa lumínico durante la etapa de plántula y la vegetativa fue de 18 horas de encendido y 6 horas de apagado, que posteriormente modificamos a 12 horas de luz y 12 horas de oscuridad durante la etapa de floración. Colocamos estratégicamente unos ventiladores oscilantes a distintas alturas para garantizar una circulación de aire adecuada en el cuarto de cultivo y en el dosel. También instalamos extractores integrados para sacar el aire viciado del espacio de cultivo, mientras que un filtro de carbono eliminaba los olores que desprendían las plantas durante la etapa de floración.

Germinación y plántula

Para iniciar el ciclo de cultivo de nuestra Grapevine Candy Feminizada colocamos las semillas en un entorno cálido y oscuro, envueltas en una toallita de papel húmeda, para que las condiciones de germinación fueran óptimas. Tras una espera de 72 horas, nos llenó de alegría observar los brotes iniciales que salían de las semillas. A continuación, hicimos un agujero de unos dos centímetros de profundidad en el tiesto. Colocamos cuidadosamente la plántula en el hueco, asegurándonos de que la raíz primaria quedara hacia abajo, y a continuación la cubrimos con tierra

A lo largo de este delicado periodo de crecimiento mantuvimos cuidadosamente el nivel de conductividad eléctrica (CE) en 0,8 y el de humedad relativa en el 65% para proporcionar el equilibrio óptimo de nutrientes a nuestra planta. Añadimos 100 ml de agua según era necesario para asegurarnos de que el medio de cultivo estuviera húmedo, pero no encharcado. El esmero a la hora de proporcionar los cuidados necesarios dio sus frutos, ya que observamos con gran satisfacción cómo el cotiledón florecía y crecía hasta alcanzar una altura de 11 cm.

Con objeto de poner en práctica nuestra estrategia de Gestión Integrada de Plagas (GIP), decidimos introducir ejemplares de Neoseiulus californicus y de Amblyseius swirskii. El Neoseiulus californicus es un ácaro depredador de uso común que se alimenta de arañas rojas, mientras que el Amblyseius swirskii es conocido por alimentarse de trips y moscas blancas. Al añadir estas bolsitas tratamos de mantener un equilibrio saludable de insectos beneficiosos y plagas en la zona de cultivo, reduciendo así la necesidad de plaguicidas químicos y fomentando un ecosistema natural.

Etapa vegetativa

En la segunda semana de crecimiento trasplantamos con cuidado nuestra Grapevine Candy a una maceta de 5 litros para que las raíces tuvieran espacio suficiente para expandirse y crecer con más fuerza. El tiesto de mayor tamaño favorece el desarrollo de la planta, permitiéndole absorber los nutrientes y el agua con más eficacia, lo que se traduce en un crecimiento más sano y un mayor rendimiento en el momento de la cosecha. El espacio adicional también permite una mejor aireación del suelo, evitando el encharcamiento y otros problemas relacionados con la tierra.

Pudimos observar el desarrollo del primer conjunto de hojas verdaderas, una etapa crucial en el proceso de crecimiento. Para favorecer un desarrollo adecuado, añadimos una solución alimenticia ligera y controlamos de cerca los niveles de nutrientes para evitar la sobrealimentación de la planta. Si somos cuidadosos en este aspecto favoreceremos un crecimiento sano y sentaremos las bases para una buena evolución a lo largo de todo el ciclo.

A lo largo de la semana fuimos controlando rigurosamente el riego y los niveles de CE para garantizar unas condiciones de crecimiento óptimas. Además, para mantener unos niveles de humedad adecuados, duplicamos el aporte de agua a 200 ml alrededor de la base del tallo principal. Al final de la semana, los niveles de CE habían aumentado a 1,4, lo que indicaba que la planta recibía los nutrientes adecuados. Nos entusiasmó comprobar que ya medía 27 cm, un signo prometedor de crecimiento y desarrollo sanos.

Nuestra Grapevine Candy progresaba de forma espectacular a medida que nos acercábamos al final de la tercera semana. El tallo principal apical se veía robusto y resistente, meciéndose suavemente con la sutil brisa generada por los ventiladores, algo que favorecía su engrosamiento. El crecimiento y el desarrollo general de la planta eran extraordinarios, por lo que aumentamos el volumen de riego a 400 ml.

Etapa de floración

Pasamos a la etapa de floración en la cuarta semana. Se trata de una fase decisiva para los cultivadores de marihuana, ya que marca un cambio significativo en el patrón de crecimiento de la planta. Esta variación del horario lumínico imita el ciclo natural de las estaciones, en el que los días se acortan a medida que se acerca el otoño. Además, disminuimos la humedad relativa al 60%.

Las plantas comienzan la producción de cogollos durante la etapa de floración, por lo que resulta fundamental proporcionar una fórmula nutritiva que favorezca este crecimiento. En nuestro caso, optamos por Bio Bloom, diseñado explícitamente para la etapa de floración. Aporta una proporción equilibrada de nitrógeno, fósforo y potasio para favorecer un desarrollo vigoroso de los cogollos. Al final de la semana, nuestro ejemplar alcanzaba ya los 49 cm de altura.

Nuestra planta medía 76 cm en la quinta semana. Como seguía creciendo, subimos la CE a 1,7 y aumentamos la cantidad de agua administrada a 800 ml para compensar el crecimiento extra. Habían transcurrido cuatro semanas desde que añadimos los insectos beneficiosos, por lo que, tras eliminar el exceso de follaje inferior que restringía el movimiento del aire a través del dosel, añadimos nuevas bolsitas de Neoseiulus californicus y Amblyseius swirskii.

Nuestra Grapevine Candy medía 76 cm al final de la semana, y en consecuencia aumentamos la CE a 1,8 para garantizar una transición suave a la etapa de floración, lo que ayudaría a la planta a producir cogollos sanos y robustos con un alto contenido en cannabinoides. El follaje prosperaba y las ramas laterales casi habían alcanzado al tallo principal. Los cogollos se desarrollaban rápidamente y podían verse grandes racimos en cada unión internodal.

Para mantener un medio de cultivo sano y garantizar un crecimiento óptimo, llevamos a cabo un lavado de la tierra en la sexta semana. Añadimos una cantidad considerable de agua a la zona radicular para eliminar el exceso de nutrientes. Nuestro objetivo era que el agua drenada estuviera alrededor del 20%. A pesar de no haber cambiado las condiciones ambientales, salvo por el incremento de 1.000 ml de agua, la planta creció hasta alcanzar una impresionante altura de 92 cm.

A medida que nos adentrábamos en la séptima semana, pudimos comprobar con satisfacción cómo los cogollos crecían de forma constante y aumentaba la producción de resina. Además, observamos que nuestra Grapevine Candy había ganado 8 cm de altura. Para evitar problemas relacionados con la humedad, deshojamos cuidadosamente la parte inferior de la planta, asegurando así una mejor circulación del aire y penetración de la luz.

Observamos que las puntas de las ramas y el tallo apical disponían de más espacio internodal que la semana anterior, lo que permitía la formación de un armazón que favorecía el desarrollo de la cola apical, con una estructura en candelabro bien espaciada de las ramas inferiores. Aumentamos el volumen de riego a 1500 ml y lo mantuvimos sin cambios hasta la cosecha.

Al final de la octava semana nuestra planta alcanzó los 108 cm. Realizamos otra ronda de defoliación, lo que ayudó a reducir la posibilidad de que se formaran bolsas de aire estancado en el dosel inferior, permitiendo además una penetración lumínica máxima en los cogollos inferiores. Nuestra Grapevine Candy Feminizada estaba lista para engordar los cogollos, y esperábamos con impaciencia la transición del crecimiento vertical a la formación de los mismos.

La planta parecía estar en excelentes condiciones: los cálices estaban hinchados y salían racimos de cogollos tanto del tallo principal apical como de las ramas laterales. Asimismo, las hojas, anchas y verdes, estaban muy sanas, sin decoloración ni daños debidos a plagas o enfermedades, y presentaban un brillo resplandeciente.

Los cogollos empezaron a madurar espectacularmente en la novena semana. De ellos emergían abundantes pistilos ligeramente anaranjados y se desarrollaban los tricomas. La planta había ganado 5 cm desde nuestro último control, pero el crecimiento de los cogollos era realmente destacable, algo que lastró muchas de las ramas, por lo que fue necesario proporcionar un apoyo extra mediante tutores clavados en el suelo. Permanecimos fieles a nuestro compromiso de utilizar una gestión integrada de plagas, así que colgamos más bolsitas de insectos depredadores en nuestra Grapevine Candy.

Al final de la décima semana observamos una desaceleración del crecimiento vertical de la planta, que en ese momento medía 116 cm, lo que indicaba una mayor concentración en el desarrollo de los cogollos. Se trata de un fenómeno habitual en las plantas de cannabis durante la etapa de floración. A medida que se desvía la energía hacia la producción de cogollos, la planta reduce su crecimiento vegetativo para garantizar la mayor cantidad posible de energía destinada a la floración.

En la undécima semana iniciamos la preparación de las plantas para la cosecha. Disminuimos la humedad relativa al 56% para tener en cuenta el aumento de la biomasa y el contenido de humedad de los cogollos. Vigilamos de cerca el desarrollo de los tricomas, esperando a que se alcanzara el nivel deseado de madurez, que suele producirse cuando aproximadamente el 80% de las cabezas de los tricomas son lechosas, el 10% son transparentes y el 10% son ámbar. A finales de la semana, nuestra Grapevine Candy había alcanzado los 118 cm.

Llevamos a cabo un lavado del medio para eliminar todos los nutrientes restantes. Tras la purga, supervisamos estrechamente las hojas de la planta para determinar la eficacia del procedimiento. El grado de decoloración de las hojas nos indicó que el lavado había eliminado con éxito el exceso de nutrientes.

Cuando empezó la duodécima semana, nos sorprendió el extraordinario crecimiento de nuestra Grapevine Candy, la cual se alzaba a una imponente altura de 118 cm. La visión de los racimos de cogollos nos dejó sin aliento, pues habían alcanzado tal tamaño y densidad que parecían apilarse sobre sí mismos. La gruesa capa de tricomas enhebrados con pistilos de color naranja intenso que cubría los cogollos era un espectáculo para la vista, y sus penetrantes aromas indicaban que había llegado el momento de la cosecha.

Al inspeccionarlos más de cerca nos dimos cuenta de que las cabezas de tricomas estaban en la proporción perfecta para la cosecha. Las cabezas eran lechosas y turbias, con algunas de color ámbar que indicaban que los cogollos, que destacaban por su gran riqueza en sabor y potencia, ya estaban listos. Las largas semanas de cuidadoso cultivo habían merecido la pena, y estábamos encantados con el producto final. Fue un recordatorio de que la paciencia y la atención al detalle son cruciales en el mundo del cultivo de marihuana.

Cosecha

Tras cosechar nuestra Grapevine Candy Feminizada, el siguiente paso crítico del proceso es secar los cogollos. La técnica más utilizada por muchos cultivadores, entre los que nos incluimos, es cortar la planta por el tallo y colgarla boca abajo en una zona de secado. Dejamos la planta durante 21 días en la sala de secado, la cual se mantuvo a una temperatura de 15,5°C con una humedad relativa del 60%.

Aunque disponíamos de un sistema de ventilación eficaz, revisábamos regularmente nuestra Grapevine Candy durante el proceso de secado para que conservara la potencia y el contenido de terpenos. Este paso ayuda a evitar la aparición de moho. Es necesario prestar atención a los detalles y llevar a cabo una supervisión cuidadosa para garantizar que los cogollos se secan correctamente. Al tomar estas precauciones, conseguimos que el proceso de secado sea un éxito, y estamos un paso más cerca de disfrutar de una cosecha de gran calidad.

Una vez que la planta ha sido cosechada y secada llega el momento del recorte. El primer paso consiste en eliminar las hojas de abanico, las cuales no contienen muchos cannabinoides. A continuación, recortamos cuidadosamente los cogollos restantes, eliminando cualquier exceso de material vegetal, como hojas pequeñas y tallos, para crear un aspecto estéticamente agradable. Es un proceso delicado, pero garantizar el producto final es esencial.

Tras recortar las flores, dividimos la voluminosa cola principal en trozos más pequeños antes de proceder al proceso de curado, el cual consiste en colocar los cogollos recortados en recipientes herméticos. En nuestro caso, los introdujimos en tarros de cristal, dejándolos reposar durante varios meses. Esto se hace para evitar que se libere un exceso de humedad dentro de los recipientes de curado, ya que los cogollos grandes pueden retener humedad en su centro.

En los primeros días del proceso de curado hacíamos «eructar» los tarros durante una hora para liberar el aire retenido y sustituirlo por aire fresco. A medida que avanzaba el proceso de curado, fuimos reduciendo gradualmente la frecuencia de los eructos. Hacia el final del proceso ya solo necesitábamos eructar los tarros semanalmente.

Perfil de terpenos

Nuestro Grapevine Candy desprendía un aroma floral sutilmente dulce durante las últimas semanas de floración. En las fases posteriores de secado y curado, esta fragancia se intensificó con el paso de los días. Notamos un aroma que combinaba vibrantes notas tropicales que recordaban al mango y a cítricos ácidos, con un sutil fondo terroso. Un toque diésel añadía profundidad y complejidad a la fragancia.

El perfil de sabor de la Grapevine Candy Feminizada es tan impresionante como su aroma. Al inhalar nuestro porro, la dulzura de esta variedad se hace evidente de inmediato, seguida de una explosión a mango jugoso y cítricos ácidos que danzan en la lengua. El sabor a chicle también resulta evidente, lo que añade un elemento lúdico y nostálgico al perfil de sabor general. Los matices terrosos son más prominentes al exhalar, proporcionando un final satisfactorio que enlaza todo el conjunto.

Al empezar a sentir los efectos, su potente subidón se despliega por etapas, comenzando con un estallido eufórico que da paso a sentimientos de felicidad, creatividad y agudeza mental. A medida que el viaje continuaba, sentimos una experiencia estimulante que evolucionó a la perfección hacia un profundo subidón corporal, manteniendo al mismo tiempo una mente clara y concentrada.

El resultado

Durante este ciclo de cultivo disfrutamos de una experiencia fantástica y quedamos asombrados por los resultados. Nuestra Grapevine Candy Feminizada creció hasta alcanzar una altura total de 118 cm en 91 días, lo que nos proporcionó una impresionante cosecha de 132 gramos. Sus cogollos ofrecían un perfil de terpenos único, y estamos encantados de saborear los frutos de nuestro trabajo y compartirlos con nuestros amigos. 

Si tienes alguna pregunta sobre este ciclo de cultivo o algún consejo o sugerencia que compartir, puedes dejarlo en la sección de comentarios que aparece a continuación. ¡Hasta la próxima, feliz cultivo!

  • Disclaimer:
    Las leyes y regulaciones relativas al cultivo de cannabis difieren de un país a otro. Por lo tanto, Sensi Seeds recomienda encarecidamente que se revisen las leyes y regulaciones locales. No se debe actuar en contra de la ley.

Comments

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Autor

  • Profile-image

    Sensi Seeds

    El equipo editorial de Sensi Seeds incluye botánicos, expertos médicos y legales, además de activistas de renombre como el Dr. Lester Grinspoon, Micha Knodt, Robert Connell Clarke, Maurice Veldman, Sebastian Marincolo, James Burton y Seshata.
    Más sobre este autor
Ir arriba